Seguidores. Indica que te gusta

23 ene 2016

DIMENSIÓN DEL AMOR DE CRISTO


ENDLESS, INTERMINABLE AMOR
¡QUÉ AMOR TAN GRANDE Y PROFUNDO 
EL DE NUESTRO SALVADOR!

Porque de tal manea amó Dios el Padre al mundo, que dió a su Hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16.

El Padre Eterno no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con Él todas las cosas? Romanos 8:32.

Con lazos de ternura y con cuerdas de amor, los atraje hacía Mí; los acerqué a mis mejillas como si fueran niños de pecho; me incliné a ellos para darles de comer. Oseas 11:4.

La palabra amor está escrita en muchas página del NT, aparece más de 208 veces en el AT y más de 280 veces en el NT; mucho se ha hablado del amor en los libros y la historia, pero el amor no es solo un sentimiento del alma, el amor es una decisión de afecto, ternura y entrega incondicional que jamás debe ser quebrantado, puesto que el amor como virtud, como fruto del Espíritu de Dios, es el máximo principio de vida y es la esencia del Evangelio de la cruz de Cristo; amor es un pacto moral consigo mismo y los demás, donde siempre estamos dispuestos a dar todo lo mejor a pesar de los obstáculos; el amor de Dios es el regalo más preciado para el ser humano, que el Padre entregó en su Hijo al darlo como sacrificio por nuestra salvación, por amor a nosotros y el Hijo se entregó voluntariamente derramando hasta la última gota de su sangre para limpiarnos de toda maldad y que estemos junto a Él para siempre. Nosotros lo amamos a Él, porque Cristo nos amó primero. 1 Juan 4:19. 

Para que el amor de Dios mostrado en Cristo Jesús, y dado a nosotros por el Espíritu Santo, sea la raíz y fundamento de nuestras vidas, y que así podamos comprender, con todo el pueblo santo de Dios, cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo. Pidamos en oración, que miles conozcan ese amor que es mucho más grande y poderoso que todo cuanto podamos conocer, para que lleguemos a colmarnos de la plenitud total de Dios, por el sacrificio de la cruz, su sangre derramada  y la tumba vacía que nos libertó y nos dió la victoria.  Cristo habita en nuestros corazones por la fe, su amor nos arraiga y cimenta en Él que es nuestro fundamento. Así es que su pueblo santo puede comprender, cuán grande, ancho, largo, profundo y alto, es el amor de Dios. Efesios 3:17-19.

El amor como principio divino y virtud humana fluye desde el corazón de Dios al interior del ser humano, en un sentir de bondad y expresión de ternura y afecto que brota desde el alma, y se demuestra con actitudes de lealtad, justicia, verdad y moralidad que derrama todo el bien posible, sin esperar que se nos recompense; donde hay amor todo es mejor, todo es luz, y claridad, todo es vida en libertad y entrega incondicional genuina, sin esconder intenciones personales mezquinas, sino procurando el bien del otro y gozándonos juntos, aún con pequeños detalles. El amor genuino y profundo pasa por alto toda ofensa, cubre con perdón continuo las fallas del otro y extiende misericordia oportuna para ayudar y estrechar las relaciones con humildad, paciencia y servicio. Así nos ha amado el Padre en su Hijo. Como el Padre me ha amado, así también YO los he amado; permanezcan en mi amor. Juan 15:9.

La dimensión y profundidad del amor del Padre en su Hijo y del Hijo para con la humanidad, es imposible calcularlo, pues el amor divino no tiene limites; cuando vemos la humillación de Aquel que siendo Dios mismo, se bajó al tamaño de los Hombre, para humillarse hasta el sacrificio, el vituperio y la muerte de cruz; Dios bajo de su glorioso trono celestial al abismo del mundo y los abismos de la tierra, a lo cual se referió el Salmista cuando escribió: Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas; todas tus ondas han pasado sobre Mí. Salmos 42:7

La venida de Jesús, Dios en la tierra, nos habla no solo de amor salvador para los que creen, sino también de los juicios del Padre sobre los impíos y el pecado de la humanidad no arrepentida, que cayó sobre su Santo y Amado Hijo para que fuéramos salvos; Cristo mismo llevó nuestros pecados y pagó la deuda que era imposible que nosotros pagáramos. Que Cristo habite por la fe en sus corazones, y que su amor sea en ustedes, pués Él es la raiz y el fundamento de nuestra vida. Así su pueblo santo puede comprender, cuán grande, ancho, largo, alto y profundo es el amor de Dios que sobrepasa todo entendimiento. Efesios 3:17-18..

El amor del Eterno Padre por la humanidad puso al Hijo en hoyo profundo de tinieblas tenebrosas, cuando sobre el cuerpo de Cristo cayó toda la ira santa de Dios por nuestra maldad; Cristo fue afligido con las ondas más crueles del dólor y el martirio inimaginables e irresistibles para un humano. ¡Ojalá todos pudieramos asimilar al menos una mínima parte del amor de Dios para que muchos dejen de ser tan crueles y perversos! Jesús en su cruz oraba y rogaba al Padre con las palabras de Salmos 88:6-17. Que no me ahogue la corriente de estas aguas, que no me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre Mí su boca. Salmos 69:15

En el amor inmedible e ilimitado de Dios que no lo alcanzamos a entender ni queremos comprender, Cristo se acordó de todos nosotros, por eso en la cruz dijo: "Padre: perdónalos, porque no saben lo que hacen;" porque el infinito amor de Cristo, deseaba salvación para miles, pues Él conocía lo horrendo del dolor por el pecado y lo que sería la condenación junto al ser más pérfido y cruel; fue para evitarnos tanta agonía que Cristo bajó a las profundidades de la tierra y también predicó el evangelio para salvar las almas de los que habían muerto antes que Él viniera a sufrir el calvario de la cruz. Subiendo a lo alto llevó cautiva la cautividad, y dio dones a los hombres. Y si subió, es porque también descendió a las partes más bajas de la tierra. Efesios 4:9-10.

Jesucristo sufrió una vez y para siempre solo por amor a sucios pecadores que no merecían tal dimensión del amor divino. Cristo padeció una sola vez por nuestros pecados, siendo Él, el único Justo, se sacrificó por los injustos para que nos convirtiéramos y nos volviéramos al único santo, así nos acercó y reconcilió con el Padre, pero habiendo muerto en su carne humana, fue vivificado por el Espíritu para darnos vida eterna, después de haber estado tres días en las profundidades de la tierra, sufrió el tormento de la muerte junto a las almas encarceladas, los que en tiempos antigüos de Noé desobedecieron, cuando Dios esperaba que en esos 200 años que su siervo predicó mientras hacía el Arca, miles lo escucharan y se arrepintieran para ser salvos y entraran al Arca, pero todos fueron rebeldes y siguieron su iniquidad, por eso solo ocho fueron salvos en el amor divino.1 Pedro 3:18-20. YO reprendo y corrijo a todos los que amo. Por lo tanto, se fiél, arrepiéntete y vuélvete a Dios. Apocalípsis 3:19 

En Cristo, nada ni nadie nos separará del amor de Dios; Él es el vencedor del Calvario y la muerte eterna, nos dio la victoria en su resurrección, por ese amor dejó la tumba vacía y regresó glorioso a su trono al lado del Padre justificándonos para que nadie nos acuse, ni ningún mal nos toque, sino que permenezcamos en Él eternamente. ¿Quién acusará a los redimidos del Eterno? Cristo nos justifica. ¿Quién nos condenará? Cristo es el que murió; mejor aún, el que resucitó, el que está sentado a la diestra del Padre intercediendo por su pueblo. Entonces, ¿Quien nos separá del. amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecucion, hambre, desnudez, peligro o espada? En todo esto somos más que vencedores...Romanos 8:28-39. En ese inagotable amor puro y santo gozamos de la gran dimensión del amor de Dios.

El amor profundo y grande del Eterno sigue hoy dando oportunidad para que cada día sean más los salvados de la condenación eterna; Dios le ha dado al hombre la capacidad de amar con sana conciencia y correctas acciones para que todos se ayuden, convivan y prosperen en su amor inquebrantable; tenemos una oportunidad para dejar de odiar y amargarse por las cosas del mundo, antes, debemos humillarnos y sensibilizarnos amando a Dios y a los semejantes. Conoce pues que YHVH es Dios fiel, que guarda su pacto y su misericordia hasta por mil generaciones para con los que lo aman y guardan sus mandamientos. Deuteronomio 7:9.

Cristo nos ha dejado el legado de su amor con su sangre derramada, su cuerpo traspasado y su vida entregada, para que seamos nuevos y tengamos corazones repletos del fruto del Espíritu Santo, alcanzando en gran manera el carácter de Jesús para dar su amor y reflejar su esencia de luz y vida. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestros corazones, por el Espíritu Santo con que nos ha sellado como suyos. Romanos 5:5.

La grandeza del amor de Cristo ha sido mostrado en su crucifixión desde lo alto de los cielos, hasta lo profundo de la tierra y desde el oriente hasta el occidente; su amor limpia nuestra alma, purifica nuestra conciencia y nos declara justos, NO culpables; su gracia y su favor nos han alcanzado con abundante misericordia para hacernos libres de las consecuencias destructoras del pecado, su amor inmedible nos ha libertado del lago de fuego y en Cristo se nos asegura vida eterna. Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Porque no es fácil que alguien se haga matar en el lugar de otra persona. Ni siquiera si esa persona es justa; ni siquiera alguien se atrevería a morir por una persona que haya hecho un gran bien. Pedro Dios ha probado que nos ama tanto, cuando Cristo murió por nosotros. Romanos 5:6-8.

El amor de Dios sobre pasa nuestro entendimiento y no se experimenta ni adquiere por conocimiento humano, necesitamos estar en Cristo llenando nuestro ser, con su Espíritu inundados de sus aguas vivas que dan vida abundante, asi comprendemos algo acerca de la grandeza del amor de Dios que todo lo escudriña y lo limpia. Pero sin Dios nadie conoce las cosas de Dios, solo el Espíritu de Dios… y nosotros hemos recibido el Espíritu que proviene del Padre para conocerlo a El. 1 Corintios 2:10-12.

La realidad del amor de Dios en Cristo es insondable en dimensión, longitud, anchura, altura y profundidad porque es eterno, sin principio ni fin, así tenemos la imagen completa de la realidad palpable del amor de Dios, algo más allá de los sentidos, de lo medible y entendible, pues las cosas de Dios son espirituales e invisibles al ojo humano y todas las cosas que provienen de Dios son entendibles solo por el Espíritu de Dios conectado a nuestro espírituPara que Cristo habite por la fe en sus corazones, y sean arraigados y cimentados en amor; para que sean capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, viviendo el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que sean llenos de toda la plenitud de Dios…Efesios 3:14-19.

Comprendemos el amor de Dios cuando nos relacionamos cara a cara con el SEÑOR Jesucristo, se nos revela el misterio de la cruz y la misión del Calvario en la gloria de la resurrección; su presencia en nosotros es poder espiritual transformador sacando toda falsa y torcida opinión de la mente humana; dejemos de lado la información y educación del mundo para recibir la revelación y capacitación del cielo que viene desde el trono de la gracia, ahí empezamos a entender por el Espíritu, la grandeza del amor de Dios que rompe todo velo, quita toda ceguera y ablanda toda dureza de corazón. El Padre por su amor, nos escogió en Cristo desde antes de la fundación del mundo, para que seamos santos y sin defecto en su presencia. Efesios 1:4. 

El amor de Dios está en su esencia, su gracia, su afecto y favor inmerecido, con el don gratuito de la salvación en Cristo, Salmos 86:15; la duración de su amor es desde ahora y para siempre por la eternidad con su fidelidad y misericordia, y su duración es para toda la vida, atrayéndonos cada día a Él con su cariño y su cuidado. Salmos 103:17, Con lazos de ternura y con cuerdas de amor, los atraje hacía Mí; los acerqué a mis mejillas como si fueran niños de pecho; me incliné a ellos para darles de comer. Oseas 11:4.

Con el amor de Dios tenemos bendición en la vida, pues desde Adán y Eva veníamos bajo maldición, pero Cristo vino a deshacer toda maldición y todas las obras del diablo, anuló toda acta de decretos que había en nuestra contra, quitó las espinas y los cardos del camino de los santos. Isaías 55:315; en el amor de Cristo, El Padre nos rodea de ternura protectora, y a eso, debemos responder con buena voluntad, fe obediente  agradecimiento y contentamiento, en disposición de corazón que agrada y sigue a Cristo en todo. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó a nosotros enviando a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 1 Juan 4:10.

El amor de Dios está representado en la cruz, con el madero vertical que nos une al Padre y el madero horizontal que nos hace responsables de amar a nuestro prójimo; el SEÑOR Jesús con sus brazos extendidos y abiertos, sigue esperando a quienes lo reconocen y se vuelven a Él, mientras nosotros somos sus hijos, discípulos y testigos, que acogen a todos los que creen y se disponen para rendirse a vivir para Cristo, porque Él es nuestro primer y más grande amigo que dio la vida por nosotros. Nadie tiene mayor amor, que el que da la vida por sus amigos. Juan 15:13.

El amor de Dios es como una gran sombrilla que cubre, una gran bandera blanca desplegada sobre los hombres que cubre toda la tierra emanando las fragancias del cielo para bendecir y traer salvación mediante su pueblo que da testimonio, predica su evangelio y derrama el amor de Dios a cada paso. Vístanse como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia...Sobre todas las cosas, vístanse de amor, que es el vínculo perfecto. Colosenses 3:12-14.

Profundizar en conocer a Cristo nos hace entender y comprender la dimensión inmedible del amor de Dios al dar a su Unigénito en rescate por muchos, y para ayudarnos a estar en Él, tenemos al Espíritu y la palabra, perseverando en comunión diaria con Cristo; Él sin límites bendice y provee todo lo que necesitamos o merecemos, Él produce una atmósfera de paz y un ambiente perfecto con su presencia entre los que aman a Dios y creen en su Hijo; el amor de Cristo es profundo como su justicia por los redimidos, también sus juicios contra los impíos son inescrutables e insondables ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminosRomanos 11:33.

Entendamos que las recompensas, la disciplina, los castigos y los juicios de Dios son parte de su profundo amor, nada comprensibles a la mente humana porque Él todo lo ve y escudriña los corazones para juzgar las naciones y los gobernantes permisivos sin moral ni temor de Dios que aprueban leyes para respaldar el pecado y la perversión de los hombres inicuos. Sin embargo, el amor de Dios se ha extendido en Cristo hasta lo último de la tierra y hasta hoy, dando oportunidad a que muchos se vuelvan a Cristo, se conviertan, crean y reciban salvación y perdón de pecados, dejando atrás la ceguera espiritual. Hijo mío, no menosprecies el castigo del SEÑOR, ni te canses de su corrección; porque el SEÑOR al que ama castiga, como un padre lo hace con sus hijos que quiere. Proverbios 3:11-12.

La grandeza del amor de Cristo por la raza humana es visible y fue mostrado en La Vía Dolorosa sin importar lo que éramos; un amor único y especial, incondicional, puro, sincero, limpio, verdadero y sin reservas, soportando tanto como: Ser traicionado por un amigo, Salmos 4:9 y Mateo 10:4; vendido por 30 miseras piezas de plata, Zacarías 11:12 y Mateo 26:15; olvidado y negado por sus discípulos, Zacarías 13:7 y Marcos 14:27 y 50; acusado por falsos testigos y odiado sin causa, Salmos 35:11 y Mateo 26: 59-61guardando silencio frente a sus verdugos, Isaías 53:7 y Mateo 27:12-19; fue herido, lacerado, magullado y traspasado 53:5 Zacarías 13:6 y Mateo 27:26; estuvo sangrante, menospreciado y escupido Isaías 50:6 Mateo 26:67; fue objeto de mofas y burla, Salmos 22:7-8 y Mateo 27:31, le arrancaron la barba, para quitar nuestra vergúenza, así Jesucristo quitó el oprobio de nuestro descaro y desvergüenza, para recuperar nuestra dignidad, Isaías 50:6. ¡Todo, por amor a ti y a mí!

Por amor Jesús estuvo derrumbado, sangrante, adolorido y molido debajo de la cruz, Salmos 22, Salmos 109: 24-25, y Juan 19:17; su cabeza, sus manos y sus pies fueron perforados por amor. Salmos 22:16, Zacarías 12:10, Mateo 27:31-32 y Lucas 23:26; crucificado con ladrones, Isaías 53:12, Mateo 27:38 y Marcos 15:27-28; rechazado por su propio pueblo, Isaías 53:3 y Lucas 23:34; aborrecido sin causa, Salmos 69:4, Isaías 49:7 y Juan 15:25; sus amigos lo abandonaron y estuvieron alejados en su sacrificio, Salmos 38:11, Mateo 27:55-56, Marcos 15:40 y Lucas 23:49

Aunque no hay un versículo claro al respecto, Jesucristo fue despojado de su ropa, le quitaron sus vestiduras y echaron suertes sobre ellas, es decir, se las rifaron; era costumbre cruel en todos los actos de flagelación, lapidación, castigo y muerte, desnudar al reo condenado, ¡algo increible! Por eso la biblia dice que Él quitó toda vergüenza y descaro de inmoralidad que pesaba sobre nosotros, así rescató nuestra dignidad y posición delante del Padre. Mateo 27:35Isaías 54:4 y 61:7, Sofonías 3:19.

Jesucristo en su profundo amor fue objeto de curiosidad y escarnio público, Salmos 22:17 y Lucas 23:35; sus vestidos fueron rifados, Salmos 22:18 y Juan 19:23-24; sufrió sed, Salmos 22:15, Salmos 69:21 y Juan 19:28; le ofrecieron hiel y vinagre, Salmos 69:21, Mateo 27:34 y Juan 19:28; clamó con angustia sentiéndose abandonado por el Padre, Salmos 22:1 y Mateo 27:46; se encomendó al Padre en su angustia, Salmos 31:5 y Lucas 23:46; al morir  su corazón se rompió en pedazos, Salmos 22:14 y Juan 19:34; cuando Jesucristo expiró tinieblas cubrieron la tierra para introducirnos en su luz Admirable y eterna, Amós 8:9 y Mateo 27:45; Nuestro Salvador fue puesto en el sepulcro nuevo de un hombre rico, para enriquecernos con su muerte, Isaías 53:9 y Mateo 27:57-60. Todo esto por amor a su pueblo.

El profundo, inquebrantable y glorioso amor del Padre en Cristo Jesús por la raza caída, nos lleva a adorarlo, rendirle alabanza, darle gratitud, y exaltar su nombre santo; nuestro corazón no puede permanecer indiferente ante la dimensión del amor insondable de Dios, las muchas aguas del mundo ni las pruebas, jamás podrán apagar el amor de Dios, que nos amó en su  Hijo, nos ama, y nos amará por siempre. Cantares 8:7 y Gálatas 2:20. Aleluya! Gloria al Santo y perfecto Amor. Nada ni nadie nos separará del amor de Dios que es en Cristo SEÑOR y Dios nuestro. Romanos 8:38-39.

Nuestro Dios Creador y Salvador es el único Dios verdadero, único que ama, cuida, sustenta, defiente y protege de verdad: YHVH es Dios grande, Jesucristo es el Rey grande sobre los pequeños diosesitos del mundoTodo lo que existe para nuestra bendición existe y le pertenece solo a Él; adoremos su grandeza y majestad al morir y resucitar por nosotros, dándole gracias por su infinito amor. En su poderosa mano están las profundidades de la tierra y las alturas de los montes son suyas...Salmos 95:4-6.

Lic. MEHC. Hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.