REFLEXIÓN ANTE LOS SUCESOS DEL TIEMPO
ACTUAL
Esto les será ocasión para dar testimonio, Lucas 21:13.
Más el que perseveré hasta el fin, ese será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24;13-14.
¿Sabe lo que le
depara el futuro a usted, a su país y al mundo? No vivimos en una época común y
corriente, nos estamos acercando al fin de un tiempo, hay una decadencia moral
profunda porque muchos se han apartado de Dios, otros le han dado la espalda,
otros no creen en Él y mucho menos en su palabra, la Biblia; muchos discuten,
cuestionan y polemizan la existencia de Dios, el cielo, el infierno y las
profecías bíblicas, parece que la frase aquella de que la historia se repite,
es verdad, hoy vivimos un tiempo semejante al de los jueces, cada uno hace lo
que bien le parece, Jueces 17:6.
Aunque vivimos una
época de gran progreso y avance científico, vemos por doquier el fracaso
personal de famosos íconos del mundo, evidenciado en el suicidio, el consumo de
drogas y el flagelo de los problemas alimenticios como la anorexia y la
bulimia, que por cierto, como hijos de Dios debemos orar por eso. El fracaso de
la familia, base y fundamento de la sociedad, con el pan diario de los
divorcios y las separaciones, las instituciones, públicas y privadas sumergidas
en vergonzosos escándalos y corrupción, las empresas y hasta naciones enteras
que caen y decaen. La gente hace lo malo ante los ojos de Dios, se sirven y
viven solo para sí mismos, levantan sus dioses y hasta sus propios imperios.
Dios ama a la
gente, Él anhela que muchos se arrepientan, que dejan sus malos caminos, que se
vuelvan a Él, que lo busquen de corazón, por lo que Él es, no por lo que
provee, quiere que todos le entreguen sus vidas, que sus almas sean puestas en
sus poderosas y amorosas manos, pero se hace todo al revés.
La gran mayoría del
mundo vive bajo la servidumbre de sus pasiones, ambiciones y desórdenes morales
que giran en torno al “yo”; vivo para mí, por mí y en mí; cuando observas un
grupo de personas conversando, todos dicen: lo que a mí me gusta, lo que yo
creo, lo que a mí me parece, no se acuerdan de su familia y tampoco de Dios. Hay
un individualismo llevado al extremo que marca un tiempo actual de apostasía
religiosa, decadencia moral, y anarquía política, estos son los tres aspectos
que a la larga conducen a la destrucción de la sociedad y las naciones, así lo
dice nuestro propio Salvador: Por haberse multiplicado la maldad sobre
la tierra, el amor de muchos se enfriará, Mateo 14:12.
Nuestra generación tiene
una cita con un destino incierto si no se vuelven a Cristo; por muchas décadas
se han estado incubando gérmenes malignos en el corazón y la mente de nuestros
niños, adolescentes y jóvenes, lo cual está impulsando al mundo a una hecatombe
de grandes proporciones, y que está generando una crisis de degradación sin
precedentes; el desborde anárquico anti principios y anti Dios ha llegado al
colmo de la maldad, lo cual va llevando a la realización y cumplimiento de la
profecía bíblica, Al fin del reinado de estos, cuando los
trasgresores lleguen al colmo de su maldad, se levantará un gobernante altivo
de rostro…que actuará arbitrariamente, Daniel 8:23-24.
Sin importar si
estamos o no a plena luz de día, se pavonea la perversión rampante que los
medios de comunicación promueven, defienden y exhiben sin ninguna vergüenza
haciéndole creer a la gente que toda esa falta de juicio, toda esa injusticia,
y desorden moral acompañado de parafernalia teatral que pasan ante nuestros
ojos es normal, hasta el colmo de llegar a exigirnos respeto, silencio y
tolerancia, so pena de castigo, ante todo el hervidero de inclinaciones
torcidas y descarado reclamo de derechos, pero como todo lo que hacemos o
dejamos de hacer es para Dios o contra Dios, Él dice: Y
en el colmo de tu maldad, ¡ay, ay de ti oráculo del Señor! Ezequiel 16:23. Pues
si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos para el Señor morimos. Así
pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos, Romanos 14:8.
Y me pregunto;
¿Tienen ellos reverencia ante Dios y respetan su palabra? Si yo soy una hija de
Dios, si tú eres un salvado de Jesucristo, y si somos servidores del reino del
Eterno Dios, ¿Qué debemos hacer? La misma palabra lo dice: Respondiendo
Pedro y los apóstoles dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los
hombres, Hechos 5:29.
Y como lo dijo el apóstol Pablo: ¿Acaso busco el favor de los hombres, o
el de Dios? ¿O acaso tratamos de agradar a los hombres? Porque si yo todavía
agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Gálatas 1:10.
La biblia es y será siempre
el libro actualizado por excelencia, así como su productor es el Eterno GRAN YO
SOY; ella nos muestra que esta es una hora de gran conmoción mundial por el
deterioro moral del poder político que extiende su corrupción de crecientes
costumbres pervertidas y viciadas, opuestas totalmente a lo establecido por el Dios
santo, que solo pide que seamos como Él.
Como en los días de Noé y en los tiempos de Sodoma y Gomorra estamos
siendo advertidos de los sucesos que se acercan para la humanidad.
Es apremiante y
esencial que movilicemos toda la fuerza espiritual que tenemos en Dios para
pararnos firmes, defender y preservar las buenas costumbres y las enseñanzas de
vida consignadas en las Escrituras, el manual de vida del ciudadano del reino,
y como Dios mismo lo dice a través de su siervo: Santifiquen a Dios el
Señor en sus corazones, y estén siempre preparados para presentar defensa con
mansedumbre y reverencia ante todo el que se los demande, 1 pedro 3:15.
Vemos que todas las
señales están dadas, pero nuestro Rey Jesús nos recuerda: Esto
les será ocasión de dar testimonio, Lucas 21:13: El que persevere hasta el fin
será salvo; Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio
a todas las naciones; y entonces vendrá el fin, Mateo 24:13-14. Nosotros, los hijos
de Dios, los redimidos por nuestro Señor Jesucristo y amigos del Espíritu
Santo, somos convocados a seguir mostrando el amor de Dios, dando testimonio de
vidas renovadas, siendo misericordiosos al ponernos en el lugar de los que lo
necesitan, orando sin desmayar, predicando y enseñando el evangelio de las
buenas nuevas sin importar las circunstancias ni las presiones ni las
persecuciones…por si en alguna manera se puede
hacer salvos a algunos, Romanos 11:14.
Nuestro amoroso Dios sigue derramando de su
misericordia y bondad, dando oportunidad a miles de que se arrepientan, de que
hagan un alto en el camino, y transformen su manera de pensar y de vivir, Él
sigue llamando: Vengan ahora, vamos a resolver este
asunto, aunque sus pecados sean como rojo escarlata, YO los haré tan blancos
como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, YO los haré tan blancos como
la lana. Si tan solo me obedecen, tendrán comida en abundancia. Pero si son
rebeldes, se apartan y se niegan a oírme, morirán en el campo de batalla. Les
juro que así será, Isaías 1:18-20. Dios ama al pecador, pero aborrece el
pecado.
Con su profundo amor
sigue diciendo: ¿Acaso piensan que me agrada ver morir
a los perversos?...¡Claro que no! Mi deseo es que se aparten de su conducta
perversa y que vivan, Ezequiel 18:23.
Oramos que el Señor
nos ayude a seguir siendo esforzados, valientes, santos y dando testimonio de
amor para que Él pueda usarnos para su gloria y a favor de multitudes que
necesitan urgentemente el poder del Espíritu Santo en sus vidas para ser
salvos. Así sea, Amén.