CREADOS PARA GOBERNAR
Y
creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los
creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread… Génesis 1:27-26.
He
aquí, YO os envío al profeta Elías, antes que venga el día de Jehová grande y
terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón
de los hijos hacia los padres, no sea que YO venga y hiera la tierra con
maldición, Malaquías, 4:5-6.
Miren
que nadie los engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las
tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo,
Colosenses 2:8.
Derribando
argumentos y toda altivez que se levante contra el conocimiento de Dios, y
llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 2 Corintios 10:5.
El sueño de Dios al
formar la primera pareja, era que ambos fueran uno solo, que fructifiquen, se
multipliquen, llenen la tierra, gobiernen y sean señores sobre todo lo creado, que
guarden y cuiden la creación, que sean una sola carne para crecer, temer a
Dios, guardar los mandamientos y formar una familia.
Así que la primer
misión que Dios dio a la pareja y al ser humano, fue gobernar, bajo la
dirección de Dios; la palabra sojuzgar significa dominar y someter con
autoridad firme, sabía y segura. Dios revela el origen del hombre, de donde se
desprende el origen de la familia, y para saber dirigir la familia, debemos
conocer los puntos de vista de Dios.
El problema que vive
la familia actual es que ha sido formada bajo tradiciones humanas y filosofías pseudo-cientificas;
los padres han venido educando a sus hijos como ellos creen y les parece que
deben hacerlo. La formación y educación de los hijos se ha hecho bajo costumbres
de la sociedad, eliminado y dejando de lado los mandatos divinos, se ha educado
contrario a lo que Dios establece. Colosenses dice claramente que debemos
cuidarnos para no dejarnos atrapar en las tradiciones sociales que ofrece el
mundo, las cuales son huecas y nacen del pensamiento y los hábitos humanos y no
según Cristo.
Como hijos de Dios y
cristianos nacidos de nuevo, estamos obligados a confrontar todo lo que nos
dice la ciencia y el mundo, para verificar si lo dicho y su proceder están de
acuerdo a la palabra de Dios. El propósito de Dios con su palabra, es desmontar
y derribar pensamientos y esquemas mentales que traemos de una vida sin Dios ni
ley, por haber sido criados bajo parámetros de la cultura de cada quien según
la familia y el lugar de donde crecimos. Ya no vivimos bajo una cultura
regionalista sino bajo las premisas de lo que Dios dice y enseña en su palabra,
la Biblia.
Cuando llegamos a
Cristo llevamos un proceso de transformación. Por lo tanto el haber criado
hijos bajo los parámetros de la sociedad nos ha dejado malos resultados, obviamente,
ningún padre educa hijos para que sean delincuentes o personas indeseables, de
alguna forma los padres tratan de educar hijos buenos a la manera de los
padres, creyendo que tendrán hijos buenos porque todos los padres queremos que
los hijos terminen haciendo el bien.
Trayendo a colación
un estudio realizado por la Universidad Javeriana y publicado por el Tiempo, se
dice que el 65% de los suicidios de los jóvenes en Colombia es por problemas
familiares, mala relación entre hijos y padres y jóvenes con hogares
disfuncionales donde los padres se tratan violentamente y sin respeto, otros
casos aislados de suicidio es por sufrir matoneo en los establecimientos
educativos.
Los hijos salen de
casa a enfrentar la crueldad del mundo, las madres deben recordar que sólo para
ellas sus hijos grandes son bebés, pero cuando el muchacho o la joven traspasan
los linderos de la puerta de la casa, son personas adultas para la sociedad y
no valen los mimos de mamá. Debemos enseñar a los hijos a comportarse y manejar
un mundo difícil, complicado y cruel.
También debemos aceptar
que los niños son crueles; la psicología asegura que no debemos decirle a un
niño que es malo, pero la Biblia dice que somos por naturaleza pecadores, dados
a lo malo, por lo tanto es necesario enseñar a los hijos el arrepentirse cada
vez que fallan y hacen cosas malas, porque serán personas que saben que pecan y por lo tanto deben
buscar el perdón cada vez que sea necesario.
Hoy la vida de nuestros
niños y jóvenes es más complicada que en años pasados. Ellos son atacados continuamente
en su integridad y esencia; así que cuando uno de ellos se deprime y se
angustia, los padres, el hogar y la familia, debemos convertirnos en el lugar de
refugio, para darles el amor, dirigirlos y formar el carácter que Dios dice
que deben tener.
El hogar es el lugar
donde los hijos deben aprender a estar arraigados en los principios divinos,
donde su valor de persona sea sanado y restituido cuando ha sido herido y
destruido afuera. No todos los hijos son perfectos físicamente, algunos tienen
características especiales, que los padres deben saber manejar, y enseñarle que
son personas de valor y amados en lugar de acentuar sus defectos o debilidades,
ayudarlos para que no se depriman por sus características personales. Debemos
enseñarles lo que Dios dice de cada uno de ellos sin importar lo que diga u
opine el mundo allá afuera.
Aún las madres cabeza
de familia, deben estar capacitadas en la Palabra de Dios para que cuando los
hijos lleguen a casa frustrados por una derrota en un juego o una falla en
alguna obra, los animen y fortalezcan para que ellos entiendan y aprendan que a
veces se pierde o se gana, y que no todos somos suficientes en todo, sino que
algunos somos hábiles para unas cosas y otros para otras cosas. Por lo tanto
los padres debemos tener el conocimiento de la palabra de Dios para saber
enseñar y proteger a los hijos y no criarlos como lo hace la sociedad.
En Colombia y países
latinos hemos sido educados dentro de una sociedad machista, se criaron hombres
creyendo que ellos eran para la calle y las mujeres para permanecer en el
hogar, se creía que entre más coquetos y mujeriegos fueran los hombres, eran
más hombres, las mujeres no podían opinar ni estar fuera sin la compañía de
algún familiar. Pero debemos enseñar y educar a los hijos dentro del calor
familiar, que vean a sus padres como un apoyo y ayuda pero a la vez a Dios como
salvación para todas las necesidades que se les presenten.
Tristemente hay hijos
que no desean vivir dentro de su hogar ni tener la familia que tienen, un hijo
no huirá de su hogar si es respetado, valorado y amado como persona. Un hijo
que ve, conoce y está seguro que sus padres están comprometidos con su
educación, no querrá huir de allí, no pensará tan pronto en tener novio o novia,
casarse y salir corriendo como muchos otros lo hacen.
Hijos amados,
valorados y respetados, están seguros que sus padres los están educando bien.
Pero lamentablemente esta sociedad está llena de hijos drogadictos,
alcoholizados y que deambulan por las calles aprendiendo toda clase de vicios,
porque sus hogares son un infierno para vivir. Muchos no quieren llegar a
escuchar los gritos de la madre o las vulgaridades que el padre le dice a la
madre y a los hijos.
Los hijos deben estar
seguros que cada vez que las cosas se complican afuera, en casa son animados,
fortalecidos, levantados, restaurados y sanados en sus heridas. Aunque los
hijos crezcan y lleguen a los 40 años, los padres seguirán siendo padres, pero
no para alimentarles la pereza y la holgazanería conforme a modelos sociales,
sino para apoyar y aconsejar. Los hijos deben producir para su propio sustento
y gobernar su casa. Y se quiera o no, el hombre como padre, es quien gobierna
su casa y tienen que sustentar su familia, mientras la esposa lo apoya y
respalda.
1. CREADOS A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS. Cuando el hijo llegue lastimado a
casa, debemos decirle que él o ella están hechos a imagen y semejanza de Dios.
El cielo ya determinó que están hechos parecidos a Dios, y nada de lo que otros
les digan los define como personas. El rendimiento académico no los determina
ni dice quiénes son, y aunque tener buenas notas es parte del proceso de
superación y responsabilidad escolar, tener buenas calificaciones no quiere decir
que sean hijos buenos o malos, no se puede educar solo la conducta externa del
niño hay que pastorear, apacentar, cuidar y dirigir su corazón; los hijos deben
educarse para vivir en sociedad pero a la vez para moverse espiritualmente
teniendo a Dios en cuenta, para evitar la apariencia externa de lo solapado
internamente.
Una forma de hacer
esto, es reprender y castigar a los hijos pero al mismo tiempo diciéndoles
porque se hacen merecedores de la disciplina y cómo deben evitarlo. Ellos deben
entender cuando hacen cosas malas para que se arrepientan y pidan perdón a
quien le corresponda, porque con ello se corrigen los malos procederes que
salieron del corazón de los hijos. También es bueno hacer un deporte, pero no
ser buen deportista no decide quién es el niño o la niña, no podemos permitir
que un hijo se deprima por no ser buen futbolista, si es bueno en cosas, perder
o no saber algo, es parte del proceso de la vida, no es que un hijo no sirva
para nada, sino que no servimos para todo. Por eso es importante enseñarles a
tener una buena actitud ante ciertas dificultades para las cuales no son
diestros ni sobresalientes, y que aprendan a sacarle una sonrisa a las derrotas
para que puedan disfrutar convenientemente las victorias, sin que dependan de
ello.
Nadie es perfectos en
todo ni tampoco ser el primero entre
todo, como padres y adultos responsables, no podemos cifrar nuestra vida y la
de los hijos con expectativas de todo lo que dicen las noticias, aunque muchas
cosas de esas puedan pasar. Cuando David llegó a enfrentar a Goliat, éste
llevaba 40 días contaminando los oídos y el corazón de los israelitas, pero,
llegó David con carácter y fuerza y dijo del gigante, ¿Quién es este
incircunciso que se atreve a tentar a los escuadrones de Dios? Es como creer
hoy que tiene más peso lo que dicen las noticias y el mundo que lo que dice
Dios. Ningún hijo de Dios debe prestar sus oídos al pesimismo del mundo, porque
sabemos que aunque hayan malos tiempos, Dios los utilizará para bendecir y
enseñar cosas buenas y mejores a cerca de nuestra vida.
2. DIOS CREÓ VARÓN Y HEMBRA A IMAGEN Y SEMEJANZA DE DIOS. Es preciso
enseñarles a los hijos que su género y su sexualidad ya fueron determinados en
el cielo. Se es varón o se es niña y punto. Nadie puede poner en tela de juicio
el género y la sexualidad de los hijos; como cuando se le dice a un niño que no
es hombre porque no se midió a pelear con otro, o porque llora; tampoco se es
menos hombre cundo considere correr porque hay que hacerlo para evitar las
peleas o que no es verdadero hombre si no tiene más de una mujer.
Al contrario, es muy
hombre aquel que se casa solo una vez, aquel que solo tiene una esposa, que su
deseo y sus ojos son solo para una, y es más hombre entre más capacidad tenga
de amar a una sola, porque hay que ser muy valiente y fuerte para sostenerse
toda la vida con una sola mujer. Y es tan varón que se llena del Espíritu Santo
para dominar su cuerpo y sus pensamientos para no fallarle a Dios ni a su esposa.
Es importante que los
jóvenes consideren casarse con alguien que tema a Dios, lo cual le dará a su
vida moral, los compromisos que la sociedad no le puede dar, si un joven o una
chica ama a Dios, se moverá bajo principios que mantengan su compromiso
matrimonial ante Dios, porque sus vidas están fundamentadas en la palabra de
Dios, que enseña principios únicos que edifican la vida humana.
Se necesita ser un
verdadero hombre para tolerar a una sola mujer toda la vida, aunque ella falle,
no levanta la voz ni grita y ningún problema o falla será más grande que el
amor que siente por ella. Aunque hayan peleas, problemas y dificultades, los
verdaderos hombres aman a una sola mujer para toda la vida, así sea gorda y
chaparrita y aunque vea los defectos de ella, la tiene por encima de todas las
demás mujeres. Y entre más tenga el hombre comunión con Dios, más indiferentes
les resultarán las otras mujeres, y la suya será única, así los hijos
entenderán y aprenderán lo que es ser un verdadero padre y esposo. Un varón a
toda prueba.
Ningún problema o concepto del mundo determina a nuestros hijos si
es mujer o varón. Dios ya lo especificó desde antes que nacieran, por lo tanto
niña, no permitas ni aceptes que nadie te diga “marimacho o al niño, delicadito”.
Tu ropa no determina tu género, un hombre con camisa rosada no deja de ser
hombre, y una niña con pantalón y pelo corto no deja de ser mujer. Tampoco si
un niño juega con una muñeca, por el contrario, eso demuestra su nivel de
paternidad y querer ser padre. ¿Por qué hay padres que a sus hijos pequeños les
están enseñando reguetón y peor aún a las niñitas las visten con minifaldas?
3. DIOS NOS CREÓ PARA GOBERNAR.
Dios nos ordenó
subyugar la tierra. Así que debemos enseñar a nuestros hijos a gobernar su
vida, su sexualidad, su carácter, sus acciones y sus pensamientos. Hijos, cuando Jesús es el centro de su
corazón, el fundamento de su vida va a ser la Biblia, y los frutos que ella
promete. Serán los frutos de un hijo de Dios. Nacimos para gobernar con la
sabiduría y los parámetros del Creador como lo dice Génesis, porque estamos
hechos a su imagen y semejanza. Así que debemos gobernar nuestro cuerpo,
nuestra sexualidad, nuestros pensamientos y cumplir con los mandamientos de
Dios.
Estamos diseñados
para gobernar nuestra tierra y nuestra familia, no podemos llevar los frutos
que Dios promete, si no obedecemos y vivimos su palabra. Nuestros hijos y nosotros
nacimos para gobernar. Que cuando nuestros hijos abandonen el hogar, sepan
gobernar sus vidas, para que gobiernen su casa valientemente, para que
gobiernen su trabajo con responsabilidad y honorabilidad, que por las puertas
de nuestros hogares salgan hijos fundamentados en la Palabra de Dios.
El llamado para los
padres que aún están a tiempo con sus hijos pequeños, es a que HAGAN EL ALTAR
FAMILIAR, donde el varón prepara una palabra, lee la biblia y se sienta a
compartirla a sus hijos y a su esposa, y en esas charlas se le dice a cada hijo
quienes son; cuando un hijo escucha a su padre hablar como un verdadero padre, sabrá
entonces, que Dios es ese Padre amoroso que sabe corregir y disciplinar para
luego levantar y restaurar, porque somos suyos. Dios espera mucho de ti y de mí
gobernando nuestras vidas tomados de su mano.
¿Por qué debemos educar a nuestros hijos según lo que
enseña la Biblia?
Porque Dios quiere que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con
sus padres, para que Dios no venga a destruir la tierra por tanta división
familiar y desorden social. Si no hay reconciliación entre padres e hijos, se
destruye la tierra, la familia y el fruto del trabajo. Si los hijos respetan y
honran a sus padres, les irá bien y serán de larga vida. Es prioridad la buena
relación entre padres e hijos, tratar a mamá con la mayor delicadeza, porque
Dios está mirando y oyendo para dar la recompensa.
Un día los padres
estarán viejos y quizá sentados en una silla de ruedas, pero siempre seguirán
siendo los padres que bendicen, por lo tanto hay que seguirlos respetando y
amando como si estuvieran produciendo aún y estuvieran llenos de vida. Hijos
tienen que ir a la Iglesia a escucha el consejo de Dios, y cosas que no se les
dirá en ningún otro lado.
¿Cómo es tu relación
como padre y cómo hijo? ¿Qué tienes que poner en orden?
Tomado de mis apuntes en la predicación del notable humorista y pastor,.
Tomado de mis apuntes en la predicación del notable humorista y pastor,.