FAMILIAS GPS CON GENTE PODEROSA Y SANTA
Grávate en
la mente y en el corazón todas las palabras que YO te he dicho hoy; enséñaselas
continuamente a tus hijos; háblales de ellas, tanto en tu casa como en el
camino, cuando te cuestes y cuando te levantes. Deuteronomio :6-7.
No
ocultemos la ley y fidelidad de Dios a nuestros hijos; contemos a cada
generación venidera la potencia y las maravillas hechas por el SEÑOR, para que
todos alabemos lo que Él ha hecho. Salmos 78:4.
Dale buena
educación e instrucciones a tu hijo, conforme a la palabra de Dios, para que
cuando llegue a viejo, se mantenga firme en ello. Proverbios 22:6.
Esta es una enseñanza emanada del corazón de Dios con base en su palabra, y expuesta por una sierva del SEÑOR en la congregación, algo muy oportuno para estos tiempos oscuros, confusos y peligrosos donde se debe proteger la familia, rescatando el diseño y los principios de Dios para salvar nuevas generciones; el tema se llama GPS de familias con gente poderosa y santa para Dios en cada familia, con padres y abuelos sabios
que aman y educan bien a sus hijos y nuevas generaciones para que lleguen a ser
instrumentos en las manos de Dios, viviendo a la manera del Creador y Salvador para que no imiten ni amen el mundo como ya se ha escrito varias veces en este
Blog; porque si se conquista el mundo, pero se pierde la familia, habremos
fracasado en la vida, y lo lindo de todo es que Dios tiene el control y la última palabra con cada uno de sus hijos.Todos tus
hijos serán enseñados por el SEÑOR, y Él multiplicará su paz sobre tus hijos.
Isaías 54:13.
Siempre lo he sostenido y lo afirmaré siempre: la familia es lo más importante
después de Dios, la familia es el centro y núcleo de los vínculos afectivos que
sustentan la sociedad: es a través de la familia que se manifiesta el reino de
Dios en la tierra, porque en la familia es donde los padres construimos no solo
la casa, sino la vida de nuestros hijos sobre la Roca que es Cristo y su
palabra. Y aunque ustedes hayan creído que el enemigo les
arrebataría sus hijos, serán esos niños que todavía no tienen uso de razón, los
que entrarán a la tierra prometida; YO les daré propiedad a ellos. Deuteronomio
1:39.
Si hay familias sanas integralmente, se podrá edificar la Iglesia del SEÑOR
con GPS, gente poderosa y santa, dentro de una sociedad con grandes naciones de
progreso, vidas en orden y libertad que honren al Creador, porque el fruto de
haber sido padres y abuelos responsables que hemos educado, edificado y
conducido a las nuevas generaciones en su palabra, caminando juntos de la mano
de Dios. Porque Dios estableció testimonio en Jacob y puso ley en
Israel, la cual mandó a nuestros padres que lo notificaran a sus hijos; para
que la generación venidera lo sepa y los hijos que nacerán; y los que se
levanten, lo sigan contando a sus hijos, para que pongan en Dios su esperanza,
y no ignoren ni se olviden de las obras de Dios, sino que guarden sus
mandamientos. Salmos 78:5-7.
Somos los padres y los abuelos los responsables de la clase de personas que
serán nuestras nuevas generaciones, según la clase de fe que enseñamos a los
niños y los jóvenes; ellos son el regalo más grande e importante que Dios ha
depositado en nuestras manos; estamos llamados a dejar un legado y una herencia
a nuestra familia, que es dar a conocer a Dios, en Cristo con el ejemplo y el testimonio
de nuestra vida al servicio del SEÑOR. No es una religión llena de sermones lo
que Cristo nos enseñó y mostró, Él mostró y reflejó al Padre, nosotros de igual
manera mostramos y reflejamos a Cristo, y como padres y abuelos debemos ser el
mensaje vivo de la cruz en el carácter de Cristo. Hasta que todos
lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y
alcancemos la edad adulta, como corresponde a la plena madurez en Cristo.
Efesios 4:13
Los hijos y los jóvenes repiten lo que han visto hacer en los padres, lo
que ellos son, creen y muestran, ese es el legado que dejaremos, porque no les
podrás exigir o pedir que hagan algo que no vieron en casa; nuestro legado es
intangible y eterno y se diferencia de la herencia material que dejamos a hijos
y nietos, el legado moral y espiritual está en la fe y los principios de Dios, algo
que nadie podrá quitarles ni romper, pues quedan plantados en el reino de Dios
caminando con Cristo; así que para poder dejar ese legado y herencia, lo
primero que debemos cultivar es el vínculo del amor en relación y conexión de
afecto y respeto, que es lo perfecto, porque Dios es amor y a Él se le respeta,
por eso el Gran Mandamiento nos conduce al fundamento, principio y fruto del
amor, como Jesús lo recalcó: Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es e
principal mandamiento, y de él se desprenden los demás. Lucas 10:27
En el vínculo y conexión del amor hay comunión, hay relación, hay
comunicación, conocimiento y comprensión que involucra todo nuestro ser en todo
lo que somos, hacemos, sentimos y pensamos unos a otros, es lo que hace la
diferencia entre padres cristianos y padres del mundo sin Dios; nuestros niños
deben escuchar la voz de Dios a través de sus padres, abuelos y la familia en
general, así no atenderán la voz de los extraños que desvían de toda verdad; por
lo tanto, padres y abuelos deben estar de acuerdo en la casa, a cerca de lo que
deben hacer con sus niños y jóvenes pero sin rivalidad, competencia ni
desacuerdo, porque para el niños y el joven, el bueno será aquel que complace
sus caprichos, y el malo el que se los niega. Que ustedes los
padres no hagan enojar a los hijos; porque es mejor educarlos con disciplina e
instrucción, que es lo que ordena el SEÑOR. Efesios 6:4.
El vínculo del amor es la base de todo lo mejor que nos conecta física,
espiritual, emocional y sicológicamente produciendo intimidad, seguridad y
confianza, lo cual es un estado profundo de vida santa e intencionalidad, de
tal manera, que en muchos casos, con tan solo una mirada, los padres llegan a corregir
a sus hijos, porque los padres saben qué le sucede a cada uno de sus hijos, fue
exactamente la intimidad y la comunicación con Dios lo primero que perdieron
Adán y Eva en el Huerto del Edén, por eso al oír la voz de Dios se escondieron,
a partir de ese momento se les complicó la vida y todo se les hizo difícil y
pesado. Génesis 3:8.
Algunos padres no golpean a los hijos, pero los hieren con puños
emocionales de dolor, cuando debieran dar tiempo, amor, comunicación y
comprensión para cultivar el vínculo del amor, porque ellos crecerán muy
rápido, la vida pasa pronto, y los polluelos vuelan del nido; Dios no nos dio
familia solo para ser proveedores de lo material y lo físico, sino para
cultivar amor sincero, afecto y calor de hogar, sacando tiempo de calidad para
estar juntos, padres e hijos en familia, practicando la empatía y el acompañamiento
con cada hijo, tanto en los procesos como eventos de la vida, los hijos aman y
quieren la presencia de sus padres y se sientes seguros con ellos, eso significa
trabajar con la pedagogía de la presencia que construye vidas fructíferas y
útiles para Dios, para sí mismos y para la sociedad; de esta forma tendremos
hijos sanos, seguros, determinados y honestos. Disciplinar y
corregir a los hijos producirá gente sabia, pero el hijo consentido avergüenza
a su familia. Proverbios 29:15.
Para llegar a ser los padres y abuelos que Dios espera de nosotros, tenemos
que sanar primero nuestro corazón y heridas del alma, para evitar desahogar
nuestro dolor y rabia con los hijos, siempre debemos estar lúcidos para
corregir y disciplinar a los hijos a la manera de Dios y no en nuestras
emociones enfermas; los niños y jóvenes son espirituales y emocionales como los
adultos y van poseer y repetir lo que hacemos con ellos; tendrán en su mente y
en su corazón lo que fueron sus padres con ellos cuando eran pequeños y estaban
en la temprana juventud, que es la época cuando somos inexpertos y necesitados
de ayuda, comprensión y dirección. Hijos, atiendan los consejos de su
padre; y presten atención y buen juicio a su corrección. Proverbios 4:1.
Por ningún motivo se debe ver a los hijos como si fueran una carga
económica o emocional, ellos son herencia de Dios para la familia y la
sociedad, son poderosos para fortalecernos, darnos sentido y fuerza para vivir,
ellos son usados por Dios para que los padres se mantengan juntos y no se
divorcien; y si llega una prueba o dificultad en un hogar donde los padres se
mantienen firmes, Dios enviará provisión y bendición de muchas maneras; vaya
que sí lo sé y testifico esta gran verdad, porque Dios es fiel, y como padres
debemos permanecer en el hogar; por eso ambos padres dejan su casa paterna para
que ser uno en su hogar. Con las primeras palabras de los niños más pequeños, y
con los cantos de los hijos mayores, Dios ha construido en nuestro hogar, una
fortaleza contra los enemigos. Así hacen callar a los que pregonan odio y
venganza. Salmos 8:2.
Dios nos ha hecho padres inteligentes para aprender a conocer con tan solo
una mirada lo que le sucede a nuestros hijos, cada silencio, cada gesto, ademán
y palabra de nuestros hijos es un mensaje para los padres, por eso debemos
estar presentes y atentos a escucharlos, evitando que corran a los extraños, de
tal manera que tenemos que estar siempre llenos del aceite del Espíritu Santo dando
fruto, porque todo lo mejor se desprende del amor, el gozo, la paz, la
paciencia, la benignidad, humildad, mansedumbre, piedad y templanza o dominio
propio, todo eso lo necesitamos a diario para criar a los hijos. Hijo mío,
obedece el mandamiento de tu padre y no abandones las enseñanzas de tu madre.
Proverbios 6:20.
Si los padres están llenos del Espíritu, se verá el fruto para no gritar ni
golpear a los hijos, sino que nuestro legado sea recordado y practicado por
ellos cuando ya no estemos, los hijos deben repetir lo bueno y correcto que
aprendieron de sus padres y abuelos; es hermoso ser padres y abuelos, algo
incomparable que nos hace ver a Dios en la vida de los infantes y la unión
familiar, tener hijos no solo es un regalo, es un mandato de Dios desde Génesis
para poblar la tierra, Genesis 1:28, lo cual muchos
cristianos a causa del miedo no hacen, pero los musulmanes sí, hasta el punto
de tener 30 hijos para sembrar el extremismo salvaje, y ¿qué de nosotros? Dios
es nuestro mejor Padre y nunca nos deja solos ni abandonados. Porque
como es de tierno y compasivo un adre con sus hijos, así el SEÑOR es tierno y
compasivo con los que le temen. Salmos 13:13.
Tenemos condiciones para dejar nuestro legado a los hijos recordando lo
bueno que aprendimos de nuestros padres y abuelos para repetirlo y olvidar lo
malo con lo bueno, y siendo hijos de Dios, nuestro legado es eterno, para ello
debemos cultivar nuestra amistad con Cristo, y estar conectados con Dios de
corazón, espíritu, mente y cuerpo para aportar sabiduría a los hijos y que sus
emociones y sentimiento sean a la manera de Dios, reflexionando en su palabra,
todos juntos como familia en el altar familiar; así criaremos hijos inteligentes,
temerosos de Dios, sabios y prudentes, para que todos terminemos pareciéndonos
al SEÑOR Jesucristo, puesto que en nuestra relación íntima con Dios somos
confrontados, cambiados y transformados rumbo a la perfección. Porque cada
uno recogerá el fruto de lo que dice y hace, Proverbios 13:2; y todos debemos
estar sujetos unos a otros, Efesios 5:21; Para lograr ser perfectos como
nuestro Padre celestial es perfecto, Mateo 5:48.
Del proceder y comportamiento de los padres y adultos de la familia, depende
el acercamiento de los niños y los jóvenes a Dios, siendo acogidos o
rechazados, de tal manera que los pequeños experimenten confianza y no miedo; por
eso, escuchemos más y hablemos menos, lo que realmente es necesario, porque los
hijos requieren ser escuchados todo el tiempo para conectar con sus padres, y como
padres debemos dejar de ser cantaletosos; es en el ambiente comunicacional de
la familia donde los padres aprenden a identificar los procesos psicológicos,
emocionales y biológicos de los hijos para acompañarlos y comprenderlos hasta
el final; el SEÑOR Jesús destaca la importancia de recibir a los niños en amor.
El que recibe a un niño en mi nombre, me recibe a Mí, y a Aquel que me
envío. Marcos 9:37.
Los hijos de Dios deben caracterizarse de verdaderos progenitores desbordando
cariño, atención y responsabilidad en el desarrollo integral de niños y jóvenes,
y conocer a los hijos se centra en la importancia de la relación y el vínculo
afectivo en constante comunicación y calor de hogar. Así, el hijo prudente
escucha la instrucción de su padre; porque los padres crían a sus hijos en la
disciplina y amonestación del SEÑOR. Efesios 6:4.
Si tenemos hijos, Dios nos ha confiado la misión y responsabilidad de ser
padres y abuelos educándolos en el camino del SEÑOR para que al final los entreguemos
a Él educados y perfeccionados, pudiendo decir, Padre, he cumplido la tarea y la
misión que me diste con los hijos, así todo será multiplicado y bendecido, pues
en el camino de Dios y la instrucción de su palabra les estaremos mostrando y
enseñando quién es Dios; los padres y abuelos debemos estar anhelando a Dios en
cada respirar, tomando la decisión de buscarlo cada día, llenando nuestra mente
y corazón con el fluir e Dios. YHVH, ¿quién habitará en tu casa, y quien morará en tu
monte santo? El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su
corazón. El que no calumnia con su lengua ni hace mal a su prójimo, y tampoco
admite reproche alguno contra su vecino…el que permanece firme y el engaño no lo
cambia; el que no da su dinero a usura, ni contra el inocente admite cohecho.
El que actúa así, no resbalará. Salmos 15.
Todo padre y abuelo está llamado a ser un mentor y maestro de los niños y
los jóvenes, porque las buenas costumbres y hábitos empiezan en el hogar, y
aunque muchos padres dan premios y cosas a sus hijos por merecerlo, Dios nos da
todo por gracia y por amor, porque es en el espejo de Dios que debemos aprender
a ser padres, razón por la cual nadie en el hogar debe estigmatizar a los niños
ni a los jóvenes, por algún error que cometieron, mucho menos los padres; hay
que escucharlos para comprenderlos y explicarles, pues cada hijo es una joya
preciosa, un tesoro en particular en las manos de Dios y de los padres. Y aunque el
padre y la madre abandonen a los hijos, el SEÑOR, se hará cargo de ellos.
Salmos 27:10.
Si como padres no valoramos a los hijos en el hogar, entonces ¿quién y dónde?
Valorar y cuidar a los hijos, es formarlos con el carácter de Cristo amándolos
a todos de igual manera, mostrando su importancia y sacando tiempo de calidad
para compartir con ellos y conectarnos de corazón a corazón, pero primero
debemos revisar cómo está nuestra relación con Dios, porque no podemos
perdernos su proceso de desarrollo y ciclo vital; aunque los hijos crezcan y
maduren, hay que estar enterados de cómo están y qué hacen, y si en algún
momento sufrimos por ellos, todo tiene un propósito en Dios. Porque si
sufrimos es para nuestra corrección, porque Dios nos trata como a hijos. ¿Acaso
hay algún hijo a quien su padre no corrija? Hebreos 12:7.
Si los hijos no nos buscan, nosotros los padres los buscamos, porque es lo
que nos corresponde mientras tengamos vida, pues somos padres hasta el último
día de nuestra vida; la Biblia nos muestra ejemplos de padres desde Adán,
Abraham, Noé, Moisés padre de todo un pueblo, y Jacob padre de las doce tribus,
hasta David, un hombre conforme al corazón de Dios y José, padre terrenal de
Jesús, pero el mejor Padre siempre será Dios y a Él debemos imitar. Dios es luz
y verdad que no cambia, es misericordioso y justo, Él siempre escucha a los que
se refugian en Él. 1 Juan 1:5, Santiago 1:7, Salmos 50:6, 116:5 y Salmos 18:30.
Amemos a los hijos de palabra y con acciones de afecto, abrazándolos,
dándoles besos, hablándoles tierna y cálidamente, cara a cara y personalmente
mirándolos a los ojos y con actitudes amables; por lo tanto, cada mañana en la
oración, pidamos a Dios que nos dé una frase que nos conecte con los hijos; y así
como cada familia tiene un altar familiar, cada hogar puede llegar a ser una
iglesia, una congregación pequeña para Dios; para eso debemos esforzarnos y ser
constantes, como padres cristianos que han nacido de nuevo, y que se mantienen
revestidos del hombre nuevo, la nueva naturaleza y el carácter de Cristo. Dios los
ama a ustedes y los ha escogido para que pertenezcan a su pueblo santo. Revístanse
con sentimientos de compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia. Colosenses 3:12; Pues me acuerdo de la fe sincera que hay en ti, la cual
residió primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y que estoy seguro que
también habita en ti. 2 Timoteo 1:5.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.