ARREPIÉNTETE Y COMIENZA DE NUEVO
CON CRISTO EN TU CORAZÓN
Les digo que si no se arrepienten,
todos perecerán igualmente, Lucas, 13:5.
Así que, arrepiéntanse y conviértanse para que sean borrados sus
pecados; para que vengan de la presencia del SEÑOR tiempos de refrigerio,
Hechos 3:19.
Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado. Mateo 4:12.
Nuestro Dios Creador y
Salvador, es el Dios de nuevas oportunidades, aunque hayas sido un prodigo en
medio de su pueblo, vuelve a Cristo que aún hay tiempo de comenzar de nuevo con
Cristo como el centro de tu vida, Si confesamos nuestros pecados, Dios
que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de toda maldad, 1 Juan
1.9.
El arrepentimiento genuino es nuestro punto de partida para ponerle
fin a nuestra vida de pecado, desubicación y confusión que causa el mundo, cuando reconocemos que necesitamos a Dios, podemos también confesarle nuestros pecados a Dios y nos
apartamos de esa vida, hay transformación real en cada uno de nosotros.
Arrepentirnos nos renueva la mente, libera la conciencia, provee paz al
espíritu y hace que regresemos al camino correcto; si hay arrepentimiento
verdadero, podremos abandonar la vida licenciosa del mundo y los asuntos
viciados de la carne, para empezar a caminar Con Pasos firmes en
Dios, del camino angosto que lleva a la vida moralmente aceptable y
aprobada por Dios, echemos
fuera la vieja levadura, 1 Corintios 5:7.
Cuando
una persona
se arrepiente de corazón es como aquel hijo pródigo que el buen Padre acoge de
nuevo, es como la oveja que estaba perdida y el Buen Pastor la atrae de vuelta
al redil para amarla y cuidarla, arrepentirnos nos permite corregir el
comportamiento, la actitud y la conducta; hay un visible cambio, una transformación
manifiesta y una renovación
mental
maravillosa; el arrepentimiento es la puerta abierta que rompe con
maneras amañadas de vivir, ayudándonos a retractar sincera y profundamente
de malas obras, es un verdadero nuevo comienzo a la manera de Dios, YO les quitará ese
corazón duro como la piedra, y les daré un nuevo corazón y un nuevo espíritu, Ezequiel
11:19.
Cuando nos arrepentimos nos humillamos para pedir perdón de
corazón, nuestra mirada se hace limpia y sincera porque nos duele haberle
fallado al Santo, queremos levantarnos del piso para remontarnos a la alturas y
abrazar a Dios para no salir de su presencia; deseamos regresar en la dirección
correcta y al estándar moral establecido originalmente por Él para alegrar
su corazón, y al mismo tiempo, Él nos
hará reír de nuevo con gritos de júbilo, Job 8:21.
Al arrepentirnos delante
de Dios restablecemos, restauramos y renovamos nuestra amistad con Jesús,
y Él nos da la recompensa del gozo con su precioso Espíritu Santo. Es hermoso arrepentirnos
de verdad porque hay determinación en nuestro interior, tenemos fuerzas para romper
con mañas,
costumbres y hábitos propios del mundo; esa renovación nos permite destruir mapas
mentales aprendidos mientras estuvimos sin Cristo, el arrepentimiento nos refresca la
imagen y el concepto de Dios, Por eso, deben ustedes renunciar a
sus antigua manera de vivir y despojarse de la que antes eran, ya que todo eso
se ha corrompido, a causa de los deseos engañosos. Deben renovarse en el espíritu
de su entendimiento y sus actitudes, Efesios 4:22.
Poder arrepentirnos es un verdadero privilegio, porque nos permite
darnos cuenta que hemos fallado, que somos pecadores altamente necesitados de
Dios, deseamos volver a saciarnos del bien de su casa y estar unidos para nunca
separarnos de su inmenso amor y prodigalidad, oiremos la voz alegre del Padre
diciendo; éste mi hijo era muerto, y
ha revivido; se había perdido y ha sido hallado, y nos regocijaremos
juntamente, Lucas 15:22-24.
No arrepentirse es una tragedia, es pecado, es necedad de alguien
que quiere seguir viviendo como mejor le parece sin tener en cuenta a su
Hacedor, ignorando que es Dios mismo quien en muchas ocasiones lo ha
librado de la muerte, queriendo darle una oportunidad de salvación, y que es Dios
quien nos proporciona momentos y circunstancias para que podamos arrepentirnos
para volver a casa, ¿O tienes en poco las riquezas de su bondad,
misericordia y paciencia, ignorando que la gracia de Dios te guía al
arrepentimiento? Romanos 2:4.
Dios es el único que produce en nosotros la oportunidad de
arrepentirnos cuando hay voluntad y disposición en nuestro corazón, Vuélvenos,
Oh Jehová, a Ti, y nos volveremos; renueva nuestros días como al principio, Lamentaciones
5:21.
Él nos ayuda a dejar el pecado para regresar a sus principios, Él desea ardientemente
que seamos felices. Así dice el Señor: Párense en los caminos,
miren y pregunten por los senderos antiguos, ¿cuál es el buen camino? Y anden
por él; y hallarán descanso para sus almas, Jeremías 6:16.
La fe en Jesús y el amor al Padre es lo que nos lleva a
proyectar un cambio integral para rendirnos y volver a las instrucciones limpias
y santas dadas desde la antigüedad para nuestro bien; con el arrepentimiento damos
la espalda al pecado y nos unimos a Jesucristo, así Él provoca nuevas
prácticas de vida ejemplarizantes y virtuosas que brotan de nuestro ser, y que
no es algo de nosotros mismos, Filipenses
2:13 y Efesios 2:8-9.
El arrepentimiento nos ayuda de dejar de pecar deliberadamente,
nos liberamos de la carga condenatoria del pasado, por algo que hicimos o
dejamos de hacer, es hermoso porque podemos experimentar la verdadera paz de
Dios, que es la paz de Cristo, Juan
14:27.
Si nos unimos a Dios, Él nos ayudará para no fallar fácilmente,
nos impulsará de inmediato a la reflexión para que hagamos un alto en el camino.
Con Dios de nuestra parte, se alinea nuestra mente, voluntad y corazón con su
Espíritu para que podamos permanecer agradándole, es por eso que tan pronto fallamos
un ápice, el Espíritu de Dios nos confronta y muestra el pecado para llevarnos
al arrepentimiento y ponernos en paz mientras vamos de camino, porque si sabemos hacer lo bueno y no lo hacemos, ya
es pecado, Santiago 4:17.
El cambio con el
arrepentimiento implica dejar de hacer esos pequeños actos de
deshonestidad, olvidar el mal genio, la falta de respeto a los padres, el
hablar mal de los demás, el incumplimiento de una tarea asignada, dejar la
crítica, el chisme, la mentira, etc., todas esas zorras pequeñas que debilitan
el carácter y opacan la pureza impidiéndonos disfrutar a plenitud la compañía
del Espíritu Santo, pero que sí estanca nuestro crecimiento en Cristo, porque
obstaculiza nuestra comunión con el Padre, privándonos de una espiritualidad
real y dichosa, Cantares
2:15.
A través de la historia
Dios siempre ha llamado a todos los pueblos al arrepentimiento, Jeremías
18:7-8
y 11; Cristo llamó a las multitudes al arrepentimiento, Lucas
13:1-5;
Juan Bautista llamó a los judíos al arrepentimiento, Mateo 3:2; los apóstoles de Jesús y
la iglesia primitiva llamaron la gente al arrepentimiento, Hechos
2:38, así
también, hoy todos somos llamados a arrepentirnos y ser ejemplo de vida
mostrando a Cristo con un testimonio de rectitud y verdad, Lucas
24:46-48.
Con el arrepentimiento salimos
de la ignorancia, frialdad y tibieza espiritual y moral para arder en fuego
santo de Dios, brota la pasión por tomar el modelo de vida de Jesús, queremos saber
más de Él y persistimos intensamente en morir a las obras infructuosas del
viejo hombre, gastado y equivocado, anhelamos hacer la voluntad de Dios para alegrar
su corazón. Pero Dios habiendo pasado por alto los
tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que
se arrepientan.” Hechos 17:30.
El arrepentimiento es algo grandioso porque nos proporciona el privilegio de reconciliarnos a tiempo con Dios, pues lamentablemente, hay muchos que mueren sin lograrlo y se pierden eternamente. Hebreos 12:17.
El arrepentimiento es algo grandioso porque nos proporciona el privilegio de reconciliarnos a tiempo con Dios, pues lamentablemente, hay muchos que mueren sin lograrlo y se pierden eternamente. Hebreos 12:17.
Arrepiéntete para que se te modifique el punto de apoyo y la
dirección de tus pies, y así empieces a caminar Con pasos firmes en Dios. Si
te arrepientes de verdad, considera estos aspectos:
a) Reconoce tu pecado y acepta que sólo Dios puede sacarte del
hoyo. Salmos 51:3-4 y 1 Juan 1:8. b) Confiesa tus pecados
a Dios en un acto de humildad y honestidad 1 Juan
1:9. c) Que
te duela el corazón y haya tristeza por haber pecado, fallado a Dios y engañado a ti mismo. 2
Corintios 7:9-11 d) Aborrece el pecado y la sensualidad para apártate de todo eso, Proverbios
28:13; e) Abandona
tu viejo estilo de vida y resiste todo demonio que te haya influenciado,
obsesionado, engañado y controlado, Santiago 4:7; f) Rompe
con la maldición y las ataduras que pudieron venir por ceder a tus pasiones y ser esclavo del pecado, Números
32:23 y
g) Restituye y repara el daño causado a las personas que agraviaste si es posible, comprométete con tu pureza y mantén tu compañerismo con Cristo, bajo el fuego purificador del Espíritu Santo. Levítico
6:4 y Lucas 19:8.
Que nuestro misericordioso SEÑOR Jesucristo nos ayude a estar limpios y en paz con Él, todo el tiempo hasta su venida. Así sea, amén.
Que nuestro misericordioso SEÑOR Jesucristo nos ayude a estar limpios y en paz con Él, todo el tiempo hasta su venida. Así sea, amén.
Lic. MEHC hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.