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13 sept 2018

ÁRBOL DE LA VIDA Y DE LA MUERTE



EL ÁRBOL DE LA VIDA Y DE LA MUERTE

Dios hizo crecer toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. Puso también en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal, Génesis 2:9.

A este pueblo dirás: Así ha dicho el Señor: He aquí que YO pongo delante de ustedes el camino de la vida y el camino de la muerte, Jeremías 21:8.

El plan eterno de Dios se revela a lo largo de los sesenta y seis libros de las Escrituras; al principio de las Escrituras, se ve a Dios creando al hombre como centro de su creación con el propósito de que éste crezca, decida y gobierne lo creado. Dios da instrucciones al hombre, porque en la mente de Dios estaba la intención de que el hombre cuidara y extendiera su creación mediante el camino de la santidad y la sabiduría que proviene de oír a Dios con atención y amor, en dependencia y amistad con el Creador para conservarnos en confianza y fe obediente que es la mejor forma de agradar al Dios bueno y misericordioso, y los bendijo Dios y les dijo: Fructifiquen y multiplíquense; llenen la tierra y gobiérnenla, dominen sobre los peces del mar, en las aves de los cielos, y sobre todos los animales que se mueven sobre la tierra, Génesis 1:28.

1. El ser humano entre los dos árboles, Al principio de la Palabra de Dios cuando se narra la creación, se presentan dos árboles: el árbol de vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal, de lo cual debemos tener claridad en cuanto a lo que representan. Después que Dios creó al hombre, lo puso frente a éstos dos árboles, el camino del hombre estaba planeado por Dios sobre la base de la libertad para decidir y escoger un árbol, Al cielo y a la tierra pongo hoy por testigos contra ustedes que les he puesto delante, la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escojan, pues, la vida para que vivan, ustedes y su descendencia,  Deuteronomio 30:19.

Dios instruyó al hombre para que fuera muy cuidadoso acerca de estos dos árboles, para que se relacionara con ellos de manera apropiada; era una cuestión de vida o de muerte. El hombre fue creado con libertad para vivir y andar dependiendo amistosamente con su Creador y con estos dos árboles. Dios fue claro al advertirle al hombre que si participaba del segundo árbol, el árbol del conocimiento del bien y del mal, tendría muerte, pero si participaba del primer árbol, el de vida, tendría bendición total, Amen al Señor su Dios, obedézcanlo y séanle fieles, porque de ello depende la vida de ustedes y el que vivan muchos años…Deuteronomio 30:20. ¿Qué representan estos dos árboles?

Según la Escritura, el árbol de vida representa a Dios en la persona de su Hijo que nos ha dado vida abundante y eterna en su sacrificio de la cruz debido a que el hombre prefirió conocer el mal en vez de rendirse totalmente a su Creador y SEÑOR, Jesús le dijo: YO SOY el camino, la verdad y la vida. Solamente por Mí se puede llegar al Padre, Juan 14:6. El árbol de vida representa la vida de Dios en Cristo para que la disfrute el hombre a plenitud hasta el día volver a su Creador para vida eterna.

El Antiguo y Nuevo Testamentos presentan al Señor Jesús como un “árbol” y como el “renuevo” de un árbol, Aquel día el Renuevo del Señor será hermoso y lleno de gloria, y el fruto de la tierra será el orgullo y adorno de los sobrevivientes de Israel, Isaías 4:2. Y saldrá una vara del tronco de José, y un renuevo retoñará de sus raíces, Isaías 11:1. Este título de nuestro Señor Jesús también lo encontramos en Jeremías  23:5 y 33:15; Zacarías 3:8 y 6:12, indicando que para el ser humano solo puede haber verdadera vida en Cristo.

La Escritura menciona varias veces al Árbol para referirse a Cristo en el vínculo de alimento y sustento del Padre para el ser humano. El Señor Jesús es comparado a un manzano, Como el manzano entre los árboles del bosque, así es mi Amado...A su sombra placentera me he sentado, y su fruto es dulce a mi paladar, Cantares 2:3, a lo cual también se refiere Salmos, 91; porque el que está en Cristo, está protegido bajo la sombra y el abrigo del Padre. Jesús hace referencia a sí mismo como la vid YO SOY la vida, ustedes los pámpanos; el que permanece en Mí, y YO en él, éste lleva mucho fruto, porque separados de mi nada pueden hacer, Juan 15:5. Jesús es el Árbol que da vida a las ramas, si estamos unidos a Cristo tenemos vida para ser productivos, cumplir el plan de Dios y vivir en el gozo de su Espíritu, lo cual nadie más lo puede dar.

¿Cuál es el significado del segundo árbol, el del conocimiento del bien y del mal?  Este árbol representa a Satanás que produce muerte: mientras que el primer árbol es la fuente de la vida, el segundo es la fuente de la muerte. Solo Dios es fuente de vida, y solo Satanás  es fuente de muerte. Porque en Ti está la fuente de la vida y en tu luz podemos ver la luz, Salmos 36:9; a satanás se le describe como al que tiene el imperio de la muerte, Hebreos 2:14. Así que desde el principio de la creación estos dos árboles representan la vida y la muerte, el bien o el mal, la bendición o la maldición; dos caminos que están ante el ser humano para que él escoja su destino final.

En el principio Dios creó al hombre en inocencia y en una posición neutral, sin inclinación ni a la vida ni a la muerte. La intención de Dios para este ser inocente y neutral era que tomara a su Creador dentro de sí mismo, para que Dios y el hombre fueran uno, esta fue la petición de Jesús en su oración de Juan 17, Que todos sean uno, como Tú, oh Padre, en Mí y YO en Ti, que también ellos sean uno en nosotros…Juan 17:21.

El hombre conteniendo a Dios en su corazón expresa vida, el ser humano hecho templo viviente del Espíritu en Cristo es la verdadera vida. Era plan de Dios que junto con el hombre hicieran un trabajo de equipo recreando el universo, con el propósito de representar y manifestar plenamente a su Creador; me duele el alma y se llenan mis ojos de lágrimas al escribir esto quebrantando mi espíritu ante la tragedia del pecado y la desobediencia de no ser verdaderos representantes de este Dios Santo, misericordioso y justo que tanto nos ha amado, hasta el punto de ofrecer su propia vida, Juan 3:16.

La otra posibilidad era que al hombre tomara del segundo árbol, la fuente de la muerte, mezclándose con él. ¡Que se abran nuestros ojos para ver claramente que el asunto de la vida del hombre y su salvación no es meramente ética y buenas obras. Sino el disfrute perfecto de la vida terrenal y el final feliz en la eternidad recibiendo a Cristo para vida y resistiendo a Satanás para evitar la muerte eterna! No te desvíes ni a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal, Proverbios 4:27.

En lo ético y lo moral no radica ser salvos, tampoco en esforzarnos por hacer el bien evitando el mal, sino en tener a Cristo reinando en el centro de nuestra existencia. Aquí es importante entender lo que implica tomar a la derecha o a la izquierda, el camino angosto o la senda ancha, lo cual se determina en tener la mirada puesta en el Eterno, Miren a Mí, y sean salvos, todos los términos de la tierra, porque YO SOY Dios, y no hay otro, Isaías 45:22,

2. El hombre fue corrompido y desviado del camino por el árbol de la muerte, y dijo YHWH, Dios, he aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora pues que no alargue su mano, y tome del árbol de la vida, y coma y viva para siempre, Génesis 3:22. Adán fue inducido a tomar dentro de sí mismo el árbol de la ciencia del conocimiento del bien y del mal. Esto fue algo más serio que quebrantar la ley y el mandato de Dios; cuando Adán tomó el fruto del segundo árbol Satanás vino a residir dentro de él para muerte.

Adán no tomó una simple rama del árbol, él tomó su fruto, sabemos que en el fruto hay poder reproductor, en este caso para muerte. Si plantamos un duraznero se producirán duraznos; Adán era polvo de la tierra, al tomar el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal Satanás se sembró en él. ¡Oh, esto es un asunto de gran importancia! Son pocos los cristianos que han comprendido la caída de Adán de esta manera tan clara. El fruto del mal con Satanás sembrado dentro de Adán, tal como una semilla en la tierra; creció dentro del hombre, por eso llegó a ser semejante a la serpiente y no a su Creador, al adversario llamado diablo y satanás, había robado lo que le pertenecía al Eterno, Jesús se lo dijo a quienes no le creían y se oponían a Él; el padre de ustedes es el diablo, ustedes le pertenecen a él, y por eso tratan de hacer lo que él quiere…Juan 8:44a.

Cuando Adán cayó en el huerto, Satanás no se quedó sólo en Adán y Eva, hoy permanece dentro la raza humana caída y sin Cristo. Todos somos espíritu, alma y cuerpo. Satanás entró en el cuerpo del hombre y la mujer, porque comer es ingerir, por eso Pablo escribió: Pero veo en mí algo que se opone a mi capacidad de razonar bien; es la ley del pecado, que está en mí y que me tiene preso, Romanos 7:23, es decir, una ley diferente, contraria y que se opone, en mis miembros, es algo que se rebela contra mi mente y que me induce al pecado, es decir, apresa las partes del cuerpo.

Con relación a la ley del pecado, Pablo dijo: Ya no lo hago yo, sino el pecado que mora en mí, Romanos 7:20, satanás es la raíz del pecado; pero gracias al Padre por Jesucristo porque  Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí, Gálatas 2:20. Aquí tenemos el contraste entre, ya no yo, sino el pecado, y ya no yo, sino Cristo. Jesús en mí es la incorporación de Dios dentro de mí ser, pero el pecado es la incorporación de Satanás. Satanás está personificando en el pecado que puede morar en nosotros, forzándonos a hacer cosas en contra de nuestra voluntad y la de Dios, Romanos 7:17-20.

Cristo en nosotros es más fuerte, Porque el pecado no se enseñoreará de nosotros, pues no estamos bajo ley, sino bajo la gracia, Romanos 6:14. El Pecado no tendrá el señorío sobre nosotros, en otras palabras, el pecado no será señor sobre nosotros. Si el pecado puede ser señor sobre nosotros, entonces el mal nos domina y nosotros personificamos al maligno, Lucas 22:3,

Con la caída Satanás entró en el hombre en forma de pecado para gobernar, dañar, corromper y dominar. Satanás está en los miembros del cuerpo humano. El cuerpo creado originalmente por Dios era bueno, pero llegó a ser carne corrompida por Satanás, Pablo dijo: en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien, Romanos 7:18. A causa de la caída nuestro cuerpo puro, se convirtió en carne, dañada, arruinada y maloliente ante los ojos de Dios.

La biblia utiliza dos términos: el cuerpo del pecado, Romanos 6:6 y este cuerpo de muerte, Romanos 7:24, el pecado está dentro del cuerpo humano que vino a ser residencia del maligno, la incorporación de Satanás dentro del hombre pecador le trajo muerte y corrupción. Luego entonces, el pecado es el recluta de Satanás, y la muerte es el resultado y efecto de la obra de Satanás dentro del pecador. Este cuerpo corrompido, adulterado y sin Cristo es cuerpo de pecado, y cuerpo de muerte porque en él reside la fuente de la muerte, satanás que esclaviza, debilitando y llenando de veneno mortal, Santiago 3; carnales vendidos al pecado, que queriendo hacer el bien, hacemos lo malo, Romanos 7.

El cuerpo no lavado en la sangre de Cristo ni crucificado en su cruz es algo maligno y diabólico, porque Satanás mora en ese cuerpo. Todas las concupiscencias están en el cuerpo corrompido y los deseos de la carne, Gálatas 5:16. La carne es el cuerpo corrompido lleno de deseos, en el cual reside Satanás. La caída del hombre consistió en que el hombre rechazo a Dios y acogió a Satanás dentro de su cuerpo, desde ese momento Satanás vive en el hombre para muerte desde que participó del segundo árbol, porque el día que de él comas, ciertamente, morirás, Génesis 2:17. Satanás y el hombre se hicieron uno, Satanás ya no está fuera del hombre, sino dentro del ser humano pecador sin Cristo y él es príncipe del aire operando en los hijos de desobediencia, Efesios 2.2. ¡Cuán maravilloso es comprender la grandeza y profundidad del sacrificio de nuestro Salvador!

Satanás estaba feliz, jactándose de que había logrado apoderarse del hombre, criatura que le pertenecía a su Creador; pero Dios que estaba fuera del hombre pensó: YO me encarnaré. Satanás se forjó dentro de ellos, pero YO entraré en mi máxima creación y me vestiré de hombre como uno de ellos, por eso le dijo a la serpiente: YO pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre su simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar, Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón, Génesis 3:15.

Dios se vistió del hombre en el cual moraba su enemigo, por medio de la encarnación, la clase de hombre con que Jesús se vistió estaba en una humanidad corrompida, arruinada y contaminada por Satanás, Dios envío a su propio Hijo en la misma condición débil de un hombre pecador y como sacrificio por el pecado, para condenar de esta manera al pecado en esa misma condición de debilidad, Romanos 8:3b.

Cuando el Señor Jesús se encarnó a la condición de hombre, Él tenía la semejanza de carne de pecado. No había pecado en El, sino que era semejanza de carne de pecado. El pecado estaba en el hombre corrompido, pero NO dentro del Señor Jesús que debía entrar al mundo para ser levantando y restaurar la imagen del Creador en su criatura. El AT muestra la tipología de Cristo en la serpiente de bronce sobre el asta, Números 21:9 y confirmada en Juan. 3:14.

Cristo levantado en la cruz, tenía la semejanza de la serpiente que estaba derrotando, la serpiente antigua llamada diablo o satanás, el archienemigo de Dios debía ser vencido porque Cristo estaba destruyendo la carne de pecado, que reflejaba a Satanás, algo difícil de entender para muchos. El logro de satanás tendría su fin al venir Dios en forma de carne de hombre para derrotarlo y liberar a aquel del cual se había apoderado para robar su alma, Así que, si el Hijo los liberta, ustedes serán verdaderamente libres, Juan 8:36.

3. El hombre es arrancado del árbol de la muerte, Y me mostró un río de agua de vida, resplandeciente como el cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero, en medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes, y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones, Apocalipsis 22:1-2.

Una vez que Dios se hizo hombre, llevó al hombre que Satanás había usurpado para clavarlo en la cruz, el enemigo imaginó que había tenido éxito, pero sólo proporcionó al Señor la manera de atraparlo y darle muerte definitiva una vez y para siempre tomando el lugar de Árbol de la vida que le correspondía dentro de la criatura que Él había formado, sanando así a las naciones de la carne putrefacta por el pecado, para esto apareció el Hijo del Hombre, para deshacer las obras del diablo, 1 Juan 3:8.

Así como un ratón que está suelto en la casa es difícil que el dueño lo atrape, pero si pone una trampa con un pequeño cebo, el ratón tentado a tomar el cebo, pensará que ha logrado conseguir su apetitoso manjar, no se dará cuenta que ha sido atrapado hasta que sea demasiado tarde. Ya atrapado será muy fácil que el dueño venga y lo mate; satanás fue como un ratón frente al Vencedor del Calvario que lo atrapó y lo venció en la cruz, Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, Cristo, igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante su muerte el poder de aquel que tenía el poder de matar, es decir, al diablo, Hebreos 2:14.

Adán vino a ser el cebo y la trampa para atrapar a Satanás; el dañino roedor suelto que corría en el universo y llegó a poseer al hombre, pensando que el ser humano era su hogar y su alimento, fue sólo el cebo para su destrucción porque estaba aprisionado en el hombre de pecado, que el Señor vino a crucificar y dejar vencido en la cruz por medio de su muerte, Cristo destruyó al diablo en el madero, es por esto que Satanás le tiene miedo a la cruz, y es por esto que el Señor nos dijo que tomáramos la cruz, que es el arma con la cual vencemos a Satanás cuando nos crucificamos juntamente con Cristo; porque los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos, Gálatas 5: 24.

¡Alabado sea el Señor! Pero ese no era el fin, seguía la sepultura y luego la resurrección, así como el pueblo de Israel entró en el mar Rojo con faraón y su ejército, pero salió del agua de la muerte sin Faraón y sin su ejército, así hemos sido liberados en Cristo. El Faraón y su ejército quedaron sepultados en el agua de la muerte, Así que por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Cristo también participó de lo mismo, para destruir por medio de su muerte, al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo, Hebreos 2:14.

Cristo llevó al hombre de pecado, Satanás, a la muerte y la tumba, sacándo resucitado al hombre espiritual creado por Él, libre de Satanás; luego llegó hasta el corazón de la tierra para destruirlo del todo, arrebatándole las llaves de su imperio de muerte, anulando el acta de decretos que había contra nosotros y que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz, Colosenses 2:14-15.

4. El hombre es resucitado en el Árbol de la vida, Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al Árbol de la vida y poder entrar por las puertas de la ciudad, Apocalipsis 22:14. Hemos sido rescatados y regenerados en la resurrección de Cristo, porque cuando Cristo resucitó, todos los que creemos en El, y nos hemos bautizado en su nombre y lavado en su sangre, también fuimos resucitados, Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo. Esto nos da una esperanza de vida, 1 Pedro 1:3.

¡Oh, Señor, esto nos asombra! El hombre fue arruinado por Satanás cuando Satanás entró en él, pero el Dios encarnado, vestido de hombre, llevó a ese hombre  de pecado a la cruz, dándole la estocada final al usurpador ladrón, esto es a Satanás, y lo dejó tendido en la tumba, resucitando victorioso; por esa resurrección el hombre volvió a ser uno con su Creador en Cristo, el Espíritu, Aliento de Vida entró de nuevo al hombre, y ahora somos uno en Cristo, ahora el Padre gobierna el espíritu del hombre renacido en Cristo, Porque por medio de Cristo los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre, Efesios 2:18.

Debemos gozarnos tomando la cruz diariamente para agradar al Padre y ser aprobados por el Hijo como instrumentos de su gloria. Si nos alejamos de la cruz, nos podemos volver a encontrar con Satanás; Jesús está en nuestro espíritu, pero debemos estar alerta, porque el ratón merodea simulando ser león rugiente, pues aún vivimos en un cuerpo mortal de carne, Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame, Mateo 16:24. Esta es la razón de tener que vivir siempre en el espíritu, crucificando la carne para ser luz desde la cruz porque cada día morimos a nosotros mismos, 1 Corintios 15:32 y Gálatas 5:24.

De ahora en adelante nuestra responsabilidad y deber mayor, no es tanto hacer algo bueno o hacer el bien, ese debe ser el resultado de andar en el Espíritu y crucificar la carne sin creernos buenos, lo cual engaña y produce ceguera, debemos seguir crucificados juntamente con Cristo, para mantener al enemigo lejos de nosotros; la cruz y el Espíritu dan muerte a la carne, lo cual incluye a Satanás derrotado, sometidos a Dios, resistiendo a satanás para que huya de nosotros, Santiago 4:7; Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en su carne…y quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, 1 Pedro 4:1. Y todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, y aquel que ha sido engendrado por Dios, Él lo guarda, y el maligno no lo toca, 1 Juan 5:18.

El resultado final para los que vuelven a ser injertados en el Árbol de Vida será la Nueva Jerusalén, y para los que siguen en el árbol de la muerte, el lago de fuego. En la Nueva Jerusalén reina el Dios hecho Hombre resucitado, y en el lago de fuego está la destrucción final de Satanás, lugar para los carnales y los tibios. El árbol de Vida crece en la Nueva Jerusalén, el otro árbol muere en el lago de fuego, todas las cosas y todas las personas relacionadas con el segundo árbol tendrán el mismo destino que Satanás, mientras la vida florece en la Nueva Jerusalén En medio de la calle de la ciudad. Y a cada lado del río el Árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes, y las hojas del Árbol son para sanidad e las naciones, Apocalipsis 22:2.

En conclusión,  para los cristianos el significado de esta realidad es lo que dije al inicio, El hombre lleno de la sabiduría y la presencia de su Creador, en amistad y dependencia de su Señor oyéndolo y prestándole atención para agradarlo y ser aprobado por Él a causa de la obediencia y la santidad para una eternidad bienaventurada, porque el fruto del justo es árbol de vida, Proverbios 11:30, Entonces llegará el día cuando el Dios Omnipotente y el hombre resucitado serán una sola expresión, y un Nuevo paraíso con el árbol de la vida en el centro viviendo para siempre en la casa de Dios, Porque yo soy como olivo verde en la casa de Dios; en la misericordia de Dios confío eternamente y para siempre, Salmos 52:8. ¡Santo Dios, gracias por tanto amor, favor y misericordia!

Comparto esta maravillosa enseñanza recreada en la dirección del Espíritu Santo, y que un siervo del Señor me dio el privilegio de publicar; he entendido que cuando Dios nos permite conocer y saber acerca de algo, y nos da la posibilidad de intervenir conforme a su dirección, es voluntad de Dios darlo a conocer e intervenir conforme a su guianza

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.