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10 jul 2016

ALABEMOS AL SEÑOR


ALABEMOS AL SEÑOR

Así que, ofrezcamos continuamente a Dios, por medio de Jesucristo, sacrificios de alabanza, es decir,  fruto de labios que confiesan su nombre. Hebreos 13:15.

Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabaré a Jehová toda mi vida; Alabaré al Señor toda mi vidamientras haya aliento en mí, cantaré salmos a mi Dios,…Salmos 146.

Estos, y muchos más textos bíblicos nos invitan a alabar a Dios, porque Cristo ya cumplió todos los sacrificio del AT y se ofreció vivo y santo a nuestro favor, por eso el único sacrificio que el Eterno Dios nos pide es sacrificarle alabanza, y pide que lo hagamos todo el tiempo, no de vez en cuando o en algunas ocasiones, sino continuamente y de todo corazón.

Sacrificio es una ofrenda viva que se presenta para ponerse al servicio de Dios por medio de Jesús, quien es el único mediador entre Dios y los hombres, 1 Timoteo 2:5, para ello es necesario confesar con nuestra boca su nombre, que está sobre todo nombre; las Sagradas Escrituras nos dicen que es el único nombre con el cual se expulsan demonios, se calman las tempestades, se sanan los enfermos y se obtiene la vida eterna.

¿A quién debemos alabar, cómo se debe alabar, y por qué se debe alabar? Salmos 146 un buen ejemplo de alabanza que hace parte del salterio que es un instrumento y un género musical, y se le ponemos un poco de jocosidad sería también con salterío para animarnos mejor.

A. ¿A QUIÉN DEBEMOS ALABAR?

1. Debemos alabar a DiosSalmos 146:1. Nos invita a alabar a Dios, y es el espíritu que invita al alma a alabar de manera espiritual invita a la parte síquica y anímica a alabar al Creador con los sentimientos, la mente y la voluntad, es decir que nace del espíritu pero se manifiesta por las emociones, la mente y la voluntad pero no meramente emocional sino de manera espiritual, porque la alabanza es espiritual.

2, Decisión de alabar a DiosAlabaré al Señor toda mi vidamientras haya aliento en mi, cantaré salmos a mi Dios, Salmos 146:2. El salmista tomó la decisión de alabar a su Creador mientras viviera, porque la alabanza es algo de carácter personal, yo mismo decido alabar a Dios, no solo cuando esté alegre, sino en todos los momentos de mí vida, mientras respire debo tener una vida de alabanza; hay que vivir en alabanzas.

3. Alabar a Dios es confiar solo en ÉlNo confíes en los poderosos, ni en ningún hijo de hombre, porque en ellos no pueden salvar, Salmos 146:3. Este texto nos recuerda que no debemos ser dados a la idolatría de hombres, que es antropoidolatría, no se debe poner la esperanza en personas de alta condición o con poder, ni en ningún ser humano, sin importar la condición que tenga, porque ni los de arriba ni los de abajo son confiables, porque hay gente que gasta sus palabras alabando a personajes notables del mundo; solo Dios en Jesucristo es digno de alabanza. La salvación solo está en Dios, no en ningún ser humano.

4. No alabar a los hombres, porque todos perecenExhalan el espíritu y vuelven al polvo, ese mismo se desbaratan sus planes, Salmos 146:4. La parte física del hombre se convierte en polvo, pero su espíritu vuelve a Dios quien le dio vida, por lo tanto su siquis de emociones y voluntad ya no existen más sobre la tierra; entonces ¿por qué gastar fuerzas alabando a seres que se extinguen? Quizá hoy esté vivo, pero mañana perecerá, mientras Dios permanece para siempre.

5. Alabar es poner toda nuestra confianza en DiosBienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en Jehová su Dios, Salmos 146:5. La persona dichosa es aquella persona que pone toda su confianza y esperanza únicamente en el Señor. Solo Dios es mi ayuda y mi esperanza.

B. RAZONES PARA LA ALBANZA.
 1. Él es el CreadorDios hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, Salmos 146:6a. Cuando alabamos no podemos ser ligeros ni superficiales, debemos ser conscientes que exaltamos a Aquel que lo creó todo en los cielos, el cosmos físico, como los cielos espirituales donde mora el Señor, creó todo eso, pero también la tierra donde vivimos tú y yo. Entonces, debemos decir: Porque Dios es mi Creador, yo seré su alabador.

2. Él mantiene la verdadDios guarda la verdad para siempre, Salmos 146:6b. Dios siempre cumple sus promesas escritas en la verdad de su palabra, en medio de un mundo de verdades relativas, Dios es la verdad, no una verdad y su palabra es verdad. ¡Alabad en verdad!
3. Él hace justicia a los oprimidosDios hace justicia a los que son maltratados, Salmos 146:7a. Por eso dice: tu pleito YO lo defenderé, Isaías 49:24-26. No seamos tontos sacando pecho asumiendo nuestra propia defensa, debemos recordar que tenemos al mayor de los abogados, a Jesús de Nazaret, Él nos hará justicia, Él es nuestra justicia, y hemos sido justificados en el Justo. Con seguridad digo: Jesucristo me hará justicia y yo lo alabaré.

4. Él da pan a los hambrientosDios da de comer a los hambrientos Salmos 146:7b. Es Dios quien pone el pan físico en nuestra mesa para el alimento del cuerpo, y se escasea, Él nos multiplica; Jesús es el pan vivo espiritual que bajó del cielo, y lo recordamos cuando tomamos la cena, el pan vivo y eterno que nutre y fortalece nuestra vida espiritual. Solo Dios nos da el pan material y espiritual.

5. Él libera a los cautivosDios pone en libertad a los presos Salmos 146:7c. Pablo y Silas encarcelados a causa de la hechicera de Filipos, oraron y cantaron himnos a Dios a media noche, así se rompieron los grillos, se abrieron las puertas y muchos se convirtieron, Hechos 16:22-34; en vez de lamentarse, llorar y reclamar, alabaron a Dios y milagros sucedieron.

La alabanza rompe las cadenas que aprisionan y abre las puertas que están cerradas. Alabar a Dios nos liberta del pecado, de la enfermedad, de los vicios, de la pornografía, de los demonios, etc., y sucederán cosas grandes en nuestra vida. Porque cuando el pueblo alaba a Dios, suceden cosas maravillosas, hay sanidad, liberación y se siente el Espíritu de Dios.

6. Él da vista a los ciegosJehová abre los ojos a los ciegos, Salmos 146:8a. Los evangelios narran los milagros de Jesús sanando de ceguera física a muchos ciegos, pero también hay ciegos espirituales que viven las tinieblas de maldad y por ellos debemos orar para el Señor les abra los ojos espirituales y puedan ser salvos, porque Jesucristo es la Luz Verdadera que alumbra en la oscuridad hace entender a los hombres.

7. Él sostiene a los agobiadosJehová levanta a los caídos, Salmos 146:8b. Hay muchas formas de agobio, hay personas agobiadas por la miseria, con carencia de bienes materiales, agobiadas por el pecado, y el arrepentimiento es la solución. También podemos estar agobiados económica o emocionalmente, por eso siempre que estemos agobiados y caídos debemos adorar, alabar e invocar a Dios para que Él salga en nuestro auxilio y nos levante. Pero al que cae y se quebranta, Jesucristo lo levanta.

8. Él ama a los justosJehová ama a los justos, Salmos 146:8c. Hemos sido justificados en Cristo, nuestra gratitud a Él por la justificación es procurar ser justos y rectos en todos los actos de nuestra vida y alabarlo por declararnos justos para que el Padre nos vea santos en Jesús. Ser justos hace que Dios nos bendiga y prospere; Viviéndola con justicia, la vida es una delicia.

9. Él protege al extranjeroJehová guarda a los extranjeros, Salmos 146:9a. Es tan importante ayudar y acoger al extranjero que el mismo Señor Jesucristo personifica al extranjero, Fui forastero y no me recibiste, Mateo 25:43, porque acoger a un extranjero es rechazo y desprecio y eso es xenofobía, y debemos liberar el alma de esas cadenas que impiden bendición de Dios en nuestro país. Así que quien acoge a un extranjero, acoge a Jesucristo. No cause daño al extraño.

10. Él sostiene al desamparadoDios sostiene al huérfano y a la viuda, Salmos 146:9aPorque Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada, Salmos 68:5. Desde la ley de Moisés y pasando por todas las Escrituras, la palabra de Dios está llena de advertencias contra el que hace daño a los huérfanos y a las viudas porque en la mayoría de los casos son personas desprotegidas y desposeídas, y Colombia es parte de tanta viudez y tanta orfandad, lo cual ha engendrado odio y espíritu de venganza entre la gente. No hay santidad sin caridad.

11.Él frustra los planes de los perversosDios trastorna el camino de los impíos, Salmos 146:9cLos malos como hierba pronto son cortados, como la hierba verde pronto se secan…serán destruidos…pues he aquí en poco, no existirá el malo, observarás su lugar y no estará allí, aunque el impío maquine contra el justo y cruja contra él los dientes, el Señor se reirá de él; porque ve que viene su día. Los impíos perecerán, y los enemigos de JHV como la grasa de los carneros serán consumidos; se disiparán como el humo. Acecha el impío al justo y procura matarlo. Jehová no lo dejará en sus manos…Vi yo al impío sumamente enaltecido, y que se extendía como laurel verde, pero él pasó, y he aquí, ya no estaba; lo busqué y no fue halladoSalmos 37:2, 9,10-13, 20, 32 y 35. Todo lo que se hace con injusticia pronto se pierde y se marchita. En Colombia, los malvados tienen su tiempo contado, es inevitable, por sus dineros ilícitos, por la violencia que han hecho, por la corrupción, por la perversión, su día se acerca, porque el Señor Jesucristo será el Vengador y el Justiciero contra su maldad.

Este Salmo 146 nos enseña a alabar a Dios y que debemos hacerlo por medio de Jesús, nuestro Señor, como fruto de nuestro amor a Él, alabarlo con nuestros propios labios, con corazón agradecido y con vidas rectas.

La biblia está llena de alabanzas a Dios, y Él no se agrada si no lo alabamos, y aunque hayan momentos de dolor y de pena, la queja no es buena delante de sus ojos.

Solo la alabanza y la adoración hacen que se derrame la presencia de Dios, ese es el sacrificio que debemos ofrecerle cada vez que respiramos y mientras respiremos.


¡Cuántas razones de alabanza a Dios tenemos! Pero Todos unidos somos MÁS. La alabanza nos da la victoria total en Cristo Jesús y que en Colombia reine la alabanza, la adoración y el agradecimiento a nuestro Dios Creador.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.