PRINCIPIO DE MAYORDOMÍA DEL TIEMPO EN EL DIA DE REPOSO DEL CUARTO
MANDAMIENTO
Seis días trabajarás, pero el séptimo es reposo
para YHWH.
Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el
séptimo día es reposo a YHWH tu Dios; ninguna obra harás tú, ni tu hijo, ni tu
hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu buey, ni tu asno, ni ningún animal
tuyo, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, para que descanse tu
sirvo como tú, Éxodo 20:8-11 y Deuteronomio 5:12-14.
Y por esta causa los judíos perseguían a Jesús, y
procuraban matarlo, porque hacia estas señales en día de reposo. Y Jesús les
respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y YO también, Juan 5:16-17.
Que nadie los juzgue ni critique a ustedes por lo
que comen o beban, o por cuestiones tales como días de fiesta, luna nueva o día
de reposo, Colosenses 2:16.
En el Gran mandamiento vimos el principio de
prioridad que trata de a Quien adoramos; en el Primer mandamientoel el principio de Fidelidad que trata cómo
adoramos; en el segundo mandamiento, el principio de reverencia que trata la forma cómo adoramos, ya en este cuarto mandamiento hablamos del principio de mayordomía que trata del tiempo que destinamos para adorar a Dios, en contraste con el trabajo y el descanso. Miren, pues, con diligencia su manera de andar, no
como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son
malos, Efesios 5:5-16.
La mayordomía es un principio bíblico muy amplio porque ocupa todas las áreas de nuestra vida, y el Vuarto Mandamiento nos enseña acerca del buen uso y manejo del tiempo, con la capacidad de organizar, ordenar y administrar con sabiduría cada momento que tomamos tanto para ministrar al corazón de Dios como para servirnos unos a otros con nuestros roles para que todo resulte eficiente y responsable, sin desperdicios de tiempo, y ocupados de los encargos que han sido
depositados en nuestras manos por asignación divina o por autoridad humana; cada tarea requiere un tiempo necesario y un uso correcto, según los
bienes y recursos de que disponemos y hemos recibido de Dios; la mayordomía
requiere disciplina, orden, organización, conducta moral y ética para ganar y multiplicar lo recibido, sin que haya pérdida. Aprovechando bien el tiempo...Efesios 5:16; para que nada se desperdicie. Juan 6:12.
La Mayordomía forma parte de la vida de piedad del creyente delante de Dios, es actividad, natural y espiritual en acción, sea en un oficio propio de administrador o de un fiel y sabio servidor del SEÑOR, quien es el propietario de todo y nuestro Mayor jefe; un mayordomo se conduce como su SEÑOR, es ordenado, dirige y dispone inteligentemente de los bienes y recursos de su Amo, dentro
de una gestión vonfiable y responsable, cuidando con esmero todo lo que está bajo su cuidado y autoridad para el cabal cumplimiento de las tareas en su tiempo adecuado y oportuno; un mayordomo protege y maneja todo dentro de la casa de su amo y la empresa de su Jefe para que siempre haya orden en el suministro suficiente y oportuno de las cosas, en todos los casos que requieren planificación, organización y ganancia en la jornada. SEÑOR, Enséñanos a contar bien nuestros días, para que
nuestra mente alcance sabiduría, Salmos 90:12.
Cuando Dios nos enseña el Cuarto Mandamiento con seis
días para trabajar y el séptimo para descansar, nos está enseñando a depender de Él al 100%, para que caminemos seguros, sin sobresaltos ni afanes, aprendiendo en la calma a esperar los tiempos del SEÑOR y movamos en Él, no en nuestras fuerzas ni a nuestro parecer; en el reposo de Dios somos avivados y fortalecidos para vivir en el Espíritu por encima de las circunstancias, actuando con sabiduría de lo alto y con prudencia, no por reacción. Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; y en tu diestra hay dicha eterna. Salmos 16:11.
El Cuarto Mandamiento nos enseña que para todo hay tiempo, tanto para nuestras actividades personales, familiares y profesionales, como para dedicarlo a la piedad en la búsqueda de su presencia, en shema, es decir, con la actitud de oír quedándonos quietos y en silencio ante Dios, lo cual debe ser durante varias veces al día para escuchar, al SEÑOR, atender y obedecer su voz, Escucha Israel, Deuteronomio 6:4-9; esta actitud de quietud y silencio para oír a Dios hablar a nuestro vorazón, es con el propósito de estar atentos y preparar nuestro corazón espiritualmente, alineados a la voluntad del Padre para llevar a la practica sus instrucciones; es una forma de vivir en el reposo de Dios y significa hacernos a un lado para que sea Él quien obre a nuestro favor y pelee nuestras batallas, pues Él ve lo que no vemos y hace lo que nosotros no podemos hacer. ¡Estense quietos y ríndanse! ¡Reconozcan que YO SOY Dios! Seré exaltado en las naciones! ¡Porque YO estoy por encima de toda la tierra. Salmos 46:10.
Es en la presencia de Dios donde logramos el verdadero descanso para orar, adorar y alabar con libertad, reconociendo y aceptando el gobierno y soberanía de Dios sobre nuestra vida y las circunstancias; entonces el cuerpo reposa y se sana, el alma se descarga y se rinde al SEÑOR y el espíritu se alienta y se aviva. Este mandamiento nos enseña el buen manejo del tiempo, que todos debemos tener para tomar parte de este último tiempo, en la
devoción y lo laboral del reposo de Dios y que todo nuestro ser esté sano; esta debería ser la diaria realidad
humana del pueblo santo, para dar balance entre lo natural y lo espiritual, pues nuestra
vida en la tierra transcurre en lo temporal, pero vamos caminando hacia lo eterno,
donde lo que perece no puede estar por encima de lo que permanece. Pues andamos por fe, no por vista, 2 Corintios 5:7.
Hagámos un paréntesis y recordemos que hay un descanso para Dios cuando terminó su creación, Génesis 2:1-2; hay un descanso liberador para Israel en el poder del pacto de la ley cuando fueron rescatados del yugo egipcio, Éxodo 31:13 y 16, y tenemos el descanso del Calvario, cuando Cristo murió y resucitó para liberarnos del yugo del pecado y de la muerte, y nos dio vida abundante en la tierra y eterna en los cielos entrando en el reposo eterno de su salvación. Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de ustedes no lo haya alcanzado...Pero los que hemos creído entramos en su reposo...El que ha entrado en su reposo, también ha descansado de sus obras, como Dios de las suyas...Hebreos 4:1-14.
El paso del tiempo es algo que no podemos controlar, para nosotros siempre nos trascurre rápido, pero para Dios un día pueden ser mil años o viceversa, pues Dios es un eterno presente, mientras para nosotros son lapsos de tiempo que vivimos y ese es el tiempo que podemos administrar en un buen manejo y programación de tareas; no olvidemos que vivimos en los
últimos tiempos y por lo tanto, debemos discernir por qué los días son acortados
como lo aseguró el SEÑOR, por eso debemos ser eficientes en el tiempo que gastamos en cada tarea: Y si aquellos
días no fueran acortados, nadie sería salvo; pero por causa de los escogidos,
aquellos días serán acortados, Mateo 24:22.
Nuestra realidad terrenal es temporal y va rápido, necesitamos sabiduría de lo alto para administrar nuestras actividades, pero sin perder de
vista lo espiritual y eterno que hay en la devoción y la piedad permaneciendo en la presencia de Dios, preparándonos en la vida para cuando tengamos que partir a lo eterno. Requerimos dependencia total de Dios al 100% manejando nuestra vida en el tiempo real de este mundo;
Dios nos quiere sacar de las rutinas monótonas y pesadas, proveyéndonos descanso y recreación en la vida de fe y el poder de su presencia para que todo se haga con eficacia y eficiencia en el momento preciso y con la organización adecuada, de tiempo correcto para cada cosa, donde todos tenemos las mismas horas del día y la noche. No poniendo nuestra vista en las cosas que se ven,
sino en las que no se ven; porque las cosas que se ven son temporales, pero las
que no se ven son eternas, 2 Corintios 4:18.
Dios nos habla de mayordomía del tiempo en el cuarto mandamiento porqué Él es el SEÑOR del tiempo, y maneja su Kairós, Él quiere que apartemos
cierta cantidad y calidad de tiempo en el día y en la semana para dedicarnos a
Él, no solo al trabajo o puramente al ocio; toda actividad debe tener tiempo de adoración en nuestro corazón; mientras servimos, laboramos y aún mientras descansamos podemos pensar en Dios para glorificarlo haciendo todo como para el SEÑOR, Colosenses 3:23-24. Jesús enseñaba en la sinagoga en día sábado y dijo:
Mujer, eres libre de tu enfermedad. Puso las manos sobre ella, y se enderezó al
momento y glorificaba a Dios…Pero el alto dignatario de la sinagoga, enojado de
que Jesús hubiera sanado en sábado, dijo a la gente: Seis días hay en que se
trabaje; en estos, pues, vengan y sean sanados, y no en sábado. Entonces el
SEÑOR le respondió y dijo: ¡Hipócrita! ¿No desatan ustedes su buey y su asno
del pesebre y lo llevan a beber en sábado? Y a esta hija de Abraham, que
satanás había atado 18 años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en
sábado? Lucas 13:10-22.
Jesús iba a la sinagoga en sábado para adorar al Padre sirviendo a la
gente y glorificando al Padre, enseñaba la palabra y hacía el bien a los
necesitados; este mandamiento es de los más controvertidos y mal interpretados causadondo gran revuelo no sólo en los tiempos bíblicos, sino hasta el día de hoy, las personas se van a los extremos y lo materializan o lo espiritualizan erróneamente, sacándolo del justo balance bíblico y del sentido que Dios le da en las Escrituras. Isaías 58:13-14, Jeremías 17:22.
En los días actuales este mandamiento es causa de discusión, debate y división entre
algunos sectores de la cristiandad y frente al judaísmo, es piedra de tropiezo
para muchos con respecto a la ley dada a los antiguos y para los nacidos en Cristo; el sábado no se guarda literalmente como lo hacen los judíos y algunos sectores
cristianos pues Dios es digno de adoración 24/7,
Él debe ser el centro de nuestra vida y la razón de ser de todas y cada una de nuestras actividades diarias,
ocupados en lo bueno y lo santo dando testimonio de fe sin ser ociosos, desentendidos, ni
religiosos ni legalistas extremos. Anden
sabiamente para con los de afuera, aprovechando bien el tiempo, Colosenses 4:5.
El Creador es el máximo y extraordinario estratega, Él nunca improvisa, Él planifica, ordena y organiza todo para que se lleve a
cabo en el tiempo perfecto y en justa medida y el Mesías Rey confirmó el aspecto del tiempo de
reposo sobre la base del amor, la piedad, el servicio y la misericordia dejando de lado la
ley, lo ritual, legalista y ceremonial de los formatos humanos y las falsas interpretaciones, por eso necesitamos profundizar en el contenido de la palabra que habla con verdad, clara y precisamente. Jesucristo sustentó la ley moral del bien, la verdad y la
justicia sanando y liberando en sábado porque el amor y los principios divinos no tienen mímite de tiempo, son para hoy y son eternos, salvando y prevaleciendo sobre todo formalismo
religioso, porque son para vida y descanso no para poner pesadas cargas, Dios hizo todo hermoso en su momento, y puso en la
mente humana el sentido del tiempo, aun cuando el hombre no alcanza a
comprender la obra que Dios realiza de principio a fin, Eclesiastés 3:11.
Nuestro SEÑOR JESUCRISTO es SEÑOR DEL DÍA DE REPOSO, Él es nuestro reposo.
Porque el Hijo del Hombre es
SEÑOR del día de reposo, Mateo 12:8. Si Dios no tiene principio ni final y es un
eterno presente, de igual manera debe ser nuestra adoración, sin dejar de
lado las obligaciones de la vida diaria, ni tampoco el descanso en Dios; Jesucristo nos dejó ejemplo para servirle
con sabiduría, fidelidad y eficiencia, Él es el Dueño y el jefe de todo, a la
vez que es nuestro reposo, Mateo 11:28. Porque
en Él vivimos y nos movemos, Hechos 17:28; Él no solo es nuestro reposo, Él nos da tiempo para todo, nos bendice y
nos inspira a adorarlo, abriendo puertas para servirle, otorgando al mismo
tiempo descanso en su presencia,
Así, pues, que todos los seres
humanos somos servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios. 1 Corintios 4:1.
El principio de mayordomía del tiempo en el servicio y la devoción nos recuerda que Dios es el Primero en todo y el Propietario de nuestra vida, Él es el Dueño de
nuestro tiempo, por eso le damos tiempo de calidad, no a la carrera, ni para guardar un día literal ni religiosamente; no es solo el día sábado, son todos los días, nada con Dios es mecánico ni reglamentado¸ si Él es eterno,
entonces todo nuestro tiempo le pertenece a Él y en todo momento debemos ser
conscientes de su presencia, por lo tanto, todas nuestras actividades deben girar en torno a Dios glorificándolo y adorándolo, pues Dios no está sujeto al tiempo ni al espacio. Vengan a Mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y YO les daré descanso. Mateo 11:28.
A los religiosos,
fariseos, escribas, sacerdotes y maestros de la ley judaica de su tiempo, el SEÑOR Jesucristo
les resultó insoportable y odioso porque no entendían que adoraba al Padre, obediendo y trabajando, dando amor y sirviendo en
sábado como cualquier otro dia de los siete que le pertenecen a Dios; por eso Él los llamó en repetidas ocasiones, hipócritas, Mateo 23:13-36. Ser santos separados para Dios no es cuestión de un día, es un estilo de vida de pureza y comunión con Dios, siendo gratos ante sus ojos y haciéndo sonreír al Padre al complacer su
corazón; por eso el Padre dijo del SEÑOR Jesús: Él es mi Hijo amado en quien me complazco. Mateo 3:17 y 17:1-8.
Esto nos enseña que el principio. de la mayordomía,
así como toda la palabra y los mandatos de Dios, deben ser trabajados sobre la
base del amor, la misericordia y la piedad estableciendo prioridades divinas, que no se improvisan, sino que se ordenan y se organizan, porque forman parte del plan de Dios para nuestra vida. Respondió el rey, y dijo: ciertamente sé que quieres
ganar tiempo, porque ves que mis órdenes son firmes, Daniel 2:8.
Todo tiene su tiempo y su razón de ser debajo del sol como dice Eclesiastés 3. Por lo tanto, la intención de este mandamiento, es que no perdamos el tiempo en cosas inútiles y superfluas, sino vivir consagrados a Dios guardando sus prioridades, teniendo claro que Dios es el centro y razón de ser de nuestra existencia y actividades. Para que todo se haga decentemente y con orden. 1 Corintios 14:40.
Son tiempos donde todo es instantáneo, agitado,
urgente y para ya, y si no planificamos nuestro tiempo en las respectivas tareas diarias todo se
hará más difícil y complejo, impidiendo nuestra amistad con Dios, en el
descanso que Él nos da para mantenernos integralmente sanos y ágiles. Los afanes y el
acelere del mundo dificultan no solo nuestra calidad de vida, sino que también nos roba el tiempo personal en el lugar secreto con el Dueño de todo; el principio de mayordomía del Cuarto Mandamiento en el buen uso del tiempo es un llamado al pueblo santo de
Dios para ser diferentes al común del mundo. En todo esto tengan en cuenta el tiempo en que
vivimos, y sepan que ya es hora de despertarnos del sueño. Porque nuestra
salvación está más cerca ahora que al principio cuando creímos el mensaje. Romanos 13:11.
Cristo es las Primicias de vida por su resurrección frente al mundo de cosas,
automáticas de la vida fácil del común, pero nosotros los hijos de Dios marcamos la
diferencia en todo lo que Dios establece y glorifica su nombre, no pensando en
guardar solo un día cada semana, sino recordando que cada instante que
respiramos le pertenece a Dios; de Él son los tiempos y las edades, todos
somos solamente administradores de los bienes, recursos y bendiciones que nos
da, Dios es quien cambia los tiempos
y las edades…Daniel 2:21, Porque dice: en tiempo aceptable te he oído. Y en día
de salvación te he socorrido. He aquí AHORA el tiempo aceptable; he aquí AHORA tu día de salvación es HOY. 2 Corintios 6:2.
Se requiere de un corazón rendido para trabajar en
la obra ahora que hay tiempo de cosecha, los campos están blancos, y cada uno tiene una función sea grande
o pequeña; a todos nos ha sido dado un encargo para ser hecho en su debido tiempo, lo cual debemos cumplir pues un día rendiremos cuentas; el tiempo apremia, y
debemos saber invertir nuestros recursos en el avance y el crecimiento del
reino de Dios en la tierra, mucho más cuando vemos que aquel día se acerca. Buen siervo fiel, sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu SEÑOR, Mateo 25:23. Somos servidores unos de otros, por lo tanto, nadie
es más ni menos que el otro, y el
mayor en el reino de los cielos es el servidor de todos, Marcos 9:35; el SEÑOR ordena los pasos del hombre, y Él se deleita en su camino. Salmos 37:23.
Jesús permanecía en la presencia del Padre, usando
bien su tiempo trabajando para el reino de los cielos, Él administraba bien
los negocios del Padre, no dejaba de asistir a la sinagoga ni de hacer el bien
a la gente; en sábado enseñaba, sanaba, hacía milagros y liberaba, pasaba
largos períodos de tiempo con la multitud compartiendo y enseñando; Jesús
trabajaba a la vista de todos, en medio de pecadores, pobres y necesitados
sembrando la verdad en los corazones, haciendo justicia aún en día sábado.
Jesús es máximo ejemplo del Buen Servidor organizado y disciplinado,
sacando tiempo de calidad para buscar el rostro del Padre, oraba siendo aún muy
oscuro, recorría las aldeas entregando amor y compasión, a sus vecinos y a sus
discípulos les revelaba lo que era importante para la vida. Entonces los discipulos dijeron: No es conveniente que nosotros descuidemos la palabra de Dios para servir a las mesas. Hechos 6:2.
Nuestro tiempo está determinado por nuestra visión,
pasión y metas en la voluntad de Dios para ser buenos
administradores y servidores, no solo por un día, sino cada momento que
tenemos oportunidad de vivir para ser responsables del tiempo y ejercitando los
dones para bendición de la humanidad, lo cual otorga descanso al alma y reposo
al espíritu, porque honramos al SEÑOR con lo que somos, tenemos y hacemos. Ustedes ahora conocen a Dios. Mejor dicho, Dios los
conoce a ustedes. Por eso, no puedo entender ¿por qué quieren retroceder y
convertirse otra vez en esclavos de los débiles e inútiles rudimentos a los que
ustedes les dan más importancia? Pretenden ganarse el favor de Dios al cumplir con
ciertos días, meses, estaciones y años. ¡Mucho me temo que mi trabajo entre
ustedes ha sido en vano! Gálatas 4:9-11.
Manejar el tiempo es también esperar los tiempos de cambios en Dios para alcanzar promesas,
vencer en la prueba, vivir el desierto y entrar en la tierra prometida como
Abraham estuvo en el reposo de Dios, disfrutando y descansando a solas dando testimonio de obediencia y amistad con Dios. Así que guardar el día de reposo es
adorar a Dios todo el tiempo y servir cada vez que tenemos oportunidad, esa es
la mayor devoción al Eterno, Acuérdate
de tu Creador ahora que es tiempo de juventud, y no han llegado los momentos
difíciles; ya que vendrán años en que digas: No me trae ningún placer vivir en
este tiempo, Eclesiastés 12:1. Parafraseado.
No descuidemos el hermoso recurso del tiempo, no
descuidemos el ejercicio de la piedad, seamos buenos mayordomos ejercitando los dones en la presencia del SEÑOR;
cumplamos los mandatos y propósitos de Dios de acuerdo al llamado. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la
exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue
dado…Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento
sea manifiesto a todos, ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en
ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren, 1
Timoteo 4:13-16.
No ser buenos administradores hace saltar a la gente de un
lugar a otro, movidos por las cuerdas de las emociones y los hilos de las circunstancias, debatiéndose entre lo urgente y
lo importante haciendo malas decisiones por el apresuramiento y la angustia
del tiempo perdido que jamás se recupera; no podemos seguir moviéndonos por
reacción, búsquemos continuamente la
presencia y el consejo de Dios para llevar a cabo nuestro encargo en el tiempo
ideal y real sin desgastes inútiles de vida, vivamos sabiamente redimiendo bien el tiempo, En tus manos están mis tiempos...Salmos
31:15; Enséñanos a contar bien nuestros
días para que nuestra mente alcance sabiduría, Salmos 90:12.
Mg. MEHC, hija del
Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.
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