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5 feb 2018

#36-ORAR POR OTROS TRAE BENDICIÓN



#36-CUANDO ORAMOS POR OTROS, NOSOTROS MISMOS SOMOS BENDECIDOS

Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra. Pido al Padre que de su gloriosa riqueza de a ustedes, interiormente, para que sean fortalecidos con poder por medio del Espíritu de Dios, que Cristo viva en sus corazones por la fe, y que el amor sea la raíz y el fundamento de sus vidas. Y que así puedan comprender con todo el pueblo santo cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo. Pido que conozcan ese amor que es mucho más grande que todo cuanto podamos conocer, para que lleguen a llenarse de la plenitud total de Dios. Y a Aquel que es mucho más poderoso para hacer todas las cosas, mucho más abundantes de lo que le pedimos y entendemos, según el poder que actúa en nosotros. A Él sea toda la gloria en la iglesia de Cristo, por todas las edades, por los siglos de los siglos, Amén. Efesios 3:14-21.

Nuestra oración debe ser intercesora orando por todos y por todo, sin acepción de persona; Jesús nos enseñá, a amar a los enemigos, y si así lo hacemos, debemos orar también por ellos. Hemos pecado por omisión mirando solo nuestra propia necesidad y no el dolor y el sufrimiento de otros. Tener amor y misericordia también es rogar porque mi vecino y mis compatriotas sean salvos y libres de tanta maldad que hay en el mundo; eso hará descansar a nuestro corazón y pondrá la paz de Dios no solo en mi, sino en toda mi casa y mi vecindario, esa paz shalom de Dios que es su plenitud, llenándo nuestro ser integral de reposo espiritual. Oren por los gobernantes y todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada de piedad y dignidad. 1 Timoteo 2:2.

Asi que debemos orar por todos y por todo como lo demanda la palabra de Dios; en estos tiempos peligrosos es urgente orar en familia, puesto que las familias forman comunidades, las comunidades forman pueblos y los pueblos forman naciones. Estamos en la responsabilidad de orar por los amigos, los vecinos, los conocidos, los nacionales, extranjeros, y por todo el mundo, No dejen ustedes de orar; rueguen y pidan al Señor siempre, guiados por el Espíritu Santo. Manténgase alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo, Efesios 6:18.

Cuando intercedemos por otros al mismo tiempo lo hacemos por nosotros; la oración intercesora lo invade todo y provee grandes bendiciones personales que nos enseñan a valorar estar ante la presencia del Eterno. Pablo lo hizo por los efesios y vió la provisión y el cuidado del Padre a través de ellos, Job lo hizo y fue sanado, restaurado y prosperado. Hermanos, oren por nosotros. 1 Tesalonicenses 5:25.                                                                                                                          A veces despistadamente nos centramos solo en nosotros, confundiendo la oración con la intercesión. Dios atiende con placer aquellas plegarias en las que morimos a nosotros mismos y nos dedicamos a clamar por la necesidad y la vida de otras personas, las circunstancias y situaciones de las naciones y el mundo. Interceder es precisamente eso, es algo distinto a la oración personal, es ponernos en la brecha a favor de otros para sembrar y hacernos tesoros en el reino de los cielos, lo cual agrada a Dios y responde prontamente, En cuanto a mí, que el Señor me libre de pecar contra Él dejando de rogar por ustedes. Antes bien, les enseñaré a comportarse de manera buena y recta, 1 Samuel 12:23.

Si analizamos el texto de Efesios arriba citado, encontramos bendiciones a nuestro favor cuando oramos por otros

1. Riquezas. Pido al Padre que les conceda, conforme a las riquezas de su gloria, Efesios 3:16a. Dios nos promete sus riquezas, lo cual no son cualquier clase de riquezas, sino las de su gloria, es decir riquezas sobrenaturales, con medida infinita, son la gloria de sus riquezas y las riquezas de su gloria, son imperecederas, son eternas, preciosas, completas e inmarcesibles, Den y se les dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en su regazo; porque con la misma medida con que miden, se les volverá a medir, Lucas 6:39. Orar por otros es dar lo mejor de sí mismos ante los ojos de Aquel que todo lo ve y lo escucha y eso también opera bajo la ley de siembra cosecha.

2. Fortaleza, que sean fortalecidos con poder…Efesios 3:16b. Como seres humanos tenemos debilidad en nosotros, pero Dios promete fortalecernos interiormente en Cristo. Dios nos capacita y equipa, nos llena del poder de su presencia por el Espíritu Santo que nos fue dado; Él no nos empodera como algunos creen y afirman, el empoderamiento independiza, aleja y hace auto suficientes y vanagloriosas a las personas. Cuando hay poder en nosotros, es Dios obrando por el Espíritu Santo a través de nosotros, porque somos vasijas e instrumentos de su honra y portadores de su presencia, 1 Corintios 3:16.

Dios anhela que sus hijos dependan totalmente de su gobierno y dirección en su presencia, unidos en oración intercesora tocando el corazón del Padre, nos une a Él y nos solidariza con la necesidad ajena, la oración intercesora es dinamita pura, por eso el enemigo quiere a toda costa separarnos de Dios y menguar nuestra oración; él sabe que si divide gana; pero recibimos fortaleza de Dios a través de la oración para mantenernos firmes, fuertes y valientes espiritualmente, lo cual nos permite soportar pruebas y procesos de madurez; el poder de fluir en oración consolida nuestra fe obediente a pesar de los malos tiempos y a pesar de nosotros mismos. Por eso, confiesen sus ofensas orando unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho. Santiago 5:16.

3. Crecimiento espiritualen el hombre interior por su Espíritu, 3:16c. Si andamos con Dios vivimos por el Espíritu, con Él no hay opción de estancamiento espiritual, por el contrario, caminamos, hablamos oración y vivimos en intercesión a favor de otros, nos hace crecer interiormente y avanzar hacia nuestro propósito, como dice la palabra: de su interior brotarán ríos de agua viva, Juan 7:37: por lo tanto orar e interceder nos hace gigantes de la fe de Cristo. Mientras más pensamos en otros, oramos e intercedemos por ellos, nuestro espíritu se liga al Aliento de vida, nuestro corazón se llena de amor y nuestra vida irradia luz, así la presencia del Eterno se hace más visible en los intercesores, lo cual nos impulsa a querer más de Él y menos de nosotros, porque es necesario que Él crezca mientras nosotros menguamos, Juan 3:30.

4. Nos fortalecemos en la fe bíblicaPara que viva Cristo en sus corazones por la fe, Efesios 3:17a. Ser templos del Espíritu Santo nos capacita para orar por otros y nos santifica para morir a nosotros mismos, si Cristo mora en nuestro interior Él debe reinar y dirigir sobre nuestro yo, tomamos de su esencia, identidad y sentido de pertenencia entre los redimidos que somos la familia de Jesús, haciéndonos útiles y de bendición. Todo esto es posible por fe; una fe no de labios, ni de obras, tampoco fingida o aparente, la fe que brota de Jesús en nosotros por el Espíritu es algo poderoso, es la razón de nuestro ser y hacer; su amor unido a nuestra obediente fe, nos hace auténticos hijos de Dios en posición de discípulos y soldados legítimos que portan y manifiestan las armas de guerra contra el mal por el fruto del Espíritu, Efesios 6:11. Con toda oración y suplica, oren en el Espíritu en todo tiempo, velen con toda perseverancia por todos los santos. Efesios 6:18.

5. Arraigo y cimentación, arraigados y cimentados en amor, 3:17b. Tener raigambre es estar enraizados profundamente en la Roca Eterna, Cristo. Él es el fundamento y cimiento del amor que ora e intercede, orar en amor es ejercer la justicia de Dios para construir, plantar, y edificar familia, base del tejido social; al orar e interceder, sin darnos cuenta, impactamos la sociedad y se transforman las naciones; todo en la palabra, está sustentado en el extraordinario afecto que fluye del corazón del Creador; Si Dios es amor,  nosotros somos los que transmitimos ese amor, la esencia de toda su palabra y su obra firme que trae  vida, para progreso, unión y fraternidad, Hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre ustedes, 2 Tesalonicenses 3:1..

Es sobre la base del amor que el Creador gobierna el universo y extiende misericordia a cada uno de nosotros. Somos sus colaboradores cuando oramos e intercedemos por todo y por todos para que muchos se arrepientan y lo busquen abandonando el pecado, la impiedad y la injusticia, Cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. Porque somos colaboradores de Dios, somos labranza de Dios, somos edificio de Dios, 1 Corintios 3:8-9.

6. Plena capacidad de comprensiónPara que sean plenamente capaces de comprender con todos los santos, cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, Efesios 3:18. Dios desea que comprendamos con el corazón y no con el intelecto la grandeza y plenitud de su insondable bondad cuando intercedemos amorosa y misericordiosamente. Con la inteligencia humana nunca podríamos comprender la grandeza de su afecto hacia nosotros pecadores que necesitan estar en su presencia todo el tiempo, Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; alza tus manos a Él implorando la vida de tus pequeñitos, que desfallecen de hambre en las entradas de las calles, Lamentaciones 2:19. Cuando oramos alcanzamos a discernir la urgencia de la oración intercesora para gemir a la manera del Libertador.

El propósito divino es que tengamos balance entre la espiritualidad y la realidad de la vida, para que actuemos y vivamos con inteligencia y sabiduría de Dios: solo Él nos provee este balance para ser persistentes y aterrizados ante todo lo que sucede ante nuestros ojos. No podemos ser solo almacenes de datos, debemos comprender la necesidad de orar en amor, para no perder la oportunidad de obtener el conocimiento real y adecuado de lo que Dios nos quiere enseñar y revelar acorde al momento y el evento, para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar las riquezas de pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en Quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento, Colosenses 2:2-3. Cada vez que intercedemos muchos son consolados por el Omnipresente Señor del universo.

7. Conocer la plenitud del amor divinoQue puedan conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que sean llenos de toda la plenitud de Dios, Efesios 3:19. Es revelación divina comprender que el amor de Dios sobrepasa todo conocimiento y ciencia humana. Para el intelecto humano suena a pleonasmo decir llenos de la plenitud, pero esa es la forma que Dios usa para tratar de que entendamos que interceder es vivir en amor  y resultado del conocimiento que tenemos de Dios. Orar e interceder por amor y en amor mueve la mano de Dios, YO iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que YO SOY YHWH, el Dios de Israel que te pongo nombre, Isaías 45:2-3. El amor de Dios unido a la intercesión, libera los yugos, hace huir el reino de las tinieblas y otorga gran bendición.

El llamado divino es para arraigarnos y cimentarnos en su firme amor, a través de la oración intercesora, olvidándonos de nuestras propias necesidades. El amor inmensurable de Dios debe permearlo todo a través de nosotros sus hijos, su amor hizo la mayor intercesión al  morir en el madero, los demás amores son simple derivación del inescrutable e insondable amor del Padre, escudriñemos nuestros caminos, busquemos al Señor y volvamos a Él; levantemos nuestras manos y nuestros corazones al Dios que está en los cielos, Lamentaciones 3:40-41.

Interceder es nuestra responsabilidad inteligente clamando en el Espíritu, Después que Job oró por sus amigos, Dios le devolvió al doble, todas las cosas que había perdido, su prosperidad fue dos veces superior a la anterior, Job 42:10. Job aprendió que no solo debía orar por los suyos sino también por los demás, porque al Interceder nos ocupamos de la viña y el Dueño se ocupa de sus obreros. Lee Job 1:1-5 y comprenderás porque te lo digo, es revelación desde el corazón de Dios.

En toda la palabra hay muchos ejemplos y formas de oración intercesora que nos enseñan y animan a seguir como atalayas en la brecha y con mayor intensidad, porque ahora sabemos que Interceder nos llena de la plenitud de Dios, como una fuente que nos rebosa copiosamente y nos completa para desbordar en el amor de Dios por otros. Así es el amor del Eterno Rey que rebosa todas las medidas cuando nos humillamos a interceder por otros. Mediante la oración a nuestro favor, asi demuestran su afecto por nosotros, en la sobre abundante gracia de Dios en nosotros. 2 Corintios 9:14.

Como está lejos el oriente del occidente, que no se puede medir porque cada meridiano y paralelo imaginario de la tierra son diferentes para cada país y continente, y debido al movimiento continuo de la tierra no se puede calcular una medida, así podemos comparar el inmensurable cariño y afecto de Dios por nosotros. Es algo directamente proporcional a su tamaño, El Eterno, el Altísimo y omnipotente Señor del universo, es aquel cuya estatura no se puede medir, por eso extiende los cielos como una cortina, pero se humilla a escuchar nuestras plegarias para responder con su abundante misericordia y fidelidad, Bueno es el Eterno Dios a los que en Él esperan, al alma que lo busca. Bueno es esperar en su salvación de YHWH, Lamentaciones 3:25-26.

La exhortación es a abandonar el egoísmo, la mediocridad y la tibieza espiritual, debemos interceder por todos ante la magnitud de los sucesos y la grandeza del amor del Dios infinito y colosal, quien a pesar de su gran tamaño, se hace pequeño en humildad para habitar en nuestros corazones, Efesios 4:1-6. Eso me ha hecho dar cuenta que, lo único que necesito es a Elohim, Él Todo suficiente para hacer rebosar mi corazón en el amor que gime a favor de otros, y entregarlo sin miramientos ni discriminaciones. Orar e interceder por todos a mi alrededor es ver a cada persona como Dios me ve a mí. Necesitada de su amor salvador

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino eterno.