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23 ago 2017

MIRA A JESÚS Y NO TE HUNDIRÁS



MIRA A JESÚS Y NO TE HUNDIRÁS
Santidad y fe para ver milagros

Entonces Pedro le respondió: Señor,, si eres Tú, ordena que yo vaya hasta Ti. caminando sobre el agua, Jesús le dijo: Ven. Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús, Mateo 14:28.

Muchas veces el espíritu inmundo lo echa al fuego y al agua queriendo matarlo. Señor, si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos. Jesús le dijo: ¿Cómo que “si puedes”? ¡Todo es posible para el que cree! Marcos 9:-22-23.

Jesús dijo: quiten la piedra, Marta, la hermana del muerto, le dijo; Señor, ya huele mal, porque hacer cuatro días que está sepultado. Jesús le contesto: ¿No te he dicho, que si crees, verás la gloria de Dios? Juan 11:40.

Jesús es la fuente de la fe cristiana y su palabra es el manual de instrucciones para fortalecer y hacer prosperar esa fe, por lo tanto, la fe verdadera se basa en Jesús, su sacrificio y victoria salvadora. La fe es confianza en Dios todo el tiempo y sin fluctuar, la buena noticia es que una fe tan pequeña como la semilla de mostaza, podrá llegar a ser fuerte y sólida, solo con la ayuda del Eterno, a través del Espíritu Santo, dador del fruto y los dones, Dios envía auxilio desde lo alto; nos toma en sus manos y nos saca de las muchas aguas, solo Él nos libra del poderoso enemigo, Salmos 18:16-17.

Nuestra naturaleza humana es tan finita y limitada, que en muchas ocasiones de la vida, especialmente cuando no tenemos el corazón ni los ojos puestos en Jesús, vemos sueños y situaciones imposibles para salir a flote a causa de los problemas e imposibilidades que encontramos. Pedro siendo un pescador de profesión, toda su vida vivió en medio de las aguas, pero nunca en su vida había caminado sobre el agua, es decir que hay una gran diferencia entre saber y experimentar, Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, le dijo al jefe de la sinagoga: No tengas miedo; cree solamente, Marcos 5:36.

Humanamente es imposible tener una fe sólida, firme y arraigada para alcanzar a ver milagros, para lograr ver imposibilidades y limitaciones hechas realidad, necesitamos conocer de manera profunda, sincera y amorosa al Dios que lo hizo todo con el poder de su palabra, en Jesús, ese hermoso, manso y sencillo Señor, podemos conocer al Padre tierno, perdonador y misericordioso que se complace dando lo mejor en un contacto directo con la gente que le cree, Porque el que me ha visto a Mí, ha visto al Padre que me envío, Juan 14:9.

Es Dios, el Padre que nos ama, a través de su Hijo Jesús, que nos provee, nos ayuda y fortalece la confianza y la creencia según está escrito en su maravillosa Escritura; el Espíritu Santo, el Emanuel, Dios con nosotros que nos fue dejado por Jesús cuando volvió al Padre después de resucitar, es quien nos ofrece y da la fe verdadera; pero está en nosotros poner voluntad para aceptar o rechazar lo que Dios enseña y da; necesitamos creer con el corazón, confesar con la boca, y poner en acción lo que Dios nos demanda, lo que Dios nos pide es sencillo, somos nosotros los que complicamos y limitamos todo por hacer lo que nos parece, o quedándonos impávidos cavilando entre sí y no, y si no y si sí, Romanos 10:9-13 y Santiago 2:14-17.

Caminar con Jesús fortalece nuestro pequeño grano de mostaza de fe que podamos tener, la fe salvadora nos lleva a reconocer a Cristo como Salvador, al mismo tiempo que nos permite movernos sobre la base de su palabra, pero conocer a Jesús de cerca y confiar en Él, hace que el camino se haga mejor con el don de la fe que ve milagros. Miremos algunas características  de la fe que va de la mano de Dios para ver maravillas:

a. La fe aprende a esperar y se mueve con la voz de Dios.  Mateo 14:28-29. Cuando Pedro le pidió al Señor caminar sobre el agua, no solo mostró un paso de fe, sino que mostró el gajo del fruto de la paciencia ante la tempestad. Mientras los discípulos atemorizados luchaban con las tormentosas aguas, Pedro miraba a Jesús, escuchó su voz y actuó y corrió hacia su Maestro; Jesús estaba orando y los vio de lejos, Jesús los vio remar con gran fatigaMarcos 6:48. El Señor estaba fortaleciendo la fe de sus discípulos a través de la prueba en el mar, cuando el agua los sacudió con fuertes olas, estaba enseñándoles a esperar orando mientras Jesús parecía dormido, era la manera de afirmar su fe y confianza en Él.

b. Caminar con Dios, nos permite reconocer su presencia para poder movernos con feMateo 14:26. En la barca estaban doce discípulos y todos gritaban a gran voz en medio de su angustia, pensando que perecerían, el temor les hizo creer que veían a un fantasma. Sin embargo, Pedro que había caminado de cerca con Jesús, conoció su voz y reconoció su presencia, porque sus ovejas oyen su voz pues conocen al Pastor, por lo tanto no perecerán ni nadie las arrebatará de su mano, Juan 10:26-29.

Muchas veces que enfrentamos situaciones difíciles y peligrosas, nos llenamos de pánico y dudamos mirando más el mal y las tinieblas que están contra nosotros, en vez de reconocer y darnos cuenta que el Señor está cerca y que nos acompaña en medio de las complejidades y tormentas de la vida, porque allí nos entrena para vivir, pero no nos dejará a merced del enemigo ni del mundo, Isaías 43:2-4 y Daniel 3:24-25.

c. La fe que mira a Jesús, nos permite discernir con sabiduría y prudenciaMateo 14:28. Pedro pidió permiso al Señor antes de poner sus pies sobre el agua. Esto es un acto de fe obediente y sometimiento a Dios. Fe osada no es lo único que necesitamos para tomar una decisión y dar un paso hacia, también necesitamos consultar a Dios y preguntarle para actuar con prudencia, sabiduría y seguridad para que nuestros pies no se hundan en el agua ni en el cieno de las dudas y la incredulidad, protegidos con el escudo de la fe para apagar los dardos de fuego del maligno, Efesios 6:16, Porque el que posee conocimiento de Dios y lo pone en práctica, guarda su alma con inteligencia y halla el bien, (parafraseado mío) Proverbios 19:8b-9a.

d. Andar por fe nos permite enfrentar problemas y vencer obstáculos sin evadirlosMateo 14:29. Mientras Pedro miraba a Jesús pudo caminar sobre el agua, el fuerte viento huracanado y las olas gigantescas no fueron obstáculo, Pedro saltó de la barca y vio su milagro.

Como los niños saltan confiados a los brazos de su padre, los hijos de Dios hemos sido hechos valientes en Cristo, no cobardes ni flojos, debemos saltar a los brazos de Abba Padre confiados en su amor y en su poder, porque los cobardes no entrarán al reino de los cielos, Apocalipsis 21:8, y los perezosos no logran nada, Proverbios 13:4. Después de orar y esperar, Dios nos da luz verde para avanzar, no quitemos la mirada de Él, no cambiemos su dirección, tampoco retrocedamos; por más que veamos que el problema sigue ahí y no cambia de inmediato, mantengámonos firmes en fe, de lo contrario nos hundiremos.

e. Quitar la mirada de Jesús debilita la fe, Mateo 14:30. Pedro quitó la mirada de Jesús y dejo de avanzar hacia adelante, se fijó en lo que tenía alrededor, vio el fuerte viento huracanado y las fuertes olas, y el miedo lo superó comenzando a hundirse y dando gritos de desesperación. Cuando estamos en problemas y necesidades, no podemos dejar de caminar mirando a Jesús, porque serán los problemas y obstáculos los que nos superen a  nosotros; nos olvidamos quien va delante de nosotros para sacarnos a flote de las muchas aguas y nos desesperamos.

Debemos seguir mirando al Señor en todo momento, pues Él calmará la tempestad y nos hará pisar como en tierra firme sobre los problemas para enderezar lo torcidos, Proverbios 6:3. Por eso, nosotros teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el pecado que nos enreda la vida, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por delante. Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de Él procede nuestra fe y Él es quien la perfecciona. Jesús soportó la cruz, sin hacer caso de lo vergonzoso de la muerte en el madero, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y alegría; y se sentó a la derecha del trono del Padre, Hebreos 12:1-2.

f. Los que caminan con fe en Jesús, son salvados en el momento perfectoMateo 14:31. En el momento en que Pedro sentía que ya se hundía, Jesús extendió su mano, agarró a Pedro y luego subieron a la barca. El Señor recriminó a Pedro por su falta de fe y seguridad en su palabra, pero lo sacó del agua y lo puso a salvo. Dios permitirá que nos hundamos un poco en los problemas y dificultades, pero en el tiempo perfecto nos sacará y no nos dejará ahogar, sino que nos pondrá en lugar seco y a salvo de todo.

Entonces la fe hará el milagro y transformará nuestra manera de hablar, pensar y proceder, llegamos a confesar cosas extraordinarias de acuerdo a la palabra y voluntad de Dios, porque la fe puesta en Cristo, hace que superemos los más grandes obstáculos, y llevarnos alcanzar cosas mayores e inimaginables en Dios, desde secarse una higuera, transportar una montaña al mar, tener hijos fuera del tiempo y resucitar muertos, Hebreos 11:4-12.

Para Dios no es desconocida nuestra condición, Él sabe de qué tenemos necesidad, lo que Él espera de sus hijos, es que nos acerquemos con plena certidumbre de fe, Él es el más interesado en manifestar su gloria a nuestro favor. Necesitamos el don de fe para ver milagros y la fe del fruto para ser salvos y caminar como discípulos de Cristo e hijos de Dios, pero para hallar milagros y respuesta de Dios, también hay que estar limpios y libres de pecado ante los ojos de Aquel que escudriña los corazones, Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura, Hebreos 10:22.

La gran realidad es que muchos ignoran, que nadie podrá ir al cielo haciendo lo contrario a la palabra de Dios. No existe un sitio medio después de la muerte, así que ni misas ni oraciones ni ninguna otra cosa sacará de su lugar a los muertos. La única manera de ser salvos es a través de Jesucristo, y es mientras vivimos que decidimos creerle y recibirlo como SEÑOR y Salvador, con Él decidimos ir al cielo, sin Él, muchos irán al infierno porque siguen haciendo los que les da la regalada gana, se gozan haciendo su propia voluntad dejando a Dios a un lado y viven en vanidades ilusorias y temporales, dándole gusto a su cuerpo; así que, si no has tenido un encuentro personal con Jesucristo, lamentablemente te condenarás. Arrepiéntete, abandona tu pecado y vuélvete a Dios, entrégale tu vida y vive para obedecer su palabra llena de principios y virtudes que nos hacen responsables de sí mismo.

Mg. MEHC- Hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.