MIRA
A JESÚS Y NO TE HUNDIRÁS
Santidad
y fe para ver milagros
Entonces
Pedro le respondió: Señor,, si eres Tú, ordena que yo vaya hasta Ti. caminando
sobre el agua, Jesús le dijo: Ven. Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a
caminar sobre el agua en dirección a Jesús, Mateo 14:28.
Muchas
veces el espíritu inmundo lo echa al fuego y al agua queriendo matarlo. Señor,
si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos. Jesús le dijo: ¿Cómo que “si puedes”? ¡Todo es posible para el que
cree! Marcos 9:-22-23.
Jesús
dijo: quiten la piedra, Marta, la hermana del muerto, le dijo; Señor, ya huele
mal, porque hacer cuatro días que está sepultado. Jesús
le contesto: ¿No te he dicho, que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40.
Jesús es la fuente de
la fe cristiana y su palabra es el manual de instrucciones para fortalecer y
hacer prosperar esa fe, por lo tanto, la fe verdadera se basa en Jesús, su
sacrificio y victoria salvadora. La fe es confianza en
Dios todo el tiempo y sin fluctuar, la buena noticia es que una fe tan pequeña
como la semilla de mostaza, podrá llegar a ser fuerte y sólida, solo con la
ayuda del Eterno, a través del Espíritu Santo, dador del fruto y los dones, Dios envía auxilio desde lo alto; nos toma en sus manos y nos saca de las muchas aguas, solo Él nos libra del poderoso enemigo, Salmos 18:16-17.
Nuestra naturaleza humana es tan finita y limitada, que en muchas
ocasiones de la vida, especialmente cuando no tenemos el corazón ni los ojos puestos
en Jesús, vemos sueños y situaciones imposibles para salir a flote a causa de
los problemas e imposibilidades que encontramos. Pedro siendo un pescador de
profesión, toda su vida vivió en medio de las aguas, pero nunca en su vida
había caminado sobre el agua, es decir que hay una gran diferencia entre saber
y experimentar, Pero
Jesús, sin hacer caso de ellos, le dijo al jefe de la sinagoga: No tengas
miedo; cree solamente, Marcos 5:36.
Humanamente es imposible tener una fe sólida, firme y arraigada
para alcanzar a ver milagros, para lograr ver imposibilidades y limitaciones
hechas realidad, necesitamos conocer de manera profunda, sincera y amorosa al
Dios que lo hizo todo con el poder de su palabra, en Jesús, ese hermoso, manso
y sencillo Señor, podemos conocer al Padre tierno, perdonador y misericordioso que
se complace dando lo mejor en un contacto directo con la gente que le cree, Porque el que me ha visto a Mí, ha visto al
Padre que me envío, Juan 14:9.
Es Dios, el Padre que nos ama, a través de su Hijo Jesús, que nos
provee, nos ayuda y fortalece la confianza y la creencia según está escrito en
su maravillosa Escritura; el Espíritu Santo, el Emanuel, Dios con nosotros que
nos fue dejado por Jesús cuando volvió al Padre después de resucitar, es quien nos
ofrece y da la fe verdadera; pero está en nosotros poner voluntad para aceptar
o rechazar lo que Dios enseña y da; necesitamos creer con el corazón, confesar con la boca, y poner en acción lo que Dios nos demanda, lo
que Dios nos pide es sencillo, somos nosotros los que complicamos y limitamos todo
por hacer lo que nos parece, o quedándonos impávidos cavilando entre sí y no, y
si no y si sí, Romanos
10:9-13 y Santiago 2:14-17.
Caminar con Jesús fortalece nuestro pequeño grano de mostaza de fe
que podamos tener, la fe salvadora nos lleva a reconocer a Cristo como
Salvador, al mismo tiempo que nos permite movernos sobre la base de su palabra,
pero conocer a Jesús de cerca y confiar en Él, hace que el camino se haga mejor
con el don de la fe que ve milagros. Miremos algunas características de
la fe que va de la mano de Dios para ver maravillas:
a. La fe aprende a esperar y se mueve con la voz de Dios. Mateo
14:28-29.
Cuando Pedro le pidió al Señor caminar sobre el agua, no solo mostró un paso de
fe, sino que mostró el gajo del fruto de la paciencia ante la tempestad. Mientras
los discípulos atemorizados luchaban con las tormentosas aguas, Pedro miraba a
Jesús, escuchó su voz y actuó y corrió hacia su Maestro; Jesús estaba orando y
los vio de lejos, Jesús los vio remar con gran fatiga, Marcos
6:48. El
Señor estaba fortaleciendo la fe de sus discípulos a través de la prueba en el
mar, cuando el agua los sacudió con fuertes olas, estaba enseñándoles a esperar
orando mientras Jesús parecía dormido, era la manera de afirmar su fe y confianza
en Él.
b. Caminar con Dios, nos permite reconocer su presencia para poder movernos
con fe. Mateo
14:26. En
la barca estaban doce discípulos y todos gritaban a gran voz en medio de su
angustia, pensando que perecerían, el temor les hizo creer que veían a un
fantasma. Sin embargo, Pedro que había caminado de cerca con Jesús, conoció su voz
y reconoció su presencia, porque sus
ovejas oyen su voz pues conocen al Pastor, por lo tanto no perecerán ni nadie
las arrebatará de su mano, Juan 10:26-29.
Muchas veces que enfrentamos situaciones difíciles y peligrosas, nos
llenamos de pánico y dudamos mirando más el mal y las tinieblas que están
contra nosotros, en vez de reconocer y darnos cuenta que el Señor está cerca y que
nos acompaña en medio de las complejidades y tormentas de la vida, porque allí nos
entrena para vivir, pero no nos dejará a merced del enemigo ni del mundo, Isaías 43:2-4 y Daniel 3:24-25.
c. La fe que mira a Jesús, nos permite discernir con sabiduría y prudencia, Mateo
14:28.
Pedro pidió permiso al Señor antes de poner sus pies sobre el agua. Esto es un
acto de fe obediente y sometimiento a Dios. Fe osada no es lo único que
necesitamos para tomar una decisión y dar un paso hacia, también necesitamos
consultar a Dios y preguntarle para actuar con prudencia, sabiduría y seguridad
para que nuestros pies no se hundan en el agua ni en el cieno de las dudas y la
incredulidad, protegidos
con el escudo de la fe para apagar los dardos de fuego del maligno, Efesios
6:16, Porque el que posee conocimiento de Dios y lo pone en
práctica, guarda su alma con inteligencia y halla el bien, (parafraseado mío) Proverbios 19:8b-9a.
d. Andar por fe nos permite enfrentar problemas y vencer obstáculos sin
evadirlos, Mateo
14:29.
Mientras Pedro miraba a Jesús pudo caminar sobre el agua, el fuerte viento
huracanado y las olas gigantescas no fueron obstáculo, Pedro saltó de la barca y
vio su milagro.
Como los niños saltan confiados a los brazos de su padre, los
hijos de Dios hemos sido hechos valientes en Cristo, no cobardes ni flojos,
debemos saltar a los brazos de Abba Padre confiados en su amor y en su poder,
porque los cobardes no entrarán al reino de los cielos, Apocalipsis 21:8,
y los perezosos no logran nada, Proverbios 13:4. Después de orar y
esperar, Dios nos da luz verde para avanzar, no quitemos la mirada de Él, no
cambiemos su dirección, tampoco retrocedamos; por más que veamos que el
problema sigue ahí y no cambia de inmediato, mantengámonos firmes en fe, de lo
contrario nos hundiremos.
e. Quitar la mirada de Jesús debilita la fe, Mateo
14:30. Pedro
quitó la mirada de Jesús y dejo de avanzar hacia adelante, se fijó en lo que
tenía alrededor, vio el fuerte viento huracanado y las fuertes olas, y el miedo
lo superó comenzando a hundirse y dando gritos de desesperación. Cuando estamos
en problemas y necesidades, no podemos dejar de caminar mirando a Jesús, porque
serán los problemas y obstáculos los que nos superen a nosotros; nos olvidamos quien va delante de
nosotros para sacarnos a flote de las muchas aguas y nos desesperamos.
Debemos seguir mirando al Señor en todo momento, pues Él calmará la
tempestad y nos hará pisar como en tierra firme sobre los problemas para
enderezar lo torcidos, Proverbios 6:3.
Por eso, nosotros teniendo a
nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado
todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda la vida, y corramos con
fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús,
pues de Él procede nuestra fe y Él es quien la perfecciona. Jesús soportó la
cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de la muerte en el madero, porque sabía
que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del
trono del Padre, Hebreos
12:1-2.
f. Los que caminan con fe en Jesús, son salvados en el momento perfecto, Mateo
14:31.
En el momento en que Pedro sentía que ya se hundía, Jesús extendió su mano,
agarró a Pedro y luego subieron a la barca. El Señor recriminó a Pedro por su
falta de fe y seguridad en su palabra, pero lo sacó del agua y lo puso a salvo.
Dios permitirá que nos hundamos un poco en los problemas y dificultades, pero
en el tiempo perfecto nos sacará y no nos dejará ahogar, sino que nos pondrá en
lugar seco y a salvo de todo.
Entonces la fe hará el milagro y transformará nuestra manera de
hablar, pensar y proceder, llegamos a confesar cosas extraordinarias de acuerdo
a la palabra y voluntad de Dios, porque la fe puesta en Cristo, hace que
superemos los más grandes obstáculos, y llevarnos alcanzar cosas mayores e
inimaginables en Dios, desde secarse una higuera, transportar una montaña al
mar, tener hijos fuera del tiempo y resucitar muertos, Hebreos 11:4-12.
Para Dios
no es desconocida nuestra condición, Él sabe de qué tenemos necesidad, lo que
Él espera de sus hijos, es que nos acerquemos con plena certidumbre de fe, Él
es el más interesado en manifestar su gloria a nuestro favor. Necesitamos el don
de fe para ver milagros y la fe del fruto para ser salvos y caminar como
discípulos de Cristo e hijos de Dios, pero para hallar milagros y respuesta de
Dios, también hay que estar limpios y libres de pecado ante los ojos de Aquel
que escudriña los corazones, Acerquémonos con corazón sincero, en
plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia
y nuestro cuerpo lavado con agua pura, Hebreos 10:22.
La
gran realidad es que muchos ignoran, que nadie podrá ir al cielo haciendo lo
contrario a la palabra de Dios. No existe un sitio medio después de la muerte,
así que ni misas ni oraciones ni ninguna otra cosa sacará de su lugar a los
muertos. La única manera de ser salvos es a través de Jesucristo, y es mientras
vivimos que decidimos creerle y recibirlo como SEÑOR y Salvador, con Él
decidimos ir al cielo, sin Él, muchos irán al infierno porque siguen haciendo
los que les da la regalada gana, se gozan haciendo su propia voluntad dejando a
Dios a un lado y viven en vanidades ilusorias y temporales, dándole gusto a su
cuerpo; así que, si no has tenido un encuentro personal con Jesucristo,
lamentablemente te condenarás. Arrepiéntete, abandona tu pecado y vuélvete a
Dios, entrégale tu vida y vive para obedecer su palabra llena de principios y
virtudes que nos hacen responsables de sí mismo.
Mg. MEHC- Hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.