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17 ene 2016

PADRES E HIJOS FUNCIONAN BAJO EL GOBERNO DE DIOS





CREADOS PARA GOBERNAR

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread… Génesis 1:27-26.

He aquí, YO os envío al profeta Elías, antes que venga el día de Jehová grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que YO venga y hiera la tierra con maldición, Malaquías, 4:5-6.

Miren que nadie los engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo, Colosenses 2:8. Derribando argumentos y toda altivez que se levante contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 2 Corintios 10:5.

El sueño de Dios al formar la primera pareja, era que ambos fueran uno solo, que fructifiquen, se multipliquen, llenen la tierra, gobiernen y sean señores sobre todo lo creado, que guarden y cuiden la creación, que sean una sola carne para crecer, temer a Dios, guardar los mandamientos y formar una familia.

Así que la primer misión que Dios dio a la pareja y al ser humano, fue gobernar, bajo la dirección de Dios; la palabra sojuzgar significa dominar y someter con autoridad firme, sabía y segura. Dios revela el origen del hombre, de donde se desprende el origen de la familia, y para saber dirigir la familia, debemos conocer los puntos de vista de Dios.

El problema que vive la familia actual es que ha sido formada bajo tradiciones humanas y filosofías pseudo-cientificas; los padres han venido educando a sus hijos como ellos creen y les parece que deben hacerlo. La formación y educación de los hijos se ha hecho bajo costumbres de la sociedad, eliminado y dejando de lado los mandatos divinos, se ha educado contrario a lo que Dios establece. Colosenses dice claramente que debemos cuidarnos para no dejarnos atrapar en las tradiciones sociales que ofrece el mundo, las cuales son huecas y nacen del pensamiento y los hábitos humanos y no según Cristo.

Como hijos de Dios y cristianos nacidos de nuevo, estamos obligados a confrontar todo lo que nos dice la ciencia y el mundo, para verificar si lo dicho y su proceder están de acuerdo a la palabra de Dios. El propósito de Dios con su palabra, es desmontar y derribar pensamientos y esquemas mentales que traemos de una vida sin Dios ni ley, por haber sido criados bajo parámetros de la cultura de cada quien según la familia y el lugar de donde crecimos. Ya no vivimos bajo una cultura regionalista sino bajo las premisas de lo que Dios dice y enseña en su palabra, la Biblia.

Cuando llegamos a Cristo llevamos un proceso de transformación. Por lo tanto el haber criado hijos bajo los parámetros de la sociedad nos ha dejado malos resultados, obviamente, ningún padre educa hijos para que sean delincuentes o personas indeseables, de alguna forma los padres tratan de educar hijos buenos a la manera de los padres, creyendo que tendrán hijos buenos porque todos los padres queremos que los hijos terminen haciendo el bien.

Trayendo a colación un estudio realizado por la Universidad Javeriana y publicado por el Tiempo, se dice que el 65% de los suicidios de los jóvenes en Colombia es por problemas familiares, mala relación entre hijos y padres y jóvenes con hogares disfuncionales donde los padres se tratan violentamente y sin respeto, otros casos aislados de suicidio es por sufrir matoneo en los establecimientos educativos.

Los hijos salen de casa a enfrentar la crueldad del mundo, las madres deben recordar que sólo para ellas sus hijos grandes son bebés, pero cuando el muchacho o la joven traspasan los linderos de la puerta de la casa, son personas adultas para la sociedad y no valen los mimos de mamá. Debemos enseñar a los hijos a comportarse y manejar un mundo difícil, complicado y cruel.

También debemos aceptar que los niños son crueles; la psicología asegura que no debemos decirle a un niño que es malo, pero la Biblia dice que somos por naturaleza pecadores, dados a lo malo, por lo tanto es necesario enseñar a los hijos el arrepentirse cada vez que fallan y hacen cosas malas, porque serán  personas que saben que pecan y por lo tanto deben buscar el perdón cada vez que sea necesario.

Hoy la vida de nuestros niños y jóvenes es más complicada que en años pasados. Ellos son atacados continuamente en su integridad y esencia; así que cuando uno de ellos se deprime y se angustia, los padres, el hogar y la familia, debemos convertirnos en el lugar de refugio, para darles el amor, dirigirlos y formar el carácter que Dios dice que deben tener.

El hogar es el lugar donde los hijos deben aprender a estar arraigados en los principios divinos, donde su valor de persona sea sanado y restituido cuando ha sido herido y destruido afuera. No todos los hijos son perfectos físicamente, algunos tienen características especiales, que los padres deben saber manejar, y enseñarle que son personas de valor y amados en lugar de acentuar sus defectos o debilidades, ayudarlos para que no se depriman por sus características personales. Debemos enseñarles lo que Dios dice de cada uno de ellos sin importar lo que diga u opine el mundo allá afuera.

Aún las madres cabeza de familia, deben estar capacitadas en la Palabra de Dios para que cuando los hijos lleguen a casa frustrados por una derrota en un juego o una falla en alguna obra, los animen y fortalezcan para que ellos entiendan y aprendan que a veces se pierde o se gana, y que no todos somos suficientes en todo, sino que algunos somos hábiles para unas cosas y otros para otras cosas. Por lo tanto los padres debemos tener el conocimiento de la palabra de Dios para saber enseñar y proteger a los hijos y no criarlos como lo hace la sociedad.

En Colombia y países latinos hemos sido educados dentro de una sociedad machista, se criaron hombres creyendo que ellos eran para la calle y las mujeres para permanecer en el hogar, se creía que entre más coquetos y mujeriegos fueran los hombres, eran más hombres, las mujeres no podían opinar ni estar fuera sin la compañía de algún familiar. Pero debemos enseñar y educar a los hijos dentro del calor familiar, que vean a sus padres como un apoyo y ayuda pero a la vez a Dios como salvación para todas las necesidades que se les presenten.

Tristemente hay hijos que no desean vivir dentro de su hogar ni tener la familia que tienen, un hijo no huirá de su hogar si es respetado, valorado y amado como persona. Un hijo que ve, conoce y está seguro que sus padres están comprometidos con su educación, no querrá huir de allí, no pensará tan pronto en tener novio o novia, casarse y salir corriendo como muchos otros lo hacen.

Hijos amados, valorados y respetados, están seguros que sus padres los están educando bien. Pero lamentablemente esta sociedad está llena de hijos drogadictos, alcoholizados y que deambulan por las calles aprendiendo toda clase de vicios, porque sus hogares son un infierno para vivir. Muchos no quieren llegar a escuchar los gritos de la madre o las vulgaridades que el padre le dice a la madre y a los hijos.

Los hijos deben estar seguros que cada vez que las cosas se complican afuera, en casa son animados, fortalecidos, levantados, restaurados y sanados en sus heridas. Aunque los hijos crezcan y lleguen a los 40 años, los padres seguirán siendo padres, pero no para alimentarles la pereza y la holgazanería conforme a modelos sociales, sino para apoyar y aconsejar. Los hijos deben producir para su propio sustento y gobernar su casa. Y se quiera o no, el hombre como padre, es quien gobierna su casa y tienen que sustentar su familia, mientras la esposa lo apoya y respalda.

1. CREADOS A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS. Cuando el hijo llegue lastimado a casa, debemos decirle que él o ella están hechos a imagen y semejanza de Dios. El cielo ya determinó que están hechos parecidos a Dios, y nada de lo que otros les digan los define como personas. El rendimiento académico no los determina ni dice quiénes son, y aunque tener buenas notas es parte del proceso de superación y responsabilidad escolar, tener buenas calificaciones no quiere decir que sean hijos buenos o malos, no se puede educar solo la conducta externa del niño hay que pastorear, apacentar, cuidar y dirigir su corazón; los hijos deben educarse para vivir en sociedad pero a la vez para moverse espiritualmente teniendo a Dios en cuenta, para evitar la apariencia externa de lo solapado internamente.

Una forma de hacer esto, es reprender y castigar a los hijos pero al mismo tiempo diciéndoles porque se hacen merecedores de la disciplina y cómo deben evitarlo. Ellos deben entender cuando hacen cosas malas para que se arrepientan y pidan perdón a quien le corresponda, porque con ello se corrigen los malos procederes que salieron del corazón de los hijos. También es bueno hacer un deporte, pero no ser buen deportista no decide quién es el niño o la niña, no podemos permitir que un hijo se deprima por no ser buen futbolista, si es bueno en cosas, perder o no saber algo, es parte del proceso de la vida, no es que un hijo no sirva para nada, sino que no servimos para todo. Por eso es importante enseñarles a tener una buena actitud ante ciertas dificultades para las cuales no son diestros ni sobresalientes, y que aprendan a sacarle una sonrisa a las derrotas para que puedan disfrutar convenientemente las victorias, sin que dependan de ello.

Nadie es perfectos en todo ni tampoco ser el  primero entre todo, como padres y adultos responsables, no podemos cifrar nuestra vida y la de los hijos con expectativas de todo lo que dicen las noticias, aunque muchas cosas de esas puedan pasar. Cuando David llegó a enfrentar a Goliat, éste llevaba 40 días contaminando los oídos y el corazón de los israelitas, pero, llegó David con carácter y fuerza y dijo del gigante, ¿Quién es este incircunciso que se atreve a tentar a los escuadrones de Dios? Es como creer hoy que tiene más peso lo que dicen las noticias y el mundo que lo que dice Dios. Ningún hijo de Dios debe prestar sus oídos al pesimismo del mundo, porque sabemos que aunque hayan malos tiempos, Dios los utilizará para bendecir y enseñar cosas buenas y mejores a cerca de nuestra vida.

2. DIOS CREÓ VARÓN Y HEMBRA A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS. Es preciso enseñarles a los hijos que su género y su sexualidad ya fueron determinados en el cielo. Se es varón o se es niña y punto. Nadie puede poner en tela de juicio el género y la sexualidad de los hijos; como cuando se le dice a un niño que no es hombre porque no se midió a pelear con otro, o porque llora; tampoco se es menos hombre cundo considere correr porque hay que hacerlo para evitar las peleas o que no es verdadero hombre si no tiene más de una mujer.
Al contrario, es muy hombre aquel que se casa solo una vez, aquel que solo tiene una esposa, que su deseo y sus ojos son solo para una, y es más hombre entre más capacidad tenga de amar a una sola, porque hay que ser muy valiente y fuerte para sostenerse toda la vida con una sola mujer. Y es tan varón que se llena del Espíritu Santo para dominar su cuerpo y sus pensamientos para no fallarle a Dios ni a su esposa.
Es importante que los jóvenes consideren casarse con alguien que tema a Dios, lo cual le dará a su vida moral, los compromisos que la sociedad no le puede dar, si un joven o una chica ama a Dios, se moverá bajo principios que mantengan su compromiso matrimonial ante Dios, porque sus vidas están fundamentadas en la palabra de Dios, que enseña principios únicos que edifican la vida humana.

Se necesita ser un verdadero hombre para tolerar a una sola mujer toda la vida, aunque ella falle, no levanta la voz ni grita y ningún problema o falla será más grande que el amor que siente por ella. Aunque hayan peleas, problemas y dificultades, los verdaderos hombres aman a una sola mujer para toda la vida, así sea gorda y chaparrita y aunque vea los defectos de ella, la tiene por encima de todas las demás mujeres. Y entre más tenga el hombre comunión con Dios, más indiferentes les resultarán las otras mujeres, y la suya será única, así los hijos entenderán y aprenderán lo que es ser un verdadero padre y esposo. Un varón a toda prueba. 

Ningún problema o concepto del mundo determina a nuestros hijos si es mujer o varón. Dios ya lo especificó desde antes que nacieran, por lo tanto niña, no permitas ni aceptes que nadie te diga “marimacho o al niño, delicadito”. Tu ropa no determina tu género, un hombre con camisa rosada no deja de ser hombre, y una niña con pantalón y pelo corto no deja de ser mujer. Tampoco si un niño juega con una muñeca, por el contrario, eso demuestra su nivel de paternidad y querer ser padre. ¿Por qué hay padres que a sus hijos pequeños les están enseñando reguetón y peor aún a las niñitas las visten con minifaldas?

3. DIOS NOS CREÓ PARA GOBERNAR. Dios nos ordenó subyugar la tierra. Así que debemos enseñar a nuestros hijos a gobernar su vida, su sexualidad, su carácter, sus acciones y sus pensamientos.  Hijos, cuando Jesús es el centro de su corazón, el fundamento de su vida va a ser la Biblia, y los frutos que ella promete. Serán los frutos de un hijo de Dios. Nacimos para gobernar con la sabiduría y los parámetros del Creador como lo dice Génesis, porque estamos hechos a su imagen y semejanza. Así que debemos gobernar nuestro cuerpo, nuestra sexualidad, nuestros pensamientos y cumplir con los mandamientos de Dios.

Estamos diseñados para gobernar nuestra tierra y nuestra familia, no podemos llevar los frutos que Dios promete, si no obedecemos y vivimos su palabra. Nuestros hijos y nosotros nacimos para gobernar. Que cuando nuestros hijos abandonen el hogar, sepan gobernar sus vidas, para que gobiernen su casa valientemente, para que gobiernen su trabajo con responsabilidad y honorabilidad, que por las puertas de nuestros hogares salgan hijos fundamentados en la Palabra de Dios.

El llamado para los padres que aún están a tiempo con sus hijos pequeños, es a que HAGAN EL ALTAR FAMILIAR, donde el varón prepara una palabra, lee la biblia y se sienta a compartirla a sus hijos y a su esposa, y en esas charlas se le dice a cada hijo quienes son; cuando un hijo escucha a su padre hablar como un verdadero padre, sabrá entonces, que Dios es ese Padre amoroso que sabe corregir y disciplinar para luego levantar y restaurar, porque somos suyos. Dios espera mucho de ti y de mí gobernando nuestras vidas tomados de su mano.

¿Por qué debemos educar a nuestros hijos según lo que enseña la Biblia? Porque Dios quiere que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres, para que Dios no venga a destruir la tierra por tanta división familiar y desorden social. Si no hay reconciliación entre padres e hijos, se destruye la tierra, la familia y el fruto del trabajo. Si los hijos respetan y honran a sus padres, les irá bien y serán de larga vida. Es prioridad la buena relación entre padres e hijos, tratar a mamá con la mayor delicadeza, porque Dios está mirando y oyendo para dar la recompensa.

Un día los padres estarán viejos y quizá sentados en una silla de ruedas, pero siempre seguirán siendo los padres que bendicen, por lo tanto hay que seguirlos respetando y amando como si estuvieran produciendo aún y estuvieran llenos de vida. Hijos tienen que ir a la Iglesia a escucha el consejo de Dios, y cosas que no se les dirá en ningún otro lado.


¿Cómo es tu relación como padre y cómo hijo? ¿Qué tienes que poner en orden?


Tomado de mis apuntes en la predicación del notable humorista y pastor,.