EL SENTIDO DE LA VIDA ESTÁ EN AMAR A DIOS POR ENCIMA DE TODO.
Si alguno quiere venir en
pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque todo el
que quiera salvar su vida la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa de Mí, éste la salvará, Lucas 9:23-24.
Amarás a Jehová tu Dios,
de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas, Deuteronomio
6:5.
El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y YO lo amaré y me manifestaré a él. Juan 14:21.
Escuchamos todo el tiempo de personas que se quitan la vida por diversos motivos, la razón verdadera es que ellos no conocieron a Cristo y por lo tanto, no aman a Dios, ni le ven sentido a la vida; para que nuestra existencia en la tierra tenga razón de ser, es imperativo conocer a Cristo para poder amar a Dios por encima de todo y a pesar de todo; Dios nos amó primero y se dió así mismo en la cruz para salvarnos, entonces nuestro amor a Dios viene a ser la respuesta apropiada a ese amor sacrificial, tan profundo y abundante del SEÑOR Jesús, por lo tanto, reconocemos que aún siendo tan débiles y pecadores Él nos amó hasta su muerte de cruz, y nuestra vida toma valor y sentido, aprendiendo a amar a Cristo, sabiendo que Dios nos dio la vida al perdonarnos, y que Él es el Dueño que la volverá tomar, según sea su voluntad.En el amor no hay temor, porque el perfecto amor echa fuera el temor; pues el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. 1 Juan 4:18.
Si reconocemos el amor de Dios en el sacrificio de Cristo, estaremos agradecidos de su favor y misericordia que no merecíamos, entonces NO habrá temor, ni desesperación ante la locura del mundo, sino que aprenderemos a aferrarnos y amar superlativamente a Cristo, manteniéndonos conectados a Dios que es nuestro origen Creador y razón de ser de nuestra vida; Dios es quien da propósito y sentido a nuestra vida, porque Él nos la dió para cumplir una misión aquí, y enrumbar a diario nuestro destino al final dichoso de la salvación eterna con Él, cuando Dios mismo nos llame y nos lleve. Los que aman a Diós, confían Él, Y son como el monte de Sión, que no se mueve y permanece para siempre. Porque Dios está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre. Salmos 125:1-2.
Si alguien ama sinceramente a Dios se siente seguro y feliz para obrar correctamente, a pesar de todos los problemas, porque sabemos que el mal del pecado y la injusticia un día terminarán, entonces mejor nos alineamos a Dios que es la razón de nuestro existir en esta tierra, para verle sentido a la vida, reconociendo y honrando a Dios dándolo a conocer con su gran amor y la multitud de sus piedades, así disfrutaremos de su plenitud; porque amar a Dios hace que los días se conviertan en un continuo disfrute de su presencia y su ayuda hacia un fin promisorio de horizontes buenos de contentamiento que nos permite permanecer firmes en la fe hasta el final, porque aqui somos temporales, pero fuimos creados, para gobernar y reinar en un futuro próximo eterno con Cristo, 2 Timoteo 2:12 y Apocalípsis 1:6, Porque de Él y para Él son todas las cosas, pues Dios es el Creador. Romanos 11:36.
Cuando Dios ocupa el primer lugar en nuestra vida, todas las demás cosas se organizan con orden y prioridad, porque Dios ocupa el centro, el lugar que le corresponde, Él es el eje de todo, y quien da equilibrio a todo lo que existe; y donde hay prioridades y orden hay dirección y sentido, todo es transformado por el amor; estando en Dios aprendemos lo que es el verdadero amor incondicional, que todo lo da, sin reclamar derechos, sino cumpliendo deberes, valorando y razonando correctamente, para ejecutar buenas obras con fe obediente, porque el amor nos hace humildes y productivos, trabajando con eficacia y
eficiencia, pues lo hacemos todo de buena gana, pensando en Dios y dependiendo de Él, no de nosotros mismos; amar a Dios nos impulsa a todo lo bueno, todo recto, lo justo y lo mejor, porque ese amor se convierte en nuestra forma de vivir. El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y YO lo amaré y me manifestaré a él. Juan 14:21.
La vida que se ajusta a la voluntad, santidad y palabra del
Diseñador del universo es la que puede disfrutar plenamente y con naturalidad de todo lo que Dios ha provisto. Nuestra
responsabilidad y deber moral para con Dios, es amarlo y glorificarlo con nuestro
testimonio, por eso el Gran Mandamiento está puesto a parte de los Diez, porque amar a Dios es el principio más importante, el cimiento y fuente que lo sostiene todo, a la vez que es testimonio que muestra la calidad y grandeza humana hacia el Creador y Salvador, en personas creadas a su imagen y semejanza y que reconocen la inquebrantable fuente de amor puro y genuino. Así que, guarden con diligencia su alma, para que amen a YHVH, su Dios. Josué 23:11.
La fe obediente que vivimos a diario certifica cuánto amamos a Dios haciendo su voluntad como creyentes firmes, valientes y definidos para enfrentar los altibajos y retos que presenta la vida: Y qué pide Dios de ti, sino que le temas, que andes en todos sus caminos, y que ames y sirvas a YHVH tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma...Deutetonomio 10:12-13.
Amar a Dios es vivir en función de Él sirviendo y siéndo útiles en su reino, a favor de la humanidad porque su amor nos permite ser canales de honra y alabanza, haciendo de Jesús nuestra prioridad y centro
de vida, lo cual hará que nuestra existencia cobre valor y razón de ser. Y si
nuestra vida es útil en las manos de Dios a favor de otros, podremos entender lo que es amor y lo que implica realmente amar, y que nos hace valiosos, comprendiendo de alguna manera que amar es desprendimiento de sí mismos y de morir al yo para ser ayuda los unos de otros. Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas nos ayudan para bien, esto es, a los que conforme a su propósito somos llamados. Romanos 8:28.
1. AMAR A DIOS NOS HACE SERVIDORES. ¿No
saben que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero solo uno es
el que se lleva el premio? Corran de tal manera que obtengan ese premio. 1
Corintios 9:24. Amar a Dios es servicio a diario de muchss maneras, sea para Dios o para la gente, porque el servicio da sentido y color a la vida, y como seres espirituales, el don del servicio nos da propósito y destino claro, porque fuimos creados para dar, así como Cristo se dió por nosotros, porque no somos un accidente, sino que existimos por amor y gracia de Dios, y porque así Él lo determinó y nos dio vida con la intención superior de dejar huella y legado de amor y bondad.
El amor a Dios, nos alinea con su corazón y bondad dando razón de ser a nuestro existir, y cuando servimos nos sentimos felices y privilegiados de poder ayudar, acompañar y dar de nosotros mismos a la causa de otros; el servicio provoca que la vida deje de ser solo el pasar de los días, y todo nuestro caminar se convierta en acciones de fe y amor hacia el fin determinado para el cual fuimos creados, amar a Dios y al prójimo; amar a Dios nos ordena todo la vida, porque cuando Dios ocupa el primer lugar y el centro de nuestro corazón, todas las áreas de la vida se van organizando, sean las relaciones, las decisiones, las prioridades, el tiempo, e incluso las emociones y los sentimientos, con los mejores resultados, porque Dios es galardonador de los que lo buscan con fe y verdadero amor para servir con disposición y desinterés a favor de otros. Si ustedes cumplen los mandamientos y aman al SEÑOR su Dios, y lo adoran con todo su corazón y con toda su alma, entonces YO enviaré la lluvia oportuna sobre su tierra, en otoño y en primavera, para que obtengan el trigo, el vino nuevo y el aceite. Deuteronomio 11:13-14.
El amor a Dios debe ser el eje y el engranaje sobre el cual gire toda nuestra vida para dar sentido, razón de ser y equilibrio a toda la existencia, porque Dios es amor, y donde está Dios hay orden hay dirección y donde hay dirección, hay sentido y razón de ser en cada situación y en cada cosa; el amor a Dios transforma nuestro ser interior, porque el amor es la fuerza que impulsa mueve todo, con amor hay sanidad, se llenan los vacíos, hay expectativas y fortalecemos la esperanza; Dios ha dado su palabra que respalda y bendice todo lo que hacemos con amor sincero. Por cuanto en Mi ha puesto su amor, YO también lo libraré; lo pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Salmos 91:14.
Por otra parte, el amor a Dios nos da identidad de hijos y sentido de pertenencia a Él y su reino, produciendo en nosotros paz estable y propósito de vida que cultiva el carácter de Cristo en nosotros, haciéndonos servidores y colaboradores con corazón de siervos que se sujetan a sus instrucciones, venimos a ser mayordomos amorosamente responsables, y que luchan legitimamente como los alpinistas
de los altos y grandes picos en la nieve, donde los escaladores no sólo son hombres y
mujeres fuertes, flexibles, y relevantes, sino también son personas de voluntad
aguerrida y férrea, con agallas, resistentes y persistentes que no
se dan su brazo a torcer ni son vencidos, sino que avanzan por encima de los obstáculos hasta lograr
su objetivo, venciendo la mediocridad, la negligencia y la pereza, porque el amor a Dios es vida y fuerza para vencer. Si obedecen y aman al SEÑOR su Dios, y siguen sus caminos, cumpliendo sus mandamientos, leyes y decretos, ustedes vivirán y tendrán muchos hijos, y el SEÑOR su Dios los bendecirá en el país que vayan a ocupar. Deuteronomio 30:16
Una persona que ama a Dios sabe quién es, para qué sirve, para que vive y hacia dónde va, aún en tiempos dificiles y de confusión, pues amar a Dios nos da un para qué más grande que nosotros mismos y amar a Dios es vivir para algo eterno más grande que cualquier meta humana; el amor a Dios son hechos organizados y con propósito que no caducan ni envejecen, nada se arruina ni se acaba,, puesto que el amor de Dios lo llena todo y rebosa nuestro corazón con lo único que realmente permanece: su presencia sempiterna, mientras que todo lo demás pasa, la belleza física desaparece, la salud cambia, las personas fallan, el trabajo se transforma y el dinero va y viene, pero el amor es peremne, impulsándonos siempre a hacer
algo mejor y con mucho más de lo que se nos pide, porque hacemos la milla extra, por tener a Dios
como el tesoro más grande de nuestro ser, que nos hace sabios y nos da entereza
para rendir al máximo, sea individualmente o en equipo, derribando individualismos en
unidad, que concilian y armonizan en medio de las diferencias de una comunidad...Yo te amo, SEÑOR, fortaleza mía. Salmos 18:1.
El amor a Dios que permanece nos da las bases firmes para permanecer fieles a Él aun cuando la tierra se mueva y el mundo cambie, porque es su amor divino el que llena todos los vacíos existenciales y da respuesta a las tres preguntas mas comunes del ser humano: ¿De dónde vengo? ¿Para qué vivo? y ¿A dónde voy? De tal manera que amar a Dios, no solo nos da respuestas, porque Dios es amor y amarlo a Él es estar en la fuente del principio más sublime donde todo cobra sentido y razón de ser; y un escalador es el ejemplo perfecto, tiene baja estatura,
baja masa corporal y gran fuerza de agarre, y llevándolo al plano espiritual, si somos pequeños de ego pero altos para amar para a Dios, tendremos la avasallante fuerza del agarre que avanzar sin detenerse a mirar obstáculos, andando Con Pasos
Firmes en Dios en el camino de propósitos en Dios para que nuestra vida llegue a feliz término. El que
quiera hacerse grande entre ustedes será su servidor, y el que quiera ser el
primero entre ustedes será su siervo; como el Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos, Mateo 20:26-28.
2. AMAR A DIOS NOS HACE SOLDADOS PARA LA GUERRA. Tú pues,
sufre penalidades como soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en
los negocios del mundo, para poder agradar a Aquel que lo tomó por soldado. 2
Timoteo 2:3-4. Cuando amamos a Dios nuestra vida se conecta con la fuente del amor y el afecto para luchar como soldados de la fe, y con cada prueba nos renovamos, nos fortalecemos, nos ensanchamos, nos limpiamos, nos ordenamos y nos llenamos de todo el bien de Dios, surgiendo el verdadero sentido a la existencia; porque la vida tiene sentido cuando amamos a Dios a pesar de las tempestados, pues sabemos que su amor y su fidelidad nos alinearán a al propósito de la prueba; durante los tiempos difíciles nos apegamos a Dios y Él ordena nuestra alma, nos limpia, nos moldea, nos ilumina la mente, y nos aclara la visión para ver el camino por donde debemos ir, y a la vez nos llena el vacio interior con lo único que nunca falla, su amor. El SEÑOR protege a los que lo aman, pero destruye a los malvados. Salmos 145:20.
Un buen soldado que ama a Dios tiene coraje pero a la vez practica el amor humanitario y solidario porque es una vida ordenada desde el amor, pues hay personas que pasan años buscando sentido en sus logros, en los afectos y aprobaciones de otros, en sus experiencias y cosas materiales, pero nada llena completamente su corazón, puesto que el sentido de la vida no viene de lo que hacemos, sino de a quien pertenecemos; si amamos a Dios no solo lo reconocemos como Creador, sino como nuestra razón de vivir, y todo encaja tomando luz y dirección, sean relaciones, decisiones, prioridades e incluso el rumbo de los pensamientos, porque el amor a Dios es la brújula que nos oruenta en todo....Yo te amo, SEÑOR, fortaleza mía. Salmos 18:1.
Amar a Dios nos devuelve la identidad y el sentido de pertencia, porque mientras el mundo duce que valemos por lo que producimos, ligramos y lo que otros piensan de nosotros, pero si amamos a Dios, recibimos su amor eterno e incondicional y descubrimos que valemos por ser hijos de Dios y hermanos de Jesucristo; su amor nos coloca en el lugar correcto, no es un lugar ni perdido, ni vacío, sino lleno, no confundidos sino guíados y con 7n Dueño; porque amar a Dios nos recuerda quiénes somos y quién lo llena todo en ti y en mi, con sentido y confianza, seguros de lo que somos en Dios; gente leal con firmeza de alma y que sume responsabilidades con valentía y arrojo, esperando el éxito en Dios y no en los hombres; quien ama a Dios piensa inteligentemente para derrotar el miedo, la duda
y la indecisión y afrontar la amenaza constante de la muerte. Amen al SEÑOR, todos sus fieles. El SEÑOR cuida de los sinceros, pero a los altaneros les da con creces su merecido. Salmos 31:23.
Amar a Dios es confiar en Él porque Dios sana el alma, porque no es solo obedecerlo, sino acercarnos a su presencia donde las heridas se cierran, el dolor se mitiga, la ansiedad se calma, los miedos se desvanecen, las cargas se hacen livianas para recibir valentía y fuerza para enfrentar la vida, pues quien ama a Dios encuentra descanso porque se conecta con el remanso del amor perfecto que nos permite afrontar con arrojo los desiertos y la tormentas, firmes y fieles a Dios, y con voluntad férrea contra la duda, no dando lugar al pecado que es muerte, porque un buen soldado, hace de Dios su escudo, su baluarte y su fortaleza, tebiéndolo en el centro de su corazón y toda su existencia. ¡Ustedes que aman al SEÑOR, odien el mal! Porque Dios protege la vida de sus justos y los rescata del poder de los perversos. Salmos 97:10.
3. AMAR A DIOS NOS HACE ADORADORES. Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores
adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales
adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, es
espíritu y verdad es necesario que le adoren, Juan 4:23-24.
Cuando amamos a Dios, la adoración se convierte en parte integral de nuestra vida, porque nuestra pasión por el SEÑOR, nos hace admirarlo con gran respeto y reverencia, pues ese amor nos inspira a darle lo mejor, que es nuestra vida santa en adoración y alabanza, creciendo en obediencia, servicio, y conocimiento de Él, para aprender amar como Dios nos ama; así vemos nuestra vida con propósito en Dios, incluso en lo más pequeño pues Dios está lleno de detalles y no somos un accidente, somos su diseño perfecto y su obra maestra, por la cual Él dió su vidad; y sabemos que Dios nos preparó un camino de antemano para ser libres y útiles en sus manos; su amor nos proporciona libertad, gozo y paz llenando de color nuestra existencia; cuando
nos abandonarnos en su regazo, su amor nos sostiene, su presencia nos
fortalece, su Espíritu nos conforta y su palabra nos alimenta y
Él nos da nuevas fuerzas para seguir. Yo amo a los que me aman, y los que me buscan, me encuentran. Proverbios 8:17.
Adorar a Dios es expresarle nuestro amor en Espíritu y verdad, con un comportamiento santo y humilde, fortaleciéndonos en oración
y en la intercesión para sí mismos, la familia, la iglesia, la sociedad, la nación
y el mundo entero, porque la adoración nos hace compasivos, genuinos y sensibles a la necesidad
ajena, pues cuando el amor permanece todo cambia, aunque las temporadas de la vida sean inestables, la salud se altere, las enociones, el trabajo y las personas cambien, porque el amor sostiene cuando todo se mueve y la fidelidad sodtiene cuando todo se derrumba, pues la presencia amorosa de Dios nos da sentido cuando el mundo grita desorden. Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece. Proverbios 27:6.
El amor de Dios es el lugar más firne donde un alma puede descansar y adorar para agradar a Dios y ser fructíferos para su reino: con el amor podemos perdonar más facilmente, somos prudentes al
hablar, tenemos disposición para ayudar; y aunque seamos tentados seremos fuertes
para no caer, porque luchamos de la mano de
Dios que nos ama, protege, y nos levanta, pero la mejor manera de mostrar
nuestro amor a Dios es hacer de la adoración una forma de devoción y estilo d3 vida diaria, El
que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordene sus caminos, le enseñaré la
santidad de Dios, Salmos 50:23.
4. AMAR A DIOS ES SER AGRADECIDOS, Sean
agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para
ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús, 1 Tesalonicenses 5:18. El agradecimiento nace del amor, y cuando una persona ama a Dios su corazón empieza a ver la vida desde la perspectiva divina, no desde lo que falta, sino desde lo que ya hemos recibido de Él. No se trata solo de decir gracias es agradeciniento desde el corazón de un alma satisfecha en Dios, reconociendo que Dios es bueno, fiel y bondadoso, porque Él es quien nos sostiene, nos guarda, nos provee los recursos y es único que ha estado cerca cuando todos se fueron; ser
agradecidos es la forma de expresar nuestro afecto, gratitud y contentamiento a Dios, valorando todo lo que somos y tenemos en Él, sabiendo que todo
proviene de Dios por su gracia. Dios es Espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo de un modo verdadero, conforme al Espíritu de Dios. Juan 4:24.
El agradecido reconoce a Dios en todo tiempo, valorando cada día de vida, su familia y las personas, porque la gratitud ordena el corazón para saber amar y quejarnos, dudar, temer y comparar menos, pues con el agradecimiento se limpian las ventanas del alma para ver mejor, permitiendo ver a Dios con claridad y disfrutando con profundidad lo que tenemos; amar a Dios nos lleva a confiar y producir gratitud porque samos que Dios nos ama y podemos descansar en Él, y si descansamos podemos agradecer antes del milagro, de la respuesta y durante la prueba. Agradecer es dar alabanza a Dios
y honor al prójimo. El Espíritu Santo nos hace expertos y
competentes para tener gratitud y establecer prioridades, algo que no se queda en palabras ni buenas intenciones, sino que se hace efectivo y
real, haciendo la voluntad de Dios como una forma de agradecimiento a Dios, y negándonos a
nosotros mismos por amor a Él. Si ustedes me aman, obedecerán mis mandamientos. Juan 14:15.
5. AMAR A DIOS ES OBEDECER, Vale
más obedecer a Dios y prestar atención a sus instrucciones, que ofrecerle
sacrificios, 1 Samuel 15:22. La obediencia es la expresión visible del amor a Dios, cuando amamos sinceramente al SEÑOR, nos gozamos obedeciéndolo en todo, porque amar no es sentimiento ni emoción, es nuestra respuesta de rendición y sujeción a nuestro Dueño; no hacemos lo bueno por el solo hecho de cumplir reglas o evitar el castigo, sino porque amamos a Dios y lo complacemos, viviendo de la forma que agrade y honre a Aquel que nos amó primero, porque el amor es la raíz y la obediencia es el fruto; nuestra obediencia a Dios es demostración de confianza y entrega a Él, porque sabemos que Él tiene lo mejor para nosotros, y cuando elegimos ser obedientes, le estamos diciendo: creo en que tus caminos son mejores que los míos, confío en tu voluntad, buena, agradable y perfecta, y se que lo que me pudes es lo mejor para mi vida. El que vive mi palabra y guarda mis mandamientos, ese es el que me ama. Juan 14:21.
Nuestra obediencia a Dios revela la profundidad de nuestro amor por Él y nuestra entrega a su voluntad, porque si amas, obedeces sin pensarlo y no haces nada por obligación sino por complacdr y dar gozo al corazón de Dios; no se trata de tener que obedecer, sino de querer y disponerse para hacerlo porque la obediencia atrae la,presencia de Dios, abriendo el corazón para que Dios habite, deseando tener el camino hacia más paz, claridad, revelación, bendición y propósito, porque la obediencia es ganancia para el obediente. El amor a Dios es que guardemos sus mandamientos, porque sus mandamientos no son una carga difícil de llevar. 1 Juan 5:3.
La desobediencia rompe la comunión con Dios, pero la obediencia la restaura, y con desobediencia se pierde la paz, la direccíon, el rumbo y la comunión, peto ser obedientes nos alinea al corazón de Dios, volviendo al camino donde su voz se escucha y su presencia se siente; por eso Dios nos exhorta continuamente a la obediencia, porque el corazón
nos engaña, pero rendir la voluntad y entrega a Cristo, hace palpable la
Paternidad del Padre, oyendo la voz del Buen Pastor y teniendo la guía del dulce Espíritu que nos ayuda en nuestras debilidades. Ser obedientes es sujetarnos a Dios por amor, sabiendo esperar sus tiempos y sus sazones sin desmayar porque Él es bueno y siempre nos da lo mejor de su amor y misericordia, Si alguno
quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y
sígame. Porque todo el que quiera salvar su vida la perderá; y todo el
que pierda su vida por causa de Mí, éste la salvará, Lucas 9:23-24.
Así que mi querido lector, que si amas a Dios, tu vida tendrá sentido, si pones a Dios en primer lugar, Él te honrará, te guardará y te ayudará, Dios no nos dejará ser cola sino cabeza, estaremos arriba siempre y
nunca debajo, seremos más que vencedores y Él estará atento de todas nuestras
necesidades; porque amar a Dios y tenerlo en el primer lugar de nuestra vida, nos permitirá
ejercer una fe obediente de adoradores y valientes soldados, que ganan en el campo de
batalla de la vida, con gratitud y en servicio de labuena voluntad para superar barreras,
vencer tempestades, derribar obstáculos y vencer la ansiedad de los afanes del
mundo. Le contestó Jesús: el que me ama obedecerá mi palabra y mi Padre lo amará; entonces vendremos a él y haremos en él nuestra morada. Juan 14:23
Dios es nuestro refugio seguro, nuestra defensa y escudo
protector, asi que la mejor herencia que podemos dejar a nuestros hijos es amar a Dios siendo un
reflejo de su amor en Cristo, como instrumentos de honra en las manos del Padre, dejando un legado de
victoria en todo tiempo y lugar. Busquen el reino de Dios por encima
de todo lo demás y lleven una vida justa, así Dios les dará todo lo que
necesiten, Mateo 6:33.
Segura de haberlos bendecido en gran manera con esta bella enseñanza que ha ministrado el SEÑOR a mi vida, hoy se los comparto con todo mi afecto, en particular a cada uno de
ustedes.
ORACIÓN: Amado Padre celestial, ayúdanos a estar más ligados a TI para amarte como solo Tú lo mereces, te lo pedimos en el poderoso nombre de tu Hijo, nuestro SEÑOR y Salvador Jesucristo de Nazaret. Amén
ORACIÓN: Amado Padre celestial, ayúdanos a estar más ligados a TI para amarte como solo Tú lo mereces, te lo pedimos en el poderoso nombre de tu Hijo, nuestro SEÑOR y Salvador Jesucristo de Nazaret. Amén
Lic.
MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.