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22 sept 2015

AUTONOMÍA Y AUTORIDAD NO SON SOBERANÍA


  AUTONOMÍA Y AUTORIDAD NO SON SOBERANÍA

Y respondió Dios a Moisés: YO SOY el que SOY. Y dijo: así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Éxodo 3:14.

YO SOY la vida, ustedes las ramas; el que permanece unido a Mí, y YO unido a él, da mucho fruto; porque separados de Mí nada bueno pueden hacer, Juan 15:5.

El  hombre podrá hacer sus propios planes en su corazón, pero la respuesta correcta y final, vendrá del SEÑOR, Proverbios 16:1; El hombre hará muchos planes,pero solo se realizará  el propósito divino, su voluntad permanecerá. Proverbios 19:21.

Soberanía según el diccionario significa autoridad, dominio, poder y gobierno propio de un rey y una autoridad máxima, alguien en un lugar de eminencia; también soberanía se toma en cuanto a la injerencia, poder y gobierno de una nación y de un país para proteger y defender su territorio y sus límites, con base en unas leyes nacionales e internacionales con objeto de existir, participar y cohabitar con libertad y democracia. Te llevo grabada en mis manos, y tengo presente tus muros. Isaías 49:16. El SEÑOR ha establecido su trono en los cielos, y su reino domina sobre todo. Salmos 103:19...El SEÑOR reinará sobre ustedes.Jueces 8:23.

Humanamente hablando también soberanía es el derecho de una nación y un gobernante para defender a sus ciudadanos, decretar leyes y administrar justicia en beneficio de todos, no de unos cuantos; del mismo modo la soberanía es aplicable al pueblo que habita en un país para usar la libertad y ser respetados en lo que es bueno; pero fijémonos bien que la mayor soberanía de la que habla y reconoce la biblia, es la soberanía del Dios Creador y único Salvador. Nuestro Dios está sentado en el trono de su gloria, Él hace lo que quiere en la tierra, en el cielo y en todo el universo de su creación. Salmos 135:6; siempre el hombre propondrá sus sus propias expectativas pero la disposición final será del SEÑOR.

Nadie es tan soberano como Dios, así haya gente con títulos nobiliarios, poder político, gobernantes tiranos o no, millonarios y doctos en ciencia o en conocimiento, y en general toda clase de gente, en realidad lo que tienen es autonomía para ejercer autoridad, pero NO son dueños de la soberanía como lo es Dios, muchos menos, nadie tiene soberanía sobre la vida de un ser humano, el único soberano que gobierna cada persona es YHWH, El Gran YO SOY. ¿Por qué reprochas a Dios? ¿Quién resiste su majestuosa voluntad? ¿Quién eres tú hombre, que le reclamas al Todo poderoso? ¿Dirá acaso el objeto modelado al que le da forma: ¿por qué me hiciste así? ¿Acaso no tiene el alfarero potestad sobre el barro de hacer de una misma masa un vaso para uso honorable y otro para uso ordinario?

La soberanía desde la perspectiva bíblica describe a una persona que está por encima de todo y de todos, el único ser superior en rango, poder, dominio y autoridad, único por ser amor, misericordia, bondad, perdón y salvación. Es el que posee la suprema autoridad para gobernar a todos y todo, porque supera en rango, estatus, altura, grandeza y calidad de ser soberano sobre todo su reino creado. Solo Dios es Supremo y excelso, su soberanía, autoridad, autonomía y dominio está en el carácter de lo divino, solo Él es el Coloso eterno. ¿Quién encerró con puertas el mar, cuando se derramaba de su seno…y establecí sobre él mí decreto, le puse puertas y cerrojos, y le dije: ¿hasta aquí llegarás, y no te saldrás de tus limites, hasta aquí llegará el orgullo de tus impetuosas olas?

En el AT, no aparece exactamente la palabra soberanía ni soberano, pero sí aparecen términos relativos y propios del soberano Rey de gloria y majestad, Aquel del que procede toda autoridad, dominio, poder, respeto, gobierno y acciones que detonan su grandiosa Majestad y poderío sobre todo lo creadoYO SOY el Señor tú Dios, que te rescató de la tierra de Egipto, donde eras esclavo, Éxodo 20:2. Los términos mlk, mshl  en el hebreo expresan la idea de alguien que gobierna como rey Dueño, con señorío y poder sobre su reino; es una esencia gloriosa no analizable, es indescriptible, porque Él no está sujeto a nada ni a nadie en poder ni normas ni leyes que puedan considerarse superiores a Él, pues su potestad y majestuosidad son ilimitables. YO, que declaro el fin desde el principio y desde la antigüedad, y lo que no ha sido hecho. YO digo: Mi propósito será establecido, y todo lo que quiera realizaré. Isaías 46:10.

La autoridad por su parte, es un principio divino porque se origina en Dios para gobernar y dirigir con justicia, orden y libertad los asuntos terrenales, Dios tiene todo el derecho de gobernar y ser obedecido, aún las huestes y los espíritus se someten a su voz. En el NT la palabra griega exousia se refiere a autoridad como poder y señorío del Padre sobre el Hijo Jesucristo, y sobre los seres humanos que tienen la capacidad de hacer y organizar sobre la base de lo que el Padre Eterno establece en su palabra; la autoridad es esa habilidad que Él ha depositado sobre todo ser humano y fuerza espiritual para sujetarse a los propósitos celestiales, pues nadie se manda como quiera, y aunque algunos traspasen los límites, serán merecedores de un castigo, Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el Soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados con su sangre, Apocalipsis 1:5.

La autoridad, a su vez, nos hace responsables de lo que hacemos o dejamos de hacer porque un día tendremos que rendir cuentas ante el Divino Trono Celestial, la autoridad que el Eterno nos ha concedido de manera personal y colectiva, es un derecho legal de autoridad delegada que se hace con base en la moral, los buenos principios y la buena fe de gente honesta, recta y trasparente en la cual el Eterno ha depositado su confianza para ocupar un lugar y llevar a cabo una misión. Él es quien cambia los tiempos y las edades: Él quita y pone gobernantes sobre las naciones; dando sabiduría a los sabios, y conocimiento al entendido. Daniel 2:21.

Aunque tenemos el poder de influir para bien o para mal, a Dios no le sorprende lo que sucede en la esfera del espacio, la tierra, sus profundidades, ni en las personas, nada le sorprende porque es Omnipotente y Omnisciente, por eso toda su creación se inclina ante Él y lo adora, al mismo tiempo el Eterno nos da libertad, voluntad y libre albedrío para que cada uno actúe, y de acuerdo a eso, cada uno será recompensado o juzgado. Nuestro Salvador lo declaro y los aclaró para nosotros al responderle a Pilato. Entonces le dijo Pilato: ¿a mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltare? Le respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra Mí, si no te fuera dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene. Juan 19:10-11.

La autoridad que tenemos es delegada por Dios, es autónoma y a la vez dependiente de una mayor, pero no es soberanía; la autoridad que nos ha sido dada está presente en los roles y actividades que desempeñamos diariamente, sea como padres, como esposos, como empleados en una labor, como personas en cargos del gobierno y entidades en general, todos tenemos una autoridad delegada por Dios que involucra autonomía para hacer o dejar de hacer de acuerdo al caso, en cumplimiento a nuestras obligaciones y encargos, y lo tenemos que hacer a tiempo, con rectitud, con inteligencia y con excelencia, pues la pereza, la improvisación, el desorden y la insensatez serán sentenciadas a una pena, sino se corrigen en su debido momento. Por causa del SEÑOR, debemos obedecer a toda autoridad humana, ya sea al gobernante que ha sido puesto por Él, como a las demás autoridades. 1 Pedro 2:13.

La autonomía como la capacidad y condición humana para “auto dirigirnos”, es esa libertad de nuestro Creador nos dió para decidir, determinar y trazar nuestro camino sobre la base de sus mandamientos, instrucciones, enseñanzas y advertencias, siempre con cierto grado tanto de “independencia como de dependencia” de la voluntad divina, dentro del libre albedrío, propio y responsable de cada persona, pero sujeta y dirigida en la soberanía de Dios y las autoridades humanas que están por encima de nosotros: YO SOY la vid, ustedes los pámpanos; el que permanece en Mí y YO en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de Mí nada bueno pueden hacer, Juan 15:5.

Al haber confusión en el significado y contenido de estos términos, el intelectualismo humanista ha caído en una especia de soberbia egolátrica, que ha alejado al ser humano de su Creador, es un asunto usado en muchos tratados y libros que ponen al hombre como si fuera un dios, un superhombre del cosmos, llevándolo a negar su verdadero Dios. Y nada más lejos de la realidad que esto; este fue el mismo argumento que usó la culebra antigua en el Huerto del Edén para hacer caer de la gracia y la inocencia a los primeros seres humanos creados. Génesis 3.

Hablar de soberanía, en realidad, es referirse solamente a Dios, porque Él es el Omnipotente, Todo Poderoso, omnisciente y omnipresente, el poseedor de toda la ciencia y el conocimiento, de la potestad, el dominio y la autoridad, tanto en los cielos como en la tierra, nadie puede frustrar sus consejos ni cambiar su voluntad, buena, agradable y perfecta. Él puede hacer todas las cosas, y ninguno de sus propósitos puede ser estorbado. Job 42:2. Porque nada es imposible ni difícil para Dios. Lucas 1:37.

Ninguna criatura puede impedir sus designios. Él Eterno construye y derrumba imperios y determina el curso de la vida y el universo, según le agrada, purificando, ordenando y perfeccionado todo lo que Él ha creado pero que el hombre ha deteriorado y dañado. Del Eterno Dios es el reino, y Él regirá las naciones, Salmos 22:28.

El Eterno Creador es realmente el verdadero soberano, por eso se llama a Jesús, Rey de reyes, y Señor de señores, hablando de la segunda venida de Cristo dice: La cual a su debido tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores. 1 Timoteo 6:15. Este es el Dios de la Biblia y fuera de Él, no hay otro dios, YO SOY YHWH, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de Mí. YO te ceñiré, aunque tú no me conociste, Isaías 45:5. Este texto bíblico demuestra la soberanía del Altísimo, Él prepara a muchos, para sus propósitos, aún sin que ellos lo conozcan a Él.

Tanto las naciones como todo ser humano sobre la tierra están bajo la soberanía superior, la de Dios, el Eterno Soberano de todo lo que Él mismo creó, y aunque ha delegado autoridad y autonomía al ser humano, la soberanía de una nación puede fallar cuando su gobernante no anda con Dios y cuando su pueblo no busca a su Creador y Salvador. Dichosa y feliz es la nación cuyo Dios es YHWH, Salmos 33:12. Tanto autoridad como autonomía humana dependen de la soberanía de Dios, toda forma de gobierno no encontrará buen curso, efectividad ni buen término si no está sujeta a la majestad divina, El Dios de los cielos, Él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos…Nehemías 2:20.

El problema de interpretación y definición en estos términos radica en que algunas ciencias sociales las han definido de manera genérica, colocándolas todas al mismo nivel. El idioma español es muy rico en sus expresiones, pero posee muchas raíces de otros idiomas, por eso se tiende a confundir términos, así que es imprescindible acudir a las raíces de las palabras para enriquecer nuestra lengua castellana y nuestros fundamentos bíblicos. Porque esta es la voluntad de Dios;que haciendo el bien,hagan callar la ignorancia de los hombres insensatos.1 Pedro 2:15.

¿En qué me sustento para hablar de estos términos? En la esencia misma de Dios y en la naturaleza humana descritos en la Palabra de Dios; estos términos solamente se pueden entender y discernir claramente, cuando nos adentramos a profundizar en la Biblia, y cuando nos conectamos espiritualmente con el Eterno SEÑOR del universo. Las Escrituras son la voz de Dios y revelan la verdad absoluta que nos hace libres y sabios. Así que hay una diferencia abismal entre estas palabras es decir que la realidad entre los conceptos es insondable, incomprensible, inexorable y profunda a la mente humana sin Cristo, términos totalmente diferentes pero relacionados estrechamente. Y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Juan 8:31.

Por lo tanto, no existe soberanía humana, lo que existe entre los hombres es un don de gobierno con autoridad y autonomía dado por Dios, lo cual excluye y pone bajo juicio y sentencia toda forma de anarquía y toda hegemonía y supremacía perversa. Gobernar no es totalitarismo individualista unilateral; saber gobernar es poner en práctica la libertad, no el libertinaje, independencia, no esclavitud, dominio propio, no anarquía, justicia no injusticia, atención, no indiferencia, autoridad, no autoritarismo, acuerdo no imposición ni manipulación con mentiras, tampoco es imperio avasallador. Los que contienden con el SEÑOR serán quebrantados, él tronará desde los cielos contra ellos. El eterno juzgará los confines de la tierra, a su Rey dará fortaleza, y ensalzará el poder de su Ungido. 1 Samuel 2:10.

El punto es que todo ser humano se encuentra entre una parte buena y otra parte mala debido a las tinieblas y el pecado; para vencer la parte mala, es indispensable llenarnos de Dios, conocerlo a Él de cerca y vivir sobre la base de sus principios y mandamientos eternos consignados en la Biblia, podremos darnos cuenta cuán limitados, impotentes, finitos y pequeños somos todos tan necesitados de Dios. La política ha sido ordenada por el SEÑOR para preservar y cuidar la vida, mitigando los efectos del egoísmo, la parcialidad y todo pecado de avaricia, poniendo límites a la violencia y la maldad. Hacer justicia y tener buen juicio es más agradable para Dios que cualquier sacrificio. Proverbios 21:3.

Si alguien declara que tiene soberanía, en realidad es autosuficiencia arrogante, por lo tanto, necesita estar bajo el gobierno superior del Artífice Creador, y es por no considerar esto, que muchas personas andan desorientadas, confundidas y perdidas, naciones andan en desórdenes, injusticias, violencia y guerras. La Biblia está llena de historias de héroes y victorias del pueblo de Israel, en cada una de ellas está impresa la soberanía de Dios mostrando el contraste con la debilidad e imposibilidad de los humanos que necesitamos, sí o sí a Dios; ninguno de los héroes Bíblicos o de la historia lo logró por el poder propio ni de sus gobernantes, sino exclusivamente por la intervención soberana de Dios en cada situación, persona y evento. Su alma desfallecía en ellos, pero clamaron al SEÑOR en su angustia, y Él los libró de la aflicción; los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte…Salmos 107:4-21.

Así que por la soberanía de Dios es que disfrutamos de autoridad, autonomía, libertad y libre albedrío para elegir y tomar decisiones que afectan nuestra vida. Por esa autonomía estamos en capacidad de escoger el bien o mal, la vida o la muerte, someter nuestra vida a Él, o negarnos a reconocerlo; no tenemos soberanía ni poder infinito, pero podemos por voluntad propia someter nuestros corazones, mente y espíritu a su santa voluntad para honrarlo o no, A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia, Deuteronomio 30:19. Amén.

Lic. MEHC, hija del vivo, real y verdadero, y servidora de su reino.