A YHWH tu Dios
adorarás, y Él bendecirá tu pan y tus aguas; y YO quitaré toda enfermedad de en
medio de ti, Éxodo 23:25.
¡Cantemos una nueva canción al
Eterno Dios!
Porque Él hace grandes
maravillas.
Con su brazo santo y poderoso,
ha vencido
a sus enemigos para siempre.
El Señor ha mostrado su poder
para salvar; Todo el mundo ha presenciado su triunfo, ante los ojos de las
naciones reveló lo que solo Él puede hacer con los justos. Por la lealtad de su
amor se acordó de su pueblo y lo salvó.
Habitantes de toda la tierra
griten con todas sus fuerzas: ¡Viva nuestro Dios! ¿Alábenlo con himnos y
cánticos de alegría! ¡Cantemos himnos al son de instrumentos de cuerda y con
voces melodiosas!
¡Cantemos alegres a nuestro Rey,
al son de trompetas y panderos!
¡Que se unan en alabanzas el mar
y todo lo que ellos contienen, el mundo y todos sus habitantes!
¡Que aplaudan los ríos, y canten
alegres todos los cerros y montes!
¡Que canten delante de Dios,
delante del Rey que viene para gobernar el mundo! Él es el único Dios justo, Él
gobernará al mundo con imparcialidad, con justicia a todos los pueblos de la
tierra! SALMOS
98.
Hay
muchas formas de alabar al Creador: con obediencia a sus instrucciones, en nuestra
comunión con Él, en la oración, en una vida de testimonio y agradecimiento; que
lo adoremos y exaltemos en espíritu y verdad con nuestro amor en manifestaciones
de gozo, en canciones, con danza, pero lo que más le agrada al Señor es que proclamemos su evangelio a las naciones y nos avergoncemos de Él, para que las almas sean salvas, así adoramos a
nuestro Eterno Dios. Por eso vino Yeshua Hamashiach a morir en la cruz y
resucitar victorioso, para salvar lo que se había perdido.
Póstrate,
humíllate y ríndete al Eterno Dios desde tu interior, adorémosle dándole de
nuestro tiempo y atendiendo con interés cuando Él nos habla, Él mismo Rey
Yeshua Hamachiaj lo entregó todo para saciar nuestra necesidad, Él sigue ocupándose
de ti y de mi y nos guarda. Debemos adorarlo con actos de justicia, cuando lo
adoramos Él detiene a satanás para que no siga destruyendo.
Adoremos
como lo dice el Gran Mandamiento, Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas, y a tu prójimo
como a ti mismo, tus padres son tu prójimo, tu cónyuge es tu prójimo, tus
hermanos son tu prójimo, tus hijos son tu prójimo, tus vecinos son tu prójimo.
¿A quién no amas o has dejado de amar? Perdona y vuélvete a tu Señor, Él te
saciara de alegría y llenará todo vacío de tu corazón, dale gracias y adórale,
todo el tiempo, amén.