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4 dic 2015

AYUNEMOS PARA QUÉ PARE EL MAL




AYUNEMOS COMO DIOS QUIERE PARA QUE PARE TANTO MAL

¿No es más bien el ayuno que YO escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?

No es mejor que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras y no te escondas de tu hermano? Isaías 58:5-7.

Si venimos a Dios, ofrezcamos nuestra propia alma y vida al SEÑOR, como ofrendas vivas y santas,en oración y adoración, olvidndo la comida por un tiempo, perseverando en la presencia de SEÑOR y guardando nuestra salvación. Ofrezcamos siempre a Dios por medio de Jesucristo, sacrificios de alabanza, fruto de labios que confiesen su nombre. De hacer el bien y de darse ayuda mutua no se olviden, porque de tales ofrendas se agrada Dios. Hebreos 13:15-16.

El ayuno básicamente es privación de algo material, sean alimentos, acciones, actitudes o hábitos, para buscar la espiritualidad, apartarnos para Dios, buscar su rostro y consagrarnos, porque ayunar es una gran fuente de sanidad y liberación donde abandonamos hábitos humanos y tomamos las riquezas de Dios. Ayunar nos permite quitar los ojos de las cosas de este mundo para enfocarse en las celestiales. El ayuno no es para manipular a Dios y que Él haga lo que deseamos, es más bien para nuestra santificación y edificación, no es para parecer más espirituales que otros, es para alcanzar una humilde espiritualidad. Se ayuna  para permitir que Dios forme carácter, nos prepare, fortalezca nuestra fe, obtengamos libertad, vida abundante y el Dios Trino sea glorificado.

Cristo enseñó la necesidad de ayunar para cierta clase de liberación en caso de posesión demoniaca, Mateo 9:29 y Mateo 17:20. Pablo después de creer en Jesucristo en el camino a Damasco, ayunó durante tres días como una manifestación de arrepentimiento por haber perseguido y matado a muchos fieles de la Iglesia primitiva, mientras esperaba en Dios para recibir sus instrucciones Hechos 9:9.  El ayuno que le agrada a Diosestá escritoenIsaías 58, ahi nos el SEÑOR una lista de cosas que debemos hacer,centrándonos en el bien, la verdad,la justicia y la ayuda al prójimo. Isaías 58:1-12.

Ayuna dejando dejando la envidia y el juzgar a otros y descubre a Cristo que vive en ellos.
Ayuna de tus palabras despectivas e hirientes, llénate de frases sanadoras y liberadoras.
Ayuna dejando la queja y el descontento, expresa tu gratitud a Dios y a la vida.
Ayuna dejando la ira y el enojo, llénate de paciencia, amor y tolerancia.
Ayuna sacando el pesimismo de ti, satúrate de esperanza y fe en la palabra de Dios.
Ayuna dejando las preocupaciones, párate firme confiando en Dios y abandonate en los brazos del Cristo caminando con pasos firmes ayudado por el Espíritu Santo.
Ayuna abandonando la arrogancia, la soberbia y autosuficiencia para depender de Dios.
Ayuna dejando de añorar lo que pudo haber sido y no fue, demuestra aprecio y agradecimiento por lo que puedes disfrutar cada día.
Ayuna a las presiones, rodeate de la oración que no cesa para ver milagros y cambios.
Ayuna dejando la amargura, mantente alegre, perdona, y ofrece ternura y reconciliación.
Ayuna dejando la autocompasión o el darte demasiada importancia, expresa bondad y amor por los demás.
Ayuna dejando la ansiedad y el descontento por tus carencias, comprométete a servir y alcanzar almas para Cristo.
Ayuna sacando el desaliento, afirma tu fe y tus fuerzas en Cristo para entrar en su reposo.
Ayuna de todo lo que te separe de Dios y te estorbe el crecimiento en el Reino, rodeate de todo lo que te acerque a tu Creador Salvador y estreche tu amistad y comunión con Él.

El Ayuno que Dios ha escogido es que acaben con toda injusticia, que compartan el pan, que den refugio al desplazado y extranjero, y que ayudemos a todo el que lo requiera.  El ayuno nos da poder para las bendiciones del Reino poseer.

Ayunar no es un sacrificio, es una ofrenda a Dios para humillar el cuerpo, purificar el alma y elevar el espíritu para encontrarse con Dios, porque Él no pide sacrificios, Cristo padeciendo y muriendo en la cruz, ya hizo todo el sacrificio que el Padre pedía.

Así que practicando el bien, ayunamos de hacer el mal, si así lo hacemos, Dios nos promete que: Nacerá nuestra luz como el alba, nuestra salvación se dejará ver pronto; la justicia irá delante de nosotros, y la gloria de Dios será nuestra retaguardia. Invocaremos y clamaremos al Señor y Él dirá: Héme aquí. 

Y si quitamos de en medio de nosotros la opresión dejando de señalar con el dedo el pecado de los demás, y si dejamos de esparcir rumores dañinos y mal intencionados, y si en cambio ayudamos a los que están en necesidad, la luz de la presencia del Señor, resplandecerá en medio de nuestra vida, como el medio día. Y el Señor nos proveerá todo lo material y nos dará salud, y seremos comparables a un huerto fértil. Nuestras  nuevas generaciones reedificarán lo que quedó arruinado; entonces seremos conocidos como reconstructores de muros y restauradores de casas. (Parafraseado) Isaías 58:8-12.


Entonces, ¿Cuáles son los sacrificios que le agradan a Dios? Ofrezcamos siempre a Dios por medio de Jesucristo, sacrificios de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesen su nombre, Y de hacer el bien y de la ayuda mutua no se olviden; estos son los sacrificios que le agradan a Dios. Hebreos 13:15-16.

Si Jesucristo siendo Dios murió por mí, entonces ningún sacrificio que yo haga por Él o para Él puede ser demasiado grande, C:T Studd.