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8 ene 2018

#8-VIVIENDO PARA CRISTO


VIVAMOS PARA CRISTO
PORQUE SOMOS NUEVOS EN ÉL

Dios mismo nos ha unido en Cristo Jesús, y ha hecho que Cristo sea nuestra sabiduría, justicia, santificación y liberación. 1 Corintios 1:30.

Crean en mí, oh Dios un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí, Salmos 51:10. 

Ustedes deben renunciar a su antigua manera de vivir y despojarse de lo que antes eran, ya que todo eso se ha corrompido, a causa de los deseos engañosos. Deben renovarse espiritualmente en su manera de pensar. Efesios 4:23.

Espiritualmente hablando, existen dos familias, la de Adán y la de Cristo, El Padre nos ve según la familia donde militamos; pertenecer a la familia de Adán es vivir separados de Dios, esclavos del pecado y del diablo, pero cuando nacemos por segunda vez en Cristo, renacermos espiritualmente, es decir, volvemos a estar vivos para Dios, resucitados de la mortandad del mundo, ya no somos ajenos de la vida en Dios, Él nos ha puesto en Cristo, algo que no podiamos hacer por nosotros mismos, pero Dios lo hizo, colocándonos en su familia, nos ha injertado en la vid verdadera, para hacernos partícipes de la raiz y de la rica savia del olivo, donde Jesucristo es la Cabeza, el Hermano Mayor y el primogénito entre muchos hermanos. Romanos 8:29 y Romanos 11:15-17; y hemos alcanzado la justicia que es por fe. Romanos 9:30. 

Debemos ser siervos fieles y firmes para Dios wn Cristo, estamos en deuda con el SEÑOR Jesúcristo, ahora somos personas espirituales en Él y por Él, demostrando 24/7 amor y reverencia a Él por todo lo que hizo en la cruz y sigue haciendo a nuestro favor desde su trono de gloria; si Cristo es Dios y murió por ti y por mi, ningún esfuerzo y trabajo que hagamos por su reino es demasiado grande, Dios debe tener el todo de cada uno de nosotros, su profundo amor sacrificial mostrado en la vía dolorosa y la cruz, demanda mi alma, mi vida y todo mi ser. El quiera ser el mayor entre ustedes, será servidor de todos. Mateo 23:11, Y el que quiera servirme, sígame, y donde YO estoy alli también estará mi siervo. Si alguno me sirve, el Padre lo honrará. Juan 12:26..

Dios mismo nos ha puesto a nosotros en Cristo Jesús, poniendo fin a la ley, para justicia de todo aquel que cree en el Hijo de Dios; por fe hemos llegado a ser también hijos de Dios, siendo redimidos en Cristo Jesús, participando de todo lo que Cristo es y de todo lo que Él hizo a nuestro favor; lo cual implica santidad, obediencia y fidelidad en Cristo y para Cristo, por eso el Padre nos bendijo con toda bendición espiritual en Cristo, Efesios 3:1-4. Al estar en Cristo, Dios nos ha perdonado todos los pecados, para que vivamos en su Hijo y para Él, lo cual es posible gracias a la obra expiatoria del SEÑOR, quien entregó su vida por nosotros para purificarnos y hacernos santos en Cristo, siendo aceptos por el Padre...Somos nación santa y pueblo apartado para Dios. 1 Pedro 2:9.

Si estamos en Cristo y vivimos para Él, entonces nos santificamos, lo buscamos y apartamos tiempo de calidad para conectarnos con Dios, buscando el rostro de Cristo para habitar en su presencia, encontrando y entendiendo nuestro propósito de vida en Él, y así permanecer en la justicia de Dios, en la cual Cristo nos justificó, declarándonos justos en Él cuando éramos injustos vendidos al pecado, pero Él que es perfectamente justo, nos hace justos por su gracia, ahora el Padre nos ve justos en su Unigénito Hijo. Cristo no cometió pecado alguno; pero por nuestra causa, el Padre lo hizo pecado en la cruz, para declararnos justos en Cristo. 2 Corintios 5:21. 

Así hemos sido aceptados como familia y como hijos de Dios, cercanos para Él, en Cristo Jesús, ahora podemos gozar de la presencia de Dios, por la sangre de Cristo que nos limpió y nos hizo libres de la culpa, adoptados por Dios como suyos. A la iglesia de Dios...a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos, con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro SEÑOR Jesucristo, SEÑOR de ellos y nuestro. 1 Corintios 1:2.

Vivimos en Cristo para Dios, nuestra vida le pertenece a Dios que nos compró con la sangre del Hijo y nuestro destino es el cielo, pues Cristo nos ha sellado con su Espíritu para ser de su propiedad, y aunque estamos en este mundo, ahora somos pertenencia del Padre y nos identificamos en Cristo como ciudadanos del reino de los cielos; revividos espiritualmente para servir a Aquel que nos formó en el vientre de mamá; y asi como Cristo resucitó por el poder del Padre en el Espíritu Eterno, nosotros también somos levantados en resurrección para estar con Él en vida nueva. Y por todos murió Cristo, para que los que ahora viven, ya no vivan para sí, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos. 1 Corintios 5:15.

Todo lo que necesitamos para tener vida plena y eterna es Cristo, Él es nueva realidad de vida humana en la tierra según Dios, Que no nacimos de sangre, ni de voluntad humana, sino de Dios; por eso ahora somos hijos de Dios, porque Él nos ha engendrado de nuevo. Juan 1:13; el Padre ha hecho su justicia, recuperando lo que le pertenece desde la fundación del mundo, y que le había sido robado por el ladrón que tenía el imperio de la muerte, es decir, satanás, pero ya ha sido vencido una vez y para siempre.

Es real, ahora vivimos en Cristo y para Él, por eso debemos dejar de pensar tanto en yo, yo y mi mi, somos de Dios en Cristo; ya no nos pertenecemos a nosotros mismos para vivir irresponsablemente, como viviamos antes sin Cristo; la vida cristiana es la nueva vida que enfrentamos cada día, no es algo que tenemos cuando llegue la muerte o el rapto, es aquí y ahora, viviendo para Cristo, en esta tierra donde tenemos la oportunidad de mostrar nuestrar fe, santidad y confianza en Dios; no se trata de decir despreocupadamente que somos cristianos, es vivir totalmente para Dios en Cristo. Porque el que ha muerto en Cristo, ha sido liberado del pecado; Ahora nos consideramos muertos para el pecado, pero vivos para Dios en Cristo. Romanos 6: 7 y 11.

Vivir en Cristo para Dios no se trata solamente que Él haya borrado nuestros pecados, sino que nos hizo nuevos para responder a su amor y su voluntad, adorando a Dios con nuestra nueva vida y nueva naturaleza espiritual, algo totalmente único y poderoso para vencer la carne y la inclinación pecaminosa. Dios nos ha hecho totalmente diferentes en el sacrificio de su Hijo, derramando su preciosa vida por nosotros para que ahora gocemos de vida y libertad con seguridad en Él con su paz salvadora en nuestro corazón. Solo el Padre podía lograr tal proeza extraordinaria. Y para mi el vivir es Cristo...Filipenses 1:21; Porque hemos muerto, y nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Colosenses 3:3.

Todo el lastre de ruina y pecaminosidad que traíamos desde la caída en el Edén, donde el ser humano empezó a moverse por sus emociones, su mente y sus deseos, ha quedado destruido en Jesús; estabamos separados del Creador, ahora estamos unidos a Él en Cristo; la carne nos esclavizaba, ahora se somete al señorío del SEÑOR; éramos enemigos de Dios, ahora somos sus amigos, éramos extraños y advenedizos, ahora somos hijos y familia de Dios; el enemigo nos tuvo temporalmente, pero ahora Cristo nos tiene eternamente en su victoria y para su reino...Purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espiritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación. 2 Corintios 7:1.

Nuestra vieja manera de existir y comportarnos en el extralimitado amor por nosotros mismos, a causa de la debilidad del pecado, por confiar en nuestras propias obras y fuerzas, movidos en las propias opiniones y conceptos, que nos hacian errar y nos esclavizaban con hábitos y pasiones torcidas han sido rotos en Cristo, lo que amábamos más en el mundo ha fenecido. Especialmente la jactancia, la autopromoción y la auto justificación de creernos buenos. Ahora vivimos para Cristo y ponemos la mirada en Él, Autor y Consumador de la salvación y la fe, todo lo que nos separaba de Dios, quedó clavado en la cruz. Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por loa deseos engañosos; y ser renovados en la actitud de su mente; para ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a la imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad. Efesios 4:22-24. .

Lo más glorioso es que lo nuevo ha llegado para el servicio a Cristo, pues todo lo viejo ha muerto y se ha reemplazado con la nueva vida de pureza para la gloria del Eterno. Nuestra alma salió de las tinieblas y de la manipulación del cruel; en Cristo nos deleitamos en la presencia del Creador y Salvador, ahora aborrecemos las cosas del mundo, las tinieblas y las obras de la carne; el SEÑOR es el centro de lo que somos en Cristo y vivimos en la palabra de Dios. Dios nos salvó en Cristo, y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo. 2 Timoteo 1:9.

Todos nuestro ser tripartito, espíritu, alma y cuerpo, ha sido transformado, lavado, rescatado, redimido, restaurado, regenerado, reconciliado y adoptado como hijo para que Cristo sea santificado y un día lleguemos a ser glorificados con Él, todo por su gracia. Ahora nuestra mente, nuestros propósitos, estilo de vida, sentimientos, deseos e ideas son frescos, diferentes y se alínean a la voluntad de Dios. Ahora amamos la biblia, la palabra de Dios y nos deleitamos en ella, meditándola y viviéndola; porque encontramos dulzura y belleza en ella, lo que antes no habíamos visto, ahora es algo maravilloso y lo tomamos para nuestra edificación cada día, porque Somos templo para Dios, pues su Espíritu Santo, habita en nosotros. 2 Corintios 3:16. 

Ahora en Cridto y viviendo para Él, la naturaleza nos parece más hermosa, todas las cosas, aves y plantas ahora cantan alabanzas a Dios; vemos más hermosas y valiosas a las personas, nos queda más fácil amarlas y perdonarlas porque tenemos sentimientos renovados hacia ellos. Hay un sentimiento más profundo y sincero por nuestra familia, amigos y vecinos, ha brotado compasión y ternura por ellos, deseando que también conozcan al Salvador, ha surgido un nuevo amor por la humanidad, aún para los enemigos, podemos perdonar y orar por la salvación de muchos. Ahora deseamos alejarnos continuamente del pecado, nos hemos despojado del viejo hombre con sus obras. Antes ofrecíamos los miembros del cuerpo para servir al pecado, que lleva más y más a la maldad; pero ahora nos ofeecemos a Dios para servir a la justicia que lleva a la santidad. Romanos 6:19.

Entonces ¿qué pasa con el "cristiano" que sigue pecando? No es cristiano, solo creyente; la gran diferencia es que si sigue viviendo en el pecado es porque no ha sido recreado en Cristo, aunque él imagina que sí, en realidad sus frutos los revelan, porque una cosa es caer en pecado de vez en cuando y otra muy distinta es vivir en pecado, y aunque nadie alcanza la perfección de vivir totalmente sin pecado en esta vida, el cristiano redimido y lavado en la sangre de Cristo, vivimos para Dios en Cristo, estamos en el proceso de santificación y nos hacemos santos día tras día, odiando el pecado para agradar al SEÑOR, por lo tanto, si caemos en pecado, es involuntariamente, y cada vez que fallamos, nos duele intensamente, lloramos, nos arrepentimos y pedimos perdón al SEÑOR para volver reconciliarnos con Él y seguir santificándonos en Él, no podemos evitar que nuestra vieja naturaleza, sigue en este mundo, y que en alguna medida, tiene poder sobre nosotros. Pero hemos sido liberados del pecado y mos hemos puesto al servicio de Dios, para cosechar la,santidad que lleva a la vida eterna. Romanos 6:22.

Vivir para Dios en Cristo Jesus hay una gran diferencia, de la esclavitud a libertad y de muerte a vida, ya no nos domina el pecado ni nos manipula el enemigo, tampoco nos puede dominar el.mundo. Sabemos que el que ha nacido de Dios, no peca; al nacer en Cristo, Él lo guarda y el maligno no lo toca 1 Juan 5:18

Si Nuestro antiguo ser pecaminoso fue crucificado con Cristo, ha perdido su poder en nuestra vida. Ya no somos esclavos, pues, cuando morimos con Cristo, fuimos liberados del poder del enemigo, Romanos 6:6-7. Ahora llenos del Espíritu Santo, obra la justicia de Dios a través de nosotros. Tenemos la opción de impedir que el pecado reine, estamos vivos para Dios en Cristo Jesús, Romanos 6:11-12. Tenemos el poder de elegir ser santos; y esta maravillosa nueva cración ha sido formada en la mente de nuestro Padre, para su gloria. Hagámoslo todo sin quejas ni contiendas, para que seamos intachables y puros hijos de Dios, sin culpa en medio de una generación torcida y depravada. En ella nosotros brillamos como estrellas en el firmamento...Filipenses 2:14-16.

El amor de Cristo se ha arraigado en nosotros desde que comprendimos la profundidad de su sacrificio; su amor nos obliga a ser limpios y apartados para lo santo, viviendo para Dios, entendiendo que debemos privarnos de muchas cosas que ofrece el mundo y que no nos convienen ni aprovechan aunque todo nos resulte lícito, 1 Corintios 10:23. Así que no suavices el Evangelio por agradar a la gente, si la verdad los ofende, que se ofendan, la gente ha estado toda su vida ofendiendo a Dios con su estilo de vida, si te aborrecen por causa de su nombre, no temas, no solo lo hacen contigo, a nuestro Jesús de Nazaret lo aborrecieron y lo desecharon por decir la verdad, así que habla porque no es tu palabra, es la palabra del Todopoderoso que vive en ti y desde el cielo te cuida. Muere a ti y tendrás paz, renuévate en su amor, obedece y tendrás vida eterna. Eso es lo importante y valioso...No toquen nada impuro, y YO los recibiré. YO seré un padre para ustedes, y ustedes serán mis hijos, dice el SEÑOR Todopoderoso. 2 Corintios 6:17-18.

Busca la paz y síguela, y la santidad sin la cual nadie verá al SEÑOR; Olvida y abandona la vanidad, comparte lo que tienes con aquellos que lo necesitan, no te afanes por ser aprobado o aplaudido por los hombres, busca tu aprobación y  tu honra en Dios, así serás bendecido y prosperado en todo. Todo el que tiene su esperanza en Cristo se purifica asi mismo, así como Él es puro. 1 Juan 3:3.

Si afrontas problemas y dificultades, descansa en tu Señor, porque Él es soberano, grande, poderoso y dueño del universo y para Él nada hay imposible ni difícil de resolver; tampoco te quejes, mejor alábalo y dale gracias aún en medio de la adversidad, aún con el agua al cuello, Él lo verá te renovará las fuerzas y te sacará a flote. Lucha por el bien y la verdad contra viento y marea, y si todo va mal, Dios convertirá tu dolor en risa y tu llanto en danza. Avanza y sigue corriendo hacia Él, porque NO ha dejado de gobernar el universo que creó para su gloria, y sigue de cerca el curso de tu vida, te cuida, te ayuda y te bendice porque te ama, solo espera, descansa y confía en Él...Eres declaro justo, sigue practicando la justicia y que el Santo siga santificándote. Apocalipsis 22:11.

La gran realidad es que muchos ignoran, que nadie podrá ir al cielo haciendo lo contrario a la palabra de Dios. No existe un sitio medio después de la muerte, así que ni misas ni oraciones ni ninguna otra cosa sacará de su lugar a los muertos. La única manera de ser salvos es a través de Jesucristo, viviendo para Él y por Él, decidimos a creerle y recibirlo como SEÑOR y Salvador, con Él decidimos ir al cielo, sin Él, muchos irán al infierno porque siguen haciendo los que les da la regalada gana, se gozan haciendo su propia voluntad dejando a Dios a un lado y viven en vanidades ilusorias y temporales, dándole gusto a su cuerpo; así que, si no has tenido un encuentro personal con Jesucristo, lamentablemente te condenarás. Arrepiéntete, abandona tu pecado y vuélvete a Dios, entrégale tu vida y vive para obedecer su palabra llena de principios y virtudes que nos hacen responsables de sí mismo y poder vivir para Cristo.

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.