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23 oct 2016

FLUYENDO EN EL ESPÍRITU-SEGUNDA PARTE



FLUYENDO EN EL ESPÍRITU-SEGUNDA PARTE

4. Debemos reconocer la voz de Dios en nuestros pensamientos, Y YO descenderé, y hablaré allí contigo; Número 11:17a. Alumbrando los ojos de nuestro entendimiento, para que sepamos cuál es la esperanza a que Él nos ha llamado, y cuáles las riquezas de su herencia en los santos, Efesios 1:8. Escuchar la voz de Dios le da claridad a nuestro entendimiento, cuando recibimos la voz de Dios podremos impactar a muchos, esto es mejor que quedarnos solamente imaginándolo.

Yo he visto a Jesús en varias ocasiones delante de mí y junto a mí. Lo he visto en su manto blanco, he visto sus pies usando sandalias, y se ríe todo el tiempo y me mira con mucho amor y hablándome con mucha amabilidad, sus ojos brillan y son hermosos; siempre me extiende la mano para que caminemos juntos, unas veces por un camino de césped verde interminable, otras veces caminamos a la orilla de una playa sin límites. Al principio solo veía sus pies, luego la mitad de su cuerpo y por último lo vi completo y envuelto en su manto, con sus manos sobre mi cabeza, luego juntos caminando y conversando, su rostro siempre sonriente; estuvo delante de mí y se inclinó tres veces en un cristalino río para lavarme la cara. Porque entre más profundizamos en verlo, más clara se hace su imagen. ¿Y cómo lo vemos?

Aprendemos a ver al Señor cuando usamos la imaginación divina escrita en su palabra, si Jesús dijo que estaría con nosotros todos días hasta el fin, así es, Mateo 28:19; si el Padre dijo que su presencia iría conmigo y me daría descanso, así es, Éxodo 33:14. Luego le hablamos al Espíritu Santo y le pedimos que nos revele al Padre y al Hijo, ahí fluye la visión de Dios; podemos pedir sabiduría divina y llegamos hasta el trono de Dios.

Me he visto como una pequeña niña vestida de blanco delante del Anciano de días y el Cordero Sentado en el trono, estoy feliz, grito, canto, danzo mientras doy vueltas alrededor del trono, es una experiencia grandiosa e incomparable. Él vive ahí, en el cielo, esa es su morada. Por eso la Biblia dice que estamos sentados con Cristo en lugares celestiales, Efesios 2:6. Estamos en cuerpo aquí en la tierra, pero en el espíritu estamos en el cielo, nuestra ciudadanía es de allá. Yo lo creo.

5. Debemos fijar la mirada en Dios. Miren a Mí y vengan todos los pueblos de la tierra para que sean salvos, Isaías 45:22. Son tiempos donde todo lo que miramos alrededor nos asusta, y hasta nos ponemos sombríos por tanta maldad y comportamientos totalmente inapropiados, eso nos enoja y nos llena de temor, pero eso no es lo que quiere Dios que veamos.

Él quiere que vivamos en el fruto del Espíritu Santo; Dios quiere que no miremos el mundo ni las circunstancias, sino que miremos a Jesús, puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él, sufrió la cruz…Hebreos 12:2. Nuestra confianza se consolida cuando lo miramos a Él y le ponemos toda nuestra atención; Él soportó la vergüenza de la cruz para que nuestra fe cada vez sea mejor; nuestros ojos en el entorno alejan nuestra mirada de Jesús, y Él está en medio de nosotros deseando que vivamos el fruto y fluyamos en los dones del Espíritu Santo.

Si fijamos la mirada en Jesús podremos verlo sentado sobre el capitolio del gobierno, sobre la iglesia, sobre la ciudad, sobre la nación y sosteniendo la tierra en sus manos. Recuerdo que tuve la visión del profeta, yo tenía siete años de convertida; en una ocasión que se inauguraba una sede de la congregación, en un sector que era zona roja por la clase de establecimientos y la gente que los frecuentaba. Estábamos adorando y alabando al Rey y empezaron a caer muchas piedras sobre el techo de la iglesia, seguimos adorando y orando con mayor fuerza, entonces yo vi al Señor sentado en los cielos y desde allí bajaba su gran manto cubriendo toda la iglesia, como una gran carpa que protegía, luego dejaron de oírse caer las piedras, vi yo al Señor sentado sobre un gran trono, Alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo, Isaías 6:1. Es así que el Señor nos alienta, consuela y fortalece diciendo: YO reino y mando sobre todo. Amén.

6. Debemos pedir visiones mientras oramos y adoramos. Si permanecen en Mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan todo lo que quieran y les será hecho, Juan 15:7. Pedir con el deseo de bendecir a alguien, de desear que alguien sea salvo, de anhelar compartir el amor de Dios a otros, de desear morir a nosotros mismos para que Cristo crezca en nuestro corazón, de poder consolar al que llora, de desear ver a Jesús obrando en nuestro lugar a través de ti y de mí, eso hace que el Espíritu fluya con libertad a través de mí y de ti, si lo anhelas con pasión, así será.

Mis pensamientos deben alinearse al contenido de la biblia y al poder que tienen los nombres de Dios y de Cristo, admirable, consejero, consolador, ayudador, libertador, salvador, Dios fuerte, varón de guerra, etc. Es así que se activa el poder de Dios y las visiones del cielo. Es creer y confesar la palabra con el deseo de verla hecha realidad.

7. Debemos escribir las visiones y los pensamientos que fluyen en nuestra mente, Escribe la visión en tablas para que corra, Habacuc 2:2. Esto nos enseña que debemos escribir nuestras oraciones, nuestras peticiones y tomar nota de las respuestas de Dios; pero también cuando me llegan pensamientos que concuerdan con la palabra de Dios, debo correr a escribir para no olvidar; porque cuando cuando escuchas a Dios hablar, obedece lo que dice, podemos escribir en la dimensión de la fe por diez o quince minutos, así es como Dios me habla y luego yo compongo tres o cinco páginas.

Cuando ya lo tengo escrito todo, lo reviso y lo evalúo, asegurándome que lo escrito concuerda y es compatible con los que dicen las Escrituras. La fluidez y claridad de ese pensamiento debe alinearse a los pensamientos de Dios escritos en la Biblia, centrados en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Por lo tanto los escritos no juzgan en particular a nadie, no señalan a nadie, tampoco realzan al enemigo, sino que glorifican a Dios, edifican, consuelan y exhortan, enseñando el camino que lleva al Padre por medio del Hijo y su palabra. Eso es palabra rhema.

Quizá debo considerar, enviar los escritos a una o dos personas de autoridad espiritual que los lean y me den su apreciación en la sabiduría del Espíritu Santo, para que finalmente sea confirmada. Aunque yo experimento certeza, convicción y seguridad en hacer lo que Dios me habla y me muestra. Los dones se avivan y creces si te enfocas en Dios; porque en lo que fijes tus ojos, eso crecerá en ti, y lo que crezca en ti, eso serás tú. Fijo los ojos en Jesús, Él crece dentro de mí, así Jesús será visto en mí. Ese es mi mayor anhelo. Por lo tanto, teniendo a nuestro alrededor, tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, Puestos los ojos en Jesús, el Autor y Consumador de la fe, Hebreos 12:1-2.

Cuando nos llenamos del Espíritu de Dios, el raudal de agua viva que es nuestro Rey Jesús fluirá con gloria, gracia y poder del Padre para traer sanidad,  libertad, vida, justicia y PAZ.

Padre, libérame y libera a quien está leyendo, porque tenemos el corazón abierto a Ti, imparte tu don de fe, para que yo y todos ellos nos apropiemos de esa hermosa verdad, que dentro de nosotros corren los ríos de agua viva del Espíritu Santo. Danos pensamientos y visiones que fluyan con el poder de tu voz. Yo recibo el don de fe, y elijo creer que tu río fluye dentro de mí, como lo dice la Biblia. Declaro que caminaré y viviré en ese río, y Tú, mi Amado Dios Eterno, recibirás la gloria. En el nombre de Jesús, Amén.

Si crees en tu corazón y confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, serás salvo, Romanos 10:9.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y vrdadero y servidora de su reino.





FLUYENDO EN EL ESPÍRITU, PRIMERA PARTE



FLUYENDO EN EL ESPÍRITU

Subiré a mi torre de vigilancia y montaré guardia. Allí esperaré hasta ver qué dice el Señor Todopoderoso y cómo responderá a mi queja. Entonces el Señor me dijo: Escribe con claridad la visión en tablas, para que el corredor pueda llevar el mensaje sin error, Habacuc 2:1-2.

Mis ovejas oyen mi voz, y YO las conozco, y me siguen, Juan 10:27.

Como su nombre lo indica, fluir significa dejar correr con libertad un líquido o un gas, por lo tanto, fluir en el Espíritu es dejarnos llevar por el fuego de Dios,porque a su Espiritu no podemos limitarlo ni encerrarlo en estructuras humanas; el fluir del Espíritu es el mover de Dios a través de nosotros como sus templos vivos, que se abandonan a la gloriosa presencia de Dios para que sea Él quien opere y obre a través de sus instrumentos enseñando, guiando, instruyendo y corrigiendo. Tu buen Espíritu les diste para que nos instruyera; no apartaste el maná de su boca, y les diste agua para calmar su sed. Nehemías 9:20.

Cuando fluimos en el Espíritu, es Dios quien nos inspira, habla, toca, ministra y profetiza a los presentes, nosotros somos tocados y rodeados de su presencia y nos disponemos para facilitar que corra la abundancia de su gloria y sus bendiciones. Fluir en el Espíritu es permitir que sea Dios llevándonos en su dirección para recibir del Padre lo que Él quiere entregar y desatar en un momento dado para que sucedan milagros, liberaciones y prodigios, el SEÑOR nos da instrucciones, nos aconseje y exhorte. Podemos fluir en adoración, cántico nuevo y palabra profética para la iglesia, el país y el mundo. Moisés les dijo: No tengan celos de mí. ¡Ojalá que todo el pueblo de YHWH fuera profeta para que el SEÑOR pusiera su Espíritu sobre ellos! Número 11:29 y El Espíritu de YHWH ha hablado por medio de mí, y su palabra está en mi lengua. 2 Samuel 23:2.

Todos queremos oír la voz de Dios y hacemos muchas cosas para intentar lograrlo, pero es tan sencillo, que muchas veces lo pasamos por alto. Dios ordena en su palabra amarlo por encima de todo, y amar al prójimo como nos amamos a nosotros mismos. Un aspecto importante para empezar a vivir ese mandato es arreglar nuestras relaciones personales.

1. Honrar y amar al prójimo. Jesús quiere que honremos y amemos a todas las personas tal como ellas son. Debemos amar sin poner condiciones ni anteponiendo reglas, necesitamos presencia de Dios en nuestro corazón, porque no entendemos ni nos damos cuenta que algunos actúan mal porque se sienten inseguros por muchas razones, y lo único que necesitan es ser amados incondicionalmente. Para ello debemos fluir en Cristo.

Los pensamientos de Dios fluyen, en el interior de todos aquellos que creen en Cristp y lo aceptan, El que cree en Mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habrían de recibir los que creyeran en Él, Juan 7:38-39b. Esto nos enseña que así como hace el Señor, nosotros también debemos hacer, poner más gracia y menos ley. ¿Quién es Jesús dentro de ti?

Si en verdad escuchamos la voz de Dios y fluimos en el Espíritu Santo, estamos serenos, tranquilos, reímos con frecuencia y mantenemos una sonrisa en los labios para todas las personas, eso mantiene nuestro cuerpo sano y fuerte. Miramos la fachada de las personas, pero Dios quiere que ministremos a sus corazones mostrando amor a pesar del error, para que ellos sanen por dentro; así veremos que nuestras relaciones personales cambian favorablemente de manera sorprendente, porque el amor cubrirá todas las faltas, Proverbios 10:12.

Si aconsejamos, enseñamos y tratamos desde el fluir del Espíritu que está dentro de nosotros, no solo nosotros, sino ellos también podrán escuchar la voz de Dios y experimentar su amor sanador.

El fluir del Espíritu Santo es la voz de Dios en nuestro interior, dentro de nuestros pensamientos, y cuando nos sumergimos en Él y lo escuchamos atentamente fluyen imágenes en nuestra mente, Cuando Él, el Espíritu de verdad, venga, los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga del Padre, y se los hará saber, Juan 16:13. Así es que fluyen pensamientos, imágenes y visiones divinas. De esta manera seremos menos rígidos y menos controladores con menos ley y más gracia amorosa.

Cuando le fallamos al Señor, Él no busca desquitarse, ni quiere pegarnos; Él dice: Sé que fallaste, pero límpiate y cambia porque te tengo cubierto con mi sangre, tranquilo, estás en el proceso de aprendizaje rumbo a la perfección, no te angusties, corrígete y avanza. Si entendemos y asimilamos que Jesús nos trata así de bien, entonces también nosotros podremos tratar a los demás y dejaremos de ser tan duros. El problema está en que no dejamos que Jesús se mueva en nosotros. Si Cristo habita en mí y en ti, entonces ¿por qué actuamos nosotros primero que Él?

2. Permanecer en actitud expectante de atalayas, subiré a mi torre de vigilancia y montaré guardia, Habacuc 2:1. Debemos buscar un lugar tranquilo, allí aquietarnos para oír la voz de Dios, con música suave de adoración, y estar alertas para escucharlo hablar.

Cuando nos sumergimos en Cristo, lo veremos, y nos daremos cuenta que Él está sonriendo siempre. Así que cuando nos movemos en el Espíritu de Cristo, todo estará bajo control y nosotros estaremos tranquilos y felices. Los médicos aconsejan la risa, porque reír libera las emociones proveyendo salud a todo el cuerpo, El corazón alegre constituye buen remedio, Proverbios 17:22; y el corazón alegre hermosea el rostro, Proverbios 15:13. Es urgente entrenarnos en estar escuchando la voz de Dios.

Debemos vivir de acuerdo a Jesús y fluir centrados en Él, para mostrarlo a Él, porque sus ovejas oyen su voz y lo siguen. Cuando nos movemos en nuestras emociones y en las circunstancias, dejamos de sonreír, nos volvemos cuadriculados, criticones y controladores; pero cuando nos acostumbramos a fluir en Jesús los cambios no se dejarán esperar.

3. Esperar hasta que Él hable, allí esperaré hasta ver qué dice el Señor, y cómo responderá, Habacuc 2:1b. En ese momento pueden surgir las visiones de Dios, Puestos los ojos en Jesús, el Autor y consumador de la fe, Hebreos 12:2a. Dios alumbra nuestro entendimiento cuando lo buscamos a solas, cuando lo vemos a nuestro lado con los ojos de la fe, esto es visualizar. Visualizar no es un concepto de la nueva era, ellos lo copiaron de la Biblia para usarlo mal, nosotros debemos usarlo para nuestro encuentro permanente con Dios.

Debemos tomar la decisión del salmista, Porque David dice de Él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido, Salmos 16:8 y Hechos 2:25b. Necesitamos visualizar al Señor junto a nosotros, Él está a nuestra derecha, si los del mundo copian la palabra, es porque es digna de imitar, así que nosotros no solo la debemos imitar, sino también vivirla y hacerla realidad.

Cuando dejamos actuar a Jesús en nosotros y nos sometemos a su señorío de amor y poder el ambiente cambia y las vidas se transforman, Ninguno busque su propio bien, sino el de su prójimo…siendo gratos a todas las personas…no procuro mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos, 1 Corintios 10: 24 y 33.

Continua…Parte 2