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24 dic 2018

FELIZ TIEMPO EN FAMILIA Y EN LA PRESENCIA DE TU SALVADOR


FELIZ TIEMPO DE FIN DE AÑO EN FAMILIA RECORDANDO AL SALVADOR.

Porque tanto amó el Creador a la humanidad, que entregó asu Unigenito Hijo Jesucristo, para que todo aquel que en Él crea, no se pierda sino que tenga vida eterna. Juan 3:16.

Dios encarnó en una joven desposada con un varón llamado José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era Miriam. Lucas 1:27.

Pensando José en todo eso, he aquí un ángel del SEÑOR le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a Miriam tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Mateo 1:20.

Hace más de 2000 años nació en el pueblo de Belén, ciudad de David, nuestro Salvador que es Cristo el SEÑOR; su nacimiento vino con pureza y humildad para enseñarnos el camino de la verdad y pagar la deuda de nuestros pecados que nosotros no podiamos saldar. De ahí, que sea necesario que todos los días tengamos presente el profundo amor de Dios expresado en su Hijo Jesús, entregado por el Padre a nuestro favor, para ser salvos y permanecer unidos en familia, no por una temporada, sino cada día que tenemos oportunidad de vivir para agradar a Dios y bendecir con amor a quienes nos rodean porque Dios siempre está con el justo. He aquí una virgen concebirá y dará a luz un Hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros. Mateo 1:23.

Siendo el Dios rico y dueño del universo, Él decidió ser humano entre los hombres viniendo a nacer en una enramada en la fiesta de los tabernáculos, como un niño pobre y sencillo para que tú y yo pudieramos tener una relación estrecha con Cristo, no solo por el final y comienzo de un año, sino siempre y para siempre, porque estamos con Dios o contra Él, mientras vivimos en esta tierra, y Jesús no esquivó todo su sufrimiento, sino que lo atravesó, lo enfrentó y lo venció para darnos vida, alegría y libertad, no solo por un momento, sino para la eternidad. José, hijo de David, no temas recibir a Miriam tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. Y dará a luz un Hijo, y llamarás su nombre Jesús, porquw Él salvará a su pueblo de sus pecados. Todo esto aconteció para que se cumpliera lo dicho por del profeta...Mateo 1:18-23.

Con cada latigazo y herida que sufrió nuestro Salvador, tú y yo estábamos presentes en su mente y su corazón, y decía: te amo hijo, te amo hija. Así que disfrutemos y demos gracias que Jesús vino a esta tierra a morir por nuestra causa y resucitó para nuestra victoria y pleno gozo a cada instante, no solo por un momento, sino para siempre. ¿No es este Jesús, el Hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice este: del cielo he descendido? Juan 6:42.

Nuestra fe no es religión es certeza y convicción del amor salvador hacia el Padre celestial en su Hijo Jesús, y si miramos objetivamente, y nos preguntamos ¿por qué murió Jesús si era bueno, sin pecado y era hombre de paz? Porque todos somos pecadores y no podemos salvarnos por nuestros propios medios; lo importante no es cuándo nació Jesús, lo valioso es saber que Él vino para perdonar nuestros pecados y salvarnos de la condenación eterna, dejándonos ejemplo de lo que es vivir recta y santamente agradando al que nos creó, respondiendo coherentemente a la fe y confianza del que murió en la cruz pero que en su poder resucitó y regresó a su trono para preparnos un lugar junto a Él. Asi que la navidad se trata de Jesús para regocijarnos y celebrar el amor visible de Dios a favor de nosotros pecadores. Juan 3:16.

El amor de Dios, no solo fue dado, fue encarnado eligiendo la humildad, no naciendo en un palacio sino en una enramada sencilla; porque el amor genuino y profundo no busca comodidad, se despoja de sí mismo y entrega todo mejor sirviendo; en su manifestación de amor, Dios no reveló las buenas noticias a grandes líderes, sino a sencillos pastores, porque Jesús nació para todos pues su amor no discrimina, pero se manifiesta a los humildes y mansos para traer paz y bendición. Así que si alguien celebra navidad, no es para su goce carnal y pecaminoso, es para reconciliarse con Dios, llenarse de alegría en Cristo y disfrutar de su paz en el corazón. Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad. Lucas 2:14.

El amor de Dios siempre espera una respuesta coherente a su bondad, fue lo que hicieron los pastores que dejaron los rebaños y fueron a adorar al SEÑOR, Miriam que guardaba toda esa experiencia en su corazón y José que obedeció aún sin entender; así nuestra respuesta a Dios por su amor encarnado es amarlo como Él nos amó, y perdonar como Él nos perdonó para vivir con gratitud y obediencia, no solo al final y comienzo de cada año, sino siempre. Porque Navidad es el amor del Padre con nombre propio, rostro y propósito: Jesús, que no es solo para regalar cosas, sino para ser instrumentos del amor, bondad y misericordia de Dios. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que el Padre envió a su Unigénito Hijo a esta tierra, para que vivamos por Él...1 Juan 4:9-11.

Gracias al nacimiento de Jesús como la primera venida del SEÑOR Jesús a la tierra, tenemos la paz que sobrepasa todo entendimiento, podemos movernos y actuar con libertad en una vida nueva llena de luz y porque en el SEÑOR, tenemos plenitud de vida; en Él son quitadas nuestras culpas y limpios nuestros corazones de pecado, ya no hay nada que pueda alejarnos del amor de Dios, asi que caminemos pues Con Pasos Firmes en Dios y no nos soltemos nunca de su poderosa mano bienhechora. Y Miriam dio a luz a su Hijo Primogénito, lo acostó en un suká y lo envolvió en mantos sacerdotales, y lo puso dentro de una caña porque no hubo espacio para ellos ni habitación en las viviendas. Lucas 2:7.

Concluimos diciendo que la navidad no es solo un recordatorio trivial y común del mundo, ni una fecha cualquiera, es lo primero de tres sucesos muy importantes: Nacimiento de Jesús el Hijo de Dios, la crucifixión de Jesús por nuestros pecados, y la resurrección de Jesús con nuestra promesa de vida eterna y morada celestial, y no hay nada que iguale o se compare a tan grandes sucesos en la historia; pero si alguien no cree ni tiene a Cristo, no es salvo ni disfruta de la presencia del Espíritu Santo, y si celebras navidad ha de ser para recordar el inigualable y más valioso evento en la historia humana, porque Dios vino al mundo; y si recordamos que Jesús vino al mundo, no es solo por cada fin de año, sino constantemente durante todo nuestro pregreginage en la tierra hasta que volvamos a Dios. Nadie ha visto a Dios con sus ojos naturales, pero si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se perfecciona en nosotros  1 Juan 4:12.

¡Gloria al Eterno Rey que mora en las alturas, pero también en los corazones de los santos, para traer su paz a la tierra; esa paz que solo Él puede dar en los corazones de los fieles que tienen buena voluntad para con su SEÑOR y Creador. Porque de ti, Belén de Efrata, pequeña entre las familias de Judá, de ti saldrá el que será SEÑOR de Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad. Miqueas 5:2.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno