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3 jun 2016

GRAN MANDAMIENTO DE AMAR A DIOS POR ENCIMA DE TODO



AMAR AL CREADOR POR ENCIMA DE TODO

El Gran Mandamiento

Fundamento de todo lo mejor y excelente para la vida humana

Deuteronomio 6:4-5, Mateo 22:37, Lucas 10:27, Marcos 12:30

Oye, Israel, (pueblo de Dios) YHWH nuestro Dios, Elohim uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Deuteronomio 6:4-5.

Amen al Señor su Dios, obedézcanle y séanle fieles, porque de ello depende la vida de ustedes y el que vivan muchos años en la tierra que el Señor juró dar a Abraham, Isaac y Jacob, antepasados de ustedes, Deuteronomio 30:20.

No cabe duda que este mandato divino debe seguir teniendo la mayor relevancia y atención en nuestra vida de hoy como en el A.T., mucho más lo debe tener en este tiempo donde miles son engañados por la ingratitud y frialdad del desamor, Dios es amor y la fuente de todo afecto sincero; quien no ama a Dios, no se ama así mismo de manera equilibrada y mucho menos amará a los demás. El amor es la esencia del evangelio, por lo tanto, si amamos a Dios y vivimos en amor, estamos haciendo realidad el evangelio. Amar al Creador es lo más importante no sólo para los cristianos, sino para todo ser humano, Los que aman al Señor, aborrezcan el mal; Él guarda las almas de sus santos; los libra de la mano de los impíos, Salmos 97:10.

Los fundamentos y principios bíblicos se basan en los Diez mandamientos, por lo tanto debemos vivirlos para estar bajo las instrucciones dadas desde la antigüedad, ellos fueron puestos para nuestra bien, así que tenemos que enseñar y recordar las ordenanzas de Dios dadas en tiempos bíblicos pero aplicables y vigentes mientras haya vida en la tierra. Dichosos los que guardan tus estatutos y de todo corazón te buscan. Salmos 119;2.

Cuando amamos al Dios Creador con todo nuestro ser somos obedientes a su palabra, nuestra vida cobra sentido y propósito, las cosas se ponen en orden repercutiendo, no solo en lo personal, sino en lo social, nuestro primer deber es amar a Dios dando todo lo mejor de nuestra existencia, sin importar las circunstancias, Amar a Dios consiste en obedecer sus mandamientos; porque sus mandamientos no son una carga, 1 Juan 5:3Dios no pone cargas, solo nos quiere bendecir y librar de lo malo que ofrece  el mundo y el engañador. 

En la manera de vivir y relacionarse un cristiano debe mostrar su gran amor por el SEÑOR, un testimonio que atraiga a otros hacia Él, a aquellos que livianamente imaginan que son salvos porque no matan, no roban ni violan, sin reconocer que dañan a su familia y a su vecino con su mal carácter, es obvio que no aman a Dios; amar a Dios es amar a todos nuestros semejantes, aún a los enemigos, y a nosotros mismos con amor propio y valía personal, valorándonos y dándonos el lugar de dignidad que Cristo ganó en la cruz, si alguno dice amar a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo podrá decir que ama a Dios a quien no ha visto? 1 Juan 4:20. Y los mentirosos no heredarán el reino de Dios, Apocalipsis 21:8.

La humanidad se ha desviado de lo bueno y lo justo al ignorar al Dios vivo, real y verdadero, dándole la espalda a su Creador, por eso no pueden amarlo, el mundo sigue y adora muchos diosecitos que ha inventado porque no conocen a su SEÑOR, con sus diosecitos inertes y humanos ofenden a su Creador real robándole la gloria, violando este supremo mandato con su idolatría  y haciéndose acreedores de juicio, Pues provocaron al Santo con sus lugares paganos, y despertaron sus celos con sus imágenes de talla, Salmos 78:58. 

Nuestro Señor Jesucristo recordaba una y otra vez las Escrituras y le respondió al escriba fariseo que lo tentaba preguntándole, Maestro, ¿Cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y más grande mandamiento. Y el segundo es semejante, amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas, Mateo 22: 36-38. ¡Imagínense, toda la ley de Dios depende de amar a Dios y a la gente! ¡Que responsabilidad tan grande tenemos!

La palabra de Dios afirma que hay un solo Dios que se identifica con el nombre de YHWH, el Gran YO SOY. Él es el SEÑOR del universo, el sustentador de todo lo creado y fuera de Él no hay ningún otro dios. Sólo Él ha marcado la historia de la humanidad al bajar de su trono, hacerse hombre para venir a salvarnos y revelarse a sí mismo de manera maravillosa cumpliendo las profecías, Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: YO SOY el primero, y YO SOY el postrero, y fuera de Mí no hay Dios. ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de Mí, como hago YO desde que establecí el pueblo antiguo? Isaías 44:6-8. En la persona de Jesús se confirma el amor del Padre hacia los pecadores ingratos que persisten en no amarlo y hacer lo que mejor les parece.

La humanidad ha hecho a un lado los mandamientos y se ha olvidado del único Dios que cambia vidas, el mundo está lleno de frialdad, insensibilidad y mezquindad, debido al desamor, la incredulidad y la idolatría del desorden pagano que se mueve sobre la tierra. La sociedad está llena de conflictos, dolor y muerte por olvidarse de Dios, por no amarlo como solo Él es digno; esto ha hecho que la gente le atribuya sus bendiciones a la suerte, al azar y a sus aptitudes, quitando todo el reconocimiento y el agradecimiento al Dios que todo lo da, al Dador de la vida, al SEÑOR de la gracia, del perdón y la salvación, pero Él conoce quienes los aman de verdad. El que ama a Dios, el tal es conocido por Dios, 1 Corintios 8:3.

El problema no es solo si creen o no en Dios, el pecado que miles de personas enfrenta es su rebeldía y desobediencia a los mandatos divinos, pero aún hay tiempo y oportunidad de arrepentirse. Es tan importante amar a Dios, que El SEÑOR no colocó este mandamiento entre los diez, sino que lo colocó aparte como el Gran Mandamiento; pero los dioses terrenales llenan la vida de los incrédulos que desplazando al Dios de la vida, él Único que puede perdonar, limpiar y proteger a cada instante, hasta el fin, Este es Jesús, la piedra angular que muchos edificadores han rechazado, pero que ha venido a ser la Cabeza del edificio. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en quien podamos ser salvos, Hechos 4: 11-12.

Debemos ser conscientes que Amar a Dios por sobre todas las cosas, debe ocupar el lugar supremo y la preeminencia en la vida de todo ser humano sobre la tierra. Desglosemos este maravilloso mandamiento que lo sustenta todo y nos bendice:

1. AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Mateo 22:37a. Así como el corazón palpita siendo el órgano central de nuestra existencia porque del corazón brota la vida, Proverbios 4:23, desde nuestras entrañas debemos amar a Dios con todo nuestro ser; porque es de dentro del ser que salen cosas malas del hombre, pero si tenemos a Dios en primer lugar y lo amamos intensamente, de dentro saldrá todo lo bueno que Dios deposita allí porque lo tenemos entronado en nuestro corazónMateo 15:19.

Siendo humanos imperfectos y expuestos al pecado, no todo lo que deseamos o sentimos es bueno, nuestro corazón nos engaña en la mayoría de los casosJeremías 17:9, y nos lleva a hacer cosas perversas, por eso fallamos, pecamos y dejamos a Dios de lado casi sin darnos cuenta, por lo tanto debemos estar atentos que en verdad estamos amando a Dios, frente a nuestros sentimientos y emociones, debemos prestar mucha atención…no sea que nos deslicemos, Hebreos 2:1.

También es con el corazón que amamos, y cuando amamos sinceramente, sacamos todo lo bueno para adorar a Dios y hacer bien a la gente. Amar a Dios es el único camino que nos proporciona satisfacción, tranquilidad y paz genuina en el alma. Si amamos a Dios con todo nuestro corazón, nos quedará más fácil amar a la gente. Dios nos bendecirá no solo en lo afectivo sino en todas las áreas de nuestra vida, haciendo que nos sintamos satisfechos y saciados, El Señor cuida a todos los que lo aman, pero aniquilará a todos los impíos, Salmos 145:20.

Si no amamos a Dios de corazón, tendremos vacíos, insatisfacciones y frustraciones en el alma, terminaremos esclavos de nuestras pasiones, con el corazón roto y lleno de heridas. Solo amar a Dios intensamente nos mantendrá saludables interior y exteriormente. Amar a Dios con el corazón nos proporciona plenitud de vida si le entregamos todo lo que tenemos y somos. Amar a Dios con todo nuestro corazón es ligar el nuestro al de Cristo para ser uno y con un mismo palpitar, Asegurémonos de no tener un corazón divido, maligno ni incrédulo que nos aleje de Dios.  

2. AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODA TU ALMA, Mateo 22:37bEn el alma están la voluntad, las emociones y la mente, es lo que común mente se denomina el “yo ego” o la siquis, es lo que nos identifica como personas únicas e irrepetibles, el alma es nuestra esencia humana, es invisible al ojo humano, pero no al ojo de Dios, así como no podemos ver el centro de la tierra, Dios sí; el alma es la parte central y principal que encierra lo que es cada ser humano, el alma contiene la parte espiritual eterna que dará cuentas a Dios para ser justificada o condenada según la vida que llevó cada persona en la tierra, ¿De qué le sirve al ser humano ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O cuánto podrá pagar una persona por salvar su alma? Mateo 16:26.

Es en el alma donde se determinan los principios, los valores y las virtudes de cada quien. Es allí donde se valora y se ciñe el sentido moral. En el alma reside la fe o la incredulidad y es allí donde se libra nuestra batalla espiritual diaria. El alma es la que nos hace distintos a los demás seres, es con el alma que ponemos a Dios en primer lugar o lo dejamos de lado, Pero si desde allí buscas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, lo encontrarás, Deuteronomio 4:29.

Todo lo que hacemos con el alma es lo que permanece y trasciende no solo en la tierra sino por la eternidad. Así que si amamos a Dios con toda el alma, significa que todo nuestro yo, nuestro ser interior estará en orden, en armonía y habrá salvación, de lo contrario la vida será caos y pérdida continua, no solo en la vida, sino por la eternidad, Solo en Dios halla descanso mi alma; porque de Él viene mi salvación, Salmos 62:1.

Dios lejos está de ser un tirano manipulador, como lo es el diablo que desde el Edén ha querido hacerle creer a la gente, que Dios quita la libertad y niega los placeres buenos de la vida, Dios conoce todas las cosas, la profundidad y los alcances del alma humana, por eso continuamente nos corrige y nos disciplina para cuidarnos y protegernos de aquello que nos podría dañar o desviar del bien y de la felicidad verdadera que tenemos en Cristo, El Señor dice a su pueblo: Hagan un alto en el camino, paren y pregunten por las instrucciones que fueron dadas desde la antigüedad, porque allí está el mejor camino; síganlo y encontrarán descanso. Pero muchos dicen: no, no queremos, Jeremías 6:16. Amar a Dios con el alma es rendirnos a Él para adorarlo en todo lo que somos, hacemos y decimos.

3. AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODA TU MENTE, Mateo 22:37c. En la mente están los pensamientos, la inteligencia y la razón; es en la mente donde se originan las ideas, se retiene el conocimiento y se tejen las intenciones; todo esto se une misteriosamente con las emociones y la voluntad que nos conducen a las decisiones, las actitudes, los motivos y los actos que llevamos a cabo en nuestra relación con Dios y con las demás personas. Por eso es de vital importancia llenar nuestra ser con el amor de Dios y su palabra, allí aprendemos a conocerlo y amarlo, para hablar y vivir sabiamente, Y renuévense en el espíritu de su mente, y vístanse del nuevo hombre, creado según Dios, en la justicia y santidad de la verdad, Efesios 4:23-24. Dejemos que el Espíritu Santo nos renueve los pensamientos y el carácter, vistamos de la nueva naturaleza, creada según Cristo y a semejanza del Padre, quien es verdaderamente justo, santo y digno de amar,

Debemos ocupar gran parte de nuestros pensamientos en Dios en vez de las cosas del mundo o de nosotros mismos, centrar nuestra mente en nosotros mismos nos hace independientes de Dios, por eso han surgido muchos intelectuales soberbios que se denominan “ateos” y rechazan a su Creador, Porque esa sabiduría no es la que viene de Dios, sino que es sabiduría de este mundo, de la mente humana y del diablo que es maligno y perverso, Santiago 3:15.

Amar a Dios de verdad, nos hace indiferentes ante las riquezas, somos agradecidos y felices con lo que tenemos y vivimos en paz reconociendo que YHWH gobierna y tiene el dominio de todo lo creado pase lo que pase. Una persona que no ama a Dios y se mueve en su propio parecer pasando por alto al Creador, si le salen mal las cosas, se vuelve amargada y en muchos casos se convierte en víctima, siente lástima de sí misma y se acuerda de Dios para echarle la culpa de sus desdichas, Y su fin es la perdición. Su dios son sus propios apetitos, y sienten orgullo de lo que debiera darles vergüenza. Solo piensan en las cosas de este mundo, Filipenses 3:19.

Es por eso que la biblia nos enseña valentía y firmeza, derribando argumentos y toda altivez que se levante contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo TODO PENSAMIENTO a la obediencia a Cristo, 1 Corintios 10:5. Amar a Dios con toda la mente, significa entregarle todas nuestras ideas y creatividad para que Él nos dirija y coloque la certeza de lo mejor y conveniente.

En la mente el enemigo continuamente trabaja enviando dardos para desviarnos del amor, los propósitos y bendiciones de Dios. Nuestra mente debe estar llena de amor por Dios, no puede estar en blanco ni desocupada, sino llena de su palabra para permanecer buscando las cosas de arriba donde vive el Eterno, Mateo, 6:19-21. Si amamos a Dios pensemos en todo lo santo, lo recto, lo puro y lo que es digno de nombrarse, Filipenses 4:8.

Cuando nos acostumbramos a pensar en Dios y a meditar su palabra, le resultará más difícil al enemigo enfriarnos o hacernos caer. La forma de amar a Dios con toda nuestra mente es permanecer conectados a la mente de Cristo, Porque ¿Quién ha conocido la mente del SEÑOR, para que lo instruya? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo. 1 Corintios 2:16.

4. AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODAS TUS FUERZAS, Mateo 22:37d. Esto hace referencia a nuestro cuerpo, nuestra parte física; con nuestro cuerpo es que permanecemos ocupados y en muchas actividades diarias trabajando y moviéndonos de un lado a otro. Vivimos tan ocupados en tantas cosas que casi no tenemos tiempo para Dios. Muchas veces permanecemos en continuo activismo en medio de la gente, pero extraños para Dios, amando de labios pero el corazón lejos de Dios, Isaías 20:13. 

Es en nuestras fuerzas que comúnmente nos movemos hasta llegar a un  momento en que no podemos soportar ni física ni emocionalmente, no podemos dedicar toda nuestra atención y actividad solo al trabajo, al estudio, al deporte y muchas otras actividades que nos envuelven y agotan, nos cargan y nos hacen olvidar de Aquel que con tanto amor nos amó en la cruz; tanta actividad finalmente nos enferma, pero si dedicamos una parte de nuestro tiempo de calidad en buscar al SEÑOR para hablar con Él, todo nos resultará provechoso, aún las pruebas y dificultades, Por lo tanto, les ruego hermanos míos, por las misericordias de Dios, que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo y santo, aceptable a Dios, porque esa es nuestra forma de adoración espiritual, Romanos 12:1.

Amar a Dios por encima de nuestras propias fuerzas, significa que confiamos en Él. Amar a Dios con todas nuestras fuerzas es entregarle nuestro cuerpo con sus cinco sentidos para que Él gobierne y muramos al yo, para que mengue mi ser pero Cristo crezca en mí y que Dios sea exaltado y glorificado con y en nuestro cuerpo. Amar a Dios con todas nuestras fuerzas, es no pecar, no por miedo al castigo, sino porque lo amamos y crucificamos la carne para agradarlo a Él y que Él reine. ¡Eso sí que es una verdadera aventura diaria para el cristiano genuino que adora al Rey! Porque los que viven en la carne no pueden agradar a Dios, pero si vivimos por Espíritu no habrá ninguna condenación, Romanos 8:8-9.

Amar a Dios todas nuestras fuerzas es renovar tanto el interior como el exterior teniendo presente que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo y como tal debe ser tratado, no podemos permitir que el cuerpo arruine ni altere el plan poderoso de Dios para nuestra vida, si es necesario cortarnos las manos o algún miembro, es preferible antes que ser condenados, Mateo 5:29-30.

Debemos ser un faro que ilumine con el amor de Dios y nuestro cuerpo sea la lámpara que alumbre con el reflejo tierno del Espíritu que nos da las fuerzas necesarias para vencer en santidad; no dejarnos dominar por las bajas pasiones de la carne, debemos cultivar cuerpos puros que amen con todas las fuerzas a Dios, glorificándolo con limpieza, porque no nos pertenecemos a nosotros mismos, Dios nos compró con la sangre y el sacrificio de Jesús y nos selló como su propiedad para hacernos templos vivos de su santidad. Honrar a Dios con nuestro cuerpo, es demostrar que lo amamos de verdad.1 Corintios 6:19-20.

Termino diciendo, que no amar a Dios como Él lo establece y lo merece, es el mayor pecado del hombre; creerse cada uno el centro de su propia existencia, es la mayor idolatría, así se niega, desecha, ignora, blasfema y desplaza al Dador de nuestra vida; no podemos abandonar el Primer y más Grande amor, Dios es nuestra prioridad, No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor de Dios no está en él. Porque todo lo que hay en el mudo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no provienen del Padre, sino del mundo, 1 Juan 2:15-17.

Es imposible que una persona llegue a amar a Dios si no ha experimentado primero el arrepentimiento de su pecado para recibir el perdón y el amor de Dios en la persona de Jesucristo, En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó a nosotros, y envío a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. Nosotros lo amamos a Él porque Él nos amó primero, 1 Juan 4:10-19. 

Oremos: Señor, ayúdanos a amarte cada día más porque solo cuando te amamos con todo nuestro ser, cambiamos, y por cada persona que decida amarte intensamente, podría cambiar el mundo, que no demos ni siquiera un paso si no hablamos contigo y te consultamos primero. Llena nuestro corazón de tu tierno amor y nuestra mente de tus poderosos pensamientos, que podamos movernos en tus fuerzas y no en las nuestras para movernos en tu voluntad, adorarte y hacerte sonreír complacido hasta el final y que muchos puedan ser impactados porque tu habitas y eres visible en nosotros. Amén.

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino

 


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