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19 jul 2015

SACA LOS ENEMIGOS Y PURIFICA EL TEMPLO..


SACA LOS ENEMIGOS Y PURIFICA EL TEMPLO

Vayan ustedes a los montes; traigan madera y reconstruyan mi casa, YO veré su reconstrucción con gusto, y manifestaré mi gloria-dice el Señor-. Hageo 1:8.
No estorben la construcción del templo de Dios. Dejen que se reconsyruya en el lugar original y le pongas travas al trabajo del Gobernador de Judá ni al de los ancianos. Esdras 6:7.

...Vengan y edifiquemos los muros de la ciudad, y no estemos más en oprobio...Levantémonos y edifiquemos. Asi esforzaron sus manos para bien. El Dios de los cielos, Él nos prosperará, y nosotros su pueblo, nos levantaremos y edificaremos, porque los enemigos no tienen parte ni derecho ni memoria en la Ciudad del Gran Rey. Nehemías 2:17-20.

El templo, según nos narra la Escritura, esencialmente ha sido el lugar reservado para el servicio sagrado dedicado solo a Dios, Beth Elohim, que traduce morada de Dios o Casa del SEÑOR, recinto santo destinados para la adoracion y la exposición de la palabra; el la antiguedad se construyeron dos templos físicos, el primero fue el Tabernáculo, una estructura portatil a manera de tienda construido según instrucciones del Eterno como se describe en Éxodo Cap. 26 y 27

Después que el pueblo de Israel fue establecido en la tierra prometido y habiendo pasado miles años, se construyó el llamado templo de Salomón, el Mishkan ha edut, o Tienda del Testimonio, el cual fue destruido en el año 70 después de Cristo. Pero si mirando alrededor del planeta, el hombre ha construído miles de templos donde se pretende honrar a Dios, pero, es a partir de Jesucristo que el vino a ser el Tabernáculo vivo de David y nosotros templos vivos de su Santo Espíritu. ¿No saben que ustedes son templos de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? 1 Corintios 3:16. ¿O no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes, el cual tienen de Dios, y que no se pertenecen a ustedes mismos? Pues por precio han sido comprados; por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:19-20.

El templo judío representaba importancia de vida y servicio a Dios, porque el tabenáculo representa la presencia de Dios entre su pueblo. En el templo hay continua oración y adoración, 1 Tesalonicenses 5:17; alli se presentan ofrendas vivas y sacrificios vivos a Dios, Romanos 12:1; experimentamos la presencia viva del Eterno, 2 Corintios 6:16, y los hijos se presentan llenos de su Espíritu, 1 Corintios 3:16. Pero vemos en la historia sagrada que el Dios santo abandonó el templo a causa del pecado del pueblo; pero el Hijo de Dios después de haber resucitado, nos envió su Espíritu para que viva dentro de cada redimido y nos convirtió en tempmos vivos; el templo de piedra hecho por manos humanas fue reemplazado por una morada espiritual para Dios. 1 Corintios 3:16.

Es por esto que el Eterno Creador nos llama a purificar su templo, no el templo de ladrillos y arena, sino Él el templo de nuestra vida, porque somos morada santa y piedras vivas, donde se debe ver la santidad para que haya verdadera oración y adoración desde nuestro corazón en la santa presencia para que provoquemos Joel 2; debemos echar fuera todo enemigo y todo obstáculo que impide nuestra santificación, y ensanchemos las estacas a la derecha y a la izquierda, gestando una nueva generación, que se levante a servir y amar a Dios, mostrando la grande y  poderosa gloria de su majestad, Porque no se adormecerá ni dormirá el que guarda a su pueblo Israel. Salmos 121:4

Somos madera nueva y fuerte en las manos de Dios, y debemos hacer arder el fuego de su Espíritu en su morada santa, porque Él nos ha constituido su habitación para traer salvación, vida y libertad donde Dios gobierne, dirija y se mueva, pues en Él vivimos, nos movemos y existimos, como su real sacerdocio y linaje escogido. Hechos 17:28. Debemos ser una llama ardiente que refleje su gloria, Él es el único que sana a los enfermos y resucita a los muertos y Él anhela hacerlo a través de su Iglesia. 

La cruz fue madera de maldición donde quedaron clavados todos nuestros pecados, todas nuestras maldiciones e iniquidades, pero Cristo nos ha hecho olivos verdes, plantados en su casa, hemos sido llamados a llevar Palabra de fe, esperanza y poder de Dios a muchas gentes, pueblos y naciones. YO he venido para echar fuego sobre la tierra, y ¡cómo quisiera que ya estuviera encendido! Lucas 12:49. El deseo de Dios es que su la Iglesia arda de pasión por Él y amor por los perdidos en su Espíritu Santo a través del fruto y los dones activos. ¿No es mi palabra como fuego, declara el SEÑOR, y como martillo que despedaza la roca? Jeremías 23:29

Si somos templos vivos del Santo, entonces somos su propiedad y nosotros portamos su presencia, Cuando Dios nos habla a través del Apóstol Pablo en 1 Corintios 3:12-15 menciona algunos materiales como el oro, plata, piedras preciosas, heno y hojarasca, eso representa características de las obras humanas, y sobre esos elementos han edificado algunos, pero la obra de cada uno será manifiesta, porque es el fuego de Dios que revelará tales obras. Dios nos llama a renovar nuestra comunión con Él, la espiritualidad de su hogar, en nuestras vidas, emociones, sexualidad y todas las áreas que completan y complementan nuestra vida en Cristo.  

Muchos han edificado sobre hojarasca y heno, y eso debe acabar, el Espíritu Santo es quien ayuda a la Iglesia a construir sobre oro, plata y piedras preciosas, porque es la esposa del Cordero la responsable de construir la gloria de Dios en la tierra, siendo vasijas de honra bajo la potestad del Dueño del templo. Ahora pues, YHWH, Tú eres nuestro Padre; nosotros barro, y tu el que nos formaste; así que obra de tus manos somos todos nosotros. Isaías 64:8.

El SEÑOR nos dice que vayamos a los montes, esto es un llamado a la oración fuerte e intensa, a la oración que clama, que gime fervorosamente, que pide perdón y misericordia, esa clase de oración que conmueva las fibras del corazón del Santo para transformar nuestro mundo. Dice en plural montes, porque no es una simple y sencilla oración de unos cuantos en un día, son oraciones en la unidad del cuerpo, oraciones que lo impregnen e invadan todo con el poder de su santa presencia, cambiando la atmósfera espiritual para que se vea en lo físico, porque somos portadores de su presencia...No ruego solo por estos, sino también por los que han de creer en Mí, por la palabra de ellos...La gloria que me diste, YO les he dado, para que sean uno, como nosotros somos uno...Juan 17:15-23.

Cuando en Hageo 1:8 dice, traigan madera, significa, reconstruyan su templo para que puedan ir a traer nuevos creyentes, hacer nuevos discípulos, a formar nuevos servidores del reino y multiplicar los salvados que han d3 ser parte de la grandeza del reino de Dios en la tierra para los últimos tiempos, con un mundo tan ausente de Dios, pero tan necesitado de Él y su rescate. Solo en Cristo tenemos redención por su sangre. Efesios 1:17

El SEÑOR está diciendo: limpien mi casa, vuelvan a santificarse, ordenen sus vidas, organicen su hogar, transformen el mundo con el poder del Evangelio; muéstrenme a Mi para que haya regeneración y cambio; venzan la mentira con la verdad, vivan con sinceridad de vidas rectas, porque de nada servirá orar y orar y ayunar si no nos santificamos y nos consagramos al Reino. Así como en la antigüedad el pueblo fue sacado de la cautividad, hoy el SEÑOR nos saca de cautividad de la inercia, del desamor, de la apatía y de la tibieza espiritual para ser madera nueva que arde en el altar con el fuego de Dios en los corazones y las almas hallen calor de hogar allá afuera, sea cerca o lejos. Una renovación interior plena que se vea afuera, habiendo cada uno arreglando cuentas con Dios cara a cara, para que hagamos la diferencia entre la luz y las tinieblas, el bien y el mal, el trigo y la cizaña, impactando para la eternidad. Piedras pequeñas pero vivas junto a la Roca, la Cabeza del ángulo...Efesios 2:20-22.

Es hermoso saber que el Arquitecto Diseñador y Edificador dice, YO veré su reconstrucción con gusto, y manifestaré mi gloria-dice el SEÑOR. Cristo es el fundamento, la Principal piedra del Ángulo, la Cabeza del  cuerpo, el Tabernáculo vivo que desea ver a los componentes de su edificio, sostedidos, adheridos y apegados a El para  trabajar con pasión, lanzando la red diariamente en compañía del Espíritu Santo. Somos sus peritos arquitectos, a quienes el SEÑOR guia, mira y se regocijándose por la diligencia, efectividad y funcionamiento del cuerpo; pero debemos ser conscientes que cuando Dios nos envía una tarea, pueden surgir enemigos y obstáculos para la obra, los cuales debemos, rechazar, expulsar, sacar y vencer. Salmos 68:1-25

Tenemos enemigos que se oponen, Sambalats, que hacen resistencia, Tobias que desprecian, desafía y acechan con crítica, y Gesems, peligroso que contradicen con su lengua inventando e intrigando; son espiritus que siguen trabajando hoy, amenazan, atemorizan, nos cargan y preocupan con duda queriendo que nos detengamos en la obra que nos dejo Cristo, pero debemos rechazarlos, echar fuera y vencer con la espada en una mano y en la otra el azadón y la pala.

1. El temor por la acechanza y la oposición. Según el original hebreo es un estado de las emociones donde temblamos asustados e inseguros ante alguna situación. En Mateo 8:23-28, los discípulos tienen miedo ante la tempestad que agita la barca, mientras Jesús dormía; ellos lo despiertan atemorizados ante el viento y la tempestad porque la barca se hundía, pero Él les dice: ¿Por qué teméis hombres de poca fe? El SEÑOR reprende los vientos y el mar y llega la calma. La palabra nos enseña, que el temor estanca y paraliza por eso los discípulos no sabían qué hacer, ellos corrieron a Jesús, y es lo correcto, pues si Él está con nosotros, nada podrá contra nosotros. El miedo proviene de la falta de fe y nos dejamos llevar por las emociones. No tengamos miedo, somos fuertes y valiosos en las manos del Gigante de amor y Varón de Guerra, aun cuando hayan situaciones que nos produzcan algún temor, al final todo acabará, Jesús pasó por cosas similares y venció para darnos valor y fuerza, hoy somos más que vencedores en Él.

Cuando llegan las dificultades y el dolor, muchos dejan de ir a la Iglesia, dejan de orar y de buscar a Dios, pero ahí está el error, no podemos salirnos de la barca cuando llega el conflicto, por el contrario, permanezcamos en la barca de la fe, en la barca de la oración, en la barca de la Iglesia y la presencia de Dios, Él reprenderá los fuertes vientos de la angustia y el mar de los problemas y la barca no naufragará. Mantente en la barca a pesar de todo, podrás reconstruir tu templo y Dios te mirará complacido mientras oras, adoras y alabas su majestad.

2. La preocupación por las críticas y los chismes. En el original se traduce como tener la mente dividida por la ansiedad y pensamientos partidos con lo malo y lo dañino, porque con la preocupación detenemos el flujo natural de la energía creativa, cuando nos preocupamos no tenemos cabeza para pensar con cordura e inteligencia. Jesús dice en Mateo 6:25, Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habréis de comer o qué habréis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Cuando nos preocupamos estamos dejando a Dios de lado porque dejamos de mirarlo a Él para fijar los ojos en la adversidad.

No podemos olvidar que Dios todo lo puede cómo lo dice su Palabra, ¿acaso si nos preocupamos pagamos las deudas, sanamos o cambiamos las circunstancias? Orar es la opción, cuando oramos engrandecemos a Dios y nuestros problemas se hacen pequeños, si nos angustiamos hacemos lo contrario. ¡Si las aves no trabajan ni siembran y Dios las cuida, ¡cuánto más hará por nosotros que somos sus hijos!  Empecemos a sembrar confianza y fe en nuestro llamado, en nuestros dones, en la reconstrucción de nuestro templo que es casa de Dios y veremos cosecha al 30, al 60 y al 100 por ciento.

No temas si te ignoran o rechazan, no temas si te vuelven la espalda, El Señor te está susurrando: “YO SOY quien te sostengo, YO se lo qué necesitas, no temas ni te preocupes, YO Soy tu roca”.

3. La duda que es inseguridad. Es falta de fe y es pecado que Dios abomina, el diablo la siembra en nuestra mente y desconfiamos de Dios olvidando sus promesas, para movernos en nuestras fuerzas. Sin fe es imposible agradar a Dios porque vacilamos entre dos aguas, en lo incierto que va de un lugar a otro, y Dios es nuestra torre fuerte. Cuando dudamos se afectan la decisión y la acción y corremos el riesgo de caer.

En el original griego, la palabra duda se relaciona con desobediencia, rebelión e incredulidad, por lo tanto Dios aborrece la duda. Jesús habló de enviar al Espíritu Santo para convencernos de pecado, justicia y juicio, y es de ese pecado de incredulidad que Él debe convencernos. Dudar es afrenta directa a la veracidad de Dios, la falta de fe, roba y rompe promesas y bendiciones en los creyentes, por eso muchas veces no vemos respuestas a nuestras oraciones. Oramos un momento, luego dudamos.

La pregunta es: ¿Vale la pena seguir dudando? Vale la pena seguir teniendo miedos y preocupaciones? ¿Es verdad eso que piensas? ¿Te ha dejado algo bueno estar dudando de Dios?

Lo que Dios te ha dicho y ha originado en ti, lo cumplirá, porque Él es la verdad, llevará a cabo sus propósitos en ti, así que ¿por qué tememos, que preocupamos, por qué dudamos? Nunca sabremos lo que Dios hará en nuestras vidas si dudamos. Jesús dijo en Mateo 6:64. “Hay algunos de vosotros que no creen,” y muchos dejaron de seguirlo. Pero Pedro reconoció la majestad de Cristo cuando afirmó: Señor, a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

Así que ni el más grave problema, ni la dificultad más inquietante ni el dolor más intenso justifican que dudemos de la profundidad y verdad del amor de Dios, mucho menos cuando Él nos ha dado una palabra para levantarnos, para empezar de nuevo, para reedificar el templo vivo de Dios que somos tú y yo.

Edifiquemos nuestro templo y demostremos nuestra lealtad y amor a Dios para fortalecer la fe en Él y sus promesas.  Es tiempo de sembrar porque  mañana cosecharemos con abundancia, porque lo haremos en la sabiduría, el fuego y el poder del Señor. Reconstruyamos la casa y estaremos preparados para ir donde Él nos llame.  

¿Cuáles son las áreas de tu vida que deben ser reconstruidas?