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10 abr 2017

!CRISTO SUFRIÓ POR TI Y POR MÍ! ¿ERES SALVO O NO?


CRISTO SUFRIÓ POR TI Y POR MI
¿ERES SALVO O NO?

Sobre mis espaldas araron los aradores, hicieron largos surcos. Salmos 129:3. 

Ne han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado; abrieton sobre m8 su boca como león rapaz y rugiente. He sido derramado como aguas, y todos mis huesos se descoyubtaron; mi corazón fue como cera, derritiéndose en medio de mis entrañas. Salmos 22:12-14.

Porque perros ne han rodeado; me han cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis huesos; entre tanto ellos me miran y me observan. Salmos 2216-17.

El Siervo del Padre, el Señor Jesucristo, creció en su presencia como un tierno brote verde, como raíz en tierra seca. No había nada hermoso ni majestuoso en su aspecto, nada que atrajera al mundo hacia Él.  

Cristo fue despreciado y rechazado; fue un varón de dolores, conocedor de las angustias más profundas. Y nosotros le dimos la espalda y desviamos nuestra mirada de la de Él, vimos que fue despreciado, y no nos importó. Sin embargo, fueron nuestras debilidades y pecados las que Jesús cargó; fue el peso de nuestra aflicción y nuestros dolores lo que le agobiaron.

Y pensamos que su cruel sacrificio era un castigo del Padre; ¡hasta creyeron que era castigo de sus propios pecados! Pero la verdad es que Jesucristo fue traspasado, molido y afrentado por nuestras rebeliones y aplastado en el madero de la cruz a causa de nuestra maldad. Fue golpeado para darnos paz, fue herido y lacerado para que nosotros fuéramos sanados.

Tristemente todos nos hemos desviado y salido del camino como ovejas sin pastor, hemos hecho caso omiso a las instrucciones de Dios para hacer nuestra propia voluntad. Sin embargo el misericordioso Padre celestial puso sobre su Hijo, los pecados y maldad de toda la raza humana.

Jesucristo fue oprimido, avergonzado, humillado y tratado con crueldad como un criminal, pero en su majestad no dijo ni una sola palabra. Como un cordero para el sacrificio fue llevado al matadero, y como oveja en silencio antes sus trasquiladores, no abrió su boca. Lo condenaron injustamente y se lo llevaron al calvario. Pero a nadie le importó que muriera sin descendencia, ni que le quitarán la vida a mitad del camino, en la plenitud de su vigor.

Nuestro Redentor Jesucristo, se dio voluntariamente a la muerte para pagar el precio del pecado de su pueblo. Jesús no hizo nada malo, y jamás engañó a nadie. Pero fue enterrado como cualquier criminal, fue puesto en la tumba de un hombre rico. Esto sucedió porque formaba parte del mejor plan del Creador; por eso Jesús sintió que el Padre no lo escuchaba ni acudió a impedir su sacrificio. Sin embargo, cuando su vida fue entregada en afrenta por la maldad de los seres humanos, se levantó de la tumba y la dejó vacía porque esa fue su ofrenda al Padre para salvar a muchos y dejar multitud de descendientes para disfrutar vida eterna, en su manos el buen plan del Eterno será prosperado.

Al ver nuestro Rey Jesús que todo esto se logró mediante su angustia, ha quedado satisfecho, y a causa de su amor entregado en la cruz, el Siervo fiel y Justo del Padre, hará que muchos sean contados entre los justificados, pues Él ya ha cargado con toda nuestra culpa; y está en el corazón de aquellos que le creen, y se rinden a su voluntad y gobierno obedeciendo su palabra y siguiendo su ejemplo de amor. Isaías 53:1-11. Parafraseado.

Y tú, ¿eres salvo o no, eres frío o caliente, del reino de Dios o del otro reino?

1. ¿Tienes placer y te deleitas en hablar con el Dios de amor, lo has perdido o nunca lo has tenido, dependes de Él, o de ti mismo? Salmos 37:4.

2. ¿Te gusta saber y conocer la voluntad de Dios para cumplirla o haces lo que te parece y te da la gana porque no lees, ni estudias ni meditas en la Biblia? Romanos 12:2

3. ¿Tienes miedo a morir? Quizá no estás seguro dónde irá a parar tu alma porque no tienes la certeza de la vida eterna, porque andas sin Cristo. Salmos 49:15.

4. ¿Tienes miedo a la Segunda venida de nuestro Señor Jesucristo? Sabes que vivir como vives te impedirá ser arrebatado por sus ángeles al cielo porque sabes que te quedarás para sufrir la violencia de la Gran Tribulación. 1 Juan 2:28.

5. ¿Valoras más las cosas materiales del mundo y las pasiones de tu cuerpo, que las espirituales en Dios? Has puesto a Dios y su palabra como algo secundario y sin importancia. Colosenses 3:1-4.

6. ¿Te preocupas por agradar más a la gente y a ti mismo que a Dios?  Según tú es más importante lo que los demás piensen, opinan y dicen de ti, que lo que Dios dice y espera de ti. 1 Tesalonicenses 4:1-12.

7. ¿No tienes temor reverente a Dios? Por eso mientes, engañas, defraudas, codicias, desobedeces sus mandamientos, te falta perdón  conservar tu orgullo, tu rencor, tu ira y tu enojo, vives lleno o llena de envidia, juzgas, condenas, eres desobediente a todos, vives en rebeldía e impones tu voluntad, porque temer a Dios es guardarle un profundo respeto, amarlo a Él y a todas las personas a pesar de todo. 1 Pedro 1-7.

8. No logras concentrarte en alabar, adorar a Dios y orar? Dices ser hijo de Dios, por eso vives distraído o distraída, tienes la mente dispersa y piensas en muchas cosas menos en el Eterno Dios que te ama, y no te das cuenta que vas quedando con tu casa espiritual vacía y barrida. Juan 4:23-24.

9. ¿No disfrutas la alegría de tu salvación? Cuando estamos llenos del Espíritu Santo de Dios y somos salvos, vivimos en gozo constante a pesar del dolor y las circunstancias, porque hay espontaneidad dentro de nosotros y seguridad en Dios, por eso nos ajustamos al presente agarrados de la mano de Cristo. Filipenses 2:1-18.

10. ¿Crees que la mayoría de los mensajes y enseñanzas de la palabra no son para ti, sino para el vecino o tu familiar?  Muchos creen que cuando alguien muere pasó al descanso eterno, pero ¿Es esto verdad en todos los casos? ¿Si mueres hoy mismo, qué lugar crees que vas a conocer y vas a vivir eternamente allí?  Santiago 2:14-22.