# 45 EL REY Y LA ESPOSA- SALMOS 45
Este
Salmo es un poema mesiánico digno de un rey, un canto en medio de un libro de oraciones
sinceras donde se nombra la celebración gloriosa de las bodas del Rey con
palabras llenas de amor listo para recibir a su futura esposa que se prepara
para las bodas; guarda mucha similitud con el Cantar de los Cantares y en Oseas
más acentuado en los tres primeros capítulos con el amor del esposo y la esposa
infiel.
Salmos
45 es una canción de amor que representa el profundo afecto de Dios por su
pueblo, muchas veces infiel. Antiguamente los reyes eran un símbolo de poder y
autoridad para los pueblos, lo que hoy viene a ser el gobernante de una nación,,
la máxima autoridad sobre las fuerzas armadas y el máximo Juez de la suprema
corte, todo eso en uno, así que tener un buen rey es tener una buena nación.
1. Admiración y elogio al Rey, Rebosa mi corazón
palabra buena; dirijo al Rey mi canto; mi lengua es pluma de escribiente muy
ligero. Eres el más hermoso de los hijos de los hombres; la gracia se derramó
en tus labios. Por tanto Dios te ha bendecido para siempre, Salmos 45:1-2.
El
autor se goza al contemplar la hermosura del Rey, de su corazón rebosante de
amor y admiración, salen palabras suaves y delicadas que elogian la grandeza de
su Majestad; puede darse cuenta y reconocer que Él Hijo del Hombre es el más
hermoso de todos; extasiarse en su presencia nos permite ver que la gracia del
Padre reposa en la hermosura de Jesús y en el poder amoroso de sus palabras; podemos
recordar las palabras del Padre cuando reconoció la divinidad y autoridad del
Hijo cuando fue bautizado por Juan en el Jordán, Mateo 3:17.
Trayéndolo
a la actualidad del cuerpo de Cristo, podríamos decir que este salmo es un
llamado de atención y alabanza a su esposa; cuando estamos en su presencia, no
podemos más que admirarlo en su hermosura, su grandeza y su majestad nos hacen
adorarlo, reconociendo en su amor sacrificial el beneplácito del Padre: una
satisfacción que no solo se queda en el Unigénito, sino que Él anhela verlo en
sus hijos, por los cuales entregó lo más valioso, para que aquel día pueda
decirnos en las Bodas del Cordero: He aquí
mi hija, he ahí mi hijo, amado, en quien me complazco. Es una bella exhortación
a la adoración y la intimidad estrecha con el Señor, Mateo
25:21.
2. El Rey es el vencedor, Ciñe tu espada sobre el muslo, oh
valiente, con tu gloria y con tu majestad. En tu gloria se prosperado; cabalga
sobre palabra de verdad, de humildad y de justicia. Y tu diestra te enseñará
cosas terribles. Tus saetas agudas, con que caerán pueblos debajo de ti,
penetrarán en el corazón de los enemigos
del Rey, Salmos 45:3-5. La vestimenta del rey es propia de un valiente capitán,
listo siempre para la batalla porque conoce muy bien al enemigo, por lo tanto
sus saetas son muy definidas, dispuestas directamente al corazón del enemigo para
derribarlo.
Nuestro
capitán de las huestes y su poderosa palabra son las armas de guerra de su
novia; así como el Rey está listo para la batalla, de igual modo su guerrera
novia, debe mantener su armadura puesta, lista para asaetear al adversario
todas las veces que sea necesario. También la palabra de Dios va directo a
nuestro corazón para confrontarnos, transformarnos y hacernos verdaderos
soldados dispuestos para la guerra dependiendo del señorío de Cristo para poder
vencer. Romanos 8:37.
3. El gobierno eterno del Rey, Tu trono oh Dios, es
eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino. Has amado la
justicia y aborrecido la maldad; por tanto te ungió Dios, el Dios tuyo, con
óleo de alegría más que a tus compañeros. Mirra, áloe y casia exhalan todos tus
vestidos; desde palacios de marfil te recrean.. Hijas de reyes están entre tus
ilustres; está la reina a tu diestra cono oro de ofir, Salmos 45:6-9.
El
porte majestuoso del Rey, lleno de gracia y autoridad que ejecuta un gobierno recto
y justo, que unido a su fuerza militar poderosa, sus prendas de vestir como su
corte son reales y exhalan las más finas fragancias, y su trono para siempre.
Si
Cristo es quien gobierna nuestra vida, seremos testimonio eterno, porque
nuestro Rey y su mensaje son eternos; su palabra afecta el mundo de generación
en generación. Por lo tanto lo primero que debemos poner en nuestra vida es la
luz de su evangelio dirigiendo nuestro diario batallar en el mundo para ser
grato olor fragante al olfato del Rey en los que se salvan, 2
Corintios 2.15.
La
reina a su diestra como oro de Ofir del verso 9, se refiere a la Iglesia
sellada con las arras del Espíritu como sello de su propiedad y sentada
en lugares celestiales junto con el Rey, Efesios 2:6, por lo tanto nada
ni nadie nos podrá separar de su amor, los santos viviremos con Él para reinar
sobre reinos y sobre ciudades; cada uno recibirá sus recompensa y
responsabilidad en la Jerusalén celestial, de acuerdo a las obras que hizo
mientras estuvo en el cuerpo.
4. Advertencia a la esposa del Rey, Oye hija, y mira, e
inclina tu oído; olvida a tu pueblo, y la casa de tu padre; y deseará el Rey tu
hermosura; e inclínate a Él, porque Él es tu Señor. Las hijas de Tiro vendrán
con presentes; implorarán tu favor los ricos del pueblo. Toda gloriosa es la
hija del Rey en su morada; de brocado de oro es su vestido, Con vestidos
bordados será llevada al Rey; vírgenes irán en pos de ella… Salmos 45:10-15.
Es
un mensaje a la familia real; La novia del Rey ocupa una relación única como reina
y como hija, Mateo 12:48-50; ella tiene que ser obediente
y dependiente de su Rey para servir en medio de su pueblo: la reina es la
esposa del Rey, la iglesia, linaje escogido, real sacerdocio,
nación santa, pueblo adquirido por Dios, para anunciar las virtudes de Aquel,
que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable, 1 pedro 2:9.
Esa
novia, esposa y familia de Dios puede descuidar su belleza,
sin mancha y sin arruga, Efesios 5:27; valiente y atenta enarbolando su radiante
espada contra las fuerzas del mal; tú y yo pertenecemos a esa familia no por
una membresía, sino por haber nacido en ella, Juan 1:12. Al haber nacido de
nuevo, también hemos nacido a una relación espiritual con Él, lo cual debe llevarnos
al gozo constante en su presencia; y al final, si no estamos vestidos de boda
con lino fino, no podremos entrar en el reinado eterno del cielo,
Apocalipsis 19:8.
5. Una promesa de herencia eterna, En lugar de tus padres
serán tus hijos, a quienes harás príncipes en toda la tierra. Haré perpetua la
gloria de tu nombre en todas las generaciones. Por lo cual te alabarán los
pueblos, eternamente para siempre, Salmos 45::16-17. Cuando nacimos en una
familia, nuestros padres nos cuidaron, educaron y criaron, con el tiempo crecemos
y abandonamos el nido para formar la propia familia; estos dos hermosos
versículos de Salmos 45, revelan una maravillosa promesa de Dios para su
Esposa.
Esta
es una promesa de multiplicación, no solo natural y genética, sino espiritual. Como
padres genéticos tenemos la gran responsabilidad ante Dios de formar hijos para
su reino, que vendrán a ser príncipes de Sión, en la Jerusalén celestial, del
mismo modo multiplicamos hijos con el mensaje del evangelio, haciendo
discípulos para Cristo y evangelizando a los de afuera. Solo de esta manera
nuestra memoria será eterna no solo en los cielos, sino también en la tierra.
Concluimos
este hermoso Salmo diciendo que no hay belleza que pueda compararse a la del
Rey del gloria, su poderosa autoridad, su gobierno inamovible e inacabable y su
meta salvadora, merecen toda la alabanza y honra que solo Él merece. Único Rey
que tiene reino y cetro eterno, con vestidos extraordinarios de luz y santidad,
que posee una esposa, una hija y una hermana en una, es la gran manifestación
profética de Cristo Rey. Gloria a su poderosos nombre, Amén.
Mg.
MEHC, Hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.