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21 oct 2025

GPS, FAMILIAS DE GENTE PODEROSA Y SANTA

FAMILIAS GPS CON GENTE PODEROSA Y SANTA

Grávate en la mente y en el corazón todas las palabras que YO te he dicho hoy; enséñaselas continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el camino, cuando te cuestes y cuando te levantes. Deuteronomio :6-7.

 

No ocultemos la ley y fidelidad de Dios a nuestros hijos; contemos a cada generación venidera la potencia y las maravillas hechas por el SEÑOR, para que todos alabemos lo que Él ha hecho. Salmos 78:4.

 

Dale buena educación e instrucciones a tu hijo, conforme a la palabra de Dios, para que cuando llegue a viejo, se mantenga firme en ello. Proverbios 22:6.

 

Esta es una enseñanza emanada del corazón de Dios con base en su palabra, y expuesta por una sierva del SEÑOR en la congregación, algo muy oportuno para estos tiempos oscuros, confusos y peligrosos donde se debe proteger la familia, rescatando el diseño y los principios de Dios para salvar nuevas generciones; el tema se llama GPS de familias con gente poderosa y santa para Dios en cada familia, con padres y abuelos sabios que aman y educan bien a sus hijos y nuevas generaciones para que lleguen a ser instrumentos en las manos de Dios, viviendo a la manera del Creador y Salvador para que no imiten ni amen el mundo como ya se ha escrito varias veces en este Blog; porque si se conquista el mundo, pero se pierde la familia, habremos fracasado en la vida, y lo lindo de todo es que Dios tiene el control y la última palabra con cada uno de sus hijos.Todos tus hijos serán enseñados por el SEÑOR, y Él multiplicará su paz sobre tus hijos. Isaías 54:13.

 

Siempre lo he sostenido y lo afirmaré siempre: la familia es lo más importante después de Dios, la familia es el centro y núcleo de los vínculos afectivos que sustentan la sociedad: es a través de la familia que se manifiesta el reino de Dios en la tierra, porque en la familia es donde los padres construimos no solo la casa, sino la vida de nuestros hijos sobre la Roca que es Cristo y su palabra. Y aunque ustedes hayan creído que el enemigo les arrebataría sus hijos, serán esos niños que todavía no tienen uso de razón, los que entrarán a la tierra prometida; YO les daré propiedad a ellos. Deuteronomio 1:39.

 

Si hay familias sanas integralmente, se podrá edificar la Iglesia del SEÑOR con GPS, gente poderosa y santa, dentro de una sociedad con grandes naciones de progreso, vidas en orden y libertad que honren al Creador, porque el fruto de haber sido padres y abuelos responsables que hemos educado, edificado y conducido a las nuevas generaciones en su palabra, caminando juntos de la mano de Dios. Porque Dios estableció testimonio en Jacob y puso ley en Israel, la cual mandó a nuestros padres que lo notificaran a sus hijos; para que la generación venidera lo sepa y los hijos que nacerán; y los que se levanten, lo sigan contando a sus hijos, para que pongan en Dios su esperanza, y no ignoren ni se olviden de las obras de Dios, sino que guarden sus mandamientos. Salmos 78:5-7.

 

Somos los padres y los abuelos los responsables de la clase de personas que serán nuestras nuevas generaciones, según la clase de fe que enseñamos a los niños y los jóvenes; ellos son el regalo más grande e importante que Dios ha depositado en nuestras manos; estamos llamados a dejar un legado y una herencia a nuestra familia, que es dar a conocer a Dios, en Cristo con el ejemplo y el testimonio de nuestra vida al servicio del SEÑOR. No es una religión llena de sermones lo que Cristo nos enseñó y mostró, Él mostró y reflejó al Padre, nosotros de igual manera mostramos y reflejamos a Cristo, y como padres y abuelos debemos ser el mensaje vivo de la cruz en el carácter de Cristo. Hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, como corresponde a la plena madurez en Cristo. Efesios 4:13

 

Los hijos y los jóvenes repiten lo que han visto hacer en los padres, lo que ellos son, creen y muestran, ese es el legado que dejaremos, porque no les podrás exigir o pedir que hagan algo que no vieron en casa; nuestro legado es intangible y eterno y se diferencia de la herencia material que dejamos a hijos y nietos, el legado moral y espiritual está en la fe y los principios de Dios, algo que nadie podrá quitarles ni romper, pues quedan plantados en el reino de Dios caminando con Cristo; así que para poder dejar ese legado y herencia, lo primero que debemos cultivar es el vínculo del amor en relación y conexión de afecto y respeto, que es lo perfecto, porque Dios es amor y a Él se le respeta, por eso el Gran Mandamiento nos conduce al fundamento, principio y fruto del amor, como Jesús lo recalcó: Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es e principal mandamiento, y de él se desprenden los demás. Lucas 10:27

 

En el vínculo y conexión del amor hay comunión, hay relación, hay comunicación, conocimiento y comprensión que involucra todo nuestro ser en todo lo que somos, hacemos, sentimos y pensamos unos a otros, es lo que hace la diferencia entre padres cristianos y padres del mundo sin Dios; nuestros niños deben escuchar la voz de Dios a través de sus padres, abuelos y la familia en general, así no atenderán la voz de los extraños que desvían de toda verdad; por lo tanto, padres y abuelos deben estar de acuerdo en la casa, a cerca de lo que deben hacer con sus niños y jóvenes pero sin rivalidad, competencia ni desacuerdo, porque para el niños y el joven, el bueno será aquel que complace sus caprichos, y el malo el que se los niega. Que ustedes los padres no hagan enojar a los hijos; porque es mejor educarlos con disciplina e instrucción, que es lo que ordena el SEÑOR. Efesios 6:4.

 

El vínculo del amor es la base de todo lo mejor que nos conecta física, espiritual, emocional y sicológicamente produciendo intimidad, seguridad y confianza, lo cual es un estado profundo de vida santa e intencionalidad, de tal manera, que en muchos casos, con tan solo una mirada, los padres llegan a corregir a sus hijos, porque los padres saben qué le sucede a cada uno de sus hijos, fue exactamente la intimidad y la comunicación con Dios lo primero que perdieron Adán y Eva en el Huerto del Edén, por eso al oír la voz de Dios se escondieron, a partir de ese momento se les complicó la vida y todo se les hizo difícil y pesado. Génesis 3:8.

 

Algunos padres no golpean a los hijos, pero los hieren con puños emocionales de dolor, cuando debieran dar tiempo, amor, comunicación y comprensión para cultivar el vínculo del amor, porque ellos crecerán muy rápido, la vida pasa pronto, y los polluelos vuelan del nido; Dios no nos dio familia solo para ser proveedores de lo material y lo físico, sino para cultivar amor sincero, afecto y calor de hogar, sacando tiempo de calidad para estar juntos, padres e hijos en familia, practicando la empatía y el acompañamiento con cada hijo, tanto en los procesos como eventos de la vida, los hijos aman y quieren la presencia de sus padres y se sientes seguros con ellos, eso significa trabajar con la pedagogía de la presencia que construye vidas fructíferas y útiles para Dios, para sí mismos y para la sociedad; de esta forma tendremos hijos sanos, seguros, determinados y honestos. Disciplinar y corregir a los hijos producirá gente sabia, pero el hijo consentido avergüenza a su familia. Proverbios 29:15.

 

Para llegar a ser los padres y abuelos que Dios espera de nosotros, tenemos que sanar primero nuestro corazón y heridas del alma, para evitar desahogar nuestro dolor y rabia con los hijos, siempre debemos estar lúcidos para corregir y disciplinar a los hijos a la manera de Dios y no en nuestras emociones enfermas; los niños y jóvenes son espirituales y emocionales como los adultos y van poseer y repetir lo que hacemos con ellos; tendrán en su mente y en su corazón lo que fueron sus padres con ellos cuando eran pequeños y estaban en la temprana juventud, que es la época cuando somos inexpertos y necesitados de ayuda, comprensión y dirección. Hijos, atiendan los consejos de su padre; y presten atención y buen juicio a su corrección. Proverbios 4:1.

 

Por ningún motivo se debe ver a los hijos como si fueran una carga económica o emocional, ellos son herencia de Dios para la familia y la sociedad, son poderosos para fortalecernos, darnos sentido y fuerza para vivir, ellos son usados por Dios para que los padres se mantengan juntos y no se divorcien; y si llega una prueba o dificultad en un hogar donde los padres se mantienen firmes, Dios enviará provisión y bendición de muchas maneras; vaya que sí lo sé y testifico esta gran verdad, porque Dios es fiel, y como padres debemos permanecer en el hogar; por eso ambos padres dejan su casa paterna para que ser uno en su hogar. Con las primeras palabras de los niños más pequeños, y con los cantos de los hijos mayores, Dios ha construido en nuestro hogar, una fortaleza contra los enemigos. Así hacen callar a los que pregonan odio y venganza. Salmos 8:2.

 

Dios nos ha hecho padres inteligentes para aprender a conocer con tan solo una mirada lo que le sucede a nuestros hijos, cada silencio, cada gesto, ademán y palabra de nuestros hijos es un mensaje para los padres, por eso debemos estar presentes y atentos a escucharlos, evitando que corran a los extraños, de tal manera que tenemos que estar siempre llenos del aceite del Espíritu Santo dando fruto, porque todo lo mejor se desprende del amor, el gozo, la paz, la paciencia, la benignidad, humildad, mansedumbre, piedad y templanza o dominio propio, todo eso lo necesitamos a diario para criar a los hijos. Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre. Proverbios 6:20.

 

Si los padres están llenos del Espíritu, se verá el fruto para no gritar ni golpear a los hijos, sino que nuestro legado sea recordado y practicado por ellos cuando ya no estemos, los hijos deben repetir lo bueno y correcto que aprendieron de sus padres y abuelos; es hermoso ser padres y abuelos, algo incomparable que nos hace ver a Dios en la vida de los infantes y la unión familiar, tener hijos no solo es un regalo, es un mandato de Dios desde Génesis para poblar la tierra, Genesis 1:28, lo cual muchos cristianos a causa del miedo no hacen, pero los musulmanes sí, hasta el punto de tener 30 hijos para sembrar el extremismo salvaje, y ¿qué de nosotros? Dios es nuestro mejor Padre y nunca nos deja solos ni abandonados. Porque como es de tierno y compasivo un adre con sus hijos, así el SEÑOR es tierno y compasivo con los que le temen. Salmos 13:13.

 

Tenemos condiciones para dejar nuestro legado a los hijos recordando lo bueno que aprendimos de nuestros padres y abuelos para repetirlo y olvidar lo malo con lo bueno, y siendo hijos de Dios, nuestro legado es eterno, para ello debemos cultivar nuestra amistad con Cristo, y estar conectados con Dios de corazón, espíritu, mente y cuerpo para aportar sabiduría a los hijos y que sus emociones y sentimiento sean a la manera de Dios, reflexionando en su palabra, todos juntos como familia en el altar familiar; así criaremos hijos inteligentes, temerosos de Dios, sabios y prudentes, para que todos terminemos pareciéndonos al SEÑOR Jesucristo, puesto que en nuestra relación íntima con Dios somos confrontados, cambiados y transformados rumbo a la perfección. Porque cada uno recogerá el fruto de lo que dice y hace, Proverbios 13:2; y todos debemos estar sujetos unos a otros, Efesios 5:21; Para lograr ser perfectos como nuestro Padre celestial es perfecto, Mateo 5:48.

 

Del proceder y comportamiento de los padres y adultos de la familia, depende el acercamiento de los niños y los jóvenes a Dios, siendo acogidos o rechazados, de tal manera que los pequeños experimenten confianza y no miedo; por eso, escuchemos más y hablemos menos, lo que realmente es necesario, porque los hijos requieren ser escuchados todo el tiempo para conectar con sus padres, y como padres debemos dejar de ser cantaletosos; es en el ambiente comunicacional de la familia donde los padres aprenden a identificar los procesos psicológicos, emocionales y biológicos de los hijos para acompañarlos y comprenderlos hasta el final; el SEÑOR Jesús destaca la importancia de recibir a los niños en amor. El que recibe a un niño en mi nombre, me recibe a Mí, y a Aquel que me envío. Marcos 9:37.

 

Los hijos de Dios deben caracterizarse de verdaderos progenitores desbordando cariño, atención y responsabilidad en el desarrollo integral de niños y jóvenes, y conocer a los hijos se centra en la importancia de la relación y el vínculo afectivo en constante comunicación y calor de hogar. Así, el hijo prudente escucha la instrucción de su padre; porque los padres crían a sus hijos en la disciplina y amonestación del SEÑOR. Efesios 6:4.

 

Si tenemos hijos, Dios nos ha confiado la misión y responsabilidad de ser padres y abuelos educándolos en el camino del SEÑOR para que al final los entreguemos a Él educados y perfeccionados, pudiendo decir, Padre, he cumplido la tarea y la misión que me diste con los hijos, así todo será multiplicado y bendecido, pues en el camino de Dios y la instrucción de su palabra les estaremos mostrando y enseñando quién es Dios; los padres y abuelos debemos estar anhelando a Dios en cada respirar, tomando la decisión de buscarlo cada día, llenando nuestra mente y corazón con el fluir e Dios. YHVH, ¿quién habitará en tu casa, y quien morará en tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su lengua ni hace mal a su prójimo, y tampoco admite reproche alguno contra su vecino…el que permanece firme y el engaño no lo cambia; el que no da su dinero a usura, ni contra el inocente admite cohecho. El que actúa así, no resbalará. Salmos 15.

 

Todo padre y abuelo está llamado a ser un mentor y maestro de los niños y los jóvenes, porque las buenas costumbres y hábitos empiezan en el hogar, y aunque muchos padres dan premios y cosas a sus hijos por merecerlo, Dios nos da todo por gracia y por amor, porque es en el espejo de Dios que debemos aprender a ser padres, razón por la cual nadie en el hogar debe estigmatizar a los niños ni a los jóvenes, por algún error que cometieron, mucho menos los padres; hay que escucharlos para comprenderlos y explicarles, pues cada hijo es una joya preciosa, un tesoro en particular en las manos de Dios y de los padres. Y aunque el padre y la madre abandonen a los hijos, el SEÑOR, se hará cargo de ellos. Salmos 27:10.

 

Si como padres no valoramos a los hijos en el hogar, entonces ¿quién y dónde? Valorar y cuidar a los hijos, es formarlos con el carácter de Cristo amándolos a todos de igual manera, mostrando su importancia y sacando tiempo de calidad para compartir con ellos y conectarnos de corazón a corazón, pero primero debemos revisar cómo está nuestra relación con Dios, porque no podemos perdernos su proceso de desarrollo y ciclo vital; aunque los hijos crezcan y maduren, hay que estar enterados de cómo están y qué hacen, y si en algún momento sufrimos por ellos, todo tiene un propósito en Dios. Porque si sufrimos es para nuestra corrección, porque Dios nos trata como a hijos. ¿Acaso hay algún hijo a quien su padre no corrija? Hebreos 12:7.

 

Si los hijos no nos buscan, nosotros los padres los buscamos, porque es lo que nos corresponde mientras tengamos vida, pues somos padres hasta el último día de nuestra vida; la Biblia nos muestra ejemplos de padres desde Adán, Abraham, Noé, Moisés padre de todo un pueblo, y Jacob padre de las doce tribus, hasta David, un hombre conforme al corazón de Dios y José, padre terrenal de Jesús, pero el mejor Padre siempre será Dios y a Él debemos imitar. Dios es luz y verdad que no cambia, es misericordioso y justo, Él siempre escucha a los que se refugian en Él. 1 Juan 1:5, Santiago 1:7, Salmos 50:6, 116:5 y Salmos 18:30.

 

Amemos a los hijos de palabra y con acciones de afecto, abrazándolos, dándoles besos, hablándoles tierna y cálidamente, cara a cara y personalmente mirándolos a los ojos y con actitudes amables; por lo tanto, cada mañana en la oración, pidamos a Dios que nos dé una frase que nos conecte con los hijos; y así como cada familia tiene un altar familiar, cada hogar puede llegar a ser una iglesia, una congregación pequeña para Dios; para eso debemos esforzarnos y ser constantes, como padres cristianos que han nacido de nuevo, y que se mantienen revestidos del hombre nuevo, la nueva naturaleza y el carácter de Cristo. Dios los ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan a su pueblo santo. Revístanse con sentimientos de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Colosenses 3:12; Pues me acuerdo de la fe sincera que hay en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y que estoy seguro que también habita en ti. 2 Timoteo 1:5.

 

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.


Para los grandes problemas, el mejor remedio es la paciencia. Eclesiastés 10:4b.