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14 abr 2016

CRISTO ES SALVACIÓN COMPLETA Y PERFECTA




LA SALVACIÓN EN CRISTO ES COMPLETA Y PERFECTA

¿Cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará nuestras conciencias de obras muertas para que sirvamos al Dios vivo? Así que por eso, Jesucristo es mediador del nuevo pacto, para que con su muerte hubiera remisión de las transgresiones que habían bajo el primer pacto, los que somos llamados, recibamos la promesa de la herencia eterna, Hebreos 9:-14-15.

Hace algunos meses publiqué los aspectos importantes que encierra la profundidad y grandeza de la salvación que nuestro Señor Jesucristo no ofreció al sufrir, padecer y morir en la cruz del Calvario y dejar la tumba vacía, hoy vuelvo a recordar porque he tenido un sentir fuerte en mi corazón de volver a publicar este mensaje no solamente importante sino trascendental para toda la raza humana.

¿Para quién es la salvación? La salvación está a disposición de todos los seres humanos sobre la faz de la tierra, que reconozcan la necesidad de Dios mediante la confesión de fe que Jesús es su Señor, el Hijo de Dios, el Salvador y al único a quien debemos confesarle nuestros pecados y entregarle el pleno control de la vida, aquí, ahora y por la eternidad.

La salvación solo puede ser efectuada por Dios con la intervención sobrenatural del Cristo Redentor del Calvario. Él ha sido el único interesado en la crisis y el fin de la humanidad, por eso envió la única solución: el inocente y puro Cordero de Dios a cambio de la vida de todos nosotros los pecadores.

La obediencia y voluntad del Hijo al Padre nos otorgó salvación, Porque así como por la desobediencia de Adán, todos los seres humanos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia del Hijo del Hombre, Cristo, todos los que se acogen a Él, son constituidos justos en Él, Romanos 5:19.

La salvación que efectuó Jesús fue tan sublime, que abarcó la integralidad del ser humano como persona creada a imagen y semejanza de su Señor y Creador. Es por ello que la Biblia incluye términos que ayudan a entender la profundidad, grandeza, magnificencia y anchura del amor de Dios al salvarnos en Cristo:

La gracia, salvadora de Dios al darnos a Cristo como regalo y favor inmerecido despojándose de su trono de gloria de Hijo de Dios para llegar a ser el Hijo del Hombre, se entregó y sacrificó su vida por todos nosotros, Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los seres humanos, Tito 2:11.

La Propiciación, Cristo el Cordero de Dios, la víctima favorable y aceptable cubrió con su sangre nuestros pecados, se sacrificó vivo sobre el propiciatorio del áspero madero de la cruz, al ser el único propicio e indicado, santo y limpio para aplacar la ira del Padre y pasar por alto la maldición que traíamos desde el Edén, Cristo a quien el Padre puso como propiciación con su sangre para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, Romanos 3:25. Cristo es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo, 1 Juan 2:2-4, 4:10.

Imputación o Sustitución, el Hijo del Hombre tomó nuestro lugar en la cruz, se hizo responsable de todo el peso de nuestros pecados y desobediencias, a Él se le atribuyó, se le culpó y se le condenó a ser inmolado, traspasado y crucificado cuando estábamos perdidos como ovejas sin pastor, Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros que estábamos muertos en el pecado, vivamos a la justicia de Dios…Porque nosotros éramos como ovejas descarriadas, pero ahora hemos vuelto al Pastor y Obispo de nuestras almas,1 Pedro 2:24-25, se hizo pecado por nosotros, una vez y para siempre, Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos… Hebreos 9:26-28.

Expiación, Cristo fue el perfecto chivo expiatorio que cargó toda nuestra pesada carga pecaminosa, con su sangre la removió y la quitó totalmente y nos purificó delante del Padre. El Azazel que apartó lejos de sus ojos toda acta de decretos que había contra nosotros, por eso permaneció tres días sepultado, dejando enterrada y olvidada para siempre nuestra culpa, como aquel macho cabrío que llevaba todas las iniquidades del pueblo, a una tierra inhabitada y desértica, Levítico 16. Cristo debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel, Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados de todos, Hebreos 2:17.

Remisión, Cristo con su sacrificio nos perdonó toda la maldición de la carga por el pecado y cumplió en sí mismo toda la ley que nosotros no podíamos cumplir, pagó y condonó la deuda por la caída, la cual no estábamos en capacidad de saldar y depositó a nuestro favor ganancia de vida en la cuenta celestial, Deuteronomio 15:1-2, Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque escrito está) maldito es todo el que es colgado del madero, Gálatas 3:13; Porque esta es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de pecados, Mateo 26:28;

Justificación, porque Cristo siendo Dios santo nos declaró justos e inocentes una vez y para siempre cuando éramos reos condenados a muerte, haciendo que el Padre nos vea limpios y aceptos a través del Hijo, hasta hoy Él es el Tabernáculo vivo en medio del pueblo de Dios que rasgó el velo que nos impedía entrar a su presencia, su resurrección hace posible que Él sea Emmanuel, Dios con nosotros, Y que de todo aquello que por la ley de Moisés, no pudo ser justificado, en Cristo es justificado todo aquel que cree, Hechos 13:39; Cristo fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación, Romanos 4:24.

Redención, Cristo con el precio de su gran amor mostrado en el calvario al hacerse maldición colgado de la cruz nos compró por segunda vez, nos rescató y nos hizo libres de la esclavitud del pecado, de la ley, de la muerte y de toda acta decretos que el enemigo tenía contra nosotros, Cristo como Gran Sumo Sacerdote nos introduce directamente al lugar santísimos ante la presencia del Padre en grato olor fragante, intercediendo por nosotros todo el tiempo, Cristo se dio a sí mismo por nosotros, para redimirnos de toda iniquidad y purificar para Sí un pueblo propio, hacedor de buenas obras, Tito 2:14. Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez y para siempre al Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención, Hebreos 9:12.

Reconciliación, Cristo nuestra Pascua nos perdonó y nos reconcilió con el Padre y consigo mismos, construyendo con la cruz el puente que nos acerca a Él y nos lleva a su reino; así eliminó el abismo que nos separaba; medió, arregló y restauró la relación rota recuperando la amistad, la paz y la comunión con el Padre en una intimidad eterna, con los que habían caído y perdido la gracia de su inocencia y haciendo de dos pueblos uno en Él, su Iglesia, Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido, Lucas 19:10, Por cuanto agradó al Padre que en Cristo habitase toda la plenitud, y por medio de Él reconciliar consigo mismo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en el cielo, haciendo la paz, mediante la sangre de su cruz, Colosenses 1:18-20.

Regeneración, restauración y renovación, Con la resurrección de Cristo recibimos nueva vida; Él nos hace nuevas criaturas cuando lo recibimos en nuestro corazón y lo reconocemos como Señor y Salvador, nos vuelve al estado original de pureza por el Espíritu Santo que nos hace su habitación, así hace morir el viejo hombre carnal y resucita al espiritual. Por fe hay cambio instantáneo de muerte a vida en una resurrección espiritual real y eterna, Y Jesús les dijo: de cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, ustedes que me han seguido, también se sentarán sobre doce tronos, Mateo 19:28, Cristo nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo  Tito 3:5.

Así como los Israelitas celebraron la pascua con sangre en los dinteles de las puertas para liberarlos del ángel de la muerte, Cristo con su sangre en el Calvario nos libertó de la muerte eterna dándonos un nuevo comienzo y estilo de comportamiento preparándonos en vida para ir a la tierra prometida de la Jerusalén celestial, Éxodo 12, Límpiense, de la vieja levadura, para que sean nueva masa, sin levadura como son; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros, 1 Corintios 5:7.

Adopción, Dios en su infinita soberanía nos injerto en la vid Cristo, cuando éramos olivo silvestre, advenedizos ajenos al gobierno divino; fuimos incorporados como hijos en su familia para hacernos coherederos con el Hijo de sus sus abundantes promesas y ricas bendiciones. Gálatas 4:5-6, Con su infinito amor, Dios nos escogió para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, Efesios 1:5.

Somos propiedad de Dios, tenemos identidad y pertenencia porque estamos sellados por el Espíritu Santo con poder y autoridad¸ Ahora somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, y pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciemos las virtudes de Aquél que nos llamó de las tinieblas a la Luz Admirable, 1 Pedro 2:9.

Santificación, Es un proceso continuo en la vida del cristiano, limpiándonos cada día de pecado y llevando a Cristo entronado en nuestro corazón mientras peregrinamos por esta tierra, guiados por el Espíritu Santo, en qjien nos refugiamos cada día para alcanzar la estatura de Cristo. Estamos apartados para el Padre como su morada santa para vivir en pureza e integridad hasta que Cristo regrese por segunda vez o cuando quiera llamarnos a su presencia, 1 Corintios 6:19-20. Nosotros debemos dar siempre gracias a Dios…hermanos amados por Jesucristo, que el Padre nos haya escogido desde el principio para salvación mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, 2 Tesalonicenses 2: 13. Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo, para que la gracia y la paz nos sean multiplicadas,1 Pedro 1:2.

Glorificación Es el último paso que vivimos en la salvación y se celebrará en los cielos con las Bodas del Cordero donde recibiremos coronas como premio, seremos semejantes a la estatura de Cristo, y preservados en Él para vida eterna, con la garantía y seguridad de quien lo prometió y lo cumplió. Y si me fuere, os prepararé lugar, vendré otra vez, y os tomaré a Mí  mismo, para que donde YO estoy, vosotros también estéis, Juan 14:3. Seremos resucitados con Cristo, tendremos vida eterna con Él en los cielos, ¡qué grande promesa!

Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con Él, para que juntamente con Él seamos glorificados, Romanos 8:17. ¡Ay Señor cuánto deleite en tu palabra y en tus promesas! Pero tenemos que pagar el precio en la tierra al seguirte y servirte. Así igual te amaré por la eternidad y caminaré contigo para siempre, Amén.

Lo que Cristo logró es verdaderamente extraordinario y no tiene comparación. El tratamiento de nuestros pecados en la cruz es una obra cuyo diseño inteligente es perfecto, divino y no humano. No fue un hombre simplemente el que murió en la cruz, sino Dios mismo en forma de hombre, el eterno Emmanuel. No fue un ser creado quien murió en la cruz, sino el eterno, único, perfecto y santo gran Yo Soy, Alfa y Omega, Principio y fin de todo, quien vendrá en las nubes por su novia para celebrar las bodas del Cordero y regresará por Segunda vez junto con sus redimidos para juzgar al mundo, 1 Pedro 1:8-20. ¡Gloria a tu poderoso nombre Señor Jesucristo!