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19 oct 2015

NUESTRA BATALLA ESPIRITUAL

NUESTRA BATALLA ESPIRITUAL ES DIARIA Y PERSONAL

Porque, aunque andamos en este cuerpo físico, no luchamos según nuestra naturaleza humana, porque las armas de nuestra contienda son espirituales y poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. 2 Corintios 10:3-4.

 

Porque los deseos del cuerpo carnal son contra el Espíritu, y el Espíritu es contra la carne; porque carne y espíritu se oponen entre sí, para que no hagamos lo que queramos. Gálatas 5:17.

 

Mira que satanás te ha reclamado para zarandearte como a trigo; pero YO he rogado al Padre por ti para que tu fe no falte, y tú, una vez que hayas salido de la prueba, fortalece a los hermanos. Lucas 22:31-32.

 

Tanto se nos ha hablado de batalla, lucha, pelea y guerra espiritual, pero el SEÑOR nos revela que nuestra verdadera batalla espiritual es con nosotros mismos, Dios quiere hacernos ver que las enseñanzas triunfalistas del error, la falsa teología, la doctrina de la prosperidad y la hipergracia nos han enseñado pensamientos de hombres y cosas antibíblicas, haciéndonos creer que nuestra batalla no es nada personal y que por lo tanto, no tenemos que hacer nada, solo esperar las bendiciones; NO es verdad que si ya estamos en Cristo nada malo nos pasará, Dios a todas las personas que ama, también nos permite el sufrimiento y los procesos de quebranto y humillación. Porque el SEÑOR al que ama disciplina, y azota al que toma por hijo. Y si soportamos su disciplina, Dios nos tratará como a hijos, y ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Hebreos 12:6-7.

 

Vaya que sí lo sé, muchas veces he pasado por duros procesos en las manos de mi Padre Dios, como cuando he resbalado y caído, cuando murió mi padre en accidente de tránsito, cuando mi hermano cayó en drogadicción y finalmente falleció, cuando he enfermado y he estado muy mal, cuando mis hijos me hicieron llorar durante la crianza, cuando estuve sin empleo, cuando he sido despreciada, cuando fuí usada y abusada, cuando muchos me han rechazado e ignorado, etc., y con certeza se que los que me leen también han pasado por momentos oscuros en su vida, porque si nuestro Dios permite el sufrimiento hasta las lágrimas y el dolor del alma, es porque Él quiere extraer de nuestras extrañas los mejores frutos para su gloria y nuestro gozo final. Jesús le dijo a sus discípulos: si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo tome su cruz y sígame. Y para que el hombre tome su cruz, debe ser piadoso y espiritual guardando mis mandamientos. Mateo 16:25-26.

 

La razón de nuestra batalla está en lo que el SEÑOR Jesús enseñó acerca de la semilla de trigo que cae en tierra y muere para dar fruto, cuando la cáscara se desprende de la semilla, se rompe y cae, así desaparece su apariencia exterior; esa semilla tendrá que soportar, el agua el viento, el calor del sol en el día, el frio y la oscuridad de la noche, y cuando parece que la semilla muere, lo que en realidad sucede es que libera vida desde adentro de la tierra; así es como batallamos a diario para morir a nosotros mismos y dar fruto abundante para Dios, fue exactamente lo que nuestro SEÑOR Jesús hizo en el sacrificio de la cruz. Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. Les digo la verdad, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. El que ama su vida la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará…Juan 12:24-26.

 

Así que la verdadera doctrina bíblica en cuanto a la nuestra batalla espiritual es con nosotros mismos muriendo a la carnalidad del viejo hombre, porque la naturaleza caída desea hacer el mal, pero el Espíritu se opone a eso, y se hace una lucha constante; Dios sabe que no conviene que hagamos lo que nos de la gana y nos pone límites. Es cierto que en Cristo hay seguridad eterna y vida abundante en cuanto a lo que Él hizo en la cruz, pero eso no significa que no vayamos a pasar por enfermedad, crisis, dolor, pérdidas, caídas, y persecución, hasta hoy muchos hermanos mueren en distintas partes del mundo, como misioneros mártires en defensa del nombre de Cristo y el evangelio. Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de Mí, que soy mando y humilde de corazón; así hallarán descanso para su alma…mi yugo es fácil y ligera mi carga. Mateo 11:29-30.

 

Independientemente de que seamos hijos de Dios y seguidores de Cristo, y salvos en Él, tendremos que sufrir reveses en la vida, pero en todo Dios siempre quiere bendecirnos como su su pueblo amado, por lo tanto, no siempre el SEÑOR nos va a evitar el sufrimiento, el dolor y el padecimiento pueden ser el mayor catalizador, lo que nos impulsa a la reflexión y los cambios, estimulándonos en Dios a mejorar para Él promovernos a mayores niveles de espiritualidad y madurez; así que amado, tú que me lees, si estás sufriendo y pasando por una terrible crisis, aprovecha para buscar a Cristo, porque es la oportunidad de conocerlo más y extraer lo mejor de nosotros para dar buen fruto como lo hizo el SEÑOR. Yendo un poco más adelante, Jesús se postró hasta tocar el suelo con su frente, y orando dijo: Padre mío, si es posible, líbrame de este trago amargo, pero que no se haga lo que YO quiero, sino lo que Tú quieres...Mateo 26:39.

 

Cada año leo toda la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis, en diversas versiones, y las personas que más admiro en ella, son José, Daniel y sus amigos, Pablo y Silas, ellos fueron personas que pasaron por prisiones, tormentos, rechazos, humillación y dolor, todo por amor a Dios; los héroes de la Biblia padecieron de muchas maneras, pero produjeron fruto y dejaron gran ejemplo hasta hoy, honrando a Dios y extendiendo su reino. Porque todavía, sigue nuestra lucha contra el pecado; pues no hemos resistido hasta el punto de derramar la sangre. Hebreos 12:4.

 

En verdad, nos conviene ser sacudidos para salir de tanto error, amañé espiritual y actitudes equivocadas sin cambiar el mal carácter y la tibieza espiritual de liviana doctrina, sin rendirnos a Dios y permitir que Él nos trate; en muchas ocasiones necesitamos ser humillados para que se nos baje el moño y caer rendidos en lágrimas a los pies de Jesús; así se derriban falsos conceptos, falsas doctrinas, hábitos y costumbres erráticas que para nada aprovechan, pues todo lo torcido e incorrecto cae tarde o temprano por su propio peso, si estamos en Cristo; tenemos que basarnos en la verdad bíblica, pues creemos en el Dios vivo, real y verdadero, que bendice, ama, perdona, sana, pero también disciplina y corrige para enderezar nuestros caminos. Reconoce en tu corazón que, así como un padre disciplina a su hijo, también nuestro Padre celestial nos disciplina. Deuteronomio 8:5.

 

Dios no nos asegura ponernos siempre en un jardín, también dice que nos llevará al desierto, pero a dónde nos lleve, Él estará con nosotros en el fuego del dolor y la prueba, tal como estuvo con los tres jóvenes en el horno de fuego; si llegamos a Cristo, necesitamos ser procesados para ser nuevos, ser regenerados, renovados y perfeccionados en Él, y no podemos saltarnos los procesos, sino que debemos someternos a Dios, para que su Espíritu Santo trabaje en nosotros, y con Cristo soportar el dolor de la crisis y el sufrimiento en el tiempo que dure la prueba, y una vez que haya terminado ese tiempo, grandes cosas nos esperan. El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio. Proverbios 12:1. Y dichoso el que soporta el fuego de la prueba; porque cuando haya resistido, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que lo aman. Santiago 1:12.

 

Lo bueno del dolor es que nos saca del error, y en el desierto experimentamos la presencia de Dios viéndolo obrar a nuestro favor, entonces nos vemos tal como somos, aprendiendo que debemos depender de Dios al 100%; en nuestras batallas conocemos mejor a Dios y aprendemos a amarlo intensamente, porque lo buscamos en la palabra y somos confrontados con muchas cosas que debemos dejar porque estorban, así somos transformados a la imagen de Cristo, morimos al yo, sepultamos el ego, nos negamos a nosotros mismos, odiamos nuestros caprichos y deseos carnales para desear hacer la voluntad de Dios; así apreciamos el trato y los procesos de Dios, deseando llegar a la meta final como dice la palabra: sin mancha y sin arruga, y en la victoria que Cristo ya ganó para nosotros. Derribando argumentos y toda altivez que se levante contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia en Cristo. 2 Corintios 10:5.

 

Dios mantuvo al pueblo de Israel en el desierto para formarlos, quitarles la mentalidad de esclavos que traían de Egipto, y para que entraran nuevos a la tierra prometida; el proceso era Egipto, el desierto y la tierra prometida, tratando con el corazón y el carácter de todo su pueblo y revelándose a ellos, esa es nuestra batalla diaria para llegar un día a eterna tierra prometida al lado de Cristo; nuestra certeza es batallar en el desierto del mundo, enfrentando muchas cosas, pero no solos, Dios siempre estará con nosotros. He aquí, YO la atraeré y la llevaré al desierto, allí la enamoraré y le hablaré al corazón; luego le devolveré sus viñas y le daré el valle de Acor por puerta de esperanza. Oseas 2:12-15.

 

Acor en hebreo, son tres letras del alefato, Ayin-kaf-resh, significa, turbar, perturbar y dificultad; lo cual nos habla de perturbación espiritual del alma, y así como las aguas se ponen turbias con el lodo, nuestro espíritu también se ve agitado a causa del pecado, la desobediencia y las malas acciones, y entramos en crisis, ahí necesitamos al SEÑOR, porque solo Jesús puede calmar las tormentas del alma, con la obra regeneradora y santificadora de su Espíritu y nos trae su calma inexplicable, aprendiendo a descansar en Cristo con nuestra comunión personal con Él; y lo que Dios usó para disciplinar y corregir, Él lo transforma en bendición para rodeándonnos de su paz liberadora, su shalom; fue lo que sucedió con José; Sus hermanos pensaron en hacerle mal, pero Dios lo cambió todo para bien. Génesis 50:20.

 

Nuestra batalla espiritual es personal y directa, enfrentando muchas cosas adversas y contrarias en nuestro trayecto por la vida, sea porque pecamos, hicimos malas decisiones o porque Dios quiere fortalecer nuestra fe, moldear las aristas de nuestro carácter y aprender gobierno y dependencia de Él, con el propósito de que su palabra se cumpla en nosotros y un día alcancemos la estatuirá de Cristo, por eso, recibimos humillación, y somos postrados en el dolor; Dios saca de nosotros todo lo que estorba y lleva a cabo su propósito para nuestra vida y crecimiento espiritual; nuestra esperanza es que Dios no nos abandona, siempre estará a nuestro lado hasta el fin. Después que hayamos sufrido un poco de tiempo, Dios hará que todo vuelva a estar bien, para que no dejemos de confiar en Él; nos dará fuerzas para que no nos desanimemos y hará que estemos firmes y seguros. Porque es Dios que en su infinito amor, nos ha elegido por medio de Jesucristo, para que formemos parte de su maravilloso reino. 1 Pedro 5:10.  

 

Cuando sufrimos, parece que surge una conexión especial, preciosa y maravillosa con Dios, es como que nuestro sufrimiento atrae la presencia de Dios, lo cual vemos claramente en el libro de Job, Dios estuvo pendiente de Job todo el tiempo, no apartó sus ojos de él, aunque le permitió gran dolor, nunca lo abandonó, el Padre celestial estuvo atento y presente a todo lo que le acontecía a Job, aun cuando al profeta le parecía lo contrario; el enemigo le quitó todo, hasta la salud, pero jamás pudo quitarle la presencia de Dios, y en su integridad Job dijo a Dios: Yo sé que Tú lo puedes todo y que no hay nada que Tú no puedas realizar. ¿Quién soy yo para dudar de tu providencia, mostrando así mi ignorancia? Yo hablaba cosas que no entendía…pero Tú me dijiste escucha que quiero hablarte…porque hasta ahora, solo de oídas te conocía, pero ahora te veo con mis propios ojos…Job 42:2-6.

 

Es bueno leer varias veces el libro de Job, de allí aprendemos mucho de la batalla de nuestra vida, en especial para ser fuertes y tener esperanza cuando sufrimos, porque cuando padecemos Dios se nos revela, su presencia se hace muy real y escuchamos su voz consoladora; pero también aprendemos que detrás de nuestras pruebas y sufrimiento, hay una confrontación espiritual de dos fuerzas y dos reinos espirituales muy fuertes, Dios y el diablo; allí Dios pelea por nosotros y le da certeros golpes al adversario, derribando todos sus malignos argumentos contra nosotros, porque nos mostramos como somos: sencillas y pequeñas personas de fe, perseverando firmes y confiados en Dios, honrando su nombre, hasta el punto de adorarlo en medio del más profundo dolor, y tirarnos rostro en tierra para adorar a pesar del quebranto en que estemos, aquí está nuestra verdadera batalla espiritual. YHWH es quien da y quien quita, bendito sea el nombre del SEÑOR…Job se postró en el suelo y adoró, Job 1:20-22.

 

Nuestra batalla espiritual no es gritando, saktando y reprendiendo al enemigo, es cuando tomamos el poco de aliento que nos queda, levantamos las manos y nos doblamos ante Dios, así nos humillamos y adoramos al SEÑOR, expresando la verdad de nuestro corazón; no entendemos nada de lo que está pasando y tenemos muchas preguntas, pero decimos a Dios: te amo mi Dios, me rindo totalmente a Ti SEÑOR, te dejo ganar y me humillo para adorarte Dios; es allí donde le damos el mayor golpe al infierno en la mayor confrontación espiritual. He aquí, aunque Dios me mate, en Él esperaré; y defenderé delante de Él mis caminos, así Dios mismo será mi salvación. Porque un impío no entrara en su presencia. Job 13:15-16.

 

En el dolor más profundo y oscuro de la prueba, adoremos al SEÑOR, nuestro Dios, aun si a nada le encontramos sentido; aún, muchas veces nuestra adoración puede ser sin palabras, solo con lágrimas y gemidos del alma en gran dolor y sin atribuirle a Dios despropósito alguno, sino dando gracias y pidiendo fuerzas por estar a nuestro lado y ayudarnos a soportar, Él entiende los gemidos de un corazón contrito y humillado, porque seguimos confiando y descansando en Él a pesar de todo, Él es Dios soberano y sabe lo que hace; en esta condición llegaremos a la cima de nuestra batalla espiritual, conmoviendo el infierno y acallando la voz del enemigo. ¡Aleluyaaa!


Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.   





 


SAL DE LA CUEVA Y EXTIENDE LAS REDES

SALGAMOS DE LA CUEVA Y TENDAMOS LAS REDES 

 ES TIEMPO DE SUBIENDA Y COSECHA

El reino de los cielos se parece a una red de pescar. Los pescadores echan la red al mar y en ella recogen toda clase de peces. Cuando la red ya está llena, la, sacan a la orilla y se sientan a separar el pescado bueno del malo. Mateo 13:47-48.

Jesús les dijo: Síganme, y YO los haré pescadores de hombres Al momento ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Mateo 4:19-20.

Alzad, oh puertas vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? YHWH el fuerte y valiente, Elohim el poderoso en batalla. Alzad, oh puertas vuestras cabezas, y alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria, Salmos 24:7-10.

Nuestro SEÑOR Jesucristo compara el reino de Dios a la actividad de la pesca donde se lanza la red de su palabra y una vez que se llena se trae hacia la orilla del mundo, sacamos peces de la corriente del mundo, pero es Él SEÑOR quien hace separación entre los peces buenos y los malos; nosotros somos pescadores que con el evangelismo y la predicación podemos atraer a muchos que llenan templos locales, pero el Dueño de la empresa y SEÑOR de la actividad, ya habiendo muchos en su red, un día vendrá y hará separación entre unos y otros, algo parecido a separar entre ovejas y cabras y entre trigo y cizaña. Mateo 25:31-46.

Desde que decidimos seguir a Jesucristo, somos apartados de la corriente del mundo, ya no somos partícipes ni tampoco espectadores del mundo, empezamos a pertenecer a la empresa pesquera más grande donde Cristo es el Timonel de nuestra barca, Él es el más grande pescador de almas y en Él somos pescadores de muchas más con el testimonio y el compartir de su evangelio; nosotros y los que pescamos somos puestos a un lado, a una orilla del mundo para que no seamos arrastrados en sus tormentosas olas de maldad que ahogan a miles. Porque el fruto del justo es árbol de vida, y el que gana almas es sabio. Proverbios 11:30. Lee Efesios 2:2-3.

En el Evangelio de Juan 20: 19-23, vemos que los discípulos estaban encerrados a puertas cerradas porque tenían miedo de los que los perseguían a causa del SEÑOR, asi vemos hoy al interior de la Iglesia, hay muchos encuevados como si tuvieran miedo, están como los discípulos cuando Jesús murió; ellos creyeron que se les había acabo la esperanza, porque olvidaban las promesas que Él había dado. En muchos lugares los templos permanecen a puerta cerrada aunque deberían estar abiertos continuamente para que los necesitados, abatidos y necesitados entren y encuentren alivio y descanso. Cuando vine a Troas a predicar el evangelio de Cristo, el SEÑOR me abrió una puerta. 2 Corintios 2:12.

Nosotros como seguidores y discípulos del SEÑOR, no somos cobardes ni indiferentes ante la necesidad de salvación tan grande que hay hoy, pero podemos hacer otra clase de guerra espiritual que es la guerra del amor del Padre que venció a satanás entregando lo más valioso y puro en sacrificio por amor a nosotros, porque el amor cubre multitud de faltas y pecados, por ese amor divino que nos rescató, también debemos dar amor como verdaderos pescadores que aman las almas para el Reino del Padre. Hoy con voz audible, el SEÑOR está hablando a su pueblo, para que salgamos a extender las redes, del amor que conquista y atrae, es tiempo de subienda y cosecha, la maldad se ha multiplicado sobre la tierra, y nosotros, ¿qué estamos haciendo? Porque es Dios quien obra en ti y en mi tanto para querer como para hacer su buena voluntad. Filipenses 2:13.

Cuando el SEÑOR llegó al lugar donde estaban encerrados sus discípulos, lo primero que les dijo fue: Paz a vosotros. Como me envío el Padre, así también YO los envío. Juan 20:21. Esto nos enseña que lo primero que debemos solucionar en la vida, es todo lo que nos robe la paz interior para tener paz espiritual poniéndonos a cuentas con Dios y poder salir a pescar almas para el reino de Dios; cuando fallamos tendemos a eludir, escapar y escondernos; si hay enemistad y conflicto, por lo general la gente tiende a aislarse y encerrarse, pero lo correcto es correr a buscar a Dios. Si hay algo en tu conciencia que te acuse de haber fallado a Dios, no tendrás comunión con Él, y tampoco podrás cumplir tu tarea de pescador si huyes, evades y te escondes, Dios estará en silencio, Entonces me llamarán y no responderé; me buscarán de mañana y no me hallarán, Proverbios 1:28.

Los discípulos negaron al Maestro, cuando huyeron y lo dejaron sólo en el Huerto de los Olivos, luego se encerraron, pero Jesús resucita y se les aparece para devolverles la tranquilidad, y asegurarles que no había enemistad entre ellos, porque nuestro Dios siempre está dispuesto a perdonarnos y recibirnos. Cuando los discípulos entendieron esto, el resultado fue gozo y paz, y ya no se escondíeron más, salieron a testificar, salieron a tender la red de salvación predicando del SEÑOR y sus enseñanzas. Y pondrás la llave de la casa de David sobre su hombro, entonces Él abrirá, y nadie cerrará; y Él cerrará y ninguno abrirá. Isaías 22:22.

Luego nuestro Rey Jesús se manifestó otra vez, y les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron, vamos nosotros también contigo…inicialmente no pescaron nada, pero Él les dijo: Echen la red a la derecha de la barca y hallarán. Entonces la echaron y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces, Juan 21:1-6. Es el SEÑOR el que nos llama a pescar, Él irá con nostros, nunca nos dejará solos, por lo tanto debemos acudir inmediatamente, porque cuando llegues a su presencia no preguntará qué hiciste con tu visión, ni qué hiciste con tu profesión y tus sueños, Él nos preguntará cuántas almas ganamos para su reino y revelará si cumplimos el mandato de hacer discípulos a todas las naciones. Porque El fruto del justo es árbol de vida; y el que gana almas es sabio. Proverbios 11:30.

Jesús dijo: Paz entre ustedes; como el Padre me envío, así mismo YO los envío; sopló y les dijo: reciban el Espíritu Santo. El momento en que sopló de su Espíritu, dió poder, seguridad y autoridad a sus enviados para salir por las almas, fue con el poder de su Espíritu que los sacó del escondite; y quizá hoy muchos necesitén del Espiritu Santo para salir a cumplir la tarea y hacer la voluntad del SEÑOR. Porque si ustedes me aman, obedecen mis mandamientos. Juan 14:15.

Nuestro Dios nos acepta como llegamos a Él porque nos ama, pero siempre nos va a entrenar y preparar para podernos enviar. Él tiene un propósito con cada vida que se rinde y entendemos mejor la razón de ser de nuestra vida, y lo que más le da sentido a nuestra vida es el servicio a Dios reflejando su amor y bondad por la saivación de nuestro prójimo y que muchos tengan el privilegio de conocer al Autor y Consumador de la fe que rescata. No hay temor en el amor; porque el perfecto amor echa fuera el temor; puesto que el temor lleva en sí castigo. Donde el que teme no ha sido perfeccionado en el amor. 1 Juan 4:18.

Necesitamos salir de la cueva de la indiferencia, el miedo y la inercia para ser pescadores de almas, esto es obedecer a la Gran Comisión, entendiendo la importancia del mandato y el valor de las almas para el Padre que dió a su propio Hijo en rescate por muchos. Cuando demos el primer piso, nos daremos cuenta que el Padre ha puesto un gran potencial dentro de cada uno de sus hijos, para ser obedientes y lanzar la red salvadora a cada paso; amados, aún hay mucho por hacer, más allá de lo que podamos pensar o imaginar. Cuando Elías estuvo escondido en la cueva por miedo a Jezabel, Dios mismo fue a buscarlo en dos oportunidades y en la segunda vez le dijo, No he acabado contigo, es el momento que salgas a completar tu propósito antes que te transponga. Levántate y come, porque una larga jornada te espera. 1 Reyes 19:7.

La voz y la presencia de nuestro Dios nos proporciona paz y seguridad para sacarnos de la cueva del miedo, abrirnos los ojos y darnos cuenta de las cosas grandes que podemos hacer caminando de su mano y trabajanto junto a Él, arderá en nuestro corazón la llama incontenible de la pasión por Él y por las almas por las cuales Cristo dió su preciosa vida y derramó su santa sangre, y después de tres días resucitó para sacarnos de las tinieblas a la luz para que seamos esas puertas abiertas por donde entre el Rey de gloria a miles de vidas, trayendo vida, salvacion y libertad. Salgamos a predicar el mensaje de la cruz que es lo único que cambia personas y naciones transformando el curso de la historia porque Cristo ya anuló todo decreto en nuestra contra, venció al diablo y exhibió públicamente a las potestades, dándonos la victoria una vez y para siempre. Todo lo podemos en Cristo porque ÉL es nuestra fortaleza. Filipenses 4:13.

Si la voz de Dios despierta nuestros cinco sentidos, el proyecto de nuestra vida cobra fuerza, y el Espíritu Santo soplará con mayor gloria sobre nuestro ser, esa poderosa fuerza santa nos llenará de regocijo y amor por las almas, entonces saldremos en pos de ellas sin ningún temor y con gran seguridad. No importa lo que ocurra en el mundo, vivimos en la dimensión espiritual del reino de Dios en la tierra; el Padre envío a Cristo, hoy Jesús nos envía a ti y mí, porque El reino de Dios se parece a una red de pescar. Los pescadores echan la red al mar (mundo), y en ella recogeremos toda clase de peces. Mateo13:47.

No nos quedemos encerrados en la cueva de las cuatro paredes de un templo mientras los peces se pierden y se pudren afuera, tenemos que imitar al Maestro que iba de aldea en aldea, así hoy sus discípulos debemos ir de calle en calle y de pueblo en pueblo a cumplir la comisión del Buen pastor y que las ovejas perdidas entren al redil. Y les dio instrucciones: La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. Así que oren al SEÑOR que está a cargo de la cosecha, y pídanle que envíe más obreros a su campo…Lucas 10:2-3- 

El Espíritu Santo anhela hacer milagros y maravillas entre el pueblo, no solo en su pueblo, sino con los de afuera, por eso debemos irradiar la luz de su presencia con el fuego del Espíritu que convence de pecado, justicia y juicio a las almas; andemos con Jesucristo como anduvieron Enoc y Elías y no vieron muerte, sino que fueron trasladados al cielo. No me escogieron ustedes a Mi, sino que YO los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Juan 15:16.

Dios nos escogió, Él mismo nos envía: YO no te voy a dejar solo, mi presencia irá contigo y te daré descanso, Éxodo 33:14. No temamos, salgamos a predicar, compartamos del gran Amor. El Padre ha escogido la gente que el mundo desprecia, a los que consideran sin importancia y que no valen nada, y para anular lo que el mundo considera importante. 1 Corintios 1:28.

Encerrados en la Iglesia nada nuevo pasará y afuera quizá todo empeore, pero si salimos todo puede ser nuevo, distinto y mejor; necesitamos abrir las puertas, y mostrar al mundo que no nos avergonzamos de Cristo y su Evangelio. Atrevámonos a hacer lo que nunca hemos hecho; discipulemos, evangelicemos, exhortemos, prediquemos, llevemos soluciones al mundo que está perdido, lancemos la red del amor de Cristo porque la creación espera ansiosamente, la manifestación de los hijos de Dios, Romanos 8:19.

Dios habla a tiempo, no ignoremos ni evadamos el llamado porque si no atendemos podríamos pagar las consecuencias y: mayores cosas que las que Jesús hizo, haremos en su nombre, Juan 14:12-14. Somos puertas abiertas y libros donde todos deben leer y conocer al Rey, Dios nos envía HOY. Por eso fuimos llamados por Cristo porque Él sufrió por nosotros, dándonos ejemplo para que sigamos sus pisadas. 1 Pedro 2:21.

Somos puertas abiertas a la verdad, somos puertas abiertas para que entre el Rey de gloria a los corazones necesitados, este es el tiempo de levantarnos y mirar la gran mies que tenemos delante y que está lista, es tiempo de abrir los portones y que el Rey ordene la batalla contra el mal y la oscuridad para vencer tanto pecado. Con palabra y vangelismo herimos al enemigo en la mejilla y echamos fuera sus manipulaciones con el poder del nombre de Jesús para que miles se vuelvan a Dios y entren a engrosar los escuadrones del ejército del Dios vivo. El Padre nos llamó por su evangelio, para que tengamos parte en la gloria de nuestro SEÑOR Jesucristo. 2 Tesalonicenses 2:14.

¡Qué lindo será ver en el cielo el fruto de nuestro trabajo terrenal para Dios!


Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.