ORDENA TU VIDA PARA LOS TIEMPOS QUE VIENEN
Pon tu vida
en las manos del SEÑOR; confía en Él, y Él siempre vendrá en tu ayuda. Salmos
37:5.
El ser
humano hace planes, pero al final, es el SEÑOR el que dirige y organiza.
Proverbios 16:9. Háganlo todo decentemente y con orden.1 Corintios 14.40.
No vivan ya
según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de
pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad
de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que es grato y lo que es perfecto.
Romanos 12:2.
Estamos a portas de un nuevo año que por su puesto, no será uno más, sino que será tiempo de determinación y definición espiritual, por eso el SEÑOR y Dueño del universo nos habla una vez más para alertarnos a ordenar y cambiar el estilo de vida discordante que muchos han llevado; Dios planea y anhela hacer grandes obras entre
su pueblo, para hacer la diferencia con el mundo en estos tiempos de confusión y locura; para ello, todos y cada uno de nosotros, los hijos de Dios y ciudadanos
de su reino, así como los que han de ser salvos, tenemos que hacer un examen
interior a la luz de su palabravy el carácter de Cristo, acerca de la clase de vida que hemos tenido
hasta ahora, porque muchos no están preparados para los tiempos finales proféticos, por lo cual requerimos hacer un alto en el camino, pues Dios no obrará en el desorden ni en la confusión, por lo tanto, necesitamos trabajar
efectiva y asertivamente para poder ser hallados dignos de encontrarnos con el
SEÑOR para ir a las Bodas del Cordero. Pues hemos sabido que algunos de
ustedes llevan una vida desordenada e indisciplinada, sin ocuparse de nada.
2 Tesalonicenses 3:11.
En Dios y con Él nada es por el azar ni mera coincidencia, por eso hace ya un
mes que se ha venido compartiendo en las redes, enseñanzas a cerca de Dios y el
Orden, el Discernimiento, la Santidad como plenitud de Vida, el Sentido de la
Vida, y mucho más, todo lo cual vemos claramente que está alineado con esta ensañanza a los
propósitos de Dios, el Eterno nos advierte y prepara para que estemos
dentro de sus planes proféticos de fin de los tiempos, rumbo a las Bodas del
Cordero. Por lo tanto, hagan morir en ustedes, todo lo que es
terrenal; que nadie cometa inmoralidad sexual, ni haga cosas impuras, ni siga
sus pasiones y malos deseos, y que no se dejen llevar por la avaricia, que es
una forma de idolatría. Colosenses 3:5.
Para podernos encausar dentro del mover de Dios, debemos entender que el
desorden produce destrucción, pero el orden provee bendición y avance tomados de
la mano de Dios, ensanchados con la capacidad y ayuda que provienen del SEÑOR
para que logremos ser verdaderos mayordomos y siervos alineados al carácter,
voluntad y el plan de Dios, pero si continuamos viviendo en el desorden será
imposible alcanzar tan grandes bendiciones ni recursos, y lo primero que debemos atender
y planificar en nuestra vida y nuestra casa es poner todo en el orden de Dios. Ensancha el
sitio de tu casa y alarga sus cortinas, no escatimes ni repares en los gastos;
porque te vas a extender a la derecha y a la izquierda; tus descendientes
conquistarán nuevas tierras y habitarán ciudades que ahora están desiertas.
Isaías 54:2-3.
Este cambio que Dios nos pide no se trata de hacer mucha oración, ayuno,
clamor ni obras de caridad, se trata de dejar el desorden carnal y del mundo
para volvernos al orden espiritual que Dios establece para que se materialice en la vida con lo mejor
del cielo, se trata de hacer la voluntad de Dios obedientemente, de ceñirnos a sus instrucciones y cumplir con nuestras roles y responsabilidades; para entender esto,
hablaremos a cerca de lo que es el desorden que destruye y estanca, paralelo con el orden que nos sostiene firmes y capaces para desarrollar nuestros dones y
talentos bien administrados, en su debida organización y planificación con la sabiduría que procede de lo alto, para que nuestra vida y nuestro hogar sean verdaderos
refugios de bendición espiritual, tanto para sí mismos como para los de la casa. Así dice el
SEÑOR: pon tus asuntos en orden, porque si no lo haces, morirás y no vivirás…Isaías 38:1.
El desorden tomado desde el original hebreo, por una parte es Tohú babohú, significa desolación, confusión, falta de funcionalidad y vacío por carencia de estructura y diseño, desde la palabra Balagán, es caos, lio y problema; con Mevujá, se traduce como descontento, pues en la falta de agradecimiento, hay desorden mental y social sin
discernimiento ni propósito; también está Iséder que significa conducirse sin limites andando ociosos y desocupados cometiendo toda clase de locuras; y finalmente está la palabra Ta´aróvet,
donde literalmente no hay orden porque todas las cosas están revueltas y en mal
estado en medio de la oscuridad, redundando todo eso en un desorden espiritual cotidiano
y total de desorientación, confusión emocional y desorganización personal. La tierra,
entonces, no tenía ninguna forma; todo era un mar de desorden y vacío profundo
cubierto de oscuridad, pero el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas.
Génesis 1:2.
En el AT, el escenario es la tierra, pero ahora está representado en
nuestra vida donde Dios quiere actuar con principios espirituales, porque el
vacío Tohú babohú no es el diseño
final, es inutilidad en una condición temporal de desorden donde se carece de
planeación y estructura para saber vivir a la manera de Dios; puede haber vida
material y física pero no hay dirección de Dios, aunque se tienen dones, pero por la
ausencia de orden no hay contenido, solo se experimenta vacío existencial y esterilidad al vivir en la oscuridad con ausencia de la Luz que es nuestro SEÑOR
Jesucristo; asi que si estás viviendo sin Dios y sin orden no habrá revelación ni discernimiento para desechar el mal y el peligro, por lo tanto habrá inseguridad, incertidumbre y desconocimiento, andando como ciegos y a tientas
dentro de un abismo de oscuridad mental y espiritual. Mi pueblo no tiene
conocimiento, por eso ha sido destruido; son un pueblo de reyes y sacerdotes,
pero han rechazado conocerme para ser mis sacerdotes: Y como olvidan las
enseñanzas de su Dios, YO me olvidaré de tus descendientes. Oseas 4:6.
Esta exhortación es apremiante y grave ante lo que ha de venir
próximamente, pues hay en los aires y en la tierra fuerzas espirituales
imposibles de dominar humanamente, hay amenaza y peligro incontrolable a causa
del desorden, el pecado y la iniquidad sin límites; pero tenemos al Dios
Todopoderoso que nos habla, nos advierte, nos enseña, nos protege y nos prepara
para la batalla y la victoria, con su Aliento de vida y sus intenciones divinas de bienestar, pero el Creador se involucra en nuestra existencia y como ave protectora nos
cubre con sus alas, revoloteando sobre sus polluelos, pues Dios no huye del
caos, sino que lo enfrenta y lo incuba hasta que todo este listo para recibir
su palabra, entonces comienza a ordenarse todo: el camino humano, el orden
divino entre su pueblo, y su presencia fluye para cuidarnos con autoridad y poder. Por el
SEÑOR YHVH, son ordenados los pasos del hombre, y Él es quien aprueba nuestro
camino. Salmos 37:23.
Dios no improvisa, Él planea y ordena para que haya fruto y productividad
con el fin de recibir mucho más de lo que nos ha dado, porque el enemigo
actúa totalmente contrario a Dios para destruir e impedir los planes y
propósitos del SEÑOR, pero Dios hoy quiere usarnos de manera extraordinaria para
completar con nosotros, su plan de redención Él quiere gente despierta, activa, efectiva y
pronta para cumplir su encomienda y propósito según cada vida, porque el mundo del
caos y el desorden son nuestros enemigos; una vida hueca y un corazón vacío no pueden
producir el amor de Dios, sin fe obediente ni disposición de corazón, por lo tanto, debemos despojarnos de nosotros mismos y dejar los afanes del mundo, para
trabajar al ritmo del Creador y que sea Él quien nos dirija paso a paso, con la
llenura de su Espíritu. Nuestro SEÑOR Jesucristo existe antes de todas las
cosas, y por Él se mantiene todo en orden. Colosenses 1:17.
El orden no procede de lo material, sino de la presencia activa de Dios,
por eso la Biblia nos presenta el orden como un principio, no como una simple organización, orden es el fruto de una vida alineada con Dios, cooperando con el proceso y el ritmo que
lleva el plan redentor de Dios para la humanidad, porque así lo inútil se
transforma en propósito, siempre y cuando permitamos que Jesucristo sea el
centro de nuestra vida y quehacer diario, estableciendo la mayordomía y el
orden de las prioridades, porque el desorden que hoy vemos en el mundo comenzó
desde adentro del corazón de los humanos, porque si nuestro corazón no está en el
centro de la voluntad de Dios, nuestra existencia pierde toda dirección. Cuida tu
mente y tu corazón más que nada en el mundo, porque de allí brotan los
manantiales de vida que vienen de Dios. Proverbios 4:23.
Dios es lo más importante para la vida humana, no podemos vivir de las
urgencias y los afanes del mundo que nos envuelven y enredan, razón por la cual
debemos dejar que la palabra de Dios penetre hasta nuestras coyunturas y
tuétanos como espada que rompe la roca para que obtengamos los cambios que requerimos y podamos así permanecer en el propósito de Dios hasta el final; el orden verdadero
nace en la revelación de la palabra de Dios hablada, obedecida y ejecutada,
aprendiendo a separar la luz de las tinieblas y el bien del mal; el desorden persiste cuando
confundimos los roles asignados por Dios para hombre y mujer y cuando mezclamos
las prioridades, errando al unir lo santo con lo profano. Por lo
tanto, salgan de en medio de los incrédulos y apártense del mundo, no toquen lo
inmundo, dice el SEÑOR, y YO los recibiré. 2 Corintios 6:17.
Seremos recibidos en los aires, si tenemos orden espiritual que establece límites claros, rechazando en la vida el activismo de lo vacío y sin sentido, por lo cual al vivir en desorden, nos
cansamos y agotamos perdiendo la paz interior y la paz de la atmósfera, pues no
se trata de mantenernos ocupados, sino de dar fruto para el reino de Dios; y tanto
desorden brota del apuro y la carrera tomando decisiones fuera de tiempo y
enfrentando planes sin madurar donde forzamos los procesos; Por lo tanto, mis
queridos hermanos, sigamos firmes y constantes, trabajando siempre en la obra
del SEÑOR; porque todos sabemos que no es en vano nuestro trabajo en unión con
el SEÑOR. 1 Corintios 15:58.
Dios no ordenará lo grande si despreciamos los detalles pequeños como los
horarios, los tiempos de descanso, los pensamientos y las decisiones
cotidianas, pues el orden a la manera de Dios se practica cotidianamente de
principio a fin; Dios no dispone el orden desde afuera sino desde adentro
gobernando nuestros corazones, en ese proceso, el tiempo se maneja sabiamente, las
relaciones se sanan, nuestra mente se aquieta y encontramos propósito a nuestra
vida, sirviendo y dando fruto, rompiendo con la inestabilidad y vulnerabilidad, que produce el desorden y el enemigo que manipula en el mundo. Pon en las
manos del SEÑOR todo lo que haces y tus planes tendrán éxito. Proverbios 16:3.
El orden empieza por la revelación de la palabra de Dios en nuestro
corazón, ajustando todo a la integralidad en nuestro diario vivir, de tal manera, que tomamos conciencia de las prioridades según la Biblia, antes de empezar cualquier
actividad o proyecto, porque hay cosas que son necesarias ahora, pero otras
pueden esperar; el orden se mantiene cuando Dios va en primer lugar, no cuando
hay tiempo, por eso el lema de la vida del cristiano para este año que llega es
ORDEN PARA VIVIR, preparándonos en simultánea con las actividades diarias, pero teniendo
en cuenta el descanso, pues el caos se alimenta del ruido y las prisas que provoca el
mundo, pero requerimos vivir y actuar bajo la dirección del Espíritu de Dios. Ordena mis
pasos con tu palabra SEÑOR, y no permitas que la maldad me domine. Salmos
119:133.
Sabiduría, corrección y vivir rectamente ponen todo en orden enderezando
nuestros pasos, porque cuando Dios endereza y corrige no solo lo hace
externamente sino desde el interior de nuestra alma, y si Él nos disciplina y
corrige se enderezará lo que se ha torcidos y está desviado del camino, pero todo esto involucra entrar en el orden divino y donde había confusión, desvío y
decisiones torcidas habrá alineación al orden de la voluntad de Dios, pues si ponemos todo nuestro ser en las manos de Dios y a su servicio, todo volverá espiritual y físicamente al diseño
del Creador, preparándonos para marcar la diferencia entre las naciones. Reconoce al
SEÑOR en todos tus caminos, porque Él te hará volver al camino recto.
Proverbios 3:6.
Les recuerdo los puntos que Dios entregó en la enseñanza de Dios y el Orden, hoy para vencer el desorden y avanzar en el reino de Dios.
a. Desempeñar una buena mayordomía, que abarca todas las áreas de la existencia humana, donde Dios es Dueño de todo y nosotros somos sus administradores. Mateo 25:21.
b. Redimir con la ley de la quinta parte que nos enseña a restituir para ser justos y responsables delante de Dios, añadiendo una quinta parte con lo que se engañó y se robó, Levítico 6:1-5.
c. Vivir en la ley de multiplicación que es un mandato desde Génesis, 1:28, donde nos corresponde fructificar y multiplicar, entregando todo en las manos de Dios, empezando por nosotros mismos, porque la multiplicación responde a la obediencia de trabajar y sembrar en las cosas de Dios. Juan 12:24, 2 Corintios 9:6.
d. Mantener el principio del orden en la disciplina espiritual establecida por Dios, 1 Corintios 14:40.
e. Ejercer la ley del dominio propio, controlando impulsos, transformando pensamientos y teniendo equilibrio en las emociones al caminar Con Pasos Firmes en Dios, en sujeción y obediencia al SEÑOR. Gálatas 5:22-23.
f. Practicar la ley de la planificación, es decir, vivir con dirección y sabiduría de lo alto, programando cada día con certeza de fe según la voluntad de Dios. Proverbios 16:9 y Efesios 1:11
g. Tenemos que cerrar puertas espirituales de maldad, resistiendo al enemigo, abandonando los malos hábitos, identificando la tentación y el engaño con discernimiento para no pecar contra Dios. Proverbios 28:13.
h. Hacer reserva y tener prudencia con los gastos, porque la prudencia
financiera va unida a la mayordomía, viviendo con fe obediente, con orden y
organización a la manera de Dios, Proverbios 21:20.
Mg.
MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.