NO ESTOY SOLO, TENGO LA PRESENCIA Y COMPAÑÍA DE DIOS
En
el mundo tendrán aflicción,; pero confíen, YO he vencido, al mundo, Juan 16:33.
Padre
de huérfanos y defensor de viudas es Dios desde su santa morada. El Señor
prepara hogar para los solitarios; libera a los afligidos y les hace estar en familia,
pero los rebeldes habitarán en tierra seca, Salmos 68:5-6.
¿Se
olvida una madre del bebé que amamanta? ¿No tiene compasión del hijo que dio a
luz? Aún si eso pasara, YO no te olvidaré, dice el Señor Todopoderoso, Isaías
49:15.
En realidad, nunca estamos solos porque el Omnipresente Dios, siempre está cerca, pero si experimentamos soledad estando en Dios, siempre habrá un propósito. Sin embargo, a medida que el
tiempo avanza el futuro se hace incierto para muchas personas, la vida se va haciendo
más difícil y complicada, aún la gente de fe percibe momentos de soledad y
abandono. En el original la palabra soledad es sentirse devastado,
asolado, en aislamiento y confinamiento por falta de contacto con otras
personas; y así es, en momentos de soledad nos sentimos abandonados, carecemos
de entusiasmo e interés por todo lo que nos rodea, parece que el apoyo, la
ayuda y la lealtad de quienes amamos se ha ido, pero la palabra de Dios
dice: El desamparado tiene
esperanza, Job 5:16.
La realidad es que
vivimos tiempos de aflicción, tribulación, divisiones, separaciones, hogares
rotos, familias destruidas, jóvenes sueltos por el mundo y niños sin el asidero
de amor de los padres, con carencia de seguridad, compañía y protección; son
tiempos de crisis social que hacen experimentar a muchos la soledad y abandono; la gente
se encierra en sí misma, se aleja de los otros, especialmente de su propia familia y guarda silencio ante su
frustración y su dolor; se encierran en sus carencias y necesidades, “no
queriendo molestar a nadie ni ser carga para nadie,” Pero aunque mi padre y mi madre me
abandonen, Tú Señor, te harás cargo de mí, Salmos 27:10
Hemos sido creados para vivie juntos, pero nos empeñamos en aislarnos de todo, llegamos al templo buscando
compañía y consuelo en nuestro Creador, porque en el fondo del corazón sabemos
que Él no nos abandona, Él nos ve y nos oye, lo cual es una gran verdad,
pero como personas necesitamos de la compañía y compañerismo que nos provea el calor y apoyo humano, por eso no podemos seguir huyendo de la gente, debemos sanar nuestras relaciones personales, especialmente con la familia, que después de Dios es lo más importante para no sentirnos solos, y después los amigos sinceros, Algunas amistades se rompen fácilmente, pero hay amigos más fieles que
un hermano, Proverbios 18:24.
Es tan fuerte la
carga emocional y espiritual que hay en el mundo, que a veces lloramos sin
saber por qué, la soledad consume nuestra alma ansiando una mano amiga, un
abrazo y una voz de aliento, corremos constantemente a orar y a buscar el
rostro del Señor para encontrar alivio y recuperar la calma porque el afecto humano se ha reducido; son tiempos
crueles de continua guerra contra los espíritus opresores que intentan robarnos la compañía, el gozo y la paz que Jesús nos ha dado, y el Señor siempre nos consuela, pero debemos buscar el diálogo con los semejantes: YO te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y
valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el señor tu Dios te
acompañará donde quiera que vayas, Josué 1:9..
En momentos de soledad recordamos a muchas personas que han marcado nuestra vida, especialmente familiares y amigos para ver a quien llamar y con quien desahogar nuestra tristeza y carencia de compañía. En
las noches nos acostamos y no podemos conciliar el sueño, pensamos y pensamos y
así mismo lloramos y no sabemos con claridad qué es lo que nos aflige; pasan
los días y nadie nos pregunta cómo estamos, hasta en el día del cumpleaños nos
olvidan y nos olvidamos de otros, ¡estamos solos! Alli la voz de Jesús
cobra fuerza: Estas cosas les he hablado, para que mi gozo esté en ustedes, y ese gozo
se desborde en ustedes, Juan 15:11.
Si observamos Juan
6:60-67, no solo nosotros hemos pasado por momentos de soledad y abandono,
nuestro Salvador también experimentó este sentimiento propio de la naturaleza
humana estando en el Huerto del Getsemaní, se sintió solo tambien cuando colgaba del madero y clamó al Padre, tambien se sintió solo cuando sus discípulos murmuraron mientras Él les hablaba de comer su
carne y beber su sangre, porque ellos no entendían lo que les trataba de decir, somos mal entendidos y nos abandonan o nos aislamos.
Conociendo Jesús sus
corazones dijo: hay algunos de ustedes que no creen, Juan 6:64; les
pareció una palabra dura, pero Jesús sabía desde el principio quienes
no le creían y lo iban a dejar y a entregar; Él les acababa de decir que el
Espíritu es el que da
vida y que la carne para nada aprovecha, las palabras que Él habló son espíritu y
son vida, pero a la gente de entonces, como a muchos de ahora, les gana la
incredulidad y la superficialidad, raíz en muchos casos de la soledad y sentido de abandono, por eso desde
ese momento muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con Él,
entonces a los que quedaron les dijo:¿Quieren acaso irse ustedes también? Juan 6:67, muchos abandonaron
al Señor y hoy otros lo siguen haciendo.
Jesús
entiende cuando nos sentimos solos y abandonados, Él no recriminó a quienes le
dieron la espalda, tampoco se enojó ni reclamó nada, Sus palabras reflejan todo
el dolor de la perdida de los que eran sus cercanos; a nosotros la soledad y el
abandono, nos hace sentir incertidumbre y ansiedad de no saber lo que pasará
mañana, pero en realidad es la falta de fe la que nos deprime: No se afanen por el día de mañana,
porque el día de mañana trae su propio afán, bástele a cada día su propio
problema, Mateo 6:34.
No tener verdadera
confianza en Dios, es incredulidad y duda quizá por desconocimiento y olvido de
su palabra, lo cual está unido a una pobre comunión con Dios y desconocimiento del carácter divino, nosotros somos los que le damos la espalda a Dios, esto hace que el ser humano se
sienta solo y abandonado, la vida se torna sin propósito y llega la frustración
a pesar de tenerlo todo; nos sentirnos solos a pesar de estar acompañados y
rodeados de personas, imaginamos que estamos a punto de morir cuando estamos
bien; nos volvemos depresivos sin saber por qué, algo nos falta, y no nos sentimos satisfacción.
El vacío espiritual,
el despiste, los afanes y la mucha actividad, han hecho que sin darnos cuenta, nos debilitemos,
enfriemos y hasta olvidemos la amistad íntima con el Amado y la familia, entonces nos afligimos
sintiéndonos miserables y dejados de lado; la vieja naturaleza por momentos nos ahoga saliendo a la superficie y nos domina; sin embargo, también debemos tener en cuenta
los cambios hormonales en los que dominan las emociones y agrandamos las
circunstancias; en vez de acercarnos al que Todo lo llena y es Todo suficiente, o dar y recibir amor de los cercanos, en vez de acercarnos, nos
alejamos de Dios y de la familia, luego reclamamos y nos apagamos espiritualmente y emocionalmente entristeciendo no solo al Dador de todo, sino a nosotros mismos y a quienes nos aman bien. 1 Tesalonicenses 5:19.
En las Escrituras encontramos
varios ejemplos de personas que pasaron por soledad y abandono debido a varias razones.
1. Soledad a causa del pecado. David cuando
escribió: Me he consumido a fuerza de gemir. Todas las noches inundo de llanto mi
lecho. Riego mi cama con lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir, se han
envejecido a causa de todos mis angustiadores, Salmos 6:6-7. Es una experiencia
de soledad y abandono después de haber pecado, porque sabía que Dios lo estaba
disciplinando y sus enemigos lo estaban asediando, por lo tanto estaba viviendo
un tiempo de disciplina y arrepentimiento alejado de su entorno, le dolía haberle fallado a
Dios, por eso se sentía solo y sin amigos.
Moisés huyó de faraón
al matar a un egipcio queriendo defender a un hebreo y vagó solo por el desierto de la soledad para ser formado, y David huyó de cueva en
cueva escapando de la espada de Saúl, de sus enemigos y hasta sus propios
hijos. Hoy muchos pueden estar experimentando soledad y abandono, porque su incredulidad y rebeldia con su Creador y Salvador les mantiene un vacío en su corazón que tiene forma divina, y solo el Dios de amor puede llenar, pero si lo llamas y lo buscas, Él acudirá pronto a saciar tu alma, si le permites a Cristo sentarse en el trono de tu alma, nunca más te sentirás solo y podrás dejar de ser esclavo del pecado para seguirlo a Él y servirle con alegría. Porque el gozo del SEÑOR es nuestra fortaleza, Nehemías 8:10.
2. Soledad por un propósito superior. En algunos casos,
también se puede sufrir soledad y lejanía de todos, a causa del llamado del
Señor como le sucedió a Abraham, Ezequiel, Daniel, Juan Bautista y Jesús para completar su misión redentora; para
Pablo fueron razón de soledad y desierto su llamado al ministerio y la
persecución de los enemigos de las Buenas Nuevas, Hechos 9:23-25 y Gálatas 1:15-17.
Dios mete a sus
siervos en la soledad del desierto y en un sentido de abandono aparente, en muchos casos, para romper apegos a situaciones que nos impiden avanzar en sus propósitos, alejarnos de personas que no ayudan, y experimentamos dolor
y ausencia de sus seres amados, y porque es parte del proceso, el ser literalmente enviados al desierto por
tiempos prolongados para formar carácter y tomar experiencia ganando autoridad para una misión especial: 1) Abraham anduvo todo el territorio que
hoy es Arabia y Siria, a lo largo de la travesía, Dios le iba mostrando el sendero y
le iba enseñando para llegar al destino que el siervo ni sabía. 2) Moisés
pasó 40 años solo en el desierto aprendiendo cómo guiar a su pueblo
rebelde; 3) Juan Bautista pasó la mayor parte de su vida solo
en el desierto para predicar el arrepentimiento para preparar la aparición del Hijo de
Dios a su ministerio, 4) Jesús fue llevado por el Espíritu Santo
al desierto por 40 días y fue tentado por el diablo para fortalecerse y
cumplir su misión salvadora.
Pero en esos tiempos
de soledad, cada uno de ellos tuvo encuentros impresionantes con el Dios vivo, mientras Él
obraba cambios, los purificafa, preparaba y formaba su carácter para una misión futura a un
ministerio público.
3. Soledad a causa de la persecución. También se puede sufrir soledad y
abandono a causa de la persecución; este aspecto, hasta el día de hoy obliga a
muchos a huir y esconderse para salvar la vida, pero el Señor siempre ha cumplido y seguirá cumpliendo su palabra: El Señor irá delante de ti; Él estará contigo, no te dejará ni te
desamparará; no temas ni te acobardes, Deuteronomio 31:8.
Elías, después de
haber ajusticiado a 450 profetas de Baal, sintió miedo y estuvo solo en la cueva
escapando de Jezabel, pero el Señor fue a su encuentro, lo animo, lo alimentó, lo fortaleció, le dio descanso y lo instruyó en lo que debía hacer, Dios siempre está presente, su amor
permanece inquebrantable acompañando y cumpliendo sus promesas. Habrá una razón para rendirte, pero nuestro
Padre tiene mil motivos para levantarnos, así que no temamos estar solos ni nos sintamos abandonados, Él
está a nuestra lado cada vez que respiramos, la soledad siempre tiene una razón de ser. Si estamos en soledad, exáminemonos, observemos y preguntémonos por qué nos sentimos solos, quizá orando obtengamos respuesta.
Nuestra confianza en Dios nunca debe debilitarse, debemos conocerlo a
Él a través de su palabra y tener siempre en el corazón sus poderosas promesas
que por la eternidad son SÍ, y Amén. Dios nunca falla ni se ausenta, los
que nos alejamos y somos infieles somos nosotros los seres humanos que nos zafamos de su
gobierno queriendo hacer lo que nos place, creemos escondernos de su presencia e imaginamos que huimos de su tierna mirada
protectora.
A
continuación una bella historia de amor paterno para curar la soledad y el
abandono de un hijo:
A finales de los años 80´s, Liesert, la hija del célebre genio,
donó a la Universidad hebrea 1400 cartas escritas por su padre Albert Einstein,
con la orden de no publicar su contenido sino dos décadas después de su muerte.
La siguiente es una de ellas:
A Lieserl Einstein: Cuando propuse la teoría de la relatividad,
muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a
la humanidad, chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo.
Aun así te pido que la custodies todo el tiempo que sea necesario, sean años o
décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que
te explico a continuación:
Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la
ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es la fuerza que incluye y
gobierna a todas las demás fuerzas, y que incluso está detrás de cualquier
fenómeno que opera en el universo y que aún no haya sido identificado por nosotros.
Esa fuerza universal es el AMOR. Cuando
los científicos buscaban un teoría unificada del universo, olvidaron la
más poderosa e invisible fuerza.
El AMOR ES LUZ, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe.
El amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan
atraídas por otras.
El AMOR es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y
permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo.
El AMOR revela y desvela. Por amor vivimos y por amor se muere.
EL AMOR ES DIOS, y DIOS ES AMOR. Esta es la mayor fuerza que lo explica todo, y da sentido a la vida, con
letras mayúsculas.
Esta es la variable que el mundo ha olvidado durante demasiado
tiempo, tal vez porque amar le da miedo a muchos, ya que es la única energía
del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.
Para hacer visible el amor, he hecho una sencilla sustitución en mi ecuación
más célebre. Si en lugar de E=mc2 aceptamos que la energía para sanar
al mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la
luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor, es la fuerza más
poderosa que existe y mueve al mundo, porque no tiene límites.
Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras
fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, ES URGENTE que nos
alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie
sobreviva, si nos proponemos a encontrar un sentido a la vida, si queremos
salvar el mundo, y tomamos conciencia que somos habitantes de esta tierra,
entonces, el amor será la respuesta a los mejores cambios.
Quizá aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor,
un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo, el
individualismo, la avaricia y la sed de poder que asolan el planeta tierra. Sin
embargo, cada persona lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador
de amor cuya energía espera ser liberada.
Cuando aprendamos a dar y recibir la energía universal del amor, querida
Lieserl, comprobaremos que el amor, lo vence todo, lo trasciende todo, y todo
lo puede, porque el amor es la esencia de la vida.
Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que ha albergado mi
corazón, que ha latido silenciosamente por ti, toda mi vida. Tal vez sea
demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito
decirte que te amo y que gracias a ti he llegado a la última respuesta.
Tu padre, Albert Einstein
ASI QUE CON EL AMOR DE DIOS NUNCA SOLOS ESTAMOS ,
EL AMOR LLENA TODOS LOS RINCONES DEL CORAZÓN HUMANO QUE ESTÉ DISPUESTOS A SER REFLEJO DEL AMOR DEL PADRE EN CRISTO JESÚS.