El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en Él hay, siendo SEÑOR del cielo y la tierra, no habita en templos hechos de manos de manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitara de algo; pues Él es quien da vida y aliento a todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos y los limites de su habitación...Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos...Porque linaje suyo somos. Hechos 12:24-28.
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que somos nosotros, templo de Dios. 1 Corintios 3:17.
Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Así es como se le debe adorar a Él. Romanos 12:1.
Cuando pensamos lo que es un altar, nuestra mente grafica un lugar físico donde se rinde culto a Dios, donde se expone su palabra, se elevan oraciones, adoramos y nos postramos de rodillas para buscar ayuda divina; en el AT testamento los primeros altares que se nombran eran el resultado de lo que había en el corazón de los antiguos patriarcas y sacerdotes del SEÑOR. Ellos levantaban al Eterno a manera de montículo de piedra, una construcción elevada como recordatorio de la manifestación y favores de Dios, como lo hacía Abraham que fue un hombre de altares. Génesis 12:7, 13:18, 22:9, etc.
También se construyeron para celebrar y dar homenaje a Dios, ya con el tabernáculo de reunión el altar fue el lugar específico donde los sacerdotes quemaban los sacrificios y el incienso, y había una mesa que contenía los elementos que se consagraban como ofrenda de olor fragante, y con todo lo necesario para acercarse a Dios buscando perdón, liberación y reconciliación en adoración al Dios vivo, real y verdadero; Noé edificó el primer altar en acción de gracias al SEÑOR por guardar su vida y la de su familia después del diluvio. Y edificó Noé un altar al SEÑOR, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia y ofreció holocausto en el altar. Génesis 8:20.
En hebreo altar es, Mizbeaj o Mizbeath, literalmente traduce lugar donde se ofrenda y se cede todo a Dios; en su contenido más profundo y sentido espiritual, nosotros somos altar y templo donde nos redimos totalmente a Dios y Él se manifesta a nuestro alrededor a través de nosotros; ser altar y templo es un continuo estilo de vida santa, en ofrenda de alabanza y adoración en gratitud; como redimidos en Cristo somos ofrenda viva y santa de victoria en la sangre del Cordero de Dios, que nos ha hecho nacer de nuevo en el Él; ahora somos el lugar donde Dios vive, porque hemos sido sellados con su Espíritu Santo para ser sus testigos de íntegridad; el altar y templo de nuestra vida, debe caracterizarse por ser una ofrenda continua y firme de fe obediente, rendición y entrega total a Dios; y si fallamos nos arrepentimos y volvemos a consagrarnos para permanecer en la fuente de vida y bendición para ejercer el ministerio y la misión que el SEÑOR nos ha encargado, atrayendo a muchos a los pies del Rey de gloria. Somos el templo del Dios vivo...2 Corintios 6:16-18.
Si somos templos y altares vivientes donde habita el Rey de gloria, entonces ministramos en el Espíritu al corazón de Dios, en ofrenda limpia que refleja y porta la gloria del SEÑOR resucitado, para que Él toque y transforme corazones contritos, rendidos y humillados ante Él; es en el altar del templo de Dios donde brilla la luz de su reino y su justicia, lo cual emana de nuestra relación íntima, constante y perpetua con nuestro Hacedor y Salvador. ¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, El SEÑOR lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que ustedes son. 1 Corintios 3:16-17.
La presencia viva y activa de Dios en el altar de su templo, es refugio y seguridad, por eso vemos en varios textos bíblicos, que cuando alguien iba a ser juzgado por su pecado o una falta grave, las personas corrían y se aferraban a los cuernos del altar con la esperanza de evitar el castigo, y solo hasta que la persona era retirada del altar se le podía dictar sentencia, 1 Reyes 1:52-54; en el altar hay vida, esperanza, reverencia y justicia, pero también juicio contra la rebelión; Cristo en nosotros es garantía de protección y defensa, porque ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mi, Gálatas 2:20. Porque si Cristo está en nosotros, aunque el cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu es vida a causa de la justicia, Romanos 8:10; y poseemos el tesoro de su Espíritu en vasos de barro , 2 Corintios 4:6-7, y ese barro somos tú y yo.
Entendamos, pues, que el templo físico Mishkán o Mizcan, que traduce tabernáculo, representa el templo físico de la antigüedad, que hoy es nuestro ser integral portando la presencia de Cristo, por su Espíritu, que nos habita y ayuda a guardarnos limpios integralmente, en cuerpo, alma y espíritu, dando fruto en palabras, pensamientos y acciones; el altar por su parte, es espiritualidad santa alineada al Rey del universo, Mizbeaj, Lehizaveaj, el altar tiene que ver con nuestra conciencia moral que guarda la palabra de Dios, y refleja el amor puro de Cristo que nos hizo vasijas de honra para el Padre. Para que Cristo haga su hogar en nuestros corazones por medio de la fe, a fin de que, arraigados y cimentados en amor, seamos capaces de comprender con todos los santos, cuál es la anchura, longitud, profundidad y altura de conocer el amor de Cristo, que excede todo conocimiento, para que seamos llenos de toda la plenitud de Dios. Efesios 3:17-19.
La plenitud de Dios es Cristo y su Espíritu reinando en nuestro ser, lo cual nos hace templos físicos y altares espirituales, donde nos negamos a diario a la carnalidad, al mundo donde gobierna el enemigo, a las pasiones y la tentación, del hombre viejo soberbio y rebelde; aunque estamos en el mundo, vivimos en la esfera de lo espíritual para santificar lo físico, haciendo real las palabras de Jesús a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de Mi, niéguese así mismo, tome su cruz y sígame. Mateo 16:25. Todo lo que vivimos es para honrar al Padre mientras Cristo crece en nosotros porque vamos menguando para que Él y su reino sean reconocidos para justicia y salvación; el Rey ha vencido y permanece para siempre. Somos piedras vivas, que Dios usa para construir su templo espiritual...Porque somos sacerdotes y por medio de Jesucristo ofrecemos al Padre, los sacrificios que a Él le agradan. 1 Pedro 2:4-5.
Somos personas de carne y hueso pero espiritualmente nacidas de nuevo, renovados y restaurados en Cristo, y como su altar cultivamos una continua relación que adora en el templo donde sacrificamos vidas santas al Dios vivo y su Espíritu Santo ministra e ilumina, con Cristo sentado en el trono de nuestro corazón gobernando nuestra vida, como el Dueño que es; Él nos lavó y nos compró con su sangre, sacrificando su vida para salvarnos, y ahora nos corresponde gratificar tal sacrificio ampliando nuestra capacidad de acción a favor del reino de Dios. ¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espiritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por lo tanto, honren con su cuerpo a Dios. 1 Corintios 6:19-20.
Nuestra responsabilidad es hacer la voluntad de Dios, proclamando su nombre y su reino, siendo altar y templo limpio de honra, para hacer callar la ignorancia de los hombres insensatos e impíos, con vidas donde Cristo brilla y su Espíritu Santo nos llena de su plenitud en espíritu y verdad. Somos templo no hecho de manos de hombres, sino levantados por Dios para que desde el altar de nuestro espíritu brote fruto que salte para vida eterna, en oración, alabanza y ministración al Dueño y SEÑOR de todo, por eso se nos ordena mantener el fuego ardiendo en el altar, porque ahora somos antorchas encendidas y luminares en el mundo haciendo la diferencia entre el cielo y el mundo, entre el reino de Dios y el imperio del diablo y entre la luz y las tinieblas, se manifieste su gloria y se establezca su reino aquí en la tierra, como se hace en el cielo. Oren en el Espiritu en todo momento, con peticiones y ruegos. Manténgase alerta y perseveren en oración por todos los santos. Efesios 6:18.
Nuestro ser entero es templo del Espíritu y altar de ofrendas voluntarias para exaltar al Rey y SEÑOR y en nosotros los hijos de Dios, se mantengadebe el fuego santo que purifica y vivificar pero también consume, como sucedió con Elías, David y Salomón; solo en esta dimensión, se purifican las atmósferas con el fuego que consume toda maldad para traer juicio y condenación a los soberbios y los falsos como sucedió con Nadab y Abiú...Porque no hay acuerdo entre el templo de Dios y los ídolos. Porque somos templo del Dios vivo, como Él lo dijo: habitaré en ellos, y andaré entre ellos; y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo...2 Corintios 6:14-18.
Como templo y altar somos primicias de Dios que nos hizo renacer para una esperanza viva preparando su gloriosa venida, porque en su resurrección nos dio vida nueva, y nos sacó de entre los muertos para ser su herencia incorruptible, incontaminada, inmarcesible y reservada en los cielos. Asi somos guardados de la ira de Dios y los juicios sobre el mundo, mediante la fe obediente, que guarda esta salvación tan grande hasta el final manifestando hermandad como lo dice Salmos 133. Ya no somos extraños ni extranjeros, sino conciudadanos con los santos, y somos familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo mismo la piedra angular, en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el SEÑOR...Efesios 2:19-22.
Todas nuestras obras, deseos, intenciones, pensamientos y acciones deben estar basadas en el amor no fingido y el servicio santo e incondicional para que subamos como grato olor a Dios, y no haya estorbo en nuestra acción sacerdotal al orar y proclamar su palabra unidos al Abogado perfecto y Juez Justo, en defensa de los justos, y en contra de las tinieblas de maldad y los hacedores de impiedad que no se arrepienten persistiendo en su iniquidad como lo dice Salmos 50. Habiendo purificado nuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espiritu, para el amor fraternal no fingido, amándonos unos a otros entrañablemente y con corazón puro. 1 Pedro 1:22.
En la Escritura la leña representa nuestra naturaleza humana caída, que es irracional y animalezca, la cual debe ser crucificada y colgada en la cruz, muriendo cada día a la carnalidad, y poder ser santos, con el corazón de Cristo y con el alma rendida a Dios, quemando la grasa del pecado en el altar del arrepentimiento, pero si fallamos y resbalamos, nos levantamos para seguir cultivando nuestra amistad con el Ayudador, Consolador y Consejero admirable. El fuego que arde en el altar no debe apagarse nunca. El sacerdote debe echar leña todas las mañanas y acomodar sobre el fuego el animal que se va a quemar, también en el altar se quema la grasa de los sacrificios para reconciliación. Levítico 6:12.
Nuestro Rey Salvador ofreció su cuerpo de Hombre una vez y para siempre en sacrificio vivo y agradable al Padre para que nosotros como hijos obedientes, no nos amoldemos al mundo, ni a los deseos que antes teníamos en nuestra ignorancia de Dios, sino como Aquel que nos escogió es santo, seamos también nosotros santos en nuestra manera de vivir, para ser aceptos en el Amado. Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. Apocalípsis 11:1.
Hoy en día el templo más grande donde Dios quiere habitar, es nuestro corazón, por eso debemos preparar un hermoso lugar en nuestro interior donde el Espiritu Santo pueda morar libremente y nunca salga ni sea apague su fuego santo. Somos testigos de Cristo y embajadores de su reino, quitando todo estorbo y engaño a la venida del Gran Rey y nuestra vida es una carrera que exige resistencia, y dependencia al SEÑOR Jesucristo, el Tabernáculo vivo de David en medio de su pueblo. En aquel día YO levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus brechas, levantaré sus ruinas, y las reedificaré como en días antiguos; para que el remanente de Israel y aquellos que invocan mi nombre en todas las naciones, puedan buscarme de todo corazón, dice YHWH, que hace todo esto. Amós 9:11-12. Leer Hebreos 9:15-28.
En la antiguedad se edificaron altares para Dios en un acto de obediencia, para el servicio a Dios en la mañana y en la tarde, era un altar necesario en aquellos días para los holocaustos de expiación por el pecado y contemplado en la ley mosáica por diseño divino: Mi altar no debe tener escalones para que al subir ustedes, no muestren la parte desnuda de su cuerpo, Éxodo 20:26. Hoy no tenemos un tabernáculo ni un Arca física, porque ahora todo esto está en Jesucristo vivo, y nosotros como templo y altar de su Espíritu. Y Samuel dijo: ¿Se complace YHWH tanto en los holocaustos y víctimas, como el que se obedezca a sus palabras? Ciertamente obedecer es mejor que los sacrificios, y prestar atención, más que la grosura de los carneros. Porque como pecado de adivinacion es la rebeldía, y como idolatría e ídolos, la terquedad...1 Samuel 15:22-23.
La fe obediencia, dependencia y sujeción a Dios son nuestra ofrenda voluntaria que debe permanecer en el altar de Dios, porque Él ya no pide sacrificios de animales ni holocaustos, El Rey merece nuestro compromiso, atención, pureza y vida en el Espiritu, para ser libros abiertos, donde todos puedan leer lo que Dios ha enseñado y sigle hablando desde los siglos, llamando nuestra atención y amonestando para que muchos se arrepientan, lo conozcan y no perezcan; porque hay uno que se opone y se levanta contra todo lo que tiene que ver con Dios, y es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios, como si fuera Dios, haciéndose pasar por Dios. 2 Tesalonicenses 2:4.
El enemigo ataca y no para de tomar vidas que tienen religión pero no tienen a Cristo como SEÑOR, Dios y Rey de sus vidas, este enemigo usurpa los corazones y roba las almas de muchos que debieran ser templos de Dios; pero ha llegado el tiempo de reconstruir el templo del Espíritu con vidas alineadas a Dios, es el momento de limpiar y avivar fuego en el altar de Dios, si no queremos ser sorprendidos, reprendidos y juzgados; llego el tiempo de acabar con las superficialidad y la liviandad espiritual y correr a buscar a Dios con corazón sincero, con lágrimas, lamento, arrepentimiento y determinación al cambio, porque El Rey ya viene. Así que, humillémonos delante de Dios, y resistamos al diablo para que huya de nosotros. Santiago 4:7.
Cristo fue sacrificado como el Cordero pero se levanto vencedor como Rey para tomar el trono de nuestro corazón como su altar santo, y el Padre nos ve a través del Hijo para que permanezcamos en el altar de su presencia recibiendo fuerzas, sabiduría, conocimiento, discernimiento, restauración y consagración de vidas renovadas y nuevas en el presente para impactar el futuro, ese es nuestro culto racional, lo que agrada al que nos da y toma la vida. No se dejen extraviar de doctrinas diversas; porque lo que es bueno, es fortalecer el corazón en el favor de Dios y su gracia, no con comidas que no aprovecharon a los que hicieron de ellas el foco de su vida. Tenemos un altar, del cual aquellos que sirven en el Tabernáculo no les es permitido comer. Porque el sumo sacerdote trae la sangre de animales al lugar santo como ofrenda por el pecado, pero sus cuerpos son quemados fuera del campamento. Así también nuestro SEÑOR Jesús sufrió la muerte fuera de la puerta, para separar a los suyos mediante su propia sangre...Así que ofrezcamos siempre a Dios, sacrificios de alabanza continua, es decir, sin olvidar hacer el bien y compartiendo con otros, porque en esos sacrificios YHWH se complace mucho, pues es el fruto de los labios que lo reconocen y confiesan su nombre...Hebreos 13:9-18.
El mundo debe ver vidas santas, templos vivientes que testifican, proclaman y comparten el amor y las bendiciones de Dios en altares que exhalan bondad y misericordia a los perdidos para que muchos sean salvos; esto requiere menguar y morir diariamente al yo para solidarizarnos con el otro, sepultando las pasiones de la carne y sirviendo a Dios, estos son ahora los sacrificios y holocaustos que agradan al SEÑOR, muertos al pecado pero vivos para Dios, como ofrenda de olor fragante; en el altar se reconoce la grandeza y soberanía del Santo, y nuestra vida espiritual es una continua construccion del altar de fuego santo purificador para gloria de Dios, en el despertar salvador que arde con pasión en los cuatro puntos cardinales de la tierra. YHWH, a Ti he clamado; apresúrate a mí, escucha mi voz cuando te invoque. Suba mi oración delante de Ti como el incienso, el don de mis manos como la ofrenda de la tarde. Salmos141:1-2.
Todo creyente renacido en Jesucristo es un templo viviente que se ocupa a diario de edificar y limpiar su altar para refrescar su unción y ser un vocero del reino de Dios en la tierra y en este mundo de oscuridad y maldad; busquemos a Dios dia a día para que sea Él quien reine y goberne nuestra existencia, por eso se nos ordena orar sin cesar, ser santos y humildes de corazón como el SEÑOR Jesús lo es lo cual no es una opción, es nuestra obligación. Y salió fuego de la presencia de Dios que consumió el holocausto y los pedazos de grasa sobre el altar. Al verlo, todo el pueblo clamó y se postró rostro a tierra. Levítico 9:24.
Seguir creyendo que el altar es solo un lugar o una estructura para el sacrificio y las ofrendas, es propio del paganismo, así eran los altares de baal y los dioses falsos, lugares altos de maldad donde sacrificaban a dioses ajenos. Vístanse de Cristo y no provean para los deseos de la carne. Romanos 13:10-14.
Abraham amaba y obedecía a Dios, por eso fue llamado amigo de Dios y padre de la fe, fue un hombre de altares, reconociendo y honrando al Eterno con su manera de vivir por donde quiera que iba, cubierto de la gracia divina, expresando la gratitud de su corazón y adorando al Eterno, haciendo que Dios se le revelara personalmente con grandes promesas. Génesis 12:7-8, 13;4, 13:18; Génesis 22:9, 26:25. Y apareció YHWH a Abram, y le dijo: a tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar al SEÑOR, quien se le había aparecido. Génesis 12:7.
Todo en las Escrituras tiene sentido y razón de ser, todo en Dios tiene un propósito, una verdad y gran enseñanza en la revelación de su palabra; Cristo no vino a formar una religión ni a inventar ideologías erradas, sectarias y torcidas; Él vino a construir templos y altares vivos para su honra, y si lo entendemos, se encenderá el fuego del avivamiento y el despertar del espíritu, como preparación para la mayor gloria, y en cada hogar debe haber un altar familiar diario de oración y estudio de la palabra donde padres e hijos buscan la presencia y el consejo de Dios para que Él se manifieste en cada miembro de la familia, y que cada templo del Espíritu refleje la luz de Cristo, así los hogares se mantendrán protegidos y alimentados con el fuego de Dios, mientras que la leña del yo mengua en el altar de Dios, para resistir al enemigo y no permitir ninguna maldición, religiosidad, mito, ni rito extraño. Ahora, pues, si dan oído a mi voz, y guardan mi pacto, ustedes serán mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra. Y ustedes me son un reino de sacerdotes y gente santa…Éxodo 19:5-6.
Dios es uno, el nuevo pacto es uno, el cuerpo de Cristo es uno, uno es el Espíritu que bautiza con agua y fuego, entonces el pueblo de Dios, debe ser UN templo donde todos trabajan para Dios, en un altar forjado en Cristo, porque ya no tenemos nada que ver con el monte Ebal de las maldiciones, tampoco estamos en el monte Sinaí donde todos temblaban de miedo, tenemos delante de nosotros el Monte Gezirim de las bendiciones y al Sión, el monte donde habita el Eterno. Y será que cuando el SEÑOR tu Dios te introduzca en la tierra que vas a heredar, pondrás la bendición sobre el monte Gezirim, y la maldición sobre el monte Ebal. Deuteronomio 11:29.
David cuidaba y edificaba a diario su altar con alabanzas, adoración y entrega a Dios, cultivemos nuestra intimidad con el SEÑOR, como templos vivos de su Espíritu, con Cristo reinando en el altar de nuestro corazón, y podamos ser la sal que sazona y preserva la tierra, llevando al mundo las buenas nuevas de salvación en nuestra manera de vivir, más acciones, menos palabrería; Jesucristo es el Arca de nuestra fe, el Tabernáculo vivo de David entre su pueblo y su Espíritu es Emanuel, Dios con nosotros, para hacer regresar a muchos pródigos y atraer a otros a la vida espiritual en Cristo Jesús, SEÑOR nuestro, Hebreos 10:1-10; nuestra misión de templo y altar es restaurar, reconciliar, proclamar el mensaje del reino y trabajar por la transformación de la sociedad en lo que esté a nuestro alcance. Y acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Dios como cabeza de los montes, y Él será exaltado sobre los collados, y correrán a Él todas las naciones…Isaías 2:1-4.
El cuidado del templo y el altar son ordenanza de Dios, los padres y los creyentes fieles a Cristo somos los encargados de alimentar el fuego de Dios desde nuestra propia vivencia y testimonio santo, para que no ofreciendo fuego extraño como como Nadab y Abiu, por hacer algo que Dios nunca nos mandó hacer. Deuteronomio 10:1-3. Que no se nos vuelva en contra la ofrenda en el altar como le sucedió a Jeroboam a causa de la apostasía, idolatría, falsa piedad e infidelidad del pueblo y su gobernante que se dejo engañar por un falso profeta, por lo cual Dios pronunció juicio contra el altar de Jeroboam mientras quemaba incienso, sí pensamos estar firmes, cuídemos de no caer...Altar, altar, asi ha dicho YHWH: he aqui que de la casa de David nacerá un hijo llamado Josías, el cual sacrificará sobre ti a los sacerdotes de los lugares altos, que queman sobre ti incienso, y sobre tí quemarán huesos humanos...He aquí que el altar se quebrará, y su ceniza se derramará...Y cuando el rey extendió la mano para apresar al profeta, la mano se le secó y no la pudo enderezar...1 Reyes 13.
No somos altares de idolatría, falsa piedad o infidelidad a Dios, ante Él no nos podemos presentar de cualquier modo, mucho menos hablando sandeces y teniendo pensamientos inadecuados que lo desagraden, Él conoce todo, aún nuestras intenciones más secretas; Dios solo se santifica delante de un pueblo santo que glorifica su nombre, pero también se aira y se levanta para consumir lo malo; muchos se acercan a Dios creyendo estar vivos, cosa que muchos no entienden, por eso hay enfermedad y mortandad sobre la tierra, no solo espiritual, sino física, pues todo es juzgado, sea bueno o sea malo; debemos cuidar cómo andamos, cómo oramos y cómo nos acercamos a Dios; no puede ser que por momentos emanemos agua dulce y en otros, agua amarga, somos templo y altar de adoración con discernimiento de lo santo y lo profano. Así que, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios, que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es nuestro culto racional. No nos amoldemos a este mundo, sino transformémonos por medio de la renovación de nuestro entendimiento, para que comprobemos que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Romanos 12:1-2.
Hagamos altos en el camino, examinemos nuestro corazón, seamos rectos en intenciones y pensamientos delante de Dios, no seamos como Caín ni como Judás, seamos leales, íntegros y sinceros, perdonemos y reconcíliémonos con todos, alabemos con fruto de labios que confiesan el poder del nombre más santo, entreguemos totalmente nuestra vida a Cristo; que nuestro templo y altar sean luz, vida y santidad en sincero afecto. Como piedras vivas, seamos edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. 1 Pedro 2:5.
Todo tiene resultados o consecuencias, y en su momento, Dios cortará de la faz de la tierra todo aquello que se edificó sobre la base de la maldad. Nadie podrá escapar por muchas estrategias que invente, ni el impío podrá continuar con sus proyectos malignos. Dios derramará su justicia sobre el mundo entero y dice: Convertiré la tierra en desierto, y cesará la soberbia de su poderío...hasta que no haya quien pase. Ezequiel 33: 28.
BASTA YA DE TODAS SUS ABOMINACIONES, Ezequiel 44:6. Dios no cesa de recordar y llamar la atención a la humanidad para que cambie de rumbo, toda la maldad traerá consecuencias fuertes en la tierra; por eso Jesús llama a todos a enderezar el rumbo de su vida y de su alma antes que sea demasiado tarde...YO No quiero la muerte del impío, sino que el impío cambie de conducta para que viva. Que se arrepientan y se aparten de su maldad. Ezequiel 33:11.
Es tu tiempo humanidad, despierta y pon atención a la palabra de Dios...Ven tú que te mofas,...oye la palabra que viene del Eterno Dios. Ezequiel 33:30b. Es el tiempo de cambios radicales y firmes...Ahora dice el SEÑOR conviértanse a Mí con todo su corazón. Joel 2:12.
En medio de todo este contexto de maldad progresiva que vemos hoy, Dios nos habla de que llegó el tiempo de reconstruir el templo y purificar su altar, porque muchos se han dedicado a lo material, pero han descuidado su espiritualidad con Cristo, y no podemos olvidar la tarea de proclamar las buenas nuevas del reino y preparar el camino a la venida gloriosa del SEÑOR; debemos ocuparnos de nuestro estilo de vida y testimonio espiritual...Ustedes construyan de nuevo mi templo. YO estaré allí contento y mostraré mi gloria...Hageo 1:5-9. Asi alumbre nuestra LUZ delante de los hombres, para que vean nuestras buenas obras, y glorifiquen a nuestro Padre que está en los cielos. Mateo 5: 13-16.
Oh, aleluya SEÑOR, hoy dedicamos esta enseñanza para tu gloria y honra porque queremos ser templos santos y altares vivos de honra donde se exalta tu grandeza, poderío, tu majestad y amor por nosotros, pecadores necesitados de Ti a cada respirar. Zacarias 6:12; Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y eso es lo que somos nosotros, templo de Dios. 1 Corintios 3:17.
Si estás alejado de Dios, esta es la hora y el momento perfeto para que te vuelvas a Él, despierta y busca de todo corazón al Rey que pronto vendrá. Dios mío, ¡crea en mi un corazón limpio! ¡Renueva un espíritu recto dentro de mi. Salmos 51:10. Amén.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.