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10 sept 2016

ADORA Y RECIBE BENDICIÓN


ADORA Y RECIBE BENDICIÓN PROTECTORA DE TU PADRE CELESTIAL.

SEÑOR, Tú eres mi Dios; te exaltaré y alabaré tu nombre porque has hecho maravillas. Desde tiempos antiguos tus planes son fieles y seguros. Isaías 25:6.

Adora al SEÑOR tu Dios, y Él bendecirá tu pan y tu agua. YO apartaré de ustedes toda enfermedad. Éxodo 23:25. 

Por eso yo, Nabucodonosor, alabo, exalto y glorifico al Rey del cielo, porque siempre procede con rectitud y justicia y humilla a los soberbios. Daniel 4:37.

A través de la historia vemos que el ser humano solía adorar a Dios en un lugar determinado o una celebración específica, pero desde que el SEÑOR Jesús habló con la samaritana en el pozo de Jacob, nos dejo claro que para adorar al Dios vivo, real y verdadero, no se necesita estar en un lugar específico ni estar en una fiesta especial, o quedarse solo cantando, adorar a Dios se puede hacer en todo lugar, en cualquier momento, y como un estilo de vida, solo se requiere un corazón sincero que conoce a Dios, y está dispuesto a adorarlo por amor, en obediencia y con gratitud, por lo que Dios es. Seamos agradecidos porque hemos recibido un reino inconmovible. Así que, inspirados por esta gratitud, adoremos a Dios como a Él le agrada, con temor reverente, porque nuestro Dios es fuego consumidor. Hebreos 12:28-29.

Nuestra adoración gira alrededor de Cristo en espíritu y en verdad, es decir, que para adorar requerimos espiritualidad, amor, conocimiento, obediencia, fervor y pasión por Dios en la persona de Jesus; Él nos abrió el acceso para buscar el rostro y la presencia del Padre; por eso la adoración es un reconocimiento gozoso de la omnipresencia de Dios, fundamentados en la Escritura, pues cuanto más conocemos a Dios, más lo amamos con profunda adoración. Adoremos al SEÑOR con alegría; vengamos ante su presencia con cánticos de jubilo. Salmos 100:2.

Adorar implica humildad ante la grandeza de Dios, en un acto de alegría y gratitud con decisión de corazón del alma rendida a Cristo con devoción y agradecimiento por todo lo grande y pequeño con que Dios se manifiesta a nuestra vida en la multitud de sus piedades, cuidados, detalles de gracia y bondad para con cada uno de nosotros. SEÑOR, yo cantaré de tu poder, por la mañana alabaré tu amor; porque Tú, oh Dios, eres mi protector, y mi refugio en momentos de angustia. Salmos 59:16.

La adoración como una expresion continua de alabanza es única y exclusivamente para Dios en Cristo Jesús, por su obra redentora, pues solo a Él se le debe reverencia, adoración y gratitud por su magna obra de la cruz, asi el Dios fiel nos defiende; lo adoramos porque reconocemos la gloria y santidad de Jesucristo, dándole honor al Padre, Dios es nuestro SEÑOR; le debemos adoración porque nos salvó, nos limpió de pecado con  su sangre y nos reconcilió con Abba Padre. Siempre tengo presente al SEÑOR para adorarlo; con Él a mi derecha, nada me hará caer. Salmos 16:8.

Adoramos a Dios porque nos sanó con su cuerpo llagado y traspasado, lo adoramos porque en su resurreccion nos ha dado vida abundante en la tierra y eterna junto a Él; y toda nuestra adoracion nos trae bendición y proteccion divina, pues solo Cristo es nuestro escudo y camino al Padre; Él es nuestra verdad, es nuestra luz y aliento de vida, Él lo es todo para nosotros y merece toda exaltación; El es el Dios vivo, la manifestación del Padre celestial que valora nuestra devoción; Él mismo confirmó su divinidad y la Escritura lo adora en todas sus páginas. Atribuyamos al SEÑOR la gloria debida a su nombre; adoremosle en el esplendor de la santidad  Salmos 29:2. Y los que estaban en la barca adoraron a Jesús, diciendo: en verdad eres Hijo de Dios. Mateo 14:33.

Ser santos es adoracion a Jesucristo que merece toda nuestra reverencia y confianza, pues Él es la palabra viva de Dios, es el Dios hecho carne, y nadie puede negar la deidad del SEÑOR Jesucristo, Él es el Dios todopoderoso que merece toda la alabanza en reconocimiento a su majestad y poderío, pues Él creó todo el universo, y los que lo relegan a un simple profeta, están en un gran error y problema, pues están fuera de la salvación. Jesús aceptó ser adorado, fue adorado y sigue siendo adorado por todos aquellos que Él ha redimido y hemos creído en Él. Vengan, adoremos al SEÑOR, inclinémonos de rodillas delante de Dios, porque Él es nuestro Creador. Salmos 95:6.

Desde el mismo momento de llegar a este mundo, Jesús recibe adoración, y desde el instante que los reyes del oriente fijaron sus ojos en el niño, se postraron y adoraron trayendo especias y aromas para honrar con ofrendas al Dios eterno en forma de niño, Mateo 2:11, pues conocer a Jesús, es conocer la verdad, por eso la verdadera alabanza y adoración es posible cuando conocemos al SEÑOR Jesucristo, Y los que lo conocen lo adoran en espíritu y verdad. Juan 4:26. 

Jesús fue adorado cuando entró triunfalmente a Jerusalén montado sobre un asno, porque esto era reconocimiento de su deidad, todos tomaron ramas de palma para salir a recibirlo y proclamar: ¡Hosanna! Bendito el que viene en nombre del Eterno, el Rey de Israel, esa palabra hosanna significa, ¡Salva a Israel, es una expresión de adoración a su gran majestad!  Un clamor de adoracion de todo el pueblo reconociendo a su Rey Salvador. Tomaron ramas de palmera y salieron a recibirlo, y clamaban: ¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del SEÑOR, el Rey de Israel. Juan 12.13.

Dios es nuestro Protector en medio de cualquier situacion o peligro, esa es la confianza que tenemos sus hijos, en nuestro Padre amoroso para compartir su bondad y proclamar sus obras, pues en Cristo tenemos cuidado y compañía en todo momento para vencer el temor; Él merece nuestra adoración y alabanza como máximo reconocimiento de su Señorio y punto de unidad entre su pueblo. Digno eres SEÑOR, Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder, porque Tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen. Apocalipsis 4:11.

Todas nuestras expresiones de júbilo al SEÑOR Jesucristo, nuestra obediencia y sujeccion a Él, dedicándole nuestro servicio son adoración, en un claro reconocimiento que Él es nuestro único Dios digno de ser seguido, adorado, y de acción de gracias por todo. A nuestro Padre damos gracias porque Él es nuestro refugio, y nos cuida;  Él es como un escudo protector alrededor de ti y de mi. Tú eres mi refugio, Tú nos protegerás del peligro y nos rodearás con cánticos de liberación. Salmos 32:7; te alabaré mientras viva y en tu nombre alzaré mis manos. Salmos 63:4.

Cuando Jesús caminó sobre las aguas, todos los discípulos lo adoraron, reconociendo que era el Hijo de Dios, Mateo 14:33; y justamente después de su resurrección, la mujeres que iban a contar al resto de los discípulos que el SEÑOR había resucitado, Él les salió al encuentro, ellas lo reconocieron, y se echaron a sus pies para adorarlo. Mateo 28:9...Adoren al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales. Apocalipsis 14:6-7.

Vemos al incrédulo Tomás que no había aceptado la resurrección de Jesús de entre los muertos, aunque sus compañeros le daban testimonio de haberlo visto, pero Tomás no creía, Jesús conociendo la duda de su discípulo, se le aparece y le muestra las marcas de los clavos en manos y pies, así como la herida de su costado; así Tomás reconoció a su Dios y Maestro, y le dijo: ¡Dios mío y SEÑOR mío! Y en ninguno de estos casos nuestro SEÑOR Jesús evadió la adoración, sino que la aceptó, contrario a lo que sí hicieron los hombres y los ángeles enviados por Dios, que no permitieron ser adorados, como tampoco Pedro y Cornelio, Hechos 10:25-26 y el ángel, en Apocalipsis 19:9-10.

Hoy, en pleno siglo XXI y por la eternidad, seguimos adorando al SEÑOR Jesucristo, porque adorar es un estilo de vida para siempre, declarando la unicidad y santidad del unico Dios vivo, real y eterno pues no hay nadie como Él, por lo tanto, la adoración involucra todo lo viviente y todas las naciones que deben honrar y glorificar a su Creador y Salvador reconociendo su misericordia y su justicia, acudiendo a Él con reverencia. Que toda la tierra tema al SEÑOR; que todos los pueblos del mundo lo reverencien. Salmos 33:8.

La adoracion incluye cantos, gritos de jubilo, gratitud, gozo, arraigo a su palabra y enseñanzas como ofrendas de amor a Él en sacrificio vivo y santo, siendo fieles y obedientes seguidores de Él, haciendo su voluntad y siguiendo sus instrucciones; Él merece adoración porque es Dios Espíritu y es necesario adorarlo en espíritu y verdad; adoración no es simplemente hacerle la venía para inclinarse ante Él, es, sujeción y rendición total a Él por amor. Mejor es un día en tu casa, que mil fuera de ella; prefiero ser portero en la casa de mi Dios, que habitar en morada de impíos. Salmos 84:10. 

La adoración reflleja un profundo deseo de estar en la presencia de Dios, valorando al SEÑOR Jesucristo por encima de todo; Él requiere ser conocido y dado a conocer, teniendo comunión e intimidad con Él, siendo sus amigos para servirle con sinceridad y entrega. Así que, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios, que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo y santo, agradando a Dios, porque así lo adoramos con inteligencia. No amoldándonos a este mundo, , sino transformándonos por medio de la renovación de nuestro entendimiento, para que podamos comprobar que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Romanos 12:1-2.

La adoración no solo trae bendicion, sino que provoca la presencia de Dios entre nosotros y aleja a los espiritus inmundos, 1 Samuel 16:23; rompe cadenas y abre puertas, Hechos 16:25-36, y si creemos en el poder de su nombre, Jesucristo calmará nuestras tempestades, Mateo 8:23-27, para que dejemos de creer las mentiras de los hombres, y guardemos nuestra boca para no replicar palabras despreciables que muchos otros dicen y repiten. Porque si recibimos el reino, que no puede ser sacudido, seamos agradecidos y adoremos a Dios, con reverencia, temor y temblor. Hebreos 12:28. 

Adoramos, hablando como Dios habla, porque reconocemos que somos sus voceros y no del diablo; adoramos al SEÑOR anunciando lo que realmente vale la pena, lo que es bendición y lo que Dios ha dicho; adoramos si atendemos a Dios y no hacemos casos a lo que se rumora en el mundo, adoramos abriendo los oídos a la voz de nuestro SEÑOR Jesucristo creyendo y obedeciendo como hizo el ciego que fue sanado. Jesús oyó que habían expulsado al ciego sanado, y le preguntó: ¿Crees tú en el Hijo de Dios? Respondiendo el hombre dijo: ¿Quién es, SEÑOR, ¿para que crea en Él? Y le dijo Jesús: pues lo has visto, y es el que habla contigo. Y el hombre dijo: creo, SEÑOR, y adoró a Jesús. Juan 9:35-38.

D.L Moody, un hombre de Dios contó, que en una ocasión un grupo de turistas en una región montañosa de Escocia, querían apoderarse de un nido lleno de huevos, el cual estaba en un lugar casi inaccesible y frente a un gran precipicio. Esos turistas trataron de convencer a un niño de las cercanías para que bajará hasta donde estaba el árbol con el nido, pues como era un niño pequeño, delgado y poco pesado, pensaron que podrían atarlo a una soga y sostenerlo desde arriba. Le ofrecieron una gruesa suma de dinero al pequeño, pero como no eran gente conocida ni confiable, el pequeño se negó a bajar y no cumplió sus peticiones. Pero ellos insistieron diciendo que no le pasaría nada, pues ellos eran grandes y sostendrían muy bien la soga. Finalmente, el chico dijo: La única condición que pongo para bajar tan hondo, es que sea mi Padre, quien me sostenga la cuerda. Salmos 22:4-5.

Amados de Dios, nuestra responsabilidad diaria es adorar  al Padre celestial en Cristo, porque la forma más sencilla de adoración nos favorece y nos bendice para que Dios nos siga sosteniendo como sus hijos, guardando nuestras vidas, Él nos ha hecho nacer de nuevo en su Hijo Jesucristo, por lo tanto, tenemos la oblugación moral de exaltarlo, con la certeza de ser protegidos y ayudados en momentos de peligro, angustia, ansiedad, incertidumbre y decisiones grandes, podremos clamar a Dios en adoración y Él y nos respaldará según su voluntad. Te exaltaré, mi Dios, mi Rey y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. Salmos 45:1.

Adoremos confiados en Dios como niños que se arrojan seguros a los brazos del Padre celestial, sin mirar la altura o profundidad del problema, podemos adorar así. No hay que temer, no hay porque estar confundidos ni miedosos por el futuro y los acontecimientos que vendrán, pues nuestro Dios Salvador es SEÑOR del universo, el dueño de la creación que tiene todo bajo su sola potestad y dominio, Tú eres digno SEÑOR y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque Tú has creado todas las cosas; por tu voluntad existen y han sido creadas. Apocalipsis 4:11.

Sentirse seguros en Dios es adorar aunque estemos balanceándonos al final de la cuerda, recordemos que en el otro extremo está nuestro SEÑOR Jesucristo para recibirnos y sostenernos, Y aunque andemos en valles de sombra de muerte, no temeremos mal alguno, Salmos 23:4. Una declaración de confianza de un corazón alineado al corazón de Cristo, alguien que lleva una vida santa y le grada a Él, es algo propio de un adorador que sabe quien es el que nos guarda en cada recodo del camino. en Quien hemos creído y puesto toda nuestra confianza, 2 Timoteo 1:12.

Adoremos humillados ante su Majestad unidos en amor, oración, ayuno, ruego y lamento, porque viene el día en que los verdaderos adoradores serán notorios, y tendremos que adorar cada momento que respiremos porque Él nos dará verdaderas victorias en medio de los juicios que caerán sobre el mundo, pero Dios será nuestro oportuno socorro, Hebreos 4:16 contra el turbión, Isaías 32:2

Cuando pasemos por las aguas de dolores como de parto, tendremos fuerzas confiados en Dios, y si los ríos del mundo nos quieren ahogar, no podrán porque nuestra adoración será más fuerte; si tenemos que pasar por el fuego de la persecución, no nos quemaremos porque las llamas no arderán en un pueblo que alaba y adora a Dios, Isaías 43:2. Así sucedió con Daniel y sus tres amigos Mesag, Sadrac y Abed-nego, en Daniel 3.

Cuando el pueblo de Israel no dio la adoración que le correspondía a Dios, fue llevado cautivo a Babilonia por el cruel ejército asirio al mando de Nabucodonor, y el rey Joacim del reino del norte, que no obedecía al SEÑOR, sufrió las consecuencias de no reconocer al Dios de Israel, y porque su padre fue un derramador de sangre, estaban a expensas del enemigo, por eso Dios permitió que le sacarán los ojos a Joacin, pues el SEÑOR no perdonó tanta maldad, deslealtad, desobediencia e incredulidad. 2 Reyes 24.

Daniel, siervo de Dios, adoraba tres veces al día de rodillas con oración y alabanza, por eso él y sus tres amigos, aunque fueron sometidos a diversas pruebas de fuego, y puesto en el foso de los leones, ninguno sufrio ni un rasguño, Cristo estuvo con ellos protegiéndolos y guardándolos, así salieron intactos, y ni siquiera había olor de ropa quemada en ellos, esa es la protección de un adorador obediente y fiel a Dios. El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; mi corazón confía en Él; de Él recibo ayuda. Mi corazón salta de alegría y con cánticos les daré gracias. Salmos 28:7.

Nuestra actitud con Cristo siempre debe ser la adoración reverente, y si fallamos, nos arrepentimos, confesando los pecados para apartanos del mal, porque ORAMOS, ADORAMOS y ALABAMOS todo el tiempo en CUMPLIMIENTO A LA GRAN COMISIÓN, y poder decir como el Salmista: SEÑOR, siete veces al día te alabo...Salmos 119: 164-165; adorar es seguir a Cristo con su ejemplo, consagrados, santificados y dependiendo totalmente de Él. Grande es nuestro Dios, y digno de suprema alabanza. Su grandeza es insondable. Salmos 145:3. Amén.

Esta palabra me la dio mi Padre Eterno en la noche, mientras hablaba con Él y me gozaba adorando en su presencia en el poder de su palabra, haciéndome ver que no importa lo adverso del momento o el buen tiempo, debemos adorar siempre, adorar con palabras salidas del corazón, bendiciendo y agradeciendo con amor a Dios, y lo contrario a la adoración es la queja, renegar, maldecir y despreciar; debemos saber que hay gran poder en adorar a nuestro Dios y SEÑOR, porque si lo hacemos, Él peleará a nuestro favor. Bendeciré al SEÑOR en todo tiempo; mis labios siempre lo adorarán. Salmos 34:1; SEÑOR, mi boca rebosa de alabanza a tu nombre, y todo el dia proclamo tu grandeza. Salmos 71:8.


Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero, y servidora de su reino.