# 44, SALMOS 44
PLEGARIA POR LIBERACIÓN Y RESTAURACIÓN
Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído,
nuestros padres nos han contado, la obra que hiciste en sus días, en los
tiempos antiguos. Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos;
Afligiste a los pueblos, y los arrojaste. Porque no se apoderaron de la tierra
por su espada, ni su brazo los libro; sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de
tu rostro, porque te complaciste en ellos. Tú, oh Dios, eres mi Rey; manda
salvación a tu pueblo. Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; en tu
nombre hollaremos a nuestros adversarios. Porque no confiaré en mi arco, ni mi
espada me salvará; Porque Tú nos has guardado de nuestros enemigos, y has
avergonzado a los que nos aborrecían. En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, y
para siempre alabaremos tu nombre. Vs. 1-8.
En
este salmo el pueblo de Dios gime ante la gran angustia que sufre y llama a su
Hacedor para que los libre y redima como lo hizo en tiempos de Egipto, este fue
un texto bíblico que Gedeón citó en momentos de guerra contra los madianitas, y
dijo: Oh Señor mío, si estás con nosotros, ¿por qué nos ha
sobrevenido todo esto? ¿Dónde están todas esas maravillas que nuestros padres
nos han contado, diciendo que nos sacaste de Egipto? Jueces 6:13-14. Y El Eterno dio fuerza
a su siervo para salvar a su pueblo, porque era El Señor del universo quien lo
enviaba.
Esta
es una palabra que también es para Colombia hoy, en estos tiempos de aflicción,
porque sólo el Eterno puede ser nuestra ayuda y nuestro socorro; y así como nuestro
Dios intervino en el pasado, lo hará otra vez HOY en nuestra nación y en el
mundo donde haya pueblo suyo, Porque solo Él es nuestro Rey y enviará salvación
a sus hijos., Vs.4. Dará poder a su pueblo para vencer al enemigo por su
Espíritu Santo. Es tiempo de gemido y clamor ante el Eterno en todo rincón de la nación..
Nuestro
Señor Jesucristo es nuestro Rey HOY y siempre y nuestra confianza en Él hará
que venga a liberarnos del asedio de las tinieblas, nos hará libres del
sufrimiento de los perversos codiciosos, hambrientos de poder y riquezas que no les servirán de nada; esta es una promesa bíblica para nosotros
HOY, Por medio del Señor sacudiremos a nuestros enemigos; y en su nombre
hollaremos a nuestros adversarios, porque no confiamos en armas
mortales, ni en ejércitos humanos, sino en el poder del Eterno libertador, Vs.
5-6.
En
este momento hay un remanente santo en la nación y en cada rincón de la
tierra que pide noche y día al Creador que sea Él quien haga venganza del impío
y del perverso; hoy ya no solamente oramos, sino gemimos y clamamos contra todo
engaño y manipulación del adversario y no podrán usar al inocente, ni al débil
ni al indefenso para sus planes. Somos llamados a perdonar y a amar, pero muchas veces resulta difícil ante lo cruel de los sucesos, pero debemos hacerlo ante el Señor y entregar al enemigo en sus manos, porque Él es recto en su justicia y se encargará de ellos según su palabra, Porque mía es la
venganza, YO pagaré, Romanos 12:19.
Oramos
no solamente contra aquellos que personalmente hayan causado mucho daño y
dolor, sino contra la maldad de aquellos que de diversas formas intentan
obstaculizar y parar la obra de Dios en esta tierra, los que intentan estorbar
que la palabra de Dios corra y que su reino se ensanche y establezca
Clamamos
para que sea Dios quien intervenga, y no el hombre tomando su propia
justicia. Aunque el enemigo se enfurezca, nosotros permanecemos firmes en la
línea de batalla, aunque nos persigan queriendo acabarnos, permaneceremos
fieles al Eterno Vencedor del calvario, porque Su mano poderosa y la diestra de
su poder los arrancará y los destruirá, los echará por tierra y los vencerá del
todo. Gemimos, oramos, ayunamos, vigilamos y nos unimos. Aunque la angustia y el
dolor nos rodeen, veremos la respuesta del Varón de guerra,
Éxodo 15:3.
Aunque
a causa de nuestro pecado, pareciera que el Eterno nos ha desechado y hemos
quedado en vergüenza delante del enemigo, aunque hemos sido saqueados por los que
nos aborrecen y muchos hayan sido entregados como ovejas al matadero y hayan
sido esparcidos por las naciones y vendidos de balde el Eterno nos salvarà si seguimos clamando...Vs.9-19.
Es
cierto que muchos cristianos en la actualidad están sufriendo por causa de
Cristo en algunos países, pero desde la perspectiva mundial, la Iglesia no está
sufriendo una verdadera persecución, pero en un futuro próximo, ese remanente
fiel a su Creador, será perseguido y por esa causa oramos desde ahora porque
ese remanente serán nuestros hijos, nuestras nuevas generaciones.
En
humildad reconocemos y pedimos perdón porque todo esto nos ha venido por causa
de que la nación se ha olvidado del Dios de bondad y gracia, porque hay un
remanente que permanece fiel, no se ha vuelto a dioses extraños ni se ha olvidado
del verdadero Dios, ni del pacto de su gracia. Muchos hemos sufrido pero no nos
hemos vuelto atrás en nuestro corazón ni nos hemos apartado de los camino del
Señor.
Ante
tanto dolor, muerte, anarquía, perversión y maldad, el corazón de los hijos de
Dios, clama, gime y llora diciendo: ¡Despierta! ¿Por qué duermes, Señor? ¡Despierta!
No te alejes para siempre. Vs. 23.
Aunque
sabemos que el Eterno no duerme, es un clamor en momentos de desesperación lo
que hace que oremos así. Ese es el clamor del atalaya que muchos veces no
duerme, que vela, que despierta repetidas veces cuando aún está oscuro y gime ante
Aquel, único, y poderoso para dar la batalla por nosotros y mostrarnos la gloria de
su salvación, porque nuestro Dios Creador, real y
verdadero no se adormecerá, pues Él es quien cuida y guarda a su pueblo, Salmos
121:4.
Él
no descansa, al contrario, Él se prepara para entrar en acción, no se olvida ni
reprende a su pueblo para siempre, actuará en el momento que nos parezca más
oscuro, nuestra oración llegará a sus oídos y nos libertará por su compasión y
misericordia, veremos su justicia y su verdad se levantará sobre toda esta
nación y los rincones del mundo donde hay ovejas de su grey, Vs.
24-26.
Y cuando hubo tomado el libro, los
cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros
delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas de oro, llenas de
perfume, que son las oraciones de los santos, Apocalipsis 5:8. Y ellos han
vencido por medio de la sangre del Cordero, y por el testimonio del evangelio,
menospreciando su vidas hasta la muerte, Apocalipsis 12:11.
Gracias
amado Padre, por tu bondad y fidelidad, por todo lo que harás a favor de los que
te temen, te aman, te obedecen y te honran para siempre; gracias por los que
has salvar y pasarán a forma parte de tu pueblo lavado en la sangre del
Cordero.
Mg.
MEHC, sierva del Dios vivo, real y verdadero.