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27 mar 2025

SANIDAD Y VIDA PLENA

 

CUIDA TU SALUD, DIOS QUIERE UN PUEBLO SALUDABLE, ENÉRGICO Y FUERTE PARA HACER SU OBRA Y CUMPLIR CADA UNO SU PROPÓSITO.

YO SOY el SEÑOR su Dios, si ustedes escuchan mi voz y hacen lo que YO considero justo, cumpliendo mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que envié sobre los egipcios. YO SOY el SEÑOR, que les devuelvo la salud. Éxodo 15:26.

 

Adoren al SEÑOR Dios Todopoderoso, y Él bendecirá su pan y su agua. YO apartaré de ustedes toda enfermedad. Éxodo 23:25.

 

Alaba alma mía a Dios nuestro SEÑOR; que todo mi ser alabe el santo nombre del SEÑOR. Alaba alma mía, al SEÑOR, y no olvides ninguno de sus beneficios; Él es quien perdona todos nuestros pecados y sana nuestro cuerpo de todas las dolencias. Salmos 103:1-3.

 

La buena salud y la energía vital son un bien divino muy preciado para todos después de la salvación, Dios nos dio el regalo más grande que es la salvación, que consiste en ser salvos del alma, sanos del cuerpo y libres espiritualmente, porque Dios nos quiere sanos y fuertes caminando de la mano de Cristo; Él dio su cuerpo y su vida por nosotros, el SEÑOR Jesús es nuestro médico y medicina para mantenernos sanos y santos sirviendo a su reino y a la humanidad; la sanidad forma parte del paquete de la salvación en Cristo. Nuestro SEÑOR Jesucristo fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestras iniquidades; el castigo que sufrió nos trajo la paz y por sus heridas hemos sido sanados. Isaías 53:5.


Estando saludables podemos disfrutar esta vida terrenal en la plenitud de Dios en Cristo, en esa plenitud también está implicita nuestra salud total, que forma parte de la completud que tenemos en Cristo Jesús como creyentes, algo que se manifiesta en la vida saludable de los hijos de Dios, pues en Cristo estamos completos y gozamos de vida plena, tanto en el cuerpo físico humano como en nuestro ser espiritual, tal como lo dice la palabra. Porque en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la deidad, y nosotros estamos completos en Él...Colosenses 2:9-10.


Nuestra razón de ser saludables y vivir en plenitud espiritual, van de la mano porque ambas partes son importantes para Dios, de lo contrario, Cristo no hubiera puesto su cuerpo para ser maltratado y crucificado por nosotros; así que cuidar nuestro cuerpo físico como espíritual, es nuestra obligación para ser funcionales y activos en el reino de Dios, de tal manera que nadie tiene excusa en el cumpliendo de su propósito de vida; algo que no es mera vanidad ni superficialidad material, es espiritualidad total de obediencia en coherencia de fe y razonamiento responsable para con Dios, consigo mismos, la familia y la sociedad. Dios da fuerzas al cansado, y las multiplica al que no tiene ninguna...Los que esperan confíadamente en en el SEÑOR, tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán. Isaías 40:29-31.


Tener salud es gozar de nuevas fuerza cada día, renovados y en movimiento vital a cada instante, con lucidez mental y con el cuerpo fuerte y libre de dolores a causa de la enfermedad, todo lo cual repercute en nuestra buena relación con Dios y con quienes nos rodean; si la biblia dice que hemos sido curados en las heridas del SEÑOR Jesucristo, y que somos templo y altar del Espíritu Santo, debemos tomarlo seria y respinsablemente porque es verdad; no nos pertenecemos a nosotros mismos, fuimos comprados a precio de sangre, por eso tenemos la gran obligación de cuidarnos integralmente, implicando atesorar nuestra salvacion, cuidar nuestro cuerpo físico y mantener viva nuestra fe y espiritualidad en Dios. Porque si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y ese templo son ustedes mismos.1 Corintios 3:17.  

 

Los seres humanos tenemos un cuerpo físico falible y vulnerable que puede fallar y decaer con el paso de los años, pero independientemente de la edad viene la enfermedad que nos agobia a causa del estrés del mundo, los excesos y afanes que llevamos a cabo; a lo largo de la vida enfrentamos toda clase de retos que nos debilitan, no solo física, sino emocional y espiritualmente, provocando ya sea resultados o consecuencias a nuestra salud corporal, emocional y espíritu. Los muchachos se fatigan y se caen, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan confiadamente en el SEÑOR tendrán nuevas fuerzas, Isaías 40:30-31. Dios promete devolver la salud y sanar las heridas de su pueblo. YO les traeré sanidad y medicina; los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad. Jeremías 33:6.


Dependiendo de lo que hagamos y vivamos, seremos saludables o tendremos alguna enfermedad que nos agobia. Es verdad que los justos son sanados y que la justicia conduce a la salud, esto sugiere una conexión directa entre Dios y el hombre de fe, el justo que se mantiene ligado a Dios, por lo tanto, es sereno, lleno del fruto del Espíritu, sano, física, emocional y espiritualmente, porque Dios dirige los pasos del justo, nos ama, nos cuida y nos salva, Salmos 37:23-37; los ángeles de Dios acampan alrededor de los que tememos reverentemente a Dios, nos protege y nos ayuda, Salmos 34:17; la recompensa del justo es la sanidad y la vida, Dios nos sana de todas las dolencias, Salmos 103:3, Nos sostiene en el lecho del dolor, y ablanda nuestra cama en la enfermedad, Salmos 41:3. Porque la obra del justo es para vida...Proverbios 10:16-32.


Como humanos podemos ser presa de virus, bacterias e infecciones que pululan en la atmósfera de este mundo contaminado y perverso, lo cual nos provoca enfermedad, dolor, inflamación y pérdida de fuerza; también la mala alimentación, las costumbres poco saludables y hábitos errados nos producen toda clase de anomalías y afecciones que nos dañan desde adentro hacia afuera en el mal funcionamiento de los órganos que se debilitan, y descomponen su normal funcionamiento con un metabolismo anómalo, porque el pecado enferma, pero con Dios hay salud, no enfermedad. En su angustia clamaron a YHVH, y el SEÑOR los sanó de su aflicción; envío su palabra para sanarlos y así los rescató de la muerte. Salmos 107:19-20.

 

El cuidado integral de nuestra salud es tan importante como el cuidado espiritual de nuestra alma, una razón grande por la cual la ciencia toma tiempo en el estudio análisis, investigación y cuidado del funcionamiento de nuestro cuerpo físico, afectado en gran medida por lo que afrontamos, emocional, mental espiritualmente, y también por la forma en que nos alimentamos y descansamos o no, el cuidado de la salud nos atañe a todos; si enfermamos y no entendemos nada, oremos y demos gracias a Dios, pidiendo que nos revele lo que quiere enseñarños en un momento de enfermedad, así como su propósito al caeer a cama. Las palabras amables son como panal de miel que endulzan la vida y dan salud al cuerpo. Proverbios 16:24. Dios es quien perdona todas nuestras iniquidades, El que sana todas nuestras dolencias; Él rescata del hoyo nuestra vida, Él nos corona de favores y misericordias; Dios es quien sacia de bien la boca De modo que rejuvenezcamos como las águilas. Salmos 103:3-5.


Si somos conocedores de Dios, y su palabra, creyentes en Cristo, fomentamos la buena salud en amor, acciones y palabras que alaben a Dios y bendigan a los demás, a pesar de todo lo que se mueve en el mundo, en la atmósfera contaminada, en el cambio brusco del clima y la acción nociva de los hombres sin temor de Dios, la palabra de Dios nos enseña sabiduría, educación y prudencia, asi como también nos advierte a cerca del cuidado de la salud tanto de manera personal como colectiva. No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme a Dios y huye del mal. Esto proveerá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser. Proverbios 3:7-8.


El resultado de la obediencia para con Dios es tener buena salud en nuestro cuerpo, lucidez mental, y fe firme en lo que respecta a sujetarnos a Dios, obedecer su palabra, sus mandatos, instrucciones y advertencias caminando tras las pisadas de Jesús y bajo la guia del Espiritu Santo, honrando al Padre celestial; Dios es nuestro Aliento de vida, Cristo nuestro libertador y el Padre, YHVH Rapha, nuestro Sanador. Hijo mío, atiende a mis consejos, escucha atentamente lo que YO te digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. Ellas dan vida a quienes las obedecen, y son salud para tu cuerpo. Proverbios 4:20-22.

 

Atender al cuidado de nuestra salud integral es una forma de cumplir nuestro propósito de vida, siendo responsables y comprometidos con Dios, asi como también buenos ciudadanos, porque somos mayordomos de la multiforme gracia de Dios, jueces a favor de la tierra, un pueblo de reyes y sacerdotes que hacemos nuestra mejor parte, porque le pertenecemos al Dios del universo que nos formó con su mano en el vientre de nuestra madre. Cuidemos nuestro cuerpo y santifiquemos el alma para disfrutar una buena vida saludable, lo cual no es una opción ni una alternativa, es nuestra sagrada obligación, guardarnos sanos para ser siervos útiles que glorifican a su Padre que está en los cielo y nos ve. ¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños. Porque Dios los ha comprado a precio de sangre. Por eso deben honrar a Dios con su cuerpo. 1 Corintios 6:19-20.

 

La buena salud es ley del SEÑOR para su pueblo mientras estemos en este mundo, Dios está muy interesado en que estemos siempre sanos, fuertes y vigorozos, fue por esa razón que nuestro Salvador Jesucristo, sufrió el ser azotado, magullado y lacerado hasta morir, para que por sus heridas y dolor, seamos santos y sanos, que su pueblo goce de vida a plenitud, renovados cada día, con buen ánimo y buen funcionamiento en los órganos del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, que todo este en armonía y en orden, no solo en lo físico, sino también en lo emocional y espiritual. Ciertamente Jesucristo cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, aunque nosotros lo consideramos herido, golpeado y humillado por el Padre; Cristo fue herido por nuestras rebeliones y molido por nuestro pecado; Él recibió el castigo para que en Él tengamos paz, y por su llaga fuimos curados. Isaías 53:4-5.

 

La salud del creyente cristiano es integral, completa y plena, en conjunto con el carácter y las emociones, desde lo que comemos como los que somos. Dios ama al ser humano desde antes de su creción, en su bondad ha derramado de su gracia para justificarnos, pero somos nosotros los que hemos fallado, por eso miles andan enfermos a causa de su maldad y pecado, son administradores negligentes de su gracia, su justicia y sabiduría. Nuestra fe no debe estar fundamentada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. Hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; no vivimos por la sabiduría de este mundo, ni de los gobernantes de este mundo. Hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría que Dios predestinó antes de los siglos, para nuestro bien. 1 Corintios 2:5-14.

 

Cuidar nuestro cuerpo y nuestra alma es perseverar en buena salud, en el aspecto jovial, fuertes y alegres, esa es una manera de dar testimonio del Dios fiel, bondadoso y Todopoderoso que tenemos y que lo dio todo por el bienestar del creyente, frente a los no creyentes, pues como hijos de Dios y redimidos en Cristo tenemos la revelación del Evangelio de la cruz que salva el alma, libera el espíritu y sana el cuerpo, el mejor y único plan que hace perfecto al ser humano. El corazón alegre es buena medicina, pero el ánimo triste seca los huesos. Proverbios 17:22.

 

Cuidar la salud es vivir el fruto del Espíritu, una gran razón para demostrar que somos espirituales, no gente carnal esclava del cuerpo de pecado; la gente sana es madura y virtuosa porque anhela permanecer en las alturas de Dios para tener sus revelaciones que producen cambios sobrenaturales; disfrutar de energía, gozo y buen ánimo no se trata tampoco de ser solo saludables, sino de ser testigos del gran poder del Eterno, reflejando y mostrando que la salvación es el mayor privilegio en el SEÑOR Jesucristo que reina en nuestro corazón; Él nos ha sanado y transformado para servir al bien y vencer al mal. Y aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, pues tiene promesas de vida para el presente, y esperanza para el futuro. 1 Timoteo 4:8.

 

Cuidar nuestra salud y mantener santo nuestro cuerpo le demuestra a Dios que lo amamos y somos obedientes a Él, que nuestra fe es real para certificar y agradecer su gran sacrificio; pero ¿de qué sirve que conozcas la palabra de Dios y la recites textos bíblicos, si no lo vives ni lo aplicas? Quizá por eso te asustas, vives con miedo y sientes terror con amenazas de guerra, virus y plagas, pero lo peor es que andas enfermo, porque no haces real ni visible el poder de la palabra de Dios que es nuestra espada defensora de doble filo contra el enemigo y todo mal, ella es prosperada para lo cual es enviada. Cristo mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados...y por sus heridas hemos sido sanados. Juan 5:8.


Que no nos asuste ni enferme lo que se mueve en el mundo, porque satanás manipula las mentes y quebranta los corazones mediante seres malvados que le sirven, pero Dios con su bendición redentora y su sello protector, Él es nuestra realidad y verdad sanadora total, Cristo nos hace libres de toda carga pesada como lo es la enfermedad. La bendición del SEÑOR es un tesoro, que no añade tristezas ni dolor. Proverbios 10:22; Ya sea que coman o que beban, todo lo que hagan, háganlo para la gloria de Dios. 1 Corintios 10:31.

 

Cuando no cuidamos nuestra forma de comer ni la clase bebidas que tomamos, y tampoco hacemos ejercicio, vendrán los dolores y las enfermedades que no dan espera, desestabilizando el cuerpo, debilitan el alma, y traumas sicológicos, así, todo nuestro ser se ve seriamente afectado con inflamación, y quejas que traen consigo enfermedad, todo lo cual perturba nuestra mente; el cuidado de nuestra salud es demasiado importante y todo tiene un límite; tomemos conciencia y tiempo para el descanso y el reposo moderado, apartándonos para Dios, porque tanto el cuidado físico como espiritual, repercutirá en nuestra calidad de vida; además, Dios es nuestro gran médico de cabecera, a Él debemos acudir de primera mano para recibir su poder sanador y liberador, después según su dirección, vayamos al médico. Amado hermano, pido a Dios que, así como te va bien espiritualmente, te vaya bien en todo y disfrutes de buena salud. 3 Juan 2.

 

La buena salud involucra el estado del cuerpo físico y el espiritual del alma, se quiera o no; en algún momento de la vida tendremos que lidiar con el dolor y la enfermedad, pero hay enfermedades que se pueden evitar si somos espirituales obedientes y sujetos a la ley de Dios y dependemos de su amor y cuidado; en especial atendamos sus mandatos, principios, instrucciones y advertencias, pues la salud que tenemos en Cristo es recompensa de nuestra sumisión al SEÑOR, y el 70% de las enfermedades tienen que ver con nuestra actitud hacia Dios. YO SOY el SEÑOR su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que YO considero justo, cumpliendo mis leyes y mis mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que envíe sobre los egipcios. YO SOY el SEÑOR su sanador, que les devuelve la salud. Éxodo 15:26.

 

No podemos tomar livianamente la palabra de Dios, cuando ella nos habla de obedecer, crucificar la carne, morir al yo y dejar atrás la vieja naturaleza, porque Dios nos está guardando de muchas cosas negativas como la enfernedad, el pecado y la condenación eterna; mientras vivimos en esta tierra, debemos ceñirnos a lo que Dios dice en su palabra para renovar nuestra mente, resistir al diablo, huir del pecado y la tentación para no caer, ni anidar pensamientos negativos ni fatalistas que contaminen el alma y enfermen el cuerpo, pero los tercos insisten en ser como son y no quieren cambiar, por eso hay tantos enfermos entre el pueblo de Dios. Por eso, muchos de ustedes están enfermos y débiles, y algunos ya han muerto. 1 Corintios 11:30.

 

El arraigo terrenal es contraproducente a la buena salud, ya que los malos hábitos intoxican el corazón, desvían la mente y contaminan el espíritu alma, alterando la correcta manera de vivir conque Dios nos creó, razón por la cual el cuerpo de nuestro Salvador sufrió intensamente para darnos salud y vida eterna con perdón de pecados y limpiarnos de toda mancha con su sangre, pero ya sabemos que el pecado es muerte física y espiritual; si llegamos a enfermar pero nos examinamos y arrepentimos, nuestro Sanador eterno nos sorprenderá con milagros y sanidades, cobijándonos con gozo y bienestar para servirle a Él en espíritu y verdad. El buen ánimo ayuda a sanar el cuerpo, pero ¡qué esperanza puede tener el que pierde su fe? Proverbios 18:14.

 

Así como un artefacto eléctrico trae su manual de instrucciones para operar bien, nuestra vida humana también tiene su manual de vida que nos direcciona, es la Biblia, que Dios nos dejó para aprender a proteger nuestra salvación, cuidar nuestra salud y liberar nuestro espíritu en Cristo; sin embargo, la desobediencia, la terquedad y separación de Dios nos mete en muchos problemas que enferman el alma y el cuerpo. Mientras callé y no te confesé mi pecado, mi cuerpo se consumió, y yo gemía todo el día. Salmos 32:3


Las Escrituras están llenas de textos que tienen que ver con la salud, ellas nos instruyen con normas divinas saludables, desde saber alimentarnos hasta cómo comportarnos de la mejor manera posible para prevenir los problemas, el dolor y la enfermedad que son consecuencia de ignorar y desobedecer a Dios; el conocimiento divino excede todo conocimiento humano, y la palabra de Dios en su totalidad es nuestro mayor bien. YO los curaré, les daré salud y haré que con honra disfruten de paz y seguridad. Jeremías 33:6.

 

Pero hay enfermedades en las cuales no tenemos nada que ver, tales como las tragedias, los accidentes y la genética, pero ante el dolor y la enfermedad debemos acudir prontamente a Dios y luego a los médicos, también podemos evitar las malas decisiones y hábitos errados para no sufrir consecuencias de enfermedad; Dios creó todo perfecto, sigamos las instrucciones del Manual Eterno porque Dios sabe cómo funcionamos integralmente, y la buena salud es el resultado de la obediencia, dependencia, disciplina, orden y atención a Dios, Adora al SEÑOR tu Dios, Él bendecirá tu pan y tu agua, y dice: YO alejaré de ti la enfermedad. Éxodo 23:25.

 

El pecado y el enemigo corrompen todo y desfiguran todo lo perfecto, pero nuestra fe en Cristo vence al mundo; nuestro SEÑOR y Dios Salvador sigue haciendo muchos cambios y milagros en nuestra vida, debemos buscarlo en oración, adoración, alabanza y en la Biblia para que se produzcan los cambios y las sanidades que redundan en calidad de vida; nuestro Creador Salvador está muy interesado en dar salud física, mental y espiritual, pues su obra completa posee resultados presentes, futuros y eternos; con Cristo hay equilibrio y armonía total. Cuando oren con fe, el enfermo sanará y el SEÑOR lo levantará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados. Santiago 5:15.

 

Dios y su palabra nos ofrecen todo para ser saludables, con entrega, oración y compromiso serio para con Dios, allí encontramos refugio para permanecer en el plan redentor del Padre; así que como cristianos no espiritualizamos todo, ni tratamos todo como algo meramente físico, por el Espíritu discernimos para entender lo que esté pasando, pues a veces la solución es espiritual y no médica para que haya sanidad, otras veces es solo algo físico que Dios usa para perfeccionarnos y llamar nuestra atención a lo espiritual; pero debemos identificar la raíz de nuestros problemas, especialmente de enfermedades prolongadas, eso se logra unidos y ligados a Cristo en su Santo Espíritu con base en la palabra. Porque los que están sanos no necesitan de médico, sino los que están enfermos. Mateo 9:12.

 

Necesitamos ser sanos desde adentro, como le sucedió al paralítico cargado por sus amigos en Marcos 2: tan pronto fue perdonado de sus pecados por el SEÑOR Jesús, se sanó de su parálisis, que lo mantenía atado a una cama, pero fueron arrancadas sus cadenas desde adentro y fue sanado; después de muchos años de parálisis no tuvo que depender de otros, su encuentro con Jesús le cambió la vida para siempre, nunca volvió a ser el mismo, para luego seguíi a Jesús con fidelidad y fe; rompamos toda las ataduras, quitemos todas las cadenas y los impedimentos que nos enferman y paralizan, sigamos al SEÑOR y generemonos salud y bienestar total. Cree solamente, porque al que cree, todo le es posible. Marcos 5:36 y 9:23.

 

Recuerdo que cuando llegué al SEÑOR y Él me salió al encuentro, fuí sanada totalmente de las enfermedades que me aquejaban y solía tener en mi vida de pecado: fui sanada de migrañas, de una tremenda alergia que me perseguía cada noviembre, del dolor del pie plano, de una continua anemia aguda, de cólicos y hemorragias, de tristeza, ira con odio y muchas cosas más, por eso Dios me ha dirigido en esta enseñanza, pues hay mucha gente enferma en este tiempo y Dios anhela un pueblo sano y una nación santa de reyes y sacerdotes que gocen de buena salud integral, pues si estás enfermo no puedes servir bien a Dios plenamente ni ser testimonio de su amor y su verdad. Después Jesús halló al paralítico de Betesda y le dijo: Mira, ahora que ya has sido sanado, no vuelvas a pecar, para que no te venga algo peor. Juan 5:14.

 

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.

¡Venzamos La Enfermedad con fe!
¡Qué fuerza la del águila!
Si el águila puede levantar a un chita, los hijos de Dios en Cristo, con su poder y autoridad podemos resistir y hollar al que aparenta ser león, y que quiere destruirnos, pues, Los que confían en el SEÑOR tendrán siempre nuevas fuerzas y podrán volar como las águila; podrán correr sin cansarse y cam8narán sin fatigarse. Isaías 40:31.
Eso es salud y plenitud total.