EL CRECIMIENTO PERSONAL NO PARA SI
ANDAMOS CON DIOS
En
esta vida hay un tiempo oportuno para todo, una temporada para cada actividad
que se hace debajo del sol, Eclesiastés 3:1.
Hermanos,
yo sé muy bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme
en el camino ya recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por
recorrer. Así que sigo adelante, hacia la meta, para obtener el premio que Dios
me llama a recibir por medio de Jesucristo, Filipenses 3:13-14.
Si somos hijos de Dios, discípulos de Cristo y amigos del Espíritu Santo, no podemos para de crecer y gozarnos con las experiencias vividas en Cristo, sean de amor, de disciplina, exhortación, confrontación, y aún d3 desierto. Hemos sido creados para edificar, arrancar, plantar y avanzar hasta el final de la meta y sin desmayar.
Mientras vivimos
tenemos un tiempo oportuno para todo lo que hacemos debajo del cielo, así como
Dios no descansa y trabaja todo el tiempo, nosotros con mayor razón tenemos que
seguir avanzando sin parar, para ello hay tres cosas importantes que no debemos
olvidar: aprender, vivir y proyectarnos.
Al detenernos en los versículos
anteriores, podemos percibir dos conceptos interesantes: a) Oportunidad con sabiduría para aplicar el conocimiento en el
momento oportuno, si queremos llevar una vida sabia, tenemos que encontrar las
oportunidades que Dios da y estar preparados para actuar inteligentemente en el
momento apropiado; b) lo segundo es
que siempre hay un tiempo para todo.
Aquí podemos ver la
soberanía de Dios, Creador de cielos, tierra y del ser humano, a quien doto con
la capacidad para elegir, lo cual involucra un momento y un tiempo oportuno
para actuar.
Bill Hybels, en su
libro Simplifica, identifica los problemas centrales que nos envuelven en un
frenético activismo en el ritmo vertiginoso de lo urgente que podría
consumirnos y controlarnos, al mismo tiempo ofrece pasos prácticos que se requieren
para desenmarañar el alma y nuestra vida pueda ser diferente, desde la
perspectiva de Dios enseña que podemos tener vidas simples pero sabías. Este
escritor analiza versículos de Cantares donde se enfoca del cambio de las
etapas de nuestra vida. Con base en lo anterior, podemos reflexionar ¿En qué
etapa de nuestra vida nos encontramos?
Este autor presenta
dos perspectivas que solemos optar, a)
Tomar nuestra vida como una cadena de eslabones sueltos conectados solamente
por un calendario, esto hará que fácilmente pasemos por alto el movimiento
activo de Dios en nuestra vida. b) Tener
la habilidad para enfocar en qué época de nuestra vida nos encontramos, lo cual
va a incrementar nuestra cooperación con Dios, podremos conocer su guía, seguir
su dirección, y aceptar el final de una etapa como el inicio de la siguiente.
La reflexión que
podemos hacer aquí sería: a) ¿Cuál es
la perspectiva de nuestro diario quehacer? ¿Acaso estamos viendo la vida como simples
eventos aislados cada día? ¿Realmente estamos entendiendo que Dios nos permite
vivir diversas etapas cada día, con un comienzo y un final pero con un
propósito específico?
Debemos estar
conscientes que la forma en que desarrollemos la vida en cada etapa repercutirá
para la siguiente. Si no tenemos claridad en esta perspectiva, hará que en
ocasiones, personas adultas no se comporten acorde al momento y la situación. Dios
quiere que nos gocemos y saques provecho de cada una de nuestras etapas
vitales. ¿En qué etapa de tu vida te encuentras? ¿Cómo han finalizado tus
etapas anteriores?
La forma como
cerremos cada etapa, va a influenciar y afectar la siguiente etapa de nuestra
vida. De la manera como cada uno proyecte su siguiente etapa y ciclo vital, repercutirá
en el éxito o el fracaso en la clase de persona que Dios quiere que seamos.
Cuando tenemos problemas o éxito en la vida, ¿nos preparamos para lo que sigue?
Hay tres etapas: el pasado,
el presente y el futuro, en otras palabras, el ayer, el hoy y el mañana.
Tenemos que aprender del pasado, para vivir mejor el presente y proyectarnos al
futuro, ¿Lo estamos poniendo en práctica? ¿Hemos aprendido a vivir mejor por
las experiencias del pasado? ¿Vives realmente el momento presente y la
oportunidad actual que Dios te da? ¿Estoy proyectando el futuro?
Pero también hay tres
cosas que no debemos olvidar: Aprender, vivir y proyectarnos, esto enseña que
lo primero que debemos hacer es APRENDER; de nuestro pasado, de nuestras experiencias
y de nuestro hoy. Señor, Tú me hiciste con tus propias
manos y me diste forma; ahora dame entendimiento para aprender tus
mandamientos, Salmos 119:73.
Este versículo contiene
dos verdades que deben estar claras en nuestra mente: somos criaturas de Dios,
pero si hemos recibido como Señor y Salvador a Cristo, ya no somos solo
criaturas, somos hijos de Dios, y como sus hijos Él nos da forma. La petición
del salmista y la nuestra es la misma: Señor, danos
entendimiento para aprender tus mandamientos; esta petición debe ser nuestra
oración diaria. Padre dame entendimiento para hacer tu voluntad y entender tus propósitos.
La palabra aprender
tiene dos sentidos: adquirir conocimiento de algo por medio del estudio y la
experiencia en la práctica, y fijar algo en la memoria o memorizar. Nuestro
propósito debe ser fijar en la memoria la palabra de Dios, así podremos meditar
en ella para aprenderla y practicar lo que Dios tiene para mí, al mismo tiempo
conozco más a Dios. Acerca de aprender, el rey David inspirado por el Espíritu
Santo, nos llama la atención en la instrucción en la palabra de Dios para
darnos cuenta que la vida es muy corta, Señor, recuérdame lo
breve que es mi vida sobre la tierra, recuérdame que mis días están contados y sepa
yo cuán frágil soy, Ante Ti mis años son
como nada, los mortales solo somos un soplo. Un suspiro que se pierde entre las
sombras, ilusorias son las riquezas que amontona, pues no sabe quién se quedará con ellas, Salmos 39:4-6.
La realidad es que la
vida es muy corta y las perspectivas a través de cada una de las etapas son
interesantes, niños, adolescentes y jóvenes tienen creen que la vida dura
mucho, deseando ser mayores; pero cuando alcanzamos la etapa adulta, los
pensamientos y los sentimientos cambian, y quisiéramos ser otra vez niños o
jóvenes, porque ya nos damos cuenta que la vida es corta; por lo tanto debemos
cambiar la perspectiva y debemos cambiar la actitud ante la vida; así que si la
vida es corto, ¿cuánto me falta por aprender? ¿Cuánto tengo que aprender para ser
la clase de persona que Dios quiere de mí?
Gandhi, que fue un
gran lector de las Escrituras acuñó esta frase: Vive como si fueras a morir
mañana, pero aprende como si fueras a vivir 100 años, sería bueno ponerla en
práctica, porque aunque la vida es corta, hay que darle un sentido de premura
para aprender como si fuéramos a vivir siempre, porque realmente tenemos que proyectar
un modelo de vida como la de Cristo, si lo estamos conociendo cada momento, y
luego en la vida eterna conocerlo más.
Tomemos cinco pautas
para aprender a llevar a la práctica nuestro crecimiento personal en Dios:
1. Debemos conocernos a nosotros mismos. Cada uno tiene una
mente distinta, con características diferentes, porque Dios cuando creó a cada
uno, botó el molde, por eso en el universo somos únicos e irrepetibles, Dios
mío, Tú creaste mis entrañas, Tú creaste las delicadas partes internas de mi
cuerpo, y me entretejiste en el vientre de mi madre, ¡gracias por hacerme tan
maravillosamente complejo! Tu fino trabajo es perfecto, lo sé muy bien. Tú me
observabas mientras iba cobrando forma en secreto, mientras se entretejían mis
partes en la oscuridad de la matriz, Salmos 139:13-15. Somos una creación
admirable, por eso somos distintos y aprendemos de manera diferente y única.
Personas notables
como Tomás Edison y Albert Einstein entre muchos, fueron catalogadas de malos
estudiantes, sus maestros lanzaron juicios apresurados contra ellos, porque no
se dieron cuenta de sus mentes maravillosas y distintas del resto; aprender
tiene que ver más con la paciencia que con la inteligencia, es cuestión de
entrenamiento, no de velocidad, de conocer nuestro propio cuerpo, a eso nos
invita el Señor en su palabra, a conocernos a nosotros mismos en el espejo de
las Escrituras. Llegar a la meta no es solo cuestión de velocidad, sino de
conocerse a sí mismo y descubrir cómo es que nuestra mente aprende. Fritz Perls dijo: Aprender es descubrir que
algo es posible. Es posible recibir a Cristo, así es posible seguirlo para conocer
a Dios.
Examínense ustedes mismos, para que vean si su fe es genuina; pruébense ustedes mismos. ¿Acaso no se conocen a ustedes mismos, ignoran que Jesucristo vive en ustedes, a menos que estén reprobados y no sean genuinos? 2 Corintios 13:5
2. Tenemos que permanecer continuamente creciendo. Solo
hay una iglesia, y hay solo un Espíritu, y Dios nos llamó a una sola esperanza
de salvación. Así seremos un cuerpo en la unidad de la fe, y del conocimiento
del Hijo de Dios, y llegaremos a ser perfectos, a la medida de la estatura de
la plenitud de Cristo, Efesios 4: 4 y 13. El desafío que Dios no hace es que lleguemos
a formarnos a la plena estatura de Cristo, este es un proceso en el cual nos ejercitamos
día a día, creciendo continuamente. ¿Cuánto hemos crecido?
John MaxWell en su
libro las 21 cualidades de un líder dice que, la falta de habilidad para aprender
tiene raíces en los logros y en las metas alcanzadas, porque erróneamente
algunos creen que al alcanzar una meta ya no necesitan crecer más; la metas
sólo son el preámbulo y la base de nuestra siguiente meta, nuestros ojos deben
estar puestos en las cosas de arriba, no en lo temporal, Colosenses
3:1.
Cada meta que Dios
nos permite alcanzar, es el paso siguiente para las nuevas metas en Él. Es así
como cuando hacemos primaria, Bachillerato y seguimos con la universidad, ahí no
debe parar nuestro crecimiento, debemos esforzarnos por un diplomado, una
especialización, un master, un doctorado y hasta donde nos sea posible avanzar,
pero no estancarnos; tenemos que salir de la zona de confort y permanecer creciendo.
Picasso dijo: Siempre estoy haciendo aquello que no puedo hacer, para al final
poder hacerlo.
3. Superar los logros alcanzados. Siempre debemos
tener en mente que debemos superar lo que Dios ya nos ha permitido alcanzar. Yo
no pretendo haberlo alcanzado todo, ni creo que ya sea perfecto; una cosa hago,
olvido lo que queda atrás, sigo adelante y me esfuerzo por alcanzar lo que está
delante. Sigo avanzando hacia la meta, para alcanzar el premio que Dios ofrece mediante
llamamiento celestial en Cristo Jesús, Filipenses 3:13-14.
Todo el tiempo hay
algo más para conseguir mientras estamos vivos, es un desafío que tenemos desde
el momento que Cristo nos alcanzó. ¿Con qué propósito Él te alcanzó? ¿Qué estás
haciendo para alcanzar aquello para lo cual Dios te alcanzó? Cambiemos de
actitud, cambiemos la forma de ver, cambiemos la perspectiva de vivir. Si
conozco a Dios y pongo mis ojos en las cosas de arriba, podré proyectarme hacia
adelante Con Pasos Firmes en Dios, Él me ayudará a alcanzar muchos logros
más en su llamamiento celestial.
4. Tener buena disposición para aprender. Debemos tener motivación
y actitud de continuar siempre aprendiendo, eso arranca de admitir que no lo
sabemos todo, y que lo que sabemos es poco para lo que nos falta aprender, y
entre más sabemos, nos damos cuenta que mucho ignoramos. John Gould, entrenador
de basketball, dice: Lo que cuenta es lo que aprendes después de saberlo, ¿Qué
hemos aprendido de lo que sabemos? Una cosa es el conocimiento, otra cosa es
ponerlo en práctica y otra cosa es aprender.
Para avanzar en el
conocimiento, debo reconocer que necesito de los demás para complementar lo que
yo sé; yo se cosas que otros no saben, pero ellos a su vez, saben muchas cosas
que yo no sé. Cuando nos unimos se produce el efecto sinergia, que es la
cooperación que utilizamos para complementar nuestros esfuerzos y conocimientos
en beneficio propio y de muchos más, todos crecen aportando lo que saben,
trabajando juntos y unidos. Esdras había preparado su corazón, se
había dedicado por completo a estudiar y obedecer la ley del Señor para enseñar sus decretos y ordenanzas al pueblo de
Israel para obedecerla y poner en práctica, Esdras 7:10.
Esdras es un tremendo
y excelente ejemplo modelo para todos nosotros. Tuvo disciplina y
autodisciplina, porque si queremos aprender, debemos tener la determinación de
querer aprender. Esdras aprendió, luego optó por un método, estudiar la ley de
Dios, para ponerla en práctica, lo aprendido en el momento oportuno, eso lo
hizo sabio, pero no se quedó con el conocimiento, se propuso enseñar al pueblo
los principios, mandatos y principios de la ley de Dios. Albert Einstein dijo:
Todos somos muy ignorantes, lo que ocurre es que, no todos ignoramos las mismas
cosas, ¡qué buena frase! La palabra lo ratifica: Si alguno se imagina que
sabe algo, aún no sabe nada como debe saberlo 1 Corintios 8:2. Lo que sucede es
que no todos ignoramos las mismas cosas.
5. Nunca pagar dos veces por el mismo error. No cometa el mismo
error más de dos veces, si lo hace, es muestra que no está creciendo ni avanzando,
así hay semejanza a las ratas de laboratorio que siempre están en la misma carrera
sobre el mismo eje. Somos finitos, no lo sabemos todo, cometemos errores,
aunque errar es humano, Dios quiere que aprendamos de nuestros errores, que
aprendamos de nuestros fracasos y de las cosas que nos salen mal.
¿Qué pasa con nuestra
vida? ¿Seguimos lamentándonos por los errores y fracasos del pasado? ¿No sería
mejor orar y clamar a Dios por sabiduría? Sigamos el ejemplo de Jeremías que
dice: Clama a Mí y YO te responderé, y te enseñaré cosas
grandes y ocultas que tú no conoces, Jeremías 33:3. Cada día aprendemos
algo nuevo. Tuff Edeman, campeón americano de rodeó dijo: Si quieres ser
campeón mañana, tienes que estar dispuesto a aprender hoy. Dios nos va a
permitir alcanzar esa recompensa que tiene para cada uno de nosotros, cuando
nos esforcemos a cumplir el propósito que Él tiene para nosotros. Amén.
Comparto este mensaje que me tiene meditando.
Comparto este mensaje que me tiene meditando.