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ARREPENTIMIENTO PARA PERDÓN, o
REBELDÍA
PARA JUICIO
Hagan, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no
comiencen a decir dentro de ustedes mismos: Tenemos a Abraham por padre, porque
yo les digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aún de éstas piedras, Lucas
3:8.
Tú oirás en los cielos, en el lugar de tu morada, y
perdonarás, actuarás y darás a cada uno conforme a sus caminos, cuyo corazón tu
conoces, porque solo Tú sabes lo que hay en el corazón de todos los hijos de
los hombres, 1 Reyes 8:39.
En las fiestas judías se conoce el Rosh Hashaná, o año nuevo judío, que
junto con el Yom Kippur, son días de
perdón que forman parte de su tradición, y los dos días forman una unidad
llamada, “Días Temibles”, por conmemorar el momento en que Dios juzga al mundo
y decreta lo que sucederá en el trascurso del nuevo año.
El primer día del Rosh Hashaná corresponde al sexto de la creación, momento en el
cual fue creada la vida humana. Ese día el primer ser humano pudo reconocer por
primera vez a Dios como su Creador coronándolo voluntariamente como el Rey de
su vida, esto es algo que el pueblo judío sigue haciendo, en cada Rosh Hashaná.
Con el sonido del shofar se llama a la penitencia durante diez días de
auto examen y de recogimiento espiritual que culmina con el Yom Kipur, o día del
perdón.
Durante estas dos celebraciones, el pueblo judío
siente que está frente a su Hacedor para ser juzgado como trasgresor de la ley
Mosaica junto con las iniquidades de todo el pueblo. Solo en esta fecha del
año, el pueblo hebreo practica el arrepentimiento verdadero y reconciliación
con las personas por las faltas y ofensas cometidas contra sus hermanos y el
prójimo.
Después de Yom Kipur se debe comenzar con los
preparativos para la Fiesta de Sucot, que comienza cuatro días más tarde,
construyendo cada familia su Sucá, “choza o tabernáculo” temporario, que recuerda
la presencia de Dios en forma de nube de fuego y de sombra que los acompañó en
el desierto durante los 40 años del Éxodo antes de entrar a la tierra prometida.
Todo este recordatorio va unido al recuerdo del
maná, el agua de la peña y las codornices, lo cual Dios utilizó para fortalecer
la fe de ellos, porque Él siempre provee a la necesidad del hombre, por lo
tanto el ser humano debe estar constantemente agradecido con su Creador, por
eso Sucot es tiempo de regocijo y alegría que precede a los días de juicio,
penitencia y arrepentimiento del Rosh Hashaná y Yom Kipur.
Salir de la comodidad de sus casas estables para ir a habitar en cabañas o tabernáculos permite vivenciar la fragilidad y temporalidad de la vida terrenal en contraste con la importancia de los principios y fundamentos espirituales eternos:
El respeto reverente al Eterno, el reconocimiento a su amor y cuidado como
único Proveedor del bienestar integral y la protección divina para aquellos que
lo aman y lo toman con seriedad y responsabilidad.
Comparado con la gracia dada en nuestro Señor Jesucristo, es hermoso para el cristiano saber
que hemos tenido el privilegio de un encuentro personal con Jesucristo, no
tenemos que esperar una fecha cada año para llegar al lugar santísimo, arrepentidos ante El Eterno y para confesar nuestros pecados, tenemos el privilegio de ir
directamente a la presencia del Santo para pedir su perdón y misericordia a
nuestras transgresiones para reconciliarnos con Él.
El Santo Dios nos extiende su misericordia
continuamente y a diario. Él desea que todos sean salvos, libres del juicio y
la ira divina; muchos creen que todo lo que tienen y disfrutan en la vida les
pertenece para siempre, ellos se olvidan que el Dios Creador es el dueño del
universo, y así como tiene misericordia de quien tiene misericordia, Éxodo 33:19, por su
arrepentimiento y cambio de vida, también es un Dios justo que juzga el pecado
y la maldad con justicia y reprende a aquellos que se desvían de su camino, Hebreos 12:29.
Los judíos van al mar y allí echan, simbólicamente
en lo profundo del agua, todos sus pecados. Nosotros los cristianos solo
tenemos que humillarnos, arrepentirnos, confesar los pecados ante el trono de Dios,
pedir perdón, renunciar de corazón a la maldad y limpiarnos con la sangre del
Cordero Santo para recibir el abrazo y gracia perdonadora del Padre amoroso.
Nuestro Yom Kipur es permanente, está a la orden
del día para el cristiano nacido de nuevo y que camina con Jesucristo, pero que
puede resbalar, se arrepiente, llora de dolor y va cada vez que sea necesario a
la presencia del Santo Dios y en el nombre de Jesucristo, suplicar su favor y
misericordia para ser limpiado, perdonado, levantado y renovado.
Tampoco necesitamos vivir una vez al año en
Tabernáculos, porque su mano divina y poderosa siempre nos sostiene, nos
protege, nos defiende y su Espíritu Santo nos recuerda quienes somos, de dónde
nos sacó el Amado Salvador y podemos reconocer cuán miserables y perdidos estábamos,
y cómo sería de árida y desierta nuestra existencia si no tuviéramos a Cristo. Él
es quien nos da valor, poder y sentido a nuestra vida.
Él Dios Salvador es la razón de nuestro accionar
diario. Él está disponible todos los días del año las 24/7 horas de la semana; está atento a nuestras
necesidades y sus oídos despiertos a nuestro clamor. Cuando nos arrepentimos de
corazón y con profundo dolor le pedimos su gracia restauradora, Él nos dice: Ni Yo te
condeno, vete y no peques más, Juan 8:11b. Pero también dice: Por lo tanto, YO
juzgaré a cada uno conforme a su conducta…declara el Señor tu Dios.
Arrepiéntanse y apártense de todas sus transgresiones, para que la iniquidad no
sea tu piedra de tropiezo, Ezequiel 18:30. Porque YO les digo que en el día del
juicio todos tendrán que dar cuentas…Mateo 12:36.
También dice a aquellos que están en su
cuerpo con activismo religioso, que se han alejado de su Salvador y no se han
arrepentido: No todo el que me dice Señor, Señor
entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre, que
está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor ¡acaso no
profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre
hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca los conocí; apártense de
Mí, hacedores de maldad. Pablo escribe al
respecto con las siguientes palabras: Yo sujeto mi cuerpo,
vivo con mucha disciplina y trato de dominarme a mi mismo. Pues si anuncio a
otros las buenas noticias del evangelio, no quiero que al final Dios me
descalifique y sea reprobado, 1 Corintios 9:27.
Aún hay tiempo para el arrepentimiento genuino,
para apartarse del pecado, para abandonar las costumbres del mundo y vencer las
debilidades de la carne sometiéndonos a Aquel que experimentó todo eso, pero
venció en santidad y amor, Él es nuestro pronto auxilio en la aflicción y socorro
ante la tentación. HOY es el día de salvación. Tú decides arrepentirte para ser
perdonado o sigues en rebeldía para ser juzgado y condenado. Es tu
responsabilidad con el destino eterno de tu alma, nadie decidirá por ti, estás
en libertad, tú eliges dónde pasarás la eternidad, si al lado del Eterno y Santo Dios o en el fuego del infierno junto a satanás y sus demonios. Bendiciones para todos.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.