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29 sept 2016

ACABEMOS CON LA INDIFERENCIA Y EL DESAMOR .


ACABEMOS CON EL PECADO DE LA INDIFERENCIA Y EL DESAMOR 

Jesús les contó otra parábola diciendo: El reino de los cielos se puede ilustrar con la historia de un rey que preparó una gran fiesta de bodas para su hijo. Cuando el banquete estuvo listo, el rey envió a sus servidores para llamar a los invitados. Pero todos se negaron a asistir...Entonces envió a otros servidores a decir a los invitados: La fiesta está preparada…todo está listo, ¡Vengan al banquete! Pero las personas invitadas no hicieron caso y siguieron su camino…Mateo 22: 1-14.

 

Entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón. Efesios 4:18

 

YO conozco tus obras, que no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Apocalipsis 3:15-16.

 

La indiferencia y el desamor son representación del mal, lo peor que le puede pasar al ser humano es caer en la indiferencia y el desamor, es algo terrible estando en este mundo tan necesitado; estos dos sentimientos negativos son una forma de repudio, rechazo y odio voluntario y consciente, algo totalmente opuesto al carácter del SEÑOR Jesús y a lo que Él nos enseñó y dejó consignado en su palabra. La indiferencia y el desamor causan mucho daño a la humanidad de generación en generación; la indiferencia y el desamor son excluyentes, son degenerativos, son nocivos, algo muy cruel, son el epítome del mal, el resumen y sumario de la deshumanización y la perversión; son sentimientos y actitudes donde no importa ni interesa el mal o la necesidad ajena, es una inclinación al desprecio, algo aberrante que ni las bestias del campo hacen, es inactividad de lo bueno, y se presenta con apatía de un corazón frío como el hielo o duro como la piedra. No nos cansemos de hacer el bien…Gálatas 6:9. 

 

La indiferencia y el desamor no solo son pecado y transgresión a la ley de Dios, son actitudes y sentimientos asesinos que matan la convivencia, matan el diálogo, matan la unión, matan la unidad, matan los sentimientos, matan los sueños, la espontaneidad y la espiritualidad de la verdad, la justicia, la libertad y la bondad que Jesucristo nos dio en la cruz; la indiferencia y el desamor son destructores de la familia y derrumban la comunidad y la sociedad en general; vienen a ser un gran problema afectivo, psicológico y social de marcada insensibilidad, falta de solidaridad y frialdad ante el dolor y el sufrimiento ajeno; es como si la persona no tuviera corazón o estuviera anestesiada y muerta, Porque la paga del pecado es muerte, pero el regalo de Dios es vida eterna en Cristo Jesus, SEÑOR nuestro. Romanos 6:23.


La indiferencia y el desamor han hecho que la impiedad avance, que se multiplique el crimen, la maldad, la desintegración del hogar, el derrumbe social y la perversión a todo nivel; alguien ve a un niño con frío y con hambre pidiendo limosna en la calle y pasa como si no hubiera visto nada; ven a alguien siendo agredido y robado y corren lejos del lugar en vez de ir a socorrer o pedir ayudar, son pocas personas valientes las que ayudan a otros, pero debemos multiplicarnos para que el mundo cambie y la tierra sea un mejor lugar para vivir. Pero, Consideren y mediten en el ejemplo de Jesús, que soportó el dolor del madero, menospreciado y avergonzado públicamente, pero se ha sentado a la diestra del trono del Padre. Hebreos 12:3.


La indiferencia y el desamor nos alejan de la vida en Cristo y la comunión para la cual Dios nos creó, Dios, espera y ordena que todos seamos esos Buenos Samaritanos que se compadecen del debil, el pobre y el necesitado, Él manda que seamos misericordiosos, bondadosos, solidarios y empático revelando y reflejando a Jesucristo con el amor de Dios, si alguien requiere de nuestro socorro y apoyo; porque los verdaderos creyentes en Jesucristo, somos representantes del reino de Dios en la tierra, somos gente de fe obediente, firmes a su palabra, para preservación de vida, perseverando en hacer el bien hasta el fin.  Porque a los pobres siempre los tendrán entre ustedes; y cuando quieran, les pueden hacer el bien…Marcos 14:7.

 

La indiferencia y el desamor son enemigos que van de la mano, son un mecanismo de falsa defensa contra la inseguridad, que muchos adoptan, pero la verdad, son pecado que contradice el bien al que somos llamados a hacer, pero que las personas toman para ignorar la desgracia y desdicha de sus semejantes; indiferencia y desamor son reacciones antihumanas, que evaden la responsabilidad y ponen muros de crueldad, distanciamiento y poca importancia a la tragedia del vecino, asumiendo que así se  protegen y evitan problemas, agresiones y heridas, pero lo que hacen es desobedecer los mandatos y principios de la palabra de Dios; la indiferencia es un pecado de pereza y negligencia, un síntoma del enfriamiento espiritual en la pérdida del amor, un auto engaño de imaginaria defensa ante el peligro, como lo es el mito del avestruz que meta la cabeza en la arena creyendo que evade el peligro. Te sentiste seguro en su maldad y dijiste: nadie me ve. Tú sabiduría y tu conocimiento te han engañado, y dijiste en tu corazón: yo, y nadie más. Isaías 47:10.

 

Los valientes no se esconden, porque los que aman a Dios enfrentan el mal y aman al prójimo que es en lo que el SEÑOR Jesús resumió toda la ley y los profetas, el amor; los hijos de Dios y discípulos de Cristo no somos haraganes sino serviciales y ayudadores, como portadores del Espíritu Santo, estamos siempre listos a servir y socorrer extendiendo la mano amiga al necesitado. Tengan buen testimonio de hacer buenas obras¸ si han criado hijos, si han mostrado hospitalidad a extraños, si han lavado los pies de los santos, si han ayudado a los afligidos, y si se han consagrado a toda buena obra. 1 Timoteo 5:10.

 

La indiferencia y el desamor se enmarcan dentro de una fuerte sensación autodefensiva para evitar líos, complicaciones, menosprecio, rechazo, ser ignorados o criticados y puestos en tela de juicio a causa de los prejuicios y los esquemas mentales; pero indiferencia y desamor son reticencia que aísla, deshumaniza y crea figuras de inercia robotica ante las angustias de la gente, oponiéndose a Dios, y haciendo difícil e insostenible la convivencia, las relaciones familiares, comunitarias y sociales. Son actos egoístas y mezquinos de gente temerosa, insegura y sin fe que desconfían no solo de la gente sino también de Dios, por eso no les importa el dolor y el sufrimiento ajeno, sino que lo evitan, pero en su corazón son tan necesitados como los demás, solo que se ocultan tras una coraza de dura indiferencia y desamor, como respuesta a sus frustraciones, desilusiones y heridas del pasado en su corazón no sanado, y por antecedentes de la misma indiferencia y falta de amor, que los ha discriminado y traicionad con infidelidad, pero todos debemos saber que la solución está en Dios y en el sacrificio de la cruz. Porque Los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de muerte. Juan 5:29.

 

Las personas que usan la indiferencia y el desamor como un escudo están en un elevado porcentaje entre jóvenes y gente menor a los 45 años, creyendo que esta actitud los hace fuertes en su relación con otros, aún con su propia familia; según los filósofos, la indiferencia y el desamor son una negación del ser, donde se supone ausencia a la fe, de la creencia y la motivación, porque todo aquel que es indiferente y no tiene amor, no siente, no le importa nada y se mantienen al margen de todo y para todos; son actos y sentimientos que tenemos que vencer porque son solo efecto de la naturaleza caída, conceptos humanos y de la ciencia, pero ¿qué dice la Biblia respecto a la indiferencia y el desamor? El justo juicio de Dios pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en hacer el bien, buscan la gloria y el honor de la inmortalidad, pero ira y enojo a los que pensando solamente en sí mismos, no solo rechazan la verdad, sino que sirven a la injusticia…Romanos 2:6-11.

 

La indiferencia y el desamor son propias de las personas que no tienen al Espíritu Santo, por eso, no muestran ningún afecto ni interés hacia su prójimo, y se centran en ellos, desconociendo los problemas y las necesidades del próximo, sea de la familia, los amigos o el compañero de al lado. Pongámonos en el lugar de un padre o un maestro mientras habla a su hijo o a sus alumnos, ¿cómo se sentirá el maestro después de haber preparado todo para enseñar y llamar la atención hacia el bien, pero se le ignora? ¿Y el padre de familia que pone reglas a sus hijos, pero ellos no las acatan y son indiferentes en su hogar? Todo esto causa tristeza, desilusión, frustración y hasta enojo, entonces ¿cómo se siente Dios cuando su persona es ignorada, su palabra es menospreciada y las personas son discriminadas y tenidas en nada? Es mejor padecer por hacer el bien, sí así es la voluntad de Dios, para estar sobre el mal. 1 Pedro 3:17.

 

Muy seguramente la indiferencia y el desamor es para las personas del mundo, pero NO para el pueblo de Dios; la gran mayoría le da poca importancia a su Creador, se resisten a sus palabras, ignoran al prójimo y menosprecian con frialdad por falta de afecto, son apáticos a su salvador, indiferentes y fríos al amor de Cristo mostrado en la cruz, pero Él tiene todo el gozo y las bendiciones que necesitamos para vivir afectuosos y amables en este mundo oscuro, pero la gran mayoría prefiere lo que expresa Mateo 22:3, los invitados a la boda no hicieron caso y cada uno siguió su camino, cada uno siguió en sus propios negocios…Seamos hacedores de la palabra y no solamente oídores que se engañan a sí mismos. Santiago 1:16-22.

 

Muchas personas cuando salimos a darles el mensaje, no quieren escuchar, se enojan, son indiferentes y no prestan importancia, les parece más interesante las cosas del mundo con su brujería, sus deleites y sus mentiras, pero para los que son indiferentes y no tienen amor, Dios tiene palabra: Ellos apartan el oído de la verdad y se vuelven a las fábulas. 2 Timoteo 4:4.

 

Bíblicamente la indiferencia y el desamor son un pecado rampante entre el pueblo de Dios y a nadie le importa, pero todos sabemos que estos sentimientos y actitudes negativas de la carne son tibieza y frialdad espiritual por haberse nultiplicado la maldad, y la persona carece de sentimientos y de afecto, creyendo que se liberan de su responsabilidad y su deber moral que el SEÑOR establece y ordena a su pueblo, como lo hizo el Buen Samaritano, Y Él te declara, oh hombre, lo que es bueno. Y ¿Qué es lo que demanda el SEÑOR de ti? Sino que practiques la justicia, que ames la misericordia, y andes humildemente delante de tu Dios. Miqueas 6:8 y Deuteronomio 10:12.

 

La indiferencia y el desamor involucran  desinterés, falta de atención, pobreza de sentimientos, gente sin emociones sanas y ausentes al dolor ajeno. Y sobre esto la Biblia tiene mucho que decir: Por aumentarse la maldad, el amor de muchos se enfriará. Mateo 24:12. No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios. Romanos 3:11. Oiga ahora esto, pueblo necio e insensible: que tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen, Jeremías 5:21. Pues el corazón de este pueblo se ha vuelto insensible, por eso oyen con dificultad, y sus ojos se han cerrado…no entienden con el corazón, por eso no se convierten, ni son sanados. Mateo 13:15.

 

Dios nos ha entregado su palabra para llevar a cabo sus propósitos de vida, para que el mundo sea corregido y nosotros crezcamos en el espíritu, el camino de la verdad y la justicia de acuerdo a lo establecido por Dios; todos sabemos hoy cuáles son nuestros deberes, qué son los preceptos y qué nos resulta opcional, para que revelemos el valor intrínseco de cada enseñanza de la Escritura. Por lo tanto, cada creyente, cada hijo de Dios y discípulo de Cristo debe conocer las directrices e instrucciones bíblicas concernientes a la fe que obra, porque muchas veces vamos de prisa y corriendo atropellando a otros en la carrera, eso no es amor, nuestra conducta moral y comportamiento debe ser permanente dentro de una forma de vida normal y coherente con nuestra fe y el diseño de Dios; y somos capaces de entender lo que Dios nos quiere decir mediante el estudio y profundización de la Biblia. Todas las sendas del SEÑOR son misericordia y verdad, para los que guardan su pacto y sus testimonios. Salmos 25:10. 

 

No podemos rayar en el pecado de la indiferencia y el desamor cuando todo somos humanos proclives a la crisis personal, familiar, social, nacional e internacional, lo cual nos exige solidaridad en amor, y servicio en atención porque Dios es amor y su Evangelio se centra en el amor de la cruz; solo con amor, misericordia y ayuda se incrementará la bendición en la vida y se disminuirá el dolor hasta que regrese el SEÑOR o nos llame. Aborrezcan el mal, amen el bien, y establezcan la justicia en la puerta. Talvez el SEÑOR Dios de los ejércitos sea misericordioso con su remanente. Amós 5:15.

 

Hoy debemos enfrentar el mal de la indiferencia y el desamor, venciendo con el bien del afecto y la justicia que ayuda y se solidariza con muchos buenos samaritanos; es una forma de estar velando, pues tenemos un gran desafío por delante, que es dar y mostrar el amor de Dios y el carácter de Cristo, dando vida y rescatando almas con buenas obras de cariño y atención sincera que nos produzca deleite infinito de llevar por obra la palabra de Dios. Es cierto que Cristo fue crucificado como un débil hombre, pero resucitó y vive eternamente por el poder de Dios. De la misma manera, nosotros participamos de la debilidad humana, pero unidos a Cristo viviremos por el poder de Dios para servirle a todos. 2 Corintios 13: 3-4. Amén.


Lic. MEHC, hija del Dios vivo, rea y verdadero y servidora de su reino.




TODOS UNIDOS POR UNA SOCIEDAD MEJOR.