A GOBERNANTES Y PUEBLOS DE LA TIERRA
Cielos y tierra, escuchen lo que el
Señor Todopoderoso dice: Crie hijos hasta que fueron grandes, pero ellos se
rebelaron contra Mí, Isaías 1:2.
No me traigan más vana ofrenda…porque
es abominación para Mí; todo lo que hacen para Mí es abominación, las aborrece
mi alma, son gravosas, cansado estoy de soportarlas…Cuando extiendan sus manos,
YO esconderé de ustedes mis ojos, cuando oren, YO no oiré, porque sus manos están
llenas de sangre. Lávense, límpiense y quítense la iniquidad de todas sus obras
delante de mis ojos, dejen de hacer lo malo; apresúrense a hacer el bien,
busquen la justicia, apresúrense a restituir al agraviado, amparen a la viuda y
al huérfano.
Vengan delante de Mí y póngase a cuentas;
si sus pecados son como la grana, como la nieve serán emblanquecidos, si son
rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si lo quieren y lo hacen
así, comerán del bien de la tierra. Pero si
no quieren y son rebeldes, serán consumidos a espada; porque la boca del
Dios Eterno lo ha dicho, Apartes de Isaías 1: 1-20.
Dios
se manifestó a Isaías de forma maravillosa, pero sólo lo hizo después de la
muerte del rey Uzías. Dios había estado llamando en muchas oportunidades al
ARREPENTIMIENTO VERDADERO a su rey y a una nación pecadora, porque cuando la
cabeza está mal, todo lo demás estará mal, El siervo de Dios no había tenido un
encuentro personal tan glorioso con el Creador, ni habían sido abiertos sus
ojos para experimentar la visión como hasta ese momento.
A. UN REY.
En
2
de Crónicas 26
podemos leer que en el inicio del gobierno del rey Uzias hizo lo recto como
gobernante porque persistió en buscar a Dios, era entendido en visiones de Dios
junto al sacerdote Zacarías, por lo cual el Señor Omnipotente lo prosperó. Su
poder fue conocido en las naciones, realizó grandes obras en el país, abrió fuentes
de agua en el desierto, se engrandeció en la ganadería y la agricultura,
impulso el avanza de la técnica con ayuda de ingenieros hasta hacerse poderoso.
Pero
al ver su grandeza, el corazón de este rey se enalteció, se llenó de vanagloria
para su ruina, porque se rebeló contra el Eterno Dios, se colocó en el lugar de un
sacerdote, ofreció sacrificios a su manera; entonces fue amonestado, exhortado
y llamado a su atención por haber cometido pecado; pero Uzías en vez de recibir
la amonestación y volverse a Dios, se llenó de ira con los siervos de Dios y su
cuerpo se llenó de lepra (la lepra representa el pecado) hasta brotarle por
la frente, Dios lo hirió y quedó leproso hasta morir.
Vemos
en los versículos siguientes que Dios primero le habla al gobernante, luego le
habla a toda la nación aclarándoles los juicios y al mismo tiempo su amorosa
oportunidad para que se ARREPIENTAN y tengan redención.
Mientras
el rey estuvo delante de Dios, la nación y el pueblo prosperaron, crecieron,
avanzaron y se conoció su fama, pero tanto el rey como el pueblo se olvidaron
de su tiempo con Dios, hicieron lo que su soberbia les dio y todos se
desenfrenaron, y es que el éxito fuera de Dios, puede llegar a ser peligroso así
como a muchos gobernantes y gentes, la fama les puede hacer creer que son
mejores de lo que realmente son y que tienen más de lo que realmente tienen;
con la fama y el éxito, muchas veces se pierde la dependencia y la comunión con
Dios; este rey no reconoció que lo que había llegado a ser, fue gracias a Dios.
Mientras
esto sucede, y el siervo de Dios predica y profetiza en medio de la nación,
muere el rey Uzías, ahí es cuando el profeta recibe la visión y el llamamiento
del Eterno, lo cual lo transforma para siempre. Este siervo del Señor tiene la
humildad y honestidad de reconocer que es pecador y vive en medio de un pueblo
pecador, por lo cual se considera indigno ante el Santo.
Dios
NO lo llena de sueños y expectativas, le habla claramente que es enviado a un
pueblo rebelde que no escucharía su palabra, ese pueblo que acababa de perder a
su rey era como la cabeza que lo gobernaba, soberbio, rebelde, pecador y había
despreciado a su Creador, Tanto los gobernantes como el pueblo que no oye a
Dios, ni atiende a sus ordenanzas, son dominados por muchos estorbos que les
impide obedecer a Dios para ser santos y agradarle.
¿Cuáles
son tus estorbos para no seguir ni obedecer a Dios?
1. Los ídolos.
2
crónicas 26:11-14. Para el pueblo hasta ese momento, el rey Uzías había sido
su ídolo; hacían lo que éste hacía, le creían y lo seguían, por lo cual todos
dejaron a Dios y no prestaron atención a su llamado al ARREPENTIMIENTO.
Una
vez este ídolo muere, Dios se manifiesta, a causa de la situación del país y su
gobernante, Ahora debes preguntarte: ¿a qué debes morir? ¿Qué te separa y te
roba tu intimidad con el Amado Dios? Hoy como ayer Dios llama a gobernantes y naciones;
Dios va a quitar sus ídolos, Dios siempre tiene un hermoso propósito para una
nación y sus habitantes, pero si no atienden ni obedecen a su voz, Él cortará
los ídolos y destruirá los estorbos. Fijemos y pongamos los ojos en Jesús,
el Autor y consumador de nuestra fe, Él es quien nos perfecciona. Porque fue Él
quien soportó la cruz, sin hace caso de lo vergonzoso de esa muerte, porque
sabía que después de su sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la
derecha del trono de Dios, Hebreos 12:2.
¿A
quién sigues y sirves, a Dios o a los hombres? ¿Te has vuelto como ellos?
¿Hablas como ellos? ¿Odias, maldices, y haces lo que te da la gana como ellos?
¿Los has puesto por encima de Dios?
2. Estorbo
de altivez y rebeldía,
2
Crónicas 26:16-18.
Este rey se olvidó que su éxito había venido de Dios mientras lo había buscado
y servido, sin embargo, al ver su grandeza se envaneció y se llenó de soberbia
y autosuficiencia, desligándose de su Creador. Tras el orgullo viene el
fracaso; detrás de la altanería llega la caída, Proverbios 16:18.
Y
como la cabeza estaba mal, la gran mayoría del pueblo también, por eso vino la
ruina del rey y todos los que lo seguían se perdieron; el hecho de ir a hacer
las veces de sacerdote y quemar incienso, era un acto abierto de rebeldía
creyendo que por ser gobernante podía hacer lo que le diera la gana, así se
rebeló contra Dios; los sacerdotes de Dios se lo advirtieron y trataron de
persuadirlo, 2 Crónicas 26:17-18, pero el rey hizo
caso omiso, se burló y contradijo mandatos de Dios; así menospreció no solo a las
autoridades que lo amonestaron, sino a Dios.
3. Pecado de desobediencia, 2 Crónicas 26:19. En vez de aceptar con humildad la amonestación de parte
de Dios, este rey se airó contra los sacerdotes, pero de su frente brotó la
lepra. Esta enfermedad en la biblia representa el pecado por la rebeldía, la
murmuración y la desobediencia, salirle lepra en la frente, revelaba que el
pecado se hacía visible a ojos de todos. A este rey le vino la ruina, se le
acabó su mandato y murió lleno de lepra. ¿Cuántos gobernantes mueren en su
pecado?
B DIOS REVELA SU GRANDEZA.
Lo
hermoso de toda esta historia, es que una vez Dios elimina los estorbos, el
siervo de Dios logra un verdadero encuentro con el Eterno, Isaías
6:1-4.
Fue un encuentro cara a cara con el Creador, donde Él muestra al profeta la
majestad de su gloria, igual que lo hizo con Juan en Apocalipsis
4:2-4.
El Señor deja ver la pureza de su gloria con los serafines que le sirven en los
cielos.
Esta
fue una revelación celestial en tiempos donde la decadencia moral había
alcanzado el nivel más alto, significando así la necesidad urgente de ser
santos, limpios, puros, trasparentes e íntegros apartados del pecado delante de
Dios. El Rey de gloria deja ver su santidad para que el profeta la descubra, lo
cual es manifiesto para que todo el resto del pueblo la siga y la busque en el
Señor.
La
inmoralidad, el pecado y la maldad del hombre sobre la tierra, muestran
claramente hasta dónde ha caído la raza humana; esto ha traído frustración,
tristeza, muerte y dolor, reduciendo en el corazón de las gentes la grandeza de
Dios y agudizando las presiones sociales.
Dios
hace un llamado a buscar su presencia y recibir la realidad de su alto y
sublime señorío; esto hará la diferencia sobre la tierra. Si conocemos a Dios
en su grandeza tendremos poder para enfrentar circunstancias y debilidades.
Dejar oír la voz de Dios, escuchar los ángeles decirle santo, santo, santo hizo
que todo se estremeciera con su gloria, Isaías 6:3-4. Esto nos lleva a reconocer
nuestra situación de pecadores, tomar el tiempo para arrepentirnos y ser
transformados para honrar a Dios. Un encuentro personal cara a cara con Dios es
algo extraordinario que lo cambia todo.
1. El
siervo de Dios reconoce que es pecador, Isaías 6:5. Ante semejante
visión de Dios y sus ángeles, el siervo de Dios reconoce que es indigno de estar
ante tan grande santidad, se llena de temor y cree que será muerto debido a su
impureza de sus labios y el pueblo en medio del cual habita que tiene labios
inmundos. La biblia dice que quien ve a Dios, puede morir debido a su
estado pecaminoso; en la antigüedad los sacerdotes solo entraban una vez al año
ante la presencia de Dios en el tabernáculo, y si entraban indignamente podían
morir, por eso se les amarraban una campanillas a sus faldas, si estas dejaban
de sonar allá adentro, todos entendían que debían halar de la cuerda y sacar el
cadáver del sacerdote. No podemos entrar ante la presencia de Dios de cualquier
manera.
2. El siervo es purificado, Isaías 6:6-7. Cuando nos
presentamos ante Dios con humildad, reconociendo nuestro pecado y confesándolo
ante Él pidiendo su perdón, Él acude de inmediato a perdonarnos y purificarnos.
Cuando
Isaías vio un ángel volar hacia él con tenazas y un carbón encendido para tocar
su boca, porque en la antigüedad el altar permanecía encendido, es una visión para que
entendamos que es Dios mismo nos purifica, limpia y santifica. Y lo que tenemos
en el alma, en el interior de nuestro corazón, es lo que brota por nuestros
labios, porque de la abundancia del corazón habla la boca, Lucas
6:45.
Las costumbres y estilo de vida del pueblo donde habitaba el profeta, le
producía culpa y lo hacía a él también inmundo y sucio, por eso era necesario
purificarse ante la presencia de Dios.
3. La voz de Dios hace el llamado, Isaías 6:8. Una vez purificado y
encontrado cara a cara con Dios, Él llama al siervo. Esa fue la respuesta ante
la rendición y purificación de Isaías. Dios nos llama a oír su voz, reconocer
nuestro pecado, ARREPENTIRNOS y purificarnos para hacer su obra en santidad, y
ofrecer nuestra vida a su servicio.
Pero
el Dios de toda gracia que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable, nos pregunta
primero, porque Él desea saber si voluntariamente queremos servirle o no, para lo cual
el profeta respondió: Heme aquí, envíame
a mí.
Después
que hayan muerto muchos rey Uzías sobre la tierra, después que Dios haya
quitado los estorbos, después de tanta prueba y sufrimiento, tristemente, solo
entonces, muchos podrán entender quién es Dios, aceptar su voluntad y comprender
la grandeza de su amor y llamado; así como lo hicieron Isaías y Job, Isaías
6:5
y Job
42:5.
Esto es para muchos que llevan años en el Señor, creen conocerlo bien, pero
quizá todavía no lo agradan en todas las áreas de su vida. Esa es la razón por
la cual Él llama al arrepentimiento, confesión de pecados y ser santos para Él,
Levítico
11:44
y 1
Pedro 1:15-16.
Dios
llamó al profeta, pero no le dijo cosas lindas para animarlo, le habló
claramente; le dijo que ese pueblo al cual lo enviaba era de dura cerviz, era malo, gente con el
corazón duro por lo tanto no oirán su mensaje, Isaías 6:9-10. Así vemos hoy a muchos.
Y
el profeta pregunta. ¿hasta cuándo? Isaías 6:11-12. Dios le responde, seguirás
predicando hasta que las ciudades estén asoladas y sin morador, y no haya hombre
en las casas y la tierra esté hecha un desierto. Para nosotros no es tiempo de
estar preguntándole a Dios, sino que es tiempo de actuar y hacer lo que Dios ya
mandó: Hacer discípulos a todas las naciones, evangelizar, mostrar a Cristo en
nuestra manera de vivir, dar amor y no parar de servir y hacer el bien.
Pero
Dios se reservará un remante fiel, Isaías
6:13. Quedará un tronco y una simiente santa. En tiempos del profeta quedó
un remanente que salió del exilio de Babilonia para reconstruir la nación. Del
mismo modo, en este tiempo, Dios está guardando un remanente santo que será
como el roble y la encina, árboles de madera fuerte que permanecen firmes en
medio de los violentos tiempos y bruscos cambios atmosféricos, aunque quede un
tronco que parece seco, seguirá echando brotes y retoñará para volverse a hacer un árbol
grande y vigoroso.
Ese
tronco de la simiente santa es Jesús que nos hace semejantes a Él. Solo de Él y
con Él vendrán renuevos y vidas nuevas; aun cuando seamos llevados a la
cautividad. Sólo con Él y en Él podremos brotar como semillas fuertes, porque
sólo de Él viene la salvación en medio de la devastación, porque con el fuego
de la presencia de su Santo Espíritu, podremos arder como antorchas vivas ante el
trono vivo de Dios. Amén
Este fue el mensaje de ayer domingo en nuestra Iglesia local. Una palabra profética para los próximos tiempo. Un llamado al arrepentimiento, a volverse a Dios, a ser santo y obedecer el mensaje del Eterno. Una palabra profética para aquellos gobernantes que hacen lo que les parece en su gobierno y los pueblos que en vez de mirar a Cristo para servirle y obedecerle se alían a la impiedad, injusticia y maldad de sus dirigentes políticos.
Este fue el mensaje de ayer domingo en nuestra Iglesia local. Una palabra profética para los próximos tiempo. Un llamado al arrepentimiento, a volverse a Dios, a ser santo y obedecer el mensaje del Eterno. Una palabra profética para aquellos gobernantes que hacen lo que les parece en su gobierno y los pueblos que en vez de mirar a Cristo para servirle y obedecerle se alían a la impiedad, injusticia y maldad de sus dirigentes políticos.
Y cantaban el cántico de Moisés,
siervo de Dios, y el cántico del Cordero, diciendo: ¡Grandes y maravillosas son
tus obras, Oh Señor, Dios todopoderoso! Justos y verdaderos son tus caminos, Oh
Rey de las naciones!. Apocalipsis 15:3.