FIRMEZA EN LA PRUEBA ES LA PROEZA
Para
que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de cualquier viento,
Efesios 4:14a.
En
Dios haremos proezas, y Él hollará a nuestros enemigos, Salmos 108:13.
Mantengamos
firmes y sin fluctuar, en la protección de nuestra esperanza, porque fiel es El
que prometió, Hebreos 10:23. Así que, sigamos lo que contribuye a
la paz y la mutua edificación, Romanos 14:19.
Hemos oído hablar de lo que
es un termostato y un termómetro, pues bien esto lo saben mejor que yo los
ingenieros, mecánicos y las personas que continuamente trabajan con estas
herramientas.
En pocas palabras el
termostato es un componente del sistema eléctrico que controla y mantiene
estable la temperatura de un vehículo, las máquinas industriales y los sistemas
del aire acondicionado. Por su parte el termómetro es un instrumento que mide
la temperatura, por lo cual continuamente está subiendo y bajando dependiendo del calor o el frío de un cuerpo o un medio ambiente, es decir, que el termómetro es opuesto
al termostato, mientras uno permanece estable a la temperatura, el otro cambia
continuamente mostrando el nivel de calor o de frío según la temperatura del
momento.
Con esta comparación, Dios
me ha hecho recordar que en muchas ocasiones la prueba o el fracaso son medios
que Él usa para pulir a una persona. Lo cual vemos claramente en la historia
sagrada y la vida de Moisés, que pasó de la corte egipcia a ser un fugitivo en el calor
ardiente del desierto, era como caer de la cumbre al abismo, de la comodidad a la inclemencia del tiempo en el desierto. Éxodo
2:15.
El Todopoderoso nos
prueba de muchas maneras para dar firmeza de nuestra fe moldeando nuestro caracter para luego colocarnos en una misión, todo esto unido a su palabra, discerniendo y puliendo nuestra confianza en Él y las intenciones de nuestro corazón; es parte del proceso para limpiarnos y quitar lo que estorba a sus propósitos divinos; Dios derriba la confianza en nosotros mismos y la comodidad inerme a la que estamos acostumbrados, ara hacernos proyectar a nuevos horizontes y que cada día seamos semejantes a su Hijo. La prueba es tiempo de escrutinio y
aprendizaje donde en momentos el Maestro habla o calla. La prueba hace más fuerte al débil, hace feliz al amargado, aprende
perdón el ofendido y es entrenado en dependencia el autosuficiente. Dios nos enseña
a ser personas maduras, fuertes y de carácter firme, que no se amedrentan, que no se entristecen, y que no se intimidan por las circunstancias ni los ataques de los enemigos, sino que enfrentan, confrontan y luchan en el poder del Padre.
No podemos ser como el
termómetro que cambia continuamente según el ambiente o la situación, tampoco reaccionamos según los eventos que se presentan, sino que asertiva y proactivamente pensamos y actuamos según a direccion de Dios; hoy me retroalimento, me fortalezco
y me doy cuenta que debo ser como el termostato que permanece estable sin
importar los cambios o los ataques. Porque mi serenidad, firmeza, confianza y seguridad
provienen de mi Creador y Sustentador. Esto implica que no debo dejarme mover por los vientos adversos
que soplan contrarios, yo soy la que estoy armada de valor para contribuir con el cambio que mi vida, mi familia y la nación requieren según Dios. A los hijos de Dios no nos regula lo que pasa en
el mundo, en la sociedad ni a nuestro lado, sino que somos guiados por el
Espíritu Santo y sostenidos por la mano del Dueño de todo y Dador de la última palabra, Isaías 49:16.
Somos guerreros de YHWH y sodados de Jesucristo llamados a responder
a los desafíos de la vida con la fuerza espiritual del Eterno en nosotros, que vence con amor el
desamor, con bien el mal, con verdad la mentira, con justicia la injusticia, con
pureza la impureza y con gozo la adversidad, algo que sólo se aprende y es posible
al conocer de cerca y personalmente al Señor del universo, dado a conocer en su palabra, Juan 17:6-26.
Si somos soldados de
Jesucristo no podemos darnos el lujo de ser controlados por los momentos coyunturales
de la vida. Si permitimos que las circunstancias marquen nuestro carácter,
ya no seremos soldados, seremos víctimas o victimarios de sí mismos o de otros. El discípulo y soldado de Cristo, aunque las circunstancias sean difíciles, debe permanecer firme en posición de guerra para superar y vencer todo obstáculo y
viento contrario, eso es lo establecido para el ejército de Dios, 1 Timoteo 1:7-9.
La confianza en Dios y la fe en sus promesas ha de
ser lo que nos mantenga firmes y seguros ante los embates del enemigo, las personas difíciles y los momentos en que parece que no hallamos respuesta, es
el amor y la seguridad en el Todopoderoso lo que nos dará la valentia y el vigor para ayudarnos a vencer
todo lo que se mueve en el mundo, Deuteronomio 31:8 e Isaías 45:2.
Sólo las personas que cultivan
una fuerte y profunda relación con Jesucristo podremos experimentar paz, vida, fe
y esperanza en medio de las tormentas y el alto flujo de la marea en el mar del
mundo, ya somos más que vencedores victoriosos, pues el Cristo del Calvario ganó la
batalla por nosotros, por eso, todo lo podemos en Cristo que nos
fortalece, Romanos 8:26-31, y Filipenses 4: 10-14.
La vida del creyente se compara con el
cultivo, porque si no cultivamos la tierra, la gente morirá de hambre, de igual
modo si cultivamos la amistad y la dependencia de Dios habrá paz interior que
será reflejada exteriormente no solo en las relaciones personales sino en las obras, no somos de los que
retroceden, sino de los que avanzan para preservación,
Hebreos 10:36-39 lo dice claramente.
Si nos enojamos o nos quejamos en tiempo de prueba, no hacemos paz sino guerra, y ese es el recurso de los soberbios, arrogantes, incompetentes y necios; con la queja y la crítica mal sana, es como si nos aliaramos a los violentos, y la guerra es la masacre entre gentes que no se
conocen, a favor de unos cuantos que sí se conocen y traman división y entre ellos se reparten y gozan del botín de la guerra, como dice la biblia, disfrutan de los despojos.
Si somos termómetros en vez de termostatos, no sólo tendremos guerra exterior sino que salpicaremos a otros con agresividad de nuestra guerra interior, pero nuestro Padre celestial es fuente de paz y de Él somos en Cristo partícipes del ministerio de la
reconciliación, 1 Corintios 5:18 y 1
Corintios 7:15c. Permanecer serenos y con dominio propio en la adversidad, es una forma de hacer justicia y adorar a Dios proporcionándonos grandes victorias, Éxodo 23:23-33.
.
Desde nuestra posisión de hijos
de Dios y soldados de Jesucristo estamos en responsabilidad de trasmitir vida y ser parte
de la unidad y la hermandad que tanto necesitan las familias, las instituciones, las naciones y la
tierra entera, y ¿Quién es el que vence al mundo, sino
el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? 1 Juan 5:5. Ganamos la batalla del mundo, con fe y fortaleza en Él Amado, deseado y
esperado de las naciones, y mientras pasamos la prueba, el gozo del Señor será nuestra
fortaleza, Nehemías 8:10 y Salmos
28:7.
Amén.
Señor de los cielos y la
tierra, Dios de toda gracia y abundante misericordia, míranos con tus ojos de
amor, susténtanos en tus brazos de poder, dirígenos con tu voz de Buen Pastor y
ayúdanos a permanecer santos, íntegros, fieles y firmes a pesar de todo, en el
poderoso nombre de Jesucristo de Nazaret, Amén. Lic.MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.