Vivamos el auténtico amor de Cristo, y esforcémonos por crecer en todo, puesta la mirada en Aquel que es la cabeza, esto es, Jesucristo. Efesios 4:15.
Por lo cual desechando la mentira, hable cada uno la verdad con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Efesios 4:25.
El amor sea sin fingimiento. Aborrezcan lo malo y sigan lo bueno. Romanos 12:9.
¿Qué es ser auténticos? Cuando hablamos de ser autentico, es ser originales en Dios, en coherencia con la fe que profesamos, mostrando la verdad de Dios en lo decimos y hacemos, comportándonos sabiamente en todo lugar, sin guardar apariencias ni poner máscaras; significa tener la personalidad definida y el carácter de Cristo; desde el punto de vista cristiano somos auténticos cuando hablamos, pensamos, actuamos y vivimos como vivió nuestro SEÑOR Jesucristo; nuestra originalidad está en Dios imitando al SEÑOR y reflejando su gloria, somos imitadores de Dios, de tal manera que venimos a ser fiel copia de Jesucristo para agradar y honrar al Padre con la prudencia de ser hijos de Dios. Ustedes como hijos amados de Dios procuren imitarlo. Traten a todos con el mismo amor, y de la misma manera que Cristo nos amó y se entregó por nosotros, como ofrenda y sacrificio de olor fragante a Dios. Efesios 5.1-2.
Seamos auténticos cristianos siguiendo como Jesús, con firmeza y enfoque en la misión y jamás se desvió; el ejemplo del SEÑOR Jesucristo como Hombre, cuando estuvo en la tierra, enseñando a los hombres dejando ejemplo para la eternidad es nuestra brújula en este trasegar de la vida por este mundo.
1. Seamos
amorosos. Mi
mandamiento es este: que se amen unos a otros como YO los he amado. Juan 15:12. A lo largo de su ministerio terrenal, Jesús mostró su gran amor para con
todos, lo hacia cuando bendecía, cuando escuchaba, cuando perdonaba, cuando
ayudaba, sanando a los enfermos, consolando a los afligidos y servía a los
necesitados. Él dio el ejemplo perfecto de bondad, amor y misericordia que todo
ser humano en algún momento de la vida necesita. Ustedes deben amarse con el mismo amor que YO los he amado. Juan 13:34.
2.
Seamos humildes. No puedo Yo hacer nada por mi mismo…no busco hacer mi propia voluntad,
sino la del Padre que me envío. Juan 5:30.
Jesús mostró su humildad al demostrar su dependencia del Padre, al no vivir
para Él mismo sino para obedecer al Padre. Nuestra humildad consiste en depender
de Jesús y reconocer con corazón gradecido que Dios es nuestro Hacedor y Dador
de todo, por lo tanto, a Él debemos seguir y honrar para darlo a conocer, pues cada
paso estamos necesitados de Él.
Si somos humildes, reconocemos que lo que somos y podemos
hacer es gracias a Dios que nos da aptitudes y talentos y pone el querer como
el hacer en nuestro corazón, y de Él proviene nuestra fortaleza para resistir
las pruebas y los malos tiempos. El SEÑOR es nuestro máximo ejemplo porque
siempre reconoció que lo que hacía y enseñaba en su ministerio provenía del Padre,
su conexión y dependencia de Él y pudo decir con autoridad: Aprendan de Mí que SOY manso y humilde de corazón. Mateo
1:29.
Jesús fue superior e todos los hombres imperfectos en
muchos aspectos, en cuanto a inteligencia, sabiduría y conocimiento de Dios y
las Escrituras, como Él era perfecto nadie podía igualar sus dones, capacidades
y poder para hacer milagros y conocer los pensamientos de los hombres, con todo
eso, su humildad fue relevante sirviendo a los demás; la humildad es uno de los
principios predominantes que Jesús enseña en las Bienaventuranzas del Sermón
del Monte, Bienaventurados son los mansos, porque ellos recibirán la tierra
por heredad. Mateo 5:5.
3.
Seamos compasivos. Jesús tuvo que ser hecho semejante a sus hermanos en todo, a fin de ser
misericordioso y fiel sumo sacerdote en las cosas que a Dios atañen, para hacer
propiciación por nuestros pecados. Hebreos 2:17. Jesús
humanamente no se preocupó de lo que nos preocupamos, los seres humanos; Él se
ocupó de su misión redentora porque tuvo compasión al vernos perdidos en
nuestros delitos y pecados, y estuvo dispuesto a dar su vida y que fuera flagelado su cuerpo para sanarnos,
liberarnos y salvarnos.
La compasión fue una marca central en el ministerio del
SEÑOR y sufría con los que sufrían, por eso sanaba y liberaba para aliviar el
sufrimiento de otros, por eso alimento a multitudes hambrientas con la multiplicación
de los panes y los peces, Mateo
14:13-21; Él no juzgaba como nosotros diciendo que cada uno sufre
por su pecado y sus malas acciones, Él abrazaba, amaba y perdonaba, sin
importar que hubieran hecho. Jesús era Dios entre los hombres, Compasivo y misericordioso, Isaías 54:8,
Jesús tuvo compasión de las multitudes porque los veía
perdidos como ovejas que no tienen pastor, y gracias a su compasión hoy somos
salvos: sanos del cuerpo, vivificados en el espíritu y con vida eterna. Nosotros consideramos felices a los que soportan con
fortaleza el sufrimiento. Y hemos oído cómo soportó Job sus sufrimientos, y
sabemos de qué modo lo trató al final el SEÑOR, pues Dios es muy misericordioso
y compasivo. Santiago 5:11.
4.
Seamos pacientes. ¿Por qué habla este así? Blasfemias dice, ¿Quién puede perdonar pecados
sino Dios? Y conociendo Jesús que cavilaban de esta manera dentro de sí mismos,
les dijo: ¿Por qué piensan así en sus corazones? ¿Qué es más fácil, decir al
paralítico: tus pecados te son perdonados, o decirle: ¿levántate, toma tu lecho
y anda? Marcos 2:3-12. Él fue paciente y sereno
entendiendo nuestras debilidades humanas y mostrando calma ante los incrédulos.
Cuando la gente entre la multitud o sus discípulos no
atendían su ejemplo o no ponían en práctica sus enseñanzas, y muchas pedían
repetir la explicación de alguna parábola, era paciente para repetirles, explicarles
y aclararles sus dudas, pues sabía que era necesario que ellos aprendieran lo
que luego tendrán que enseñar. ¿Tanto
tiempo hace que estoy con ustedes y no me has conocido, Felipe? El que me ha
visto a Mí, ha visto al Padre; ¿Cómo pues dices tú, muéstranos al Padre? Juan
14:9.
5. Sírvanos
a Dios con todo nuestro corazón. Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: Si alguno
quiere ser el primero, deberá ser el último de todos y servidor de todos.
Marcos 9:35. Todos en algún momento requerimos que alguien nos sirva,
pero primero debemos aprender a servir a otros, y estar entre todos como el que sirve, así lo dijo Jesús, Lucas 22:27.
Servicio es prestar ayuda y asistencia a quien lo
necesite, elque sirve a su prójimo, sirve y hnra a Dios; el servicio nace del amor genuino que sentimos por el SEÑOR, y la
atención de atender a quienes Él nos pone en el camino para ayudar y servir.
Dios no solo nos da la oportunidad de ayudar, sino que nos guía a cada paso
para hacer bien todo, y todos debemos estr dispuestos a prestar servicio sin
restricciones ni tabúes. Algunos imaginan que solo a la gente pobre y desvalida
se debe servir, pero no es así como Jesús enseñó, primero debemos hacernos
grandes en el reino de Dios sirviendo a la gente aquí en la tierra. Mateo 29:26-27.
Hay muchas formas de servir; con ayuda económica, familiar,
social, física y espiritualmente, alimentando a otros, dando ropa o artículos a
quienes lo necesiten, ofrendar, orar y ayunar por otros; danto amistad a
alguien, recibir y hospedar a un recién llegado o extranjero, acompañando y
cuidando a un anciano o a un enfermo; enseñando el evangelio a quienes
necesiten conocer la verdad de Dios, consolando y abrazando a los que sufren;
son muchos detalles, cosas pequeñas y grandes que podemos hacer por nuestros
semejantes, así llevamos a cabo la obra del SEÑOR. Pues, ¿Quién te da privilegios sobre los demás? ¿Y qué tienes que Dios no
te hay dado? Y si Él te lo ha dado, ¿por qué presumes, como si lo hubieras
conseguido por ti mismo? 1 Corintios 4:7.
7.
Perdonemos a Otros. Ustedes deben orar así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado
sea tu nombre. Venga a nosotros tu reino para que se haga tu voluntad aquí en la
tierra como se hace en el cielo…Perdona nuestras ofensas, así como también
nosotros perdonamos a los que nos ofenden…Mateo 6:9-2.
Jesús no solo enseñó la importancia y necesidad de estar siempre dispuestos a
perdonar, sino que también puso la práctica del ejemplo, tratando con sus
discípulos y con todas las personas que se le acercaban.
Jesús perdonó y sigue perdonando a quienes se arrepienten
de sus pecados, y los salva, Él perdona a quienes no saben que hacen algo malo,
como cuando oró al padre por quienes lo crucificaban y se burlaban de Él, y
perdona porque nos ama; si aprendemos a perdonar a todos, entonces estaremos amando
y siendo como Jesús. Lucas 23:34.
8.
Oremos con frecuencia y diariamente. Después de despedir a la multitud, Jesús se fue al monte
para orar y estar a solas con el Padre, hasta llegar la noche. Mateo 14:24. Una forma de mostrar sumisión ante Dios es orar en toda ocasión y por todo
lo que sucede a nuestro alrededor, Jesús oró aún la noche en que fue
traicionado, pidiendo que si fuera posible no pasara por la copa amarga de la
crucifixión, y se fortaleció para ir a la cruz y cumplir así su misión redentora.
Jesús hacía oraciones sinceras y con regularidad, tanto
en privado como en presencia de sus discípulos y la gente, porque escuchaba, obedecía
y le interesaba la opinión del Padre; oraba antes de comer, en sus oraciones
daba gracias al Padre y le ofrecía alabanzas, pidiendo su guía para tomar
decisiones; hizo respetar el templo como lugar de oración y enseñanza de la
palabra, echando fuera y con autoridad a los mercaderes, Lucas 19:46. En esos días en
que se acercaba su sacrificio, Jesús se
fue al monte a orar, y pasó toda la noche en oración con Dios, Lucas 6:12.
9.
Seamos Altruistas. Al que te pida dale, y al que te pide prestado, no le des l espalda. Mateo
5:42. Ser altruistas es ser desinteresados, desprendidos,
generosos, benévolo, hospitalarios y humanos; esa gran personalidad de Jesús atraía
a la gente hacia Él, porque era abnegado, tierno y dulce con los niños, amaba a
sus amigos Lázaro, Marta y Miriam y lo visitaba en su casa para compartir con
ellos, porque era bueno y cuidador de sus amigos.
Jesús pasaba tiempos de calidad con sus cercanos porque
amaba el compañerismo, y sabía que así era una forma de dar a conocer al Padre;
Él no era egoísta ni envidioso, todo lo daba y lo compartía con simpatía,
alegría y empatía hacia todos. Seamos como el buen samaritano. Cuiden de practicar su justicia delante de Dios y no
solo delante de los hombres, de otra manera no tendrán recompensa de su Padre
que está en los cielos…Mateo 6:1-4.
10.
Seamos Accesibles a la gente. El SEÑOR Jesús atraía a
personas de todas las edades y todas las clases sociales porque se sentían con
libertad y comodidad junto a Él; él no era distante, indiferente ni con aires
de grandeza, sino que mostraba interés por todos y se ocupaba de escucharlos y
atender a su necesidad; iba a la casa de quienes lo buscaban y llamaban para
sanar y liberar a alguien. Al entrar
Jesús en Capernaum se le acercó un centurión rogando y diciendo: SEÑOR, mi
criado yace paralítico en casa con dolores muy fuertes. Jesús le dijo: YO iré y
lo curaré. Pero el centurión le respondió, SEÑOR, no soy digno de que entres en
mi casa, solamente di la palabra y mi siervo sanará…Mateo 8:5-13.
Así que nuestra autenticidad está en ser como Jesús,
vivir y actuar como Él lo hizo, porque todos los creyentes debemos imitar los
rasgos del carácter del SEÑOR Jesús a través del poder del Espíritu Santo, porque las cosas que atraían a la gente hacia Jesús, deben ser las mismas que atraigan
a otros hacia nosotros para enseñarles a cerca de Él y su salvación. Para ello
necesitamos conocer a Dios, leer incansablemente la Biblia, saber y entender
cuál es la voluntad de Dios para con nosotros en Cristo, haciendo todo para la
gloria del Padre; siendo la sal de la tierra y la luz del mundo, mostrando y
enseñando a muchos la asombrosa verdad y realidad de Jesucristo como SEÑOR, Dios
y Rey de nuestra vida. Si comen o
beben, hagan todas las cosas como para el SEÑOR, y no sean tropiezo para nadie…procurando
el beneficio de muchos, para que también muchos sean salvos. 1 Corintios 10:3-33.
Amén.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.