Cuando nacemos de nuevo en Cristo, el Padre nos viste con nuevas vestiduras para que sirvamos a su reino, y así como en el Antiguo Testamento solo los sacerdotes podían cargar el Arca del Testimonio del tabernáculo, del mismo modo hoy, los discípulos de Cristo y pueblo de Dios que hemos sido lavados con la sangre del Cordero, somos los encargados de llevar, cargar, mostrar y portar la presencia de Dios, como templos vivientes y tabernáculos vivos para honrar a Dios. Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, donde también con paciencia, esperamos que vuelva desde el cielo el salvador, nuestro SEÑOR Jesucristo. Filipenses 3:20.
Somos embajadores que representan el cielo en la tierra porque cada cristiano genuino es templo activo del Espíritu Santo, es decir que la misma presencia de Dios está latente en nosotros, pero lamentablemente una gran parte del Cuerpo de Cristo lo ha olvidado y no lo vive. No se han dado cuenta del cambio en el sacerdocio, que la ley ritualista del santuario, es hoy nuestro estilo de vida espiritual como ciudadanos del reino de Dios y que el servicio ceremonial del Tabernáculo en el AT era sombra de lo que habíamos de ser en Cristo, ahora Cristo no se muestra en la tienda del desierto, sino que se revela a través de sus redimidos sentado como Rey en nuestros corazones, Hebreos 10:1; Porque si hay un ángel que sea su mediador, uno entre mil que abogue por el hombre, podrá declararles lo que es bueno, para dar constancia de su rectitud. Job 33:22.
Es un error creer que solo los ministros pueden mostrar la gloria de Dios, cuando en realidad, todos, absolutamente todos los creyentes genuinos estamos revestidos de autoridad delegada y poder de Dios con su presencia en nosotros, por lo tanto, estamos responsabilizados en mostrar el carácter de Cristo y la gloria del Padre que fluye como río desde su trono por el Espíritu que mora en nosotros para permitir que sus aguas vivas y su fuego fluyan purificador desde nosotros a nuestro alrededor impregne la atmósfera con el peso de su gloria. El mensajero perverso cae en la adversidad, pero el enviado fiel es portador de sanidad. Proverbios 13:17.
Somos pueblo santo y real sacerdocio, entonces todos somos embajadores representantes del Altísimo y cargamos la gloria sobrenatural de Invisible, pero no solo los ministros, sino todos los que hemos sido lavaos en su sangre y bautizados con el Espíritu Santo, debemos corregir eso y anhelar ardientemente que muchos más vean el peso de la gloria celestial y disfruten como niños en el lugar de su presencia; esto incluye gozar por el Espíritu y morir a sí mismo como Cristo. El SEÑOR nos ha dejado como sus representantes para predicar el mensaje de su evangelio, por esto muchos podrían estar presos. Oremos para que pase lo que pase, anunciemos sin temor alguno, su mensaje, pues ese es nuestro deber. Por el cual soy embajador en cadenas, para que resueltamente hable de Él como debo hablar. Efesios 6:20.
El problema que muchos tienen para no mostrar a Cristo, ni la gloria del Padre y tampoco permitir el fluir del Espíritu Santo, es que creen que son hijos de Dios, pero no han nacido de nuevo, han cambiado de religión, no aman a Cristo, tampoco su palabra y no lo conoce ni leen la Biblia, por lo tanto no meditan en ella y no la viven y como consecuencia viven en la carne y no tienen poder ni autoridad para llevar el menaje de salvación, pues no han tenido un encuentro cara a cara con el Rey de reyes y no cultivan una vida en el Espíritu Santo. Están en peligro, y deben arrepentirse ya, confesar sus pecados, apartarse de la vida de pecado, nacer de nuevo y tener vidas Cristo céntricas. Sean imitadores de mí, como yo de Cristo. 1 Corintios 11:1.
Un embajador es un enviado oficial que representa a su soberano frente a los extranjeros del reino en esta tierra, proporcionando el vínculo de amor que los una a la ciudadanía celestial. Como embajadores trabajos para construir relaciones amistosas y desarrollo espiritual que favorezca ambas partes, hablando en el nombre de su Soberano Rey. El embajador es cuidadoso y responsable ante los otros, representando con excelencia a su Gobernante, encarnando su carácter, siguiendo las leyes y principios de su nación, que por supuesto, no podrían ser bien recibidos en otro lugar, pero él si respeta las leyes y lineamientos foráneos donde está como embajador. Porque los que son guiados por el Espíritu de Dios, ellos son hijos de Dios. Romanos 8:14.
A diferencia de los embajadores políticos, para ser representantes de Dios y su reino, debemos ser adoptados a través del sacrificio de Cristo cuando nacemos de nuevo para poder experimentar el cambio de perspectiva de visión natural a visión espiritual, porque ya no somos ciudadanos de este mundo, sino del Reino celestial, desde la perspectiva de nueva creación y nuevas criaturas, 2 Corintios 5:17; Nuestro trabajo como embajadores de Cristo y portadores de la gloria de Dios es difundir el mensaje de nuestro Gobernante celestial, primeramente a su nación, y luego a las demás naciones donde somos enviados; ese mensaje de amor reconciliador personal y directo con las personas que vivimos y nos rodean, ya no esclavos del mundo, sino fieles a Dios. Juan 3:16.
Si queremos ser embajadores, primero debemos pertenecer al Reino, y no a nosotros mismos para poder estar comprometidos con nuestra nueva ciudadanía dando solución a tantos problemas dentro de la congregación de Dios, muchos en las congregaciones locales dejarían de estar pidiendo que oren por ellos todo el tiempo, dejarían de quejarse, sanarían, y empezarían a orar por otros, ministrando la presencia de Dios para que el cambio y la transformación de muchos sea visible en todo lugar con vidas nuevas, porque a Santidad hemos sido llamados, y la tierra entera clama para que los hijos de Dios se manifiesten con el peso de la gloria celestial, porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria de Jehová, como las aguas cubren la mar. Habacuc 2:14.
Debemos vivir en los estándares de nuestro nuevo Rey, porque somos temporales en la tierra, y nos espera una casa eterna en los cielos, 2 Corintios 5:1; el anhelo ardiente de la creación es aguardar la MANIFESTACIÓN de los hijos de Dios, pues la creación fue sujeta a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación será libertada de la esclavitud de la corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y aún está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la plenitud de la adopción y la redención de nuestro cuerpo. Romanos 8:18-23. Procuremos con diligencia presentarnos a Dios aprobados, como buenos obreros que no tienen de que avergonzarse, porque manejamos con precisión la palabra de verdad. 2 Timoteo 2:15.
Como embajadores debemos promover que todos sean bienvenidos a una relación con su Soberano Salvador en el cumplimiento de la perspectiva salvadora del reino, abandonando todo lo que no tenga que ver con Dios y nos aleje de su reino, siendo leales al SEÑOR; Guardémonos de los falsos profetas, que vienen a nosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces, pero por sus frutos los conoceremos. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego, así que, por sus frutos los conoceréis. Mateo 15:20 y Lucas 6:43-44. Porque somos colaboradores de Cristo, y somos labranza de Dios, edificio suyo somos...1 Corintios 3:9-23.
Hay poder y autoridad delegadas en los representantes de Dios y su reino. 1 Corintios 4:20. Cuando vivimos en el reino de Dios y su justicia, lo que predomina es la soberanía de su Rey y el poder de sus mandatos, los cuales Él dejó para que nos movamos con confianza y autoridad en su nombre; por su palabra en la unción y presencia santificadora del Espíritu Santo para podrir yugos, romper cadenas, derribar esquemas mentales errados y vencer la carnalidad pecaminosa del mundo en la santificación de los santos. Porque lo santos del Altísimo recibirán y poseerán el reino, y será suyo por la eternidad. Daniel 7:18.
El poder y la autoridad de Dios en su Reino está primeramente en el sacrificio y nombre de Jesucristo, unidos a la sabiduría, la sujeción y la pureza de los ciudadanos de su nación santa y real sacerdocio que cuenta con deberes y derechos consagrados en la Constitución sagrada; es poder y autoridad delegados del padre sobre su pueblo que opera con un ministerio, un encargo, el llamado y la misión que todos tenemos de ser representantes del cielo en la tierra y portadores de la presencia de Dios, habiendo sido bautizados con el fuego del Espíritu Santo que nos hace reflejo del Hijo, para que en su reino el ministro responda a su tarea, el sacerdote interceda y permanezca en el altar orando, adorando y alabando; los jueces hacen y defienden la justicia, todo como embajadores representan la nación santa, proclamando la palabra profética, dando testimonio y mostrando el estilo de vida que complace el corazón del Padre. Jueces 2:18. Veamos algunas características del embajador del Reino:
1) Nunca entra al poder del Reino por voto humano ni promoción personal, somos escogidos por el gobierno de Cristo. 2 Corintios 5:15-20. 2) Representamos la nación santa propiedad del SEÑOR, Deuteronomio 7:6 y Efesios 5:27. 3) Somos ciudadanos del reino celestial en Cristo, Él nos gobierna y lo reflejamos, Filipenses 3:20; toda necesidad de sus embajadores, el Rey la cubre, sean bienes materiales, emocionales o espirituales, el Rey provee absolutamente todo porque somos su familia y Él es el Dueño de todo, nosotros le correspondemos con amor, entrega y consagración. Lucas 22:29-30.
4) No nos representamos a sí mismos, por lo tanto, no damos opiniones personales, y si nos hacen una pregunta, respondemos desde la posición de nuestro gobierno con base en su Santa Constitución. Romanos 1:17, sí te preguntan ¿qué opinas del aborto y la homosexualidad? No das tu concepto, dices lo que está en la Constitución del reino y estableces la posición del Rey. Josué 1:8-9. 5) Ningún servidor del Reino se mete en asuntos polémicos ni argumentos personales, tampoco discute, solo cita su Constitución. 1 Reyes 2:3 y 1 Pedro 3:15.
6) Un embajador da a
conocer su nación y su hermosa idiosincrasia con eficiencia y excelencia,
porque es la única nación santa de reyes y sacerdotes sentados en lugares
celestiales con la autoridad de Jueces a favor de la tierra para proclamar con
la ley divina las bendiciones al justo y los juicios al malo. Daniel 4:17 y Hechos 13:47. 7) Si alguien ataca a un
servidor, embajador o juez del Reino de Dios, el que lo haga no se mete en
problemas con una persona, sino que tendrá en contra a su Rey y toda la
nación, Isaías
54:15 y Lucas 17:2; esto se convertirá en un asunto internacional porque el
Rey universal tiene puestos sus ojos sobre toda la tierra mirando a buenos
y malos; Él examina, escudriña y conoce las intenciones del corazón
humano. Deuteronomio
32:35 y Romanos 12:19. ¡Gloria
a su nombre!
En el gobierno del reino, ordena, manda y gobierna el Alto y sublime soberano Juez Justo de las naciones, el Abogado Supremo y perfecto defensor de los justos, Él desata su ira contra la iniquidad y entrega recompensas y coronas a los santos; Él opera desde la Suprema Corte celestial, en colaboración de sus ciudadanos que son sus servidores y representantes en este mundo, en cumplimiento de las leyes divinas estipuladas en su Constitución. Éxodo 22:22-24, Miqueas 6:8, Isaías 1:17.
No
echemos a perder la gracia de Dios en cuanto a lo que somos y hemos recibido
del Padre en Cristo, porque es Dios quien tiene un tiempo propicio para hacerlo
todo, Él acudirá en nuestra ayuda siempre que lo invoquemos, por eso tenemos
que comportarnos como humildes servidores de su Gobierno, y si tenemos que
sufrir por su nombre y su palabra, será doloroso, pero un gran privilegio de
honrar al que nos tomó por hijos y herederos de su reino celestial. Es verdad que algunos anuncian a Cristo por
rivalidad y envidia, pero nosotros lo hacemos con buena voluntad. Filipenses
1:5. Y servimos
con excelencia para que otras crean y sean salvos. 1 Corintios 3:4-5.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.