7 DIAS DE AYUNO Y ORACIÓN POR COLOMBIA
Amados como tenemos valiosas promesas en Dios, debemos purificarnos de todo lo que nos contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación. 2 Corintios 7:1.
Sean ustedes santos en todo lo que hacen, como también es santo quien nos llamó; pues está escrito: Sean santos, porque YO SOY santo. 1 Pedro 1:15-16.
Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al SEÑOR. Hebreos 12:14.
Amados, nosotros no estamos en la carne sino en el Espíritu, si es que en verdad el Espíritu de Dios habita en nosotros. Pero si alguno no tiene al Espíritu de Cristo, el tal no es de Él. Y si Cristo está en nosotros, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo nuestro espíritu está vivo a causa de la justicia de Dios. Pero si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en nosotros, el mismo que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos, también dará vida a nuestros cuerpos mortales por medio de su Espíritu que habita en nosotros. Romanos 8:9-14.
Así que en Cristo somos santos y justificados, por lo cual pedimos al Espíritu Santo que nos santifique a nosotros, la familia genética y la familia de Cristo el Hijo Amado, para ello empezamos por arrepentirnos, pedir perdón, abandonar el pecado y ser restaurados en todas las áreas de nuestra vida, unidos en amor fraterno entre los hermanos de sangre y la familia de Dios; de esta manera viviremos quieta y reposadamente en el poder de tu santa presencia. Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, manteniendo en alto la palabra de vida. Filipenses 2:14-16.
La santidad nos conviene por muchas razones, somos casa de Dios, templo y altar del Espiritu Santo, Salmos 93:5; la santidad es lo apropiado y coherente en la fe para el pueblo de Dios y es muy importante, pues es la condición para ver a Dios. Sin santidad nadie verá a Dios. 1 Pedro 1:15-16; por lo tanto, todo cristiano tiene el deber de ser santo en todo, porque es un mandato divino, y tenemos que seguir el ejemplo de vida de Jesucristo, de ser puros. Tienen que ser santos, porque YO, YHVH, su Dios, SOY santo. Levitico 19:2, y Porque la voluntad de Dios es nuestra santificación; que nos apartemos de fornicación; que cada uno sepa tener su propia esposa en santidad y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios. 1 Tesalonicenses 4:3-5.
La santificación, como proceso de crecimiento personal y espiritual nos trae numerosos beneficios y bendicion abundante que impacta poderosamente la vida del cristiano y la sociedad, pero en especial al reino de Dios. Entre ustedes ni siquiera debe mencionarse la inmoralidad sexual, ni ninguna clase de impureza o de avaricia, porque eso no es propio del pueblo santo de Dios. Efesios 5:3.
Ser santos significa ser puros, consagrados, limpios íntegramente y separados para Dios. Él llama a sus hijos a vivir una vida de santidad la cual es posible gracias a la obra de Jesucristo; Él entregó su vida por nosotros para purificarnos y hacernos santos. Ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de Aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2:9. La santidad nos bendice y provee grandes y poderosos beneficios.
La santidad se muestra en el testimonio y modelo de vida de todo creyente sin importar la edad, lo cual involucra nuestro modo de hablar, el comportamiento para con la famimia y los de afuera, la pasión que mostramos por Cristo, nuestra firmeza de fe y la pureza en nuestro estilo de vida, tal como Pablo se lo dijo a Timoteo. Tú debes ser ejemplo para los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. 1 Timoteo 4:12.
1. Nos permite Mayor intimidad con Dios. Ser santos de verdad nos permite una relación más profunda y sincera con el SEÑOR, proveyéndonos una mejor conciencia de su amor, bondad y cuidado. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis pensamientos; y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. Salmos 139:23-24.
2. Podemos Servir a Dios con libertad. Por ser liberados de la culpa y la vergüenza, los creyentes podemos servir a Dios con mayor libertad, alegría y espiritu de servicio. Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo. 2 Timoteo 1:9.
3.Tenemos una vida más estable y productiva. Nos conviene ser santos de verdad, porque la santificación nos ayuda a mantener una postura correcta ante el mundo, evitando ser arrastrados por los vientos de mentira, engaño y maldad; entonces los creyentes nos hacemos valiosos y productivos dentro de la sociedad, sirviendo a la gente y trabajando para el Reino de Dios. Hablo en términos humanos, por las limitaciones de nuestra naturaleza humana. Antes ustedes ofrecían los miembros de su cuerpo para servir a la impureza, que lleva más y más a la maldad; ofrézcanlos ahora para servir a la justicia que lleva a la santidad. Romanos 6:19.
4.Santidad es poder para Influenciar a otros: Cada creyente santificado puede influir poderosamente en otros para atraerlos a Cristo y amar a Dios, convirtiéndonos en verdaderos y eficaces testigos del SEÑOR Jesús. Háganlo todo sin quejas ni contiendas, para que sean intachables y puros, hijos de Dios sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella ustedes brillan como estrellas en el firmamento, manteniendo en alto la palabra de vida. Filipenses 2:14-16.
5.Disfrutamos de Gozo y paz. Porque el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Gálatas 5:22-23. A medida que avanzamos en santidad, podemos experimentar el fruto del Espíritu Santo que incluye el gozo y la paz que Dios da; es como vivir el cielo en la tierra. Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz nos sean multiplicadas. 1 Pedro 1:2.
5. Somos transformados avanzando hacia la imagen y estatura de Cristo. La santificación permite que los cristianos genuinos se asemejen cada vez más a Cristo reflejando su carácter santo y sus vidas rectas e íntegras delante de Dios y de los hombres. Y por ellos YO me santifico a Mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad. Juan 17:19.
6 Vivir en santidad nos permite cumplir el propósito de Dios en nuestra vida. La santificación forma parte de la salvación y del plan salvador de Dios para cada creyente, porque en Cristo hemos sido apartados y dedicados para el Padre, trabajando con Dios en sus propósitos sagrados. Vestídos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad, Según nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de El. Efesios 4:24 y 1:4.
7. Vivir en santidad es tan poderoso, que se destierra la naturaleza del pecado y va muriendo el viejo hombre. Porque la santificación ayuda a eliminar la tendencia pecaminosa heredada, limpiando el corazón, haciéndonos puros y santos como Jesús lo ordena y ejemplificó con su vida. Así que, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios, que presentéis nuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es nuestro culto racional. Romanos 12:1
8. Ser Santos nos ayuda a mejorar la relación con Dios y con el prójimo, porque crecemos en la oración, la adoración y la lectura de la Palabra; también en nuestra relación con el prójimo, mostramos el amor de Dios con sinceridad y espontaneidad. Vístanse, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándose unos a otros, y perdonándose unos a otros si alguno tiene queja contra otro. De la manera que Cristo nos perdonó, así también hagámoslo nosotros. Y sobre todas estas cosas vistámonos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne nuestros corazones, a la que asimismo fuimos llamados en un solo cuerpo; también seamos agradecidos. Colosenses 3:1-2.
9.Ser santos nos da plenitud de vida. La santificación nos lleva a disfrutar de la plenitud divina en la presencia de Dios, preparándonos para el día del encuentro con el SEÑOR en las nubes, el día del arrebatamiento. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debemos nosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándonos para la venida del día del SEÑOR, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! 2 Pedro 3:11-12.
Oremos por toda Colombia, especialmente por los departamentos donde hay presencia de terroristas, guerrilla, narcotráfico y delincuencia organizada, subimos en oración y clamor ante tu presencia SEÑOR y levantamos vallado de protección alrededor de nuestras familias y el pueblo de Dios en Colombia en el poderoísimo nombre de Jesucristo nuestro Rey, para que podamos estar firmes en fe el tiempo que dure la batalla, y hasta el día del SEÑOR para estar listos e irnos con Él por la eternidad.
Cantemos a YHVH un canto nuevo, porque Él hace maravillas entre nosotros, su poderosa diestra es la que nos sostiene y nos salva, su santo brazo nos rescata de todo mal. Nuestro Padre celestial hará notoria su santidad en nosotros, y a vista de las naciones hará efectiva su justicia; Él se acuerda de su misericordia y su verdad para rodearnos de su protección, todos veremos la limpieza salvadora y liberadora que el SEÑOR hará en su pueblo en esta nación.
Así que cantemos y aplaudamos a nuestro eterno Dios vivo, levantemos la voz para proclamar su nombre, cantemos porque Él es el Rey de toda la tierra y el juzgará al mundo con rectitud. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. Salmos 51:10. Amén.
Oración basada en Romanos 8:9-11 y Salmos 98.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.