ACEPTADOS Y RESTAURADOS EN CRISTO COMO ZAQUEO
¿Quién acusará a los
escogidos de Dios? Dios es el que justifica. Romanos 8:33.
Para que justificados por
su gracia, viniéramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida
eterna, Tito 3:7.
Por tanto, puesto que tenemos en derredor tan gran nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia y que tan fácilmente nos envuelve, y corramos perseverantes la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Hebreos 12:1.
En ocasiones llegamos a sentir pena, dolor y culpa por diversas razones, pero aunque a veces nos
sintamos tan mal, debemos saber que hay una oportunidad para el perdón y la restauración recuperando la paz interior. Si nos sentimos abatidos, con dolor en el alma, sea por el rechazo, o porque le hemos fallado a Dios, hay un Camino y una única persona que nos puede recibir, aceptar y restaurar, Jesucristo
de Nazaret; no sigamos en angustia y zozobra, corramos a Él, no nos quedemos tirados en el piso lamentando, vayamos a
buscar al Vencedor de la cruz, no estamos solos ni derrotados como el enemigo nos quiere hacer creer; por grave que sea el pecado, acudamos al Dios del perdón, la reconciliación y oportunidad de vida; despojémonos de todo, recibamos en los brazos abiertos de Jesús la mejor acogida, consuelo y
fuerzas para levantarnos. Porque si el Hijo nos liberta, seremos verdaderamente libres. Juan 8:36.
Aunque
estemos hechos pedazos por multitud de razones, acudamos al taller del Maestro, no importa lo que digan o
hagan los demás, Dios nos recibirá, Él nos conoce en detalle y sabe muy bien
cómo se solucionan todos nuestros conflictos, Jesucristo dará la salida, yo lo sé, lo he vivido y experimentado. Mi SEÑOR Jesús me ha mostrado el camino de la restauración y poder acercarme al Padre con libertad, Cristo nos da equilibrio y paz interior libertando nuestra alma de las cadenas; con Cristo y por Él podemos vivir y luchar contra la locura del mundo, porque es en sus
fuerzas, Y aunque muchas son las angustias del justo, de todas ellas nos librará el SEÑOR. Salmos 34:19.
Existen dos clases de culpa en el alma, la falsa culpa que es provocada por el acusador que recuerda el pasado y la culpa verdadera a causa del pecado. La culpa mentirosa del enemigo es aquella que en algún momento
nos hace sentir mal, tristes, nostálgicos añorando algo que ni sabemos qué es, pero nos sentimos culpables de algo que no logramos identificar; y la culpa verdadera es aquella carga pesada que nos roba la calma y la paz porque hicimos algo indebido, y ofendimos a alguien en un momento de ira o por error, y también cuando hemos dejado de hacer algo que deberíamos haber
hecho responsablemente pero lo pasamos por alto, sin ni siquiera decir al ofendido: ¡Perdón, fue sin culpa! Tomemos en serio la libertad que tenemos en Cristo habiendo nacido de nuevo. El Espíritu de Dios está sobre mí y me ha ungido. Sus buenas nuevas son para los afligidos, para vendar a los quebrantados de corazón, a proclamar libertad a los cautivos y a poner en libertad a los prisioneros...Isaías 61:1-3.
Esta enseñanza la podemos extraer con la historia de Zaqueo y su encuentro con Jesús. Un
hombre rico y jefe de los publicanos recaudadores de impuesto procuraba ver
quien era Jesús, pero no podía a causa de la multitud y porque era pequeño de estatura. Corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verlo, pues Jesús
debía pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba,
lo vio y le dijo: Zaqueo date prisa, desciende, porque hoy es necesario que YO
me quede en tu casa. Entonces Zaqueo descendió a prisa, y recibió feliz a
Jesús. Al ver esto todos murmuraban, diciendo que Jesús había entrado en la
casa de un hombre pecador. Entonces Zaqueo puesto en pie, dijo al Señor, He
aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres, y si en algo he
defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha
llegado la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham.
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, Lucas
19:1-10.
El nombre Zaqueo significa puro, inocente y sin malicia, pero como se
volvió recaudador de impuestos todo el mundo lo odiaba, y fue etiquetado, encasillado y rotulado como corrupto, malo y ladrón, ya que cobraba a los judíos a favor
del Imperio Romano, así que de ser un hombre inocente y puro pasó a ser el malo
de la historia para el pueblo judío, Aunque mi padre y mi madre me
abandonen, Tú SEÑOR, te harás cargo de mí. Salmos 27:10.
Así como Zaqueo, muchas personas pueden sentirse rechazados por la gente que los rodea, viéndose tan
pequeños e insignificantes como Zaqueo, pero si buscamos a Jesús con el empeño y persistencia que mostró Zaqueo, nuestro Buen Padre levantará su mirada y se fijará en nosotros de manera particular para hablarnos, aceptarnos y recibirnos extendiendo sus brazos de bondad para darnos oportunidad de vida nueva; así que vale la pena
correr a Jesús porque saldremos renovados y restaurados en su presencia; en Jesucristo somos cambiados cuando
lo buscamos y atendemos sus palabras, Abba Padre no
mira nuestro pecado, mira lo que hay en nuestro corazón, El
SEÑOR está cerca, para salvar a los que tienen el corazón roto y han perdido la
esperanza. Salmos 34:18.
Además de su enanismo, Zaqueo era jefe de publicanos y rico, lo que indica que pagaba bastante dinero para obtener el derecho de recaudador de impuestos, y no solo recaudaba impuestos para Roma, sino que sacaba provecho para sí mismo, por eso no era una persona de buena reputación, sino tramposo y corrupto, es decir, era persona no gratas, por eso no se sentía estimado ni amado de la gente, Zaqueo sentía una gran culpa, por eso se esforzó por ver a Jesús que iba a pasar cerca de su casa; Zaqueo pensó que el SEÑOR Jesús lo podía ayudar con sus milagros;
como todos le cerraban el camino y no le permitían ver al SEÑOR, se subió al un árbol sicómoro y pensó: Aunque la culpa y la estatura me hacen sentir invisible, Jesús SÍ me verá y fijará su mirada en mí y Zaqueo obtuvo su maravilloso milagro, Jesús no solo alzó la mirada, sino que le habló al pequeño hombrecito:
a) Jesús fijó sus ojos
en Zaqueo, b) Jesús le da importancia y le dice a Zaqueo que baje
enseguida, c) Jesús le dice que se hospedará en la casa de Zaqueo, d) Jesús honró a Zaqueo diciendo que él también era hijo de
Abraham y por último, e) Jesús trajo salvación a la casa de Zaqueo. ¿Por
qué sucedió todo esto? Porque Zaqueo se enfocó en Jesucristo, fijó la mirada en su Salvador,
no en la gente, tampoco se quedó con el rechazo de sus vecinos, sino que bajó del sicómoro, árbol grande y frondoso con mucho simbolismo y significado, según la cultura: en Egipto representa la cultura de de muerte pues era utilizado para fabricar los sarcofagos; en Israel por su parte, era símbolo de árbol sagrado, símbolo de humildad, fe y esperanza, renacimiento y búsqueda de la verdad, y se conocía como higuera de Siria, usado por su fortaleza para construir vigas y objetos religiosos.1 Reyes 10:27 y 2 Crónicas 9:27.
El sicómoro nos da todo un cuadro de la personalidad de Zaqueo frente a la cultura de su época y la importancia de buscar a Dios en todo tiempo y cultura; la culpa y la discriminacion nos hace sentir insignificantes, invisibles y pequeños, impidiendo ver lo que realmente somos en Cristo. La culpa impide ver los talentos y cualidades con que Dios nos creó, las habilidades, las bondades y lo bueno que Dios ha
depositado en nuestra personalidad; la culpa no solo nos enceguece hacia nosotros
mismos, sino que nos mantiene alejados de Dios, por eso nos sentimos sucios e indignos de Él, nos comparamos y vemos en los demás privilegios, dones, virtudes
y capacidades que parecen negadas para nosotros mismos, la culpa es una carga muy pesada que nos hace sentir miserables y despreciables, y al no buscar a Dios para confesarle nuestro pecado se oscurece nuestro panorama. Oh Dios, ten misericordia de mí conforme a tu bondad; y por tus abundantes misericordias borra mis pecados. Lávame más y más de mi iniquidad y quita mis culpas. Yo reconozco mis transgresiones y mis pecados siempre están delante de mi...Salmos
51:1-7.
La culpa así como el orgullo nos impide ver en Dios la
respuesta a nuestras necesidades; la culpa nos impide ver a Jesús como el Emanuel,
Dios con nosotros, al Príncipe de Paz, al Consolador y al Dios fuerte que
siempre está a nuestro favor por su Espíritu, ya que la culpa además de ceguera, nos genera
ansiedad, tristeza, dolor duda y bajo auto-concepto, Yo los puedo alentar
con palabras amables y consoladoras, para darles ánimo y valor. Job 16:5.
Lo hermoso de esta historia, es que Zaqueo, estuvo por encima de su limitación
física y los comentarios negativos de la gente, venció la culpa de su pecado, colocándose
por encima del pasado y por encima de las etiquetas, no se quedó abajo, subió al sicómoro para hacerse visible provocando que el SEÑOR fijara sus ojos en él; y Jesús que
conoce el corazón, sabía que Zaqueo no era lo que se imaginaba de sí mismo ni
lo que la gente decía de él, porque el SEÑOR mira el corazón no las apariencias. 1 Samuel 16:7.
Tú y yo podemos ser libres de todo marca del pasado y del mundo, de toda culpa, de todo falso auto concepto, porque en Cristo podemos vernos a nosotros mismos como Dios nos ve y para lo cual nos ha dado vida. Todos somos valiosos y útiles en Jesús nuestro Salvador, Él venció toda raíz de culpa y pecado que el enemigo había puesto en nuestro corazón para truncar el camino. En cuanto a la pasada manera de vivir, despójense del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, renuévense en el espíritu de su mente, y vistanse del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Efesios 4:22-24.
Para Dios somos únicos, especiales e irrepetibles y aunque tengamos culpa, Él nos libera y nos mira con
ojos de amor y misericordia, que en el original significa ponerse en el lugar
del otro con compasión y ternura por la desdicha que sufre otra persona, eso
fue lo que hizo Jesucristo en la cruz, se puso en nuestro lugar para vencer el
pecado, la culpa y las cargas que nos hacían escondernos de Él,
Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los pecadores…Romanos
5:6-8.
Dios con su amor infinito y compasivo, continuamente se está
poniendo a nuestro favor dando oportunidad de buscarlo para ser perdonados y renovados en Cristo, Dios siendo nuestro Abba Padre, siempre está dispuesto a recibirnos con los
brazos abiertos para perdonarnos cuando hemos caído, Porqué es
necesario que el que se acerca a Dios crea que Él sabe recompensar a los que lo
buscan de corazón, Hebreos 11:6.
Es obvio que el pecado produzca culpa, pues nos condena y causa muerte espiritual, pero no debemos huir ni
escondernos de Dios, al contrario, debemos hacernos visibles para Él intentando unir nuestro corazón al suyo para que nos ayude a salir de donde hemos caído, en
Cristo tenemos vida y esperanza, con Él y en Él quedan tiempos hermosos, Él nos sostiene hasta el final. Debemos ser Zaqueos puros
e inocentes, buscando a Dios y reconociendo la culpa con corazón arrepentido,
un corazón así, ya es puro a los ojos de Dios, y Él voltea a mirarnos, porvlo tanto, corramos a Él y alcancemos su perdón. Benditos y dichosos los de corazón puro, porque ellos verán a Dios. Mateo 5:8.
Zaqueo permitió su conversión y nuevo nacimiento haciendo que Jesús lo viera, que lo llamara y fuera a su casa, pues Zaqueo, reconoció que aunque
la culpa lo hacía ver insignificante y despreciable, Jesús lo tendría en cuenta montado en ese árbol para fijar sus ojos en él y escucharlo hablar para ser aceptado y renovado. La gente hacia rumores contra Zaqueo, todos estaban enojados
porque Jesús había decidido estar bajo el techo del pequeño y dim8nuto rwcaudador de impuestos. Por eso Zaqueo se adelantó y corriendo se subió a un árbol sicómoro para poder ver a Jesús, ya que Él iba a pasar por allí. Lucas,19:4.
Muchas veces la gente no se toma la molestia de ver lo que realmente somos y hemos cambiado, la gente rotula a su prójimo y nos deja en el pasado, nos siguen viendo bajo la etiqueta de lo malo y errático, pero Zaqueo
superó la insignificancia con que la gente lo calificaba, pudo hacer que Jesús lo llama puro
e inocente por lo que Zaqueo era ante los ojos de Dios, este hombre
entendió que no era tratando de convencer a la gente que él era bueno como podría vencer su culpa y mala fama, sino que se presentó delante de Jesús, pues nadie tiene el derecho de hacernos sentir infelices ni inferiores, Jesús honró a ese recaudador de impuestos con su presencia en casa. Llegando al lugar, Jesús miró hacia arriba y dijo: Zaqueo, baja en seguida. Tengo que quedarme hoy en tu casa. Y todos empezaron a murmurar, miren, ha ido a hospedarse en casa de un pecador. Lucas 19:5-6.
Al verse identificado por Jesús, Zaqueó oyó la voz de Dios y
corrió prontamente bajando del árbol, Jesús lo estaba llamando por su nombre porque Dios nos conoce. Nosotros debemos esforzarnos por oír la voz de Dios y correr hacia Él con fe obediente para escuchar atentamente y abrir la puerta de nuestro corazón y ceñirnos a su palabra para ser lo que Él ve
en nosotros y planificó para nosotros. El SEÑOR dijo a Zaqueo: hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que este también es hijo de Abraham. Lucas 19:9.
Hay muchos con la etiqueta de la mala fama generaliza y que daña la reputación, pero a pesar de todo ello, hay gente buena, hay autoridades buenas,
a pesar de la mala fama, hay ministros de Dios buenos y rectos. Jesús vio a
Zaqueo sin etiqueta, y el hombre oyó su nombre en labios del Rey de reyes. Dios nos conoce totalmente, y nada se esconde de sus ojos, Él nos llama personalmente para vida, cambio y salvación, pero la culpa
mentirosa nos lleva a dudar y huir de la presencia del único que nos ama y perdona de
verdad, pues solo Él nos ve con ojos del amor y misericordia, nos ve y conceptúa diferente al común de la gente, Hemos
sido preciosos a sus ojos, Isaías 43:4, y El Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido. Lucas 19:10.
La gente se enojaba con Jesús, querían que se quedara en sus casas
porque se creían buenos mientras acusaban y señalaban a Zaqueo, pero ese hombre sencillo, persistente, y no solo pequeño de estatura, sino de espiritu para buscar a su Salvador, fue honrado y afirmado por el mismo Dios en la tierra y delante de sus angustiadores, TÚ
preparas mesa para mí delante de mis enemigos…Salmos 23:5.
Jesús extendía sus brazos de amor a Zaqueo delante de todos sus detractores, esa era su
oportunidad al hacerse visible para Dios, Zaqueo a pesar de todos los insultos y menosprecios, no los
escuchó, no prestó atención al pasado, sólo oyó la voz de su SEÑOR y se bajó
del árbol de su riqueza, de su posición y de su propio auto-concepto para
obedecer y servir a Jesús. Zaqueo se bajó del sicómoro de su comodidad y sin dudar un instante corrió; quizá se tiró del árbol para recibir el abrazo más grande que jamás
hubiera podido imaginar, provocó que Jesús dijera cosas maravillosas a su favor y a oídos de todos, el SEÑOR reconoció la familiaridad de aquel hombre porque vio su corazón. Hoy también el SEÑOR llama a muchos porque nos quiere
abrazar, nos quiere honrar delante de todos, pero debemos oírlo y bajar del
árbol del pecado y la vanagloria del mundo que nos separa de Él. Dios nos habla a través de su Palabra, ella es el antídoto contra la culpa y contra y el pecado. Ahora así dice Jehová Creador y Formador tuyo: No temas, porque YO te redimí; te he llamado por tu nombre, tú eres mío, Isaías 43:1.
Bajemos del árbol de la indiferencia, de árbol de la
tibieza, del árbol de la indeción y busquemos al SEÑOR porque hemos decidido bajar del árbol del orgullo, la autosuficiencia, la avaricia por las riquezas, el árbol de las
etiquetas, del árbol del pasado; SEÑOR que todos esos sicómoros que me
hacen sentir insignificante, que me atan al pasado y me impiden lanzarme a tus brazos de amor sean rotos. Porque sé que lo que tienes para mí, es mucho mejor que lo que da el mundo. Jesús tú no has venido para condenarme, sino para salvarme, para limpiarme y
lavarme con tus aguas vivas, ayúdame SEÑOR a dejar atrás todo mi pecado, toda
mi culpa, mi pasado y todas las cargas que impiden que tu entres a la casa de mi corazón y me llamas por mi nombre. Dios conforta mi alma, y guiame por tus sendas de justicia, por amor de su nombre. Salmos 23:3.
Gracias SEÑOR Jesús por amarme, aunque nadie me ame. Porque de
tal manera amaste a la gente de este mundo, que entregadte a tu Hijo Jesús,
para que todo aquel que en Él crea, no se condene, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16. ¡Aleluya!
Jesucristo dice: YO estoy aquí, gracias por buscarme y llamarme y aunque nadie se fije en mí, YO te recibo,cte restauraré y te cuidaré. Ahora así dice YHVH Creador y Formador tuyo: No temas, porque YO te redimí; te he llamado por tu nombre, tú eres mío, Isaías 43:1. YO estoy a tu puerta y te llamo. Si oyes mi
voz y abres la puerta, YO entraré a ti y cenaremos juntos como amigos. Todos los que
sean vencedores, se sentarán conmigo en mi trono, tal como YO salí vencedor y
me he sentado con mi Padre en su trono, Apocalipsis 3:20-21.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y
servidora de su reino.