Palabra del SEÑOR que vino al profeta jeremías, diciendo: levántate y ve a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y él trabajaba en la rueda, pero la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano: entonces tomó el barro y volvió a hacer otra vasija, según le pareció mejor hacerla. Entonces el SEÑOR dijo: ¿No podré YO, hacer de ustedes como el alfarero, oh pueblo mío? Pues como el barro en las manos del alfarero, así son ustedes en mi mano…Jeremías 18:1-6.
El que acepta la disciplina ama el conocimiento, pero el que aborrece la corrección es un necio. Proverbios 12:1. Todas las cosas hechas por el SEÑOR tienen su propio fin, aún el impío para el día del castigo. Proverbios 16:4.
Porque aún no han resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado; y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se les dice: hijo mío, no menosprecies la disciplina del SEÑOR, ni desmayes cuando eres reprendido por Él; porque el SEÑOR al que ama disciplina, y azota a todo aquel que recibe por hijo. Hebreos 12:4-7.
El mundo avanza en su ley material, utilitarista, mediática y temporal de lo instantáneo y mundano que satisface los deseos malsanos de los hombres que dejan fuera la voluntad de Dios, dando rienda suelta al cuerpo y los sentidos, pero cuando llegan las pruebas, desiertos, tempestades, sequías, dificultades y azotes, muchos se enojan, gritan, reclaman y acrecientan su pecado de ingratitud al SEÑOR.. Reconoce en tu corazón que, así como un padre disciplina a su hijo, también el Padre celestial te disciplina a ti. Deuteronomio 8:5.
pero Él, que conoce el corazón humano, actúa y disciplina a sus hijos por amor, pero también trae ira y juicio al malvado, permitiendo que la naturaleza se mueva y responda a su tronante voz, es ahí cuando atravesemos momentos oscuros y dolorosos sea a nivel general o particular, a nivel local o mundial, pero Dios todo lo hace para llamar nuestra atención cansado de hablar sin ser oído, y actúa para corregir nuestro carácter, transformar nuestra manera de pensar y enderezar nuestros pasos y que volvamos a Él de todo corazón. ¡Cuán dichoso es el hombre a quien Dios corrige! NO desprecies la disciplina del Todopoderoso. Job 5:17.
Si recordamos la historia de Job es un caso de trato y disciplina particular y personal del Eterno, para que el patriarca reconociera que no es la religión, ni los ejercicios espirituales diarios, ni la cantidad de obras buenas que hagamos lo que nos justifica ante el Santo, es la fe obediente y la confianza en Dios lo que nos salva, Él nos soñó y nos formó, por lo tanto somos suyos, y en su gran amor nos anhela como hijos, somos doblemente suyos en Cristo que nos salvó con su sangre, es por eso que se nos exige firmeza, radicalidad y valientía en santidad y acción de poder, autoridad y fuerza mostrando el reino eterno en la tierra, porque no es nuestra mera capacidad ni esfuerzo humano, es Dios en nosotros, y como Él conoce nuestro corazón, también sabe cómo tratarnos. Oh hombre, el SEÑOR te ha declarado lo que es bueno, y qué espera YHWH de tí: que hagas justicia, ames misericordia y estes dispuesto a seguir a tu Hacedor. Miqueas 6:8 y Deuteronomio 10:12.
La verdad es que todos necesitamos tanto las lluvias como las sequias en algún momento de la vida, porque si todo fuera fácil y color de rosa, nos perderíamos, Dios debe corregirnos, disciplinarnos y hacer cambios, porque aunque a veces somos dóciles, enseñables y blandos otras veces somos tercos, difíciles y duros, por lo tanto debemos recibir un trato específico en determinado momento; y debemos tener claro que es mejor estar en manos de Dios y NO a merced del enemigo cruel y del mundo corrupto que nos destruye. Es Dios quien obra en sus hijos y produce así el querer como el hacer, para su beneplácito. Filipenses 2:13.
El Eterno ha dejado unos principios de orden moral y espiritual contenidos en sus Mandamientos, a los cuales el ser humano está llamado a obedecer y corresponder juiciosamente para cumplir con la voluntad de Dios que es una voluntad predestinada porque nunca cambia, una voluntad deseada para salvación de la raza humana y una voluntad moral con la cual Él instruye al hombre para manejar su vida natural desde lo espiritual, sirviendo y adorando en obediencia y sujeción reverente a Él, pero si el hombre es rebelde, necio y pecador y no atiende ni quiere entender, tendrá que pagar la consecuencias y ser reprendido y disciplinado por el Padre que ama, pero también pide cuentas a cada quien. Y si a pesar de estas cosas ustedes no se corrigen ante Mí, sino que persisten en hostilidad contra Mí, entonces YO procederé con hostilidad contra ustedes; y YO mismo los heriré siete veces por sus pecados. Levítico 26:23-24.
La disciplina, la reprensión y el juicio de Dios no solo son de manera individual y personal, también pueden ser para una familia o para una nación pecadora, esa es la razón por la cual vemos que la naturaleza se manifiesta aún desde el sol con sus ráfagas de fuego que ocasionan fenómenos como terremotos, inundaciones, tsunamis, sequías, altas y bajas temperaturas, hambre, enfermedad, plagas y muerte; nada es casualidad ni simple accionar humano o simple movimiento natural, siempre lo he dicho y lo seguiré diciendo, en todo suceso natural, humano y del universo hay un trasfondo espiritual que Dios permite con propósitos mejores y superiores para aprender a temerle, andar en sus caminos, servirle y amarlo por encima de todo, guardando sus mandamientos. Salmos 32:8.Todas las cosas hechas por el SEÑOR tienen su propio fin, aún el impío para el día del castigo. Proverbios 16:4.
Dios se enoja ante el pecado y la maldad persistente del hombre y cuando los suyos no hacen nada, no dan testimonio, no son luz ni sal y se hacen sordos a la voz del SEÑOR que quiere hacer cambios para que haya santidad, bondad y salvación, pero si muchos persisten en sus malas obras, serán desarraigados. ¡Ay nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, generación de malvados, hijos corrompidos! Han abandonado al SEÑOR, han despreciado al Santo de Israel (Jesucristo), y se han apartado de Él. Isaías 1:4.
Muchos se corrompen y los gobiernos se hacen inicuos, pero los hijos de Dios estamos llamados a ser radicales y permanecer limpios y en la fe del Hijo de Dios el cual nos amó y se entregó a sí mismo para que creamos en Él, lo adoremos y seamos salvos en Él; no estamos en el mundo para centrádonos en las circunstancias ni en lo que hace el mundo, sino para vivir en Dios. Poniendo toda nuestra atención en Jesucristo, pues Él es el origen de nuestra fe y de Él viene nuestra confianza; Él soportó la vergüenza de morir clavado en una cruz, porque sabía que después de tanto sufrimiento, sería muy feliz salvando a muchos, para después sentarse a la derecha del trono del Padre. Hebreos 12:2.
Pablo inspirado por el Espíritu de Dios dijo: Hermanos, les ruego y exhorto en el SEÑOR Jesús, que de la manera que aprendieron de nosotros (los apóstoles del primer siglo) cómo conviene que se conduzcan para agradar a Dios y así prosperen más y más. Ya saben las instrucciones que el SEÑOR Jesús nos dio; pues la voluntad de Dios es nuestra santificación; y que nos apartemos de toda fornicación; que cada uno sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no con pasiones ni concupiscencias, como los que no conocen a Dios; que ninguno agravie ni engañe en nada a sus hermanos; porque el SEÑOR es vengador de todo esto, como ya lo hemos dicho y testificado. Dios no nos ha llamado a inmundicia, sino a santificación. 1 Tesalonicenses 4:1-7.
No importa si hay sol o hay nublado, si hay sequía o tormentas, o si el mundo está en tinieblas, pues el pueblo de Dios tiene la Luz de Cristo y aunque el mundo gobernado por el adversario esté en caos, y seamos probados por lo que se vive en el mundo, Emanuel, Dios con nosotros está por nosotros y en nosotros para guiarnos, defendernos y guardarnos. Y después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que nos llamó a su gloria eterna en Cristo, nos restaurará y nos hará más fuertes, firmes y estables. 1 Pedro 5:10.
Ahora y hasta el fin de nuestros días, importa nuestra conducta delante de Dios y nuestro testimonio delante de la gente, aunque enfrentemos sequías, tormentas y seamos probados, así como las plantas sufren con las sequías y los vendavales, se marchitan y se agachan sus ramas hasta el suelo, perdiendo sus flores el color, ellas vuelven a reverdecer y florecer con la lluvia temprana y tardía y el sol radiante, de igual manera nuestra vida y nuestra existencia deben recuperar la vitalidad, la fuerza y la belleza porque tenemos nuestro Sol de justicia, y si el Padre nos corrige y disciplina es por amor, pero el malvado perecerá bajo el juicio de la ira santa de Dios, pues Él diferencia entre el inicuo y el justo; nuestro Justo Juez y Abogado perfecto siempre disciplinará a sus hijos para salvar y dar vida. Malaquías 3:13-18.
Aunque el Eterno Dios nos discipline y envíe sus juicios, Él es nuestra Fuente de vida y su Espíritu nuestro Aliento, no podemos perder la posición y condición que tenemos en Cristo como Iglesia y pueblo santo, si vienen pruebas, hay reprensión y trato fuerte siendo disciplinados, tenemos que reflexionar, recapacitar y arrepentirnos para dejar el pecado y volvernos a la reprensión del Padre, dando testimonio, bendiciendo y ayudando en medio de la necesidad y la prueba como los hermanos de Macedonia y que Pablo lo narra: Hermanos míos, queremos contarles cómo Dios nos ha mostrado su amor y su bondad a la Iglesia de la región. Iglesias que han pasado por muchas dificultades, pero son felices y permanecen fieles. Son pobres, pero han dado ofrendas como si fueran ricos. Ellos dieron todo lo que podían, y aún más allá de sus fuerzas. 2 Corintios 8:1-3.
Así que a pesar de todo el calor, el frío y la tempestad de la prueba y el trato justo de Dios y sus juicios sobre la tierra, y aunque algunos mueran y otros caigan, volvamonos a Dios, recuperemos el esplendor de su gloria, dejemonos disciplinar y corregir, pero permanezcamos como nuevas criaturas, como embajadores y como luminares, para que seamos nosotros los que impactemos la atmósfera y muchos vuelvan a levantarse, reverdecer y florecer como retoños llenos de vida; porque como las plantas podemos soportar el vendaval y recuperar el color, la belleza y la fuerza para crecer juntos y avanzar en el reino de Dios; Dios hablando a la naturaleza, también nos habla a nosotros sus hijos: No tengan miedo…pues los pastizales reverdecerán, los árboles darán su fruto, y habrá higos y uvas en abundancia. Joel 2:22.
Seamos barro moldeable en las manos del Hacedor, cultivemos un carácter humilde, manso y santo, dispongamos un espíritu enseñable, porque lo bueno del dolor es que nos saca del error, para que aprendamos a ser conforme al corazón del Padre. El rey David cuando pecó y fue confrontado por el profeta dijo: En gran angustia estoy; ruego que caigamos en manos del SEÑOR, porque sus misericordias son muchas, pero que NO caiga yo en manos de hombres. 2 Samuel 24:14.
El trato de Dios siempre será bueno, porque Él endereza lo que está torcido y si aceptamos su disciplina correctora y nos transformamos dejando de pecar deliberadamente, viviremos haciendo el bien y adorando a Dios con nuestro estilo de vida limpio y de testimonio; NO seamos rebeldes para que no formemos parte de los que estarán bajo la ira y los juicios de Dios, santidad ante todo, un día estaremos en su mesa celebrando las Bodas del Cordero. Lee Salmos 36 y confirma esta enseñanza.
OREMOS: SEÑOR aquí estamos rendidos a tus pies, reconocemos que hemos pecado contra Ti de muchas maneras, por favor perdonamos y límpianos desde adentro para ser santos delante de Ti, olvida nuestras transgresiones y danos la oportunidad de ser verdaderos hijos y seridores de tu reino, ayúdanos a comenzar de nuevo caminando de tu mano, te lo suplicamos en el nombre de tu Hijo Amado nuestro SEÑOR Jesucristo, Amén.
!Ruego al Padre bueno que todos sus hijos crezcamos en las manos de Cristo como verdaderos instrumentos de su gloria, y que nos encuentre preparados el día que nos recoja de este mundo! El SEÑOR completará su propósito en mí. pues su gran amor perdura para siempre, y Él no abandona la obra de sus manos. Salmos 138:8. Dios poderoso, santo, justo y misericordioso siempre hará diferencia entre la luz y las tinieblas, las ovejas y las cabras, el trigo y la cizaña, entre los hijos de Dios y los hijos del diablo, de esa manera efectúa su trato; por lo tanto si somos sus hijos, no debemos temer a lo que vemos en el mundo, pues estamos seguros y bien tratados en Cristo.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.