CRECER Y MADURAR A LA MANERA DE DIOS
PARA SABER VIVIR
No
se olviden nunca de las maravillosas enseñanzas de Cristo. Y cuando enseñen a otros,
o se corrijan, háganlo de manera inteligente. Canten salmos, himnos y cánticos
espirituales, dando gracias a Dios de todo corazón. Todo lo que hagan o digan,
háganlo como verdaderos seguidores del Señor Jesucristo, y denle gracias a Dios
el Padre, por lo que Cristo ha hecho por ustedes, Colosenses 5:16-17.
Muchas
veces creemos que saber vivir es tener dinero, comer bien, viajar mucho y hacer
mucho ejercicio para conservarse en forma, tener el cónyuge perfecto, que todas
nuestras relaciones funcionen sobre ruedas, y estar sin problemas ni
necesidades. Pero bíblicamente eso no es saber vivir, es parte de la vida,
porque una vida sin conflictos ni necesidades coyunturales, sería, monótona,
aburrida y demasiado fácil, pues sin sacrificios ni riesgos no hay victorias,
la vida no se hace fácil solo nos hace más fuertes. Jesús supo vivir en esta
tierra unido al Padre, orando y dando gracias, amando a la gente, sirviendo y
cumpliendo su ministerio mientras era rechazado, calumniado, denigrado,
ofendido y vituperado hasta llegar a la cruz, Mateo 26:39.
Fijémonos
bien en los jóvenes que lo han tenido todo, ¿son felices y actúan
correctamente? Verdad que no, al contrario, son las personas más solas y
tristes del mundo, porque lo han tenido todo y no han tenido que luchar para
obtener nada, quizá muchos de ellos tienen dinero, pero no tienen una vida
definida, porque andan desorientados sin saber qué hacer ni a dónde ir, surge
la pregunta y la respuesta desde el corazón de Dios, ¿Cómo
podrá el joven llevar una vida íntegra? ¡Viviendo de acuerdo a la palabra de
Dios! Salmos 119:9.
Para
saber vivir, hay que aprenderlo desde niños, en la juventud hacer lo correcto,
cumplir responsabilidades, hacer sus deberes, aprender en medio de los errores
y los desaciertos de la niñez inocente y la juventud inexperta, Proverbios
22:6,
etapas en las cuales adquirimos experiencia y maduramos con los conflictos, el
dolor y las necesidades; es a través de las luchas y dificultades que crecemos
integralmente, gran parte de saber vivir en nuestra vida adulta radica en lo
que nos enseñaron nuestros ancestros, La pereza hace dormir
profundamente, y el haragán habrá de pasar hambre, Proverbios 19:15.Y el que no
quiera trabajar, que tampoco coma, 1 Tesalonicenses 3:10.
Saber vivir es estar siempre listos a recibir lo bueno y lo malo desde la respectiva divina, porque como lo he dicho en repetidas ocasiones, Dios es quien le da sentido a nuestra existencia, los incrédulos preguntarán, ¿por qué? Muy sencillo, porque Él nos creó, Él nos soñó, Él diseño un propósito hermoso para cada uno de sus hijos. Ël nos formó con sus manos dentro de nuestras madres, ´cuando éramos embriones, Dios nos vio, entretejió con amor, ternura y perfección todo nuestro ser, como lo dices Salmos 139.
Dios
no nos trajo al mundo por el azar, por accidente ni porque se le ocurrió, aún
en nuestra manera en que fuimos gestados, Dios utilizó lo malo que pudo ser ese
momento, según el hombre, para Él engrandecerse y hacer algo especial en esa
nueva vida, Dios nos escogió cuando parecíamos
gente despreciada y sin importancia en este mundo, 1 Corintios 1:28. Para luego hacer de
cada uno, su vasijas de honra. El Alfarero divino tiene el derecho de
hacer lo que Él estima conveniente con el barro, y del mismo barro puede hacer
una vasija honrosa y otra de uso común, Romanos 9:21.
Ser
vasijas especiales de honra o vasijas comunes en las manos de Dios, depende de
nuestra actitud hacia ´Él, de nuestro carácter como humanos, de las acciones
que llevamos a cabo, de nuestra dependencia o independencia de Él, El
Señor tu Dios está en medio de ti, ¡Él es Poderoso y te salvará! Se gozará
sobre ti con alegría. Con su amor te dará nueva vida; en tu alegría cantará, Sofonías
3:17.
Cuando nos rendimos a Cristo y empezamos a vivir para Dios, comienza nuestra proceso hacia la perfección y la santificación, algo que todos sabemos, y lo cual no demanda tanto buenos como malos momentos, alegría como dolor, risa como llanto, riqueza como pobreza, abundancia o escases, estar a veces arriba de ánimo o bajos de ánimo; en todo eso somos tratados y procesados para aprender a saber vivir a la manera de Dios. De nuevo el Manual tiene la respuesta: Después de esto Jesús les dijo a todos: Si alguno quiere ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame, Lucas 9:23.
Cuando nos rendimos a Cristo y empezamos a vivir para Dios, comienza nuestra proceso hacia la perfección y la santificación, algo que todos sabemos, y lo cual no demanda tanto buenos como malos momentos, alegría como dolor, risa como llanto, riqueza como pobreza, abundancia o escases, estar a veces arriba de ánimo o bajos de ánimo; en todo eso somos tratados y procesados para aprender a saber vivir a la manera de Dios. De nuevo el Manual tiene la respuesta: Después de esto Jesús les dijo a todos: Si alguno quiere ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz cada día y sígame, Lucas 9:23.
Saber
vivir es disfrutar de lo mejor y lo no tan agradable que nos plantea vivir
diariamente, saber vivir es disfrutar cuando llueve y cuando hace sol, cuando
es de día o de noche, alabar a Dios con lo que vemos en la naturaleza que Él
creó con tanta belleza y perfección; disfrutar de lo grande y lo pequeño; de tener
dinero o no tenerlo, de estar saludables o no estarlo, de la muerte y de la
vida. El apóstol aprendió a vivir porque fue tratado por su Creador y él fue
dócil a su proceso, En gran manera me gocé en el Señor…no
lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera sea
mi situación. Se vivir humildemente, y se tener abundancia; en todo y por todo
estoy enseñado, así para estar saciado, como para tener hambre, así para tener
abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me
fortalece, Filipenses 4:10-13.
Dios
es soberano, Él tiene todo dominio, poderío y majestad, no importa lo que
estemos pasando, se trata de conocerlo a Él, de amarlo, de vivir su manual de
instrucciones, de depender de Él y entregar todas nuestras circunstancias en
sus tiernas, poderosas y misericordiosas manos que conocen al dolor al ser
traspasadas en aquel madero. Glorificado se el Eterno Dios
todopoderoso, que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o
pensamos, gracias a su poder que actúa en nosotros, Efesios 3:20.
Cuando
estamos sufriendo lo mejor es quedarnos quietos y callados, solamente orar
fervientemente desde el corazón, para que Él Señor de todo pueda obrar y hacer
lo suyo, Estad quietos, y conoced que YO SOY Dios; seré exaltado
entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está
con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah (silencio) Salmos 46:10-11. ¡Tremenda revelación!
A ti y
a mí nos corresponde obedecer, adorar, agradecer, hacer lo humanamente posible
en fe obediente, Dios se encargará de lo difícil y lo imposible para el ser humano. Nos corresponde correr bien
la carrera, estar firmes en nuestra batalla diaria hasta el último día que Él
nos recoja para siempre en sus brazos, YO se los planes que
tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles
un futuro lleno de esperanza. YO el Señor, lo afirmo, Jeremías 29:11.
Él
siempre tiene lo mejor, el ladrón de la
fe y el gozo vino solo para robar, matar y destruir vidas en el infierno en los
falsos placeres del mundo, pero nuestro Cristo destruyó las obras del diablo y
nos trajo vida en abundancia, Juan 10:10. Dios, por su poder,
nos ha concedido todo lo que necesitamos para la vida, cuando nos salió al encuentro para conocer a Aquel que nos llamó por su gracia para tener vida abundante en esta tierra y la eterna al partir de aquí, 2 Pedro 1:3.
Te
ruego, oh Señor, que tu oído esté atento
ahora a la oración de tu siervo y a la oración de tus siervos que se deleitan
en reverenciar tu nombre, Nehemías 1:11.
En el año
1968 en un vuelo que se dirigía hacia Nueva York, normalmente un vuelo
rutinario y aburrido. Al comenzar el descenso del avión el piloto se dio cuenta
que el tren de aterrizaje no respondía. Su avión tenía poca gasolina. Viendo
que no habían muchas posibilidades, les dijo a los pasajeros que colocaran sus
cabezas entre sus rodillas y agarraran su tobillos para prepararse para el
impacto.
Entonces,
antes de aterrizar el piloto anunció por el intercomunicador. Estamos comenzando
el descenso final. En este momento según el código de aviación Internacional
establecido en Ginebra, es mi obligación informarles, que si usted cree en
Dios, debe comenzar a orar. ¡Es exactamente lo que dijo!
Me alegrea
contarle que el avión aterrizó sin ayunda del tren y sin ningún problema. Nadie
resultó lesionado, y aparte de un gran daño físico al avión, la aerolínea
apenas recuerda el incidente.
Sorprendentemente,
lo único que puso al descubierto, esa regla secreta fue una crisis. Solamente
cuando la gente y la sociedad se encuentra contra la pared, pendiendo de un
hilo y con todas las rutas de escape cerradas, es entonces cuando abre la
opción de reconocer que Dios puede estar ahí, y que si usted cree, debe comenzar
a orar.
No hay
nada mejor que una crisis para exponer el verdadero fundamento de un alma, de
cualquier alma. Podemos enmascarar, ignorar o intentar fingir ser sofisticados
o expresar una negación intelectual; pero mejor quite el cojín de la comodidad
y la indiferencia, remueva el sello de seguridad, interponga la amenaza de
muerte sin accionar el pánico del momento dentro de la gente, será muy
probable, que la mayoría de los que están en la fila de la humanidad comenzarán
a orar. Siempre Dios tiene la última palabra. Amén.
ALÉGRATE EN EL DADOR DEL GOZO DE LA VIDA