Seguidores. Indica que te gusta

29 abr 2016

PIDAMOS PERDÓN POR EL PECADO DE LA NACIÓN

En el pasado con determinación desarraigué y derribé a esta nación. La derroqué, la destruí y sobre ella traje el desastre; pero en el futuro con la misma determinación la plantaré y la edificaré. ¡YO el SEÑOR he hablado! Jeremías 31:28



SEÑOR, Tú oirás desde los cielos, y perdonarás el pecado de tus siervos y de tu pueblo, y les enseñarás el buen camino para que anden en Él, y darás lluvia sobre la tierra que diste por herencia a tu pueblo. Crónicas 6:27.

27 abr 2016

ALCANZANDO PLENITUD EN DIOS




ANHELO DE DIOS PARA SU PUEBLO

Obedezcan mis mandamientos y aprendan de Mí, dejen que YO les enseñe, porque YO SOY humilde y tierno de corazón. Conmigo podrán descansar. Lo que YO les impongo no es difícil de cumplir, ni es pesada la carga que les hago llevar, Mateo 11:29-30.

Hónrenme de corazón, porque Yo busco adoradores que me adoren en Espíritu  y en verdad, Juan 4:23. Cuando alguien no me honra, tampoco honra a mi Padre, que me envió, Juan 5:23. Si alguno de ustedes quiere ser mi discípulo, tiene que obedecerme. Donde YO esté, ahí también estarán los que me sirven, y mi Padre los premiará, Juan 12:26.

Nuestro Dios Eterno y Creador anhela siervos y siervas conforme a su corazón, conforme a la estatura de un varón perfecto como lo es Cristo, y que lleguemos a tener todo lo que nos falta, por conocer al Hijo de Dios y por confiar en Él. Efesios 4:13.  Porque somos linaje elegido, somos sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso estamos en capacidad de mostrar a otros la bondad de Dios. Él mismo nos sacó de las tinieblas del pecado, y nos ha hecho entrar en su luz maravillosa, 1 Pedro 2:9.

Plenitud para el día cuando El Esposo venga por una esposa sin mancha y sin arrugas.

1. Un cuerpo en sacrificio vivo y santo, Romanos 12:1

2. Un alma sedienta de Dios, Salmos 42.

3. Un corazón contrito y humillado que adora a Dios, Salmos 51.

4. Una menta con pensamientos rendidos a la obediencia a Cristo, 2 Corintios 10:5.

5. Labios que confiesen su nombre, Hebreos 13:15.

6. Manos levantadas en rendición a Dios, Lamentaciones 3:41.

7. Los pies presurosos a llevar el evangelio, Isaías 52:7.

8. Ojos limpios y llenos de luz, Proverbios 22:9, Lucas 11:34-36.

9. Oídos atentos a la voz del Buen Pastor, Juan 10:27.

10. Un espíritu quebrantado ante su presencia, 2 Corintios 7:10

11. Una vida llena del fruto del Espíritu Santo, Gálatas 5:22.

12. Una casa de oración inundada por la presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu
      Santo, 1 Reyes 8:29-30, Mateo 21:13.


Les comparto estos doce puntos que el mismo Señor me dio, el 27 de abril despertándome a las 5:30 a.m. y me dijo: Escribe esto para mi pueblo porque así quiero que permanezcan delante de Mí.


Mientras los escribía, intenté anotar observaciones de sabiduría humana, pero me fue imposible, solo fluía palabra bíblica como lo que está consignado aquí. Gloria y alabanza sean dadas a nuestro Dios, que todo el tiempo nos habla y nos instruye en su camino, solo soy una voz que clama y un instrumento en su voluntad buena, agradable y perfecta. Amén

26 abr 2016

ME ARREPIENTO SEÑOR


TU DECIDES ARREPENTIRTE O NO

Respondiendo Jesús, les dijo: Piensan ustedes que esos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los demás? Les digo que No; antes si no se arrepienten todos ustedes, perecerán igual que ellos. O acaso creen que aquellos dieciocho sobre los cuales cayó la torres de Siloé, y los mató, ¿piensan ustedes que  eran más culpables que todos los hombres que habitaban en Jerusalén? Les digo que No, antes si todos ustedes no se arrepienten, perecerán igualmente,  Lucas 13:1-8.

Conviene que te detengas a pensar ¿de qué lado estás tú? Esa es la pregunya del SEÑOR escondida en este texto de Lucas. ¿Estás del lado de Dios o del maligno, del lado del bien o del mal? La verdad, te conviene que estés del lado d3 Dios y del bien, porque fisfrutarás en la tierra de una vida, aunque con los altibajos propios de la existencia, pero una vida tranquila y segura en Dios y al final la vida eterna, pero si estás del lado del enemigo y su maldad, debes saber que esto te llevará a la destrucción antes de tiempo. No te creas tan listo, ni condenes a otros, no seas necio.¿ Por qué has de morir antes de tiempo? Eclesiatés 7:17.

Nuestro Amado Jesús nos deja un mensaje muy simple: ¡Arrepiéntanse todos! Lo que tienemos que hacer es abandonar el pecado y volverte a Dios, de lo contrario, el que no se arrepienta será cortado y perecerá para siempre, eternamente separado de la presencia de Dios. Pero el amor de Dios es tan grande que da oportunidad a tiempo de que dejemos el mal. Dios mío, no me lleves en la mitad de mis días; los años que Tú das, son por todas las generaciones. Salmos 102:24.

Dios desea que todos lleguemos al arrepentimiento, vivamos plenos y seamos salvos, ese fue el propósito del Hijo de Dios al hacerse Hombre, venir a la tierra, padecer, morir y resucitar dejando testimonio de vida recta, íntegra y santa en medio del mundo corrupto. ¡Por favor, busca la vida, arrepiénte y se salvo de la condenación eterna, porque serás bendecido, mientras vivas en la tierra, tendrás vida abundante. Por el SEÑOR son ordenados los pasos del justo, y Él se deleita en su camino. Salmos 37:23.

Hay gran ganancia cuando nos arrepentimos delante de Dios y abandonamos la vida de pecado para comprometernos con cristo y consagrarnos al Padre celestial.

  1. Escapamos de desastres temporales y del suplicio eterno. Romanos 2:5-7.
  2.  Alcanzamos el perdón divino. 1 Reyes 8:45-50.
  3.  Somos llenos del Espíritu santo, Hechos 2:38.
  4.   Logramos liberación. 2 Crónicas 7:14 y 2 Corintios 7:10a.
  5. Somos renovados y transformados. Ezequiel 18:30-31 y Hechos 25:20.
  6.  Conocemos la Verdad. 2 Timoteo 2:25-26.
  7. Obtenemos una visión clara del SEÑOR Jesucristo, Daniel 10:5-7.
  8.  Entramos a la vida eterna. Hechos 11:18 y Lucas 15:7.
Dios mio, la oportunidad de tu perdón nos llega a todos como una bendición; tu perdón borra nuestros pecados y rebeldias. Tú bendices y declaras inocentes, a los que no actúan con malicia. Mientras no te confesé mi pecado, las fuerzas se me fueron acabando de tanto de llorar. Me castigabas día y noche, y fuí perdiendo fuerzas, con la flor que se marchita bajó el calor del sol. Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me decidí a reconocer que había sido rebelde contigo, y Tú, mi Dios, me perdonaste. El justo anda en integridad, ¡qué dichosos serán sus hijos después de él!  Proverbios 20:7.

Por eso los que te amamos oramos a Tí en momentos de angustia. Cuando vengan los problemas no me podrán vencer. Tú eres mi refugio; Tú me liberas del peligro, por eso, con voz fuerte, canto y festejo mi liberación. Tú me digiste: te voy a instruir, te voy a enseñar cómo debes portarte. Voy a darte buenos consejos, y voy a cuidar siempre de ti. Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en la tribulación. Salmos 46:1.

A los malvados les esperan muchos sufrimientos, pero a los que confiamos en Tí, SEÑOR, nos cubres con tu gran amor. Oígan todos, pueblo del Altísimo, ¡alabémosle y hagamos fiesta! ¡Todos los de corazón sincero, cantemos al SEÑOR con alegría. Porque el bueno vive con gran alegría, , porque la gente buena se ocupa de defender al indefenso; pero a los malvados nada bueno le interesa; los que aman la intriga enredan a todos en pleitos, pero los,sabios siembran la paz. Los malvados caen en su propio mal porque es su propia trampa y perdición. Proverbios 29:6.

Basado en Salmos 32.

Reflexiona por un momento y deténte a analizar tu vida, pregúntate: ¿Estás de parte del bien o del mal? ¿Qué fruto estás produciendo actualmente en tu vida? ¿Cuáles son los pecados que debes abandonar y arrepentirte ante Dios por ellos?

Si eres creyente y dices amar a Dios, entonces ¿Por qué sigues viviendo en el pecado? ¿Quieres tener una vida mejor, o deseas ser destruido? 
La decisión es tuya


24 abr 2016

ACEPTADOS Y RESTAURADOS EN CRISTO




ACEPTADOS Y RESTAURADOS EN CRISTO
¡PERDÓN, FUE SIN CULPA!


¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. Romanos 8:33

Para que justificados por su gracia, viniéramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna, Tito 3:7.


Muchas veces sentimos pena, dolor y culpa, pero aunque a veces nos sintamos tan mal, hay una oportunidad para el perdón y la restauración. Si estamos abatidos, en medio del dolor del rechazo, solo hay una persona que nos puede comprender, Jesucristo de Nazaret; corramos a Él, no podemos quedarnos tirados en el piso, vayamos a buscarlo, no nos sintamos solos y derrotados, acudamos al Dios de la verdad y los milagros, despojémonos de todo, recibamos la mejor acogida, consuelo y fuerzas para levantarnos en el reconocimiento del Gran Libertador, Así que si el Hijo nos liberta, seremos verdaderamente libres, Juan 8:36.

Aunque estemos hechos pedazos acudamos al taller del Maestro, no importa lo que digan o hagan los demás, Dios nos recibirá, Él nos conoce en detalle y sabe muy bien cómo se solucionan nuestros conflictos, Él dará la salida, yo lo sé, lo he experimentado, Él me ha mostrado el camino para el lugar que el Padre me ha dado en Cristo, el equilibrio y la libertad del alma; con Cristo y por Él vale la pena vivir y luchar en medio de la locura del mundo, porque será en sus fuerzas, Porque muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas, Salmos 34:19.

Muchas veces nos sentimos mal porque existen dos clases de culpa en el alma, la mentirosa y la verdadera. La culpa mentirosa es aquella que en algún momento nos hace sentir mal, tristes y culpables de algo pero no sabemos por qué ni de qué; y la culpa verdadera es aquella carga que nos roba la calma y la paz por algo que hicimos, o dijimos a alguien en un momento fuera de sí o por error, también es esa culpa cuando hemos dejado de hacer algo que debíamos haber hecho, y podemos decir: ¡Perdón, fue sin culpa!


Esta es una enseñanza que podemos sacar con la historia de Jesús y Zaqueo. Un hombre rico y jefe de los publicanos recaudadores de impuesto que procuraba ver quien era Jesús, pero no podía a causa de la multitud pues era pequeño de estatura. Corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verlo, pues Jesús debía pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, lo vio y le dijo: Zaqueo date prisa, desciende, porque hoy es necesario que YO me quede en tu casa. Entonces Zaqueo descendió a prisa, y recibió feliz a Jesús. Al ver esto todos murmuraban, diciendo que Jesús había entrado en la casa de un hombre pecador. Entonces Zaqueo puesto en pie, dijo al Señor, He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres, y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha llegado la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido,  Lucas 19:1-10.


El nombre Zaqueo significa puro, inocente y sin malicia, él se volvió recaudador de impuestos y todo el mundo lo odiaba, por eso había sido etiquetado, encasillado y rotulado como malo y ladrón, ya que cobraba a favor del Imperio Romano, así que de ser un hombre inocente y puro pasó a ser el malo de la historia para el pueblo judío, Aunque mi padre y mi madre me abandonen, Tú Señor, te harás cargo de mí, Salmos 27:10.

Como este hombre, muchos pueden sentirse rechazados por toda la gente, y sentirse tan pequeños como Zaqueo, pero Dios levantará su mirada y se fijará en nosotros para extender sus brazos de bondad y llamarnos para darnos nueva vida, vale la pena correr a Jesús, saldremos nuevos ante su presencia en Él somos cambiamos cuando lo oímos, aprendemos del Gran Amor de nuestro Abba Padre en Cristo Jesús, él no mira nuestro pecado, mira lo que hay en nuestro corazón, El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón roto y han perdido la esperanza, Salmos 34:18.

Además de su enanismo, Zaqueo no se sentía estimado ni amado por la gente, él sentía una gran culpa, al saber que Jesús iba a pasar por allá, pensó que Él lo podía ayudar porque había oído que el Señor hacía milagros; como todos le cerraban el camino y no le permitían ver a Jesús, se subió al árbol, él pensó: Aunque la culpa me hace sentir invisible, Jesús me mirará, y sucedió lo maravilloso para ese pequeño hombrecito:


a) Jesús fijó sus ojos en Zaqueo, b) Jesús le habla y le dice que baje enseguida c) Jesús se quedó en su casa, d) Jesús honró a Zaqueo diciendo que también era hijo de Abraham y e) Jesús trajo salvación a su casa. ¿Por qué sucedió eso? Porque Zaqueo se enfocó en Dios y puso la mirada en el Señor, no en la gente ni en el rechazo de ellos.


La culpa nos hace sentir invisibles, insignificantes y pequeños; nos impide ver lo que realmente somos delante de Dios en Cristo. La culpa nos esconde los talentos, las habilidades, las bondades y lo bueno que Dios ha depositado en nuestra personalidad; la culpa nos enceguece hacia nosotros mismos por eso nos comparamos y vemos en los demás privilegios, dones, virtudes y capacidades que no vemos en nosotros mismos, la culpa nos hace sentir realmente despreciados y despreciables y  miserables, Salmos 51:1-7.

La culpa como el orgullo nos impide ver en Dios y la respuesta a nuestras necesidades; la culpa nos impide ver a Jesús como el Emanuel, Dios con nosotros, al Príncipe de Paz, al Consolador y al Dios fuerte que siempre está a nuestro favor, ya que la culpa además de ceguera, nos genera ansiedad, tristeza, dolor duda y bajo auto-concepto, Yo los puedo alentar con palabras amables y consoladoras, para darles ánimo y valor, Job 16:5.


Lo hermoso de la historia, es que Zaqueo, estuvo por encima de su limitación física y de los comentarios de la gente, venció la culpa mentirosa, colocándose por encima del pasado y por encima de las etiquetas, no se quedó abajo, subió para hacerse visible provocando que el Señor fijara sus ojos en él, Jesús que conoce el corazón, sabía que Zaqueo no era lo que se imaginaba de sí mismo ni lo que la gente decía de él, porque el Señor mira el corazón, 1 Samuel 16:7. Tú y yo podemos ser libres de todo marca del mundo, de toda culpa, de todo falso auto concepto, en Cristo podemos vernos a nosotros mismos como Dios nos ve y para lo cual nos ha dado vida. Todos somos valioso y útiles en Jesús nuestro Amado Salvador que venció toda raíz torcida y mentirosa que el enemigo haya puesto en nuestro corazón.

Para Dios somos únicos, y aunque tengamos culpa, Él nos libera y nos mira con ojos de amor y misericordia, que en el original significa ponerse en el lugar del otro con compasión y ternura por la desdicha que sufre otra persona, eso fue lo que hizo Jesucristo en la cruz, se puso en nuestro lugar para vencer el pecado, la culpa y las cargas que nos hacían escondernos de Él, Porque mientras aún éramos débiles, a su tiempo Cristo murió por los pecadores…Romanos 5:6-8.


El amor de Dios es tan compasivo que continuamente se está poniendo en nuestro lugar, por eso está siempre dispuesto a recibirnos con los brazos abiertos para perdonarnos cuando hemos caído, porqué es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él sabe premiar a los que lo buscan de corazón, Hebreos 11:6.


Cuando hemos pecado la culpa nos condena, pero no debemos huir ni escondernos de Dios, al contrario, debemos hacernos visibles para Él buscando unir nuestro corazón al suyo para que nos ayude a salir de donde hemos caído, en Cristo, aún vida y esperanza, aún quedan tiempos hermosos, Él nos sostiene y dice: Benditos y dichosos los de corazón puro, porque ellos verán a Dios, Mateo 5:8. Debemos ser Zaqueo puros e inocentes, reconociendo la culpa y buscando a Dios con corazón arrepentido, un corazón así, ya es puro delante de sus ojos, por eso ve, corre a Él, alcanza su perdón.

Gracias sean dadas a Dios porque aunque muchos no nos ven, Tú Señor nos ves todo el tiempo, ayúdanos a verte cuando te buscamos de corazón, Jesucristo yo estoy aquí, no me dejes salir de tu presencia.


Zaqueo permitió que Jesús lo afirmara, porque reconoció que aunque la culpa lo hacía ver insignificante y despreciado, Jesús lo escogió para entrar en su casa. La gente hacia rumores contra Zaqueo, todos estaban enojados porque Jesús había decidido estar bajo el techo del pequeño hombre.


Muchas veces la gente no se toma la molestia de ver que realmente hemos cambiado, nos siguen viendo bajo la etiqueta del pasado, pero Zaqueo superó la insignificancia con que la gente lo calificaba, y Jesús lo llama puro e inocente por lo que Zaqueo podía ser ante los ojos de Dios, este hombre entendió que no era tratando de convencer a la gente de que él era bueno que podría vencer su culpa, sino presentándose ante Jesús, porque nadie puede hacerte sentir inferior.


Al verse identificado por Jesús, Zaqueó oyó la voz del Señor y corrió prontamente bajando del árbol, Jesús lo estaba llamando por lo que el hombre podía ser en Dios. Nosotros también debemos oír la voz de Dios y correr a obedecer lo que Él nos dice en su palabra para que podamos ser lo que Él ve en nosotros.


Hay muchos con la etiqueta de la mala fama generaliza que da mala reputación, pero a pesar de todo ello, hay gente buena, hay autoridades buenas, a pesar de la mala fama, hay ministros de Dios buenos y rectos. Jesús vio a Zaqueo sin etiqueta, y el hombre oyó su nombre en labios de Jesús. Porque Dios conoce nuestro verdadero nombre y nos llama por nombre propio, pero la culpa mentirosa nos lleva a dudar y huir del único que nos puede amar y perdonar de verdad porque solo Dios nos ve con los ojos del amor, distinto a como nos ve el común de la gente, hemos sido preciosos a sus ojos, Isaías 43:4.


Dios continuamente nos habla a través de su Palabra, ella es el antídoto contra la culpa y contra y el pecado. Ahora así dice Jehová Creador y Formador tuyo: No temas, porque YO te redimí; te he llamado por tu nombre, tú eres mío, Isaías 43:1. Jesucristo yo estoy aquí, gracias por escogerme y llamarme aunque nadie se fije en mí.


La gente se enojaba con Jesús, querían que se quedara en sus casas porque se creían buenos mientras acusaban y señalaban a Zaqueo, pero ese hombre fue honrado viéndose afirmado por el mismo Dios en la tierra y delante de sus angustiadores, TÚ preparas mesa para mí delante de mis enemigos…Salmos 23:5.

Jesús le estaba extendiendo brazos de amor delante de todos sus detractores, esa era su oportunidad al hacerse visible para Dios, Zaqueo a pesar de todos los insultos y menosprecios, no los escuchó, no prestó atención al pasado, sólo oyó la voz de su Señor y se bajó del árbol de su riqueza, de su posición y de su propio auto-concepto para obedecer y servir a Jesús…todo el que se humilla, será enaltecido, Mateo 23:12.


Zaqueo se bajó del sicómoro sin dudar un instante, dice que corrió, seguramente, casi se tiró del árbol para recibir el abrazo más grande que jamás hubiera podido imaginar, y provocó que Jesús dijera cosas maravillosas a favor de Zaqueo y a oídos de todos, el Señor honró a ese hombre porque vio la realidad de su corazón. Hoy también el Señor nos llama porque nos quiere abrazar, nos quiere honrar delante de todos, pero debemos oírlo y bajar del árbol del pecado y la vanagloria que nos separa de Él.


Debemos bajar del árbol de la indiferencia, de árbol de la tibieza, y decirle: Señor quiero bajarme del árbol del orgullo, de las etiquetas, del árbol del pasado, quiero bajarme de todos esos sicómoros que me hacen sentir insignificante, que me atan y no me dejan lanzarme para que me reciban tus brazos de amor. Porque eso es lo que yo sé que tienes para mí. Jesús tú no has venido para condenarme, sino para salvarme, para limpiarme y lavarme con tus aguas vivas, ayúdame Señor a dejar atrás todo mi pecado, toda mi culpa, todo  mi pasado y todas las cargas que impiden que tu entres en mi casa, porque me has llamado por mi nombre.


Gracias Señor Jesús por amarme, aunque nadie me ame. Porque de tal manera amó Dios al la gente de este mundo, que entregó a su Hijo Jesús, para que todo aquel que en Él crea, no de condene, sino que tenga vida eterna, Juan 3:16.  ¡Aleluya!

Mira, YO estoy a tu puerta y te llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, YO entraré y cenaremos juntos como amigos. Todos los que sean vencedores, se sentarán conmigo en mi trono, tal como YO salí vencedor y me he sentado con mi Padre en su trono, Apocalipsis 3:20-21.


Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.


21 abr 2016

REFLEXIÒN ANTE LOS SUCESOS ACTUALES








REFLEXIÓN ANTE LOS SUCESOS DEL TIEMPO ACTUAL

Esto les será ocasión para dar testimonio, Lucas 21:13

Más el que perseveré hasta el fin, ese será salvo. Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin. Mateo 24;13-14.

¿Sabe lo que le depara el futuro a usted, a su país y al mundo? No vivimos en una época común y corriente, nos estamos acercando al fin de un tiempo, hay una decadencia moral profunda porque muchos se han apartado de Dios, otros le han dado la espalda, otros no creen en Él y mucho menos en su palabra, la Biblia; muchos discuten, cuestionan y polemizan la existencia de Dios, el cielo, el infierno y las profecías bíblicas, parece que la frase aquella de que la historia se repite, es verdad, hoy vivimos un tiempo semejante al de los jueces, cada uno hace lo que bien le parece, Jueces 17:6.

Aunque vivimos una época de gran progreso y avance científico, vemos por doquier el fracaso personal de famosos íconos del mundo, evidenciado en el suicidio, el consumo de drogas y el flagelo de los problemas alimenticios como la anorexia y la bulimia, que por cierto, como hijos de Dios debemos orar por eso. El fracaso de la familia, base y fundamento de la sociedad, con el pan diario de los divorcios y las separaciones, las instituciones, públicas y privadas sumergidas en vergonzosos escándalos y corrupción, las empresas y hasta naciones enteras que caen y decaen. La gente hace lo malo ante los ojos de Dios, se sirven y viven solo para sí mismos, levantan sus dioses y hasta sus propios imperios.

Dios ama a la gente, Él anhela que muchos se arrepientan, que dejan sus malos caminos, que se vuelvan a Él, que lo busquen de corazón, por lo que Él es, no por lo que provee, quiere que todos le entreguen sus vidas, que sus almas sean puestas en sus poderosas y amorosas manos, pero se hace todo al revés.

La gran mayoría del mundo vive bajo la servidumbre de sus pasiones, ambiciones y desórdenes morales que giran en torno al “yo”; vivo para mí, por mí y en mí; cuando observas un grupo de personas conversando, todos dicen: lo que a mí me gusta, lo que yo creo, lo que a mí me parece, no se acuerdan de su familia y tampoco de Dios. Hay un individualismo llevado al extremo que marca un tiempo actual de apostasía religiosa, decadencia moral, y anarquía política, estos son los tres aspectos que a la larga conducen a la destrucción de la sociedad y las naciones, así lo dice nuestro propio Salvador: Por haberse multiplicado la maldad sobre la tierra, el amor de muchos se enfriará, Mateo 14:12.

Nuestra generación tiene una cita con un destino incierto si no se vuelven a Cristo; por muchas décadas se han estado incubando gérmenes malignos en el corazón y la mente de nuestros niños, adolescentes y jóvenes, lo cual está impulsando al mundo a una hecatombe de grandes proporciones, y que está generando una crisis de degradación sin precedentes; el desborde anárquico anti principios y anti Dios ha llegado al colmo de la maldad, lo cual va llevando a la realización y cumplimiento de la profecía bíblica, Al fin del reinado de estos, cuando los trasgresores lleguen al colmo de su maldad, se levantará un gobernante altivo de rostro…que actuará arbitrariamente, Daniel 8:23-24.

Sin importar si estamos o no a plena luz de día, se pavonea la perversión rampante que los medios de comunicación promueven, defienden y exhiben sin ninguna vergüenza haciéndole creer a la gente que toda esa falta de juicio, toda esa injusticia, y desorden moral acompañado de parafernalia teatral que pasan ante nuestros ojos es normal, hasta el colmo de llegar a exigirnos respeto, silencio y tolerancia, so pena de castigo, ante todo el hervidero de inclinaciones torcidas y descarado reclamo de derechos, pero como todo lo que hacemos o dejamos de hacer es para Dios o contra Dios, Él dice: Y en el colmo de tu maldad, ¡ay, ay de ti oráculo del Señor! Ezequiel 16:23. Pues si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos para el Señor morimos. Así pues, sea que vivamos, o que muramos, del Señor somos, Romanos 14:8.

Y me pregunto; ¿Tienen ellos reverencia ante Dios y respetan su palabra? Si yo soy una hija de Dios, si tú eres un salvado de Jesucristo, y si somos servidores del reino del Eterno Dios, ¿Qué debemos hacer? La misma palabra lo dice: Respondiendo Pedro y los apóstoles dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres, Hechos 5:29. Y como lo dijo el apóstol Pablo: ¿Acaso busco el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O acaso tratamos de agradar a los hombres? Porque si yo todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Gálatas 1:10.

La biblia es y será siempre el libro actualizado por excelencia, así como su productor es el Eterno GRAN YO SOY; ella nos muestra que esta es una hora de gran conmoción mundial por el deterioro moral del poder político que extiende su corrupción de crecientes costumbres pervertidas y viciadas, opuestas totalmente a lo establecido por el Dios santo, que solo pide que seamos como Él.  Como en los días de Noé y en los tiempos de Sodoma y Gomorra estamos siendo advertidos de los sucesos que se acercan para la humanidad.

Es apremiante y esencial que movilicemos toda la fuerza espiritual que tenemos en Dios para pararnos firmes, defender y preservar las buenas costumbres y las enseñanzas de vida consignadas en las Escrituras, el manual de vida del ciudadano del reino, y como Dios mismo lo dice a través de su siervo: Santifiquen a Dios el Señor en sus corazones, y estén siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que se los demande, 1 pedro 3:15.

Vemos que todas las señales están dadas, pero nuestro Rey Jesús nos recuerda: Esto les será ocasión de dar testimonio, Lucas 21:13: El que persevere hasta el fin será salvo; Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin, Mateo 24:13-14. Nosotros, los hijos de Dios, los redimidos por nuestro Señor Jesucristo y amigos del Espíritu Santo, somos convocados a seguir mostrando el amor de Dios, dando testimonio de vidas renovadas, siendo misericordiosos al ponernos en el lugar de los que lo necesitan, orando sin desmayar, predicando y enseñando el evangelio de las buenas nuevas sin importar las circunstancias ni las presiones ni las persecuciones…por si en alguna manera se puede hacer salvos a algunos, Romanos 11:14.

Nuestro amoroso Dios sigue derramando de su misericordia y bondad, dando oportunidad a miles de que se arrepientan, de que hagan un alto en el camino, y transformen su manera de pensar y de vivir, Él sigue llamando: Vengan ahora, vamos a resolver este asunto, aunque sus pecados sean como rojo escarlata, YO los haré tan blancos como la nieve. Aunque sean rojos como el carmesí, YO los haré tan blancos como la lana. Si tan solo me obedecen, tendrán comida en abundancia. Pero si son rebeldes, se apartan y se niegan a oírme, morirán en el campo de batalla. Les juro que así será, Isaías 1:18-20. Dios ama al pecador, pero aborrece el pecado.

Con su profundo amor sigue diciendo: ¿Acaso piensan que me agrada ver morir a los perversos?...¡Claro que no! Mi deseo es que se aparten de su conducta perversa y que vivan, Ezequiel 18:23.

Oramos que el Señor nos ayude a seguir siendo esforzados, valientes, santos y dando testimonio de amor para que Él pueda usarnos para su gloria y a favor de multitudes que necesitan urgentemente el poder del Espíritu Santo en sus vidas para ser salvos. Así sea, Amén.

Este mensaje ha sido inspirado en mi corazón al ser quebrantada por el Espíritu Santo, al ver ante mis ojos toda la maldad que se cierne alrededor, por todo los fenómenos naturales, en la tierra y en el cielo que se han estado presentando y donde muchas personas han perdido la vida. 

20 abr 2016

SANTIDAD AL SEÑOR



SANTIFÍCATE, CRISTO NOS HA RESCATADO PARA VIVIR EN PUREZA

Como hijos obedientes, no se acomoden a los deseos que antes tenían, cuando andaban en ignorancia; sino sean así como Aquel que los llamó, sean ustedes también santos en toda su manera de vivir. Porque escrito está: sean santos porque YO SOY santo. 1 Pedro 1:14-16. Sigan la paz con todos, y vivan en santidad, porque sin la santidad nadie verá al Señor, Hebreos 12:14.

Santidad se desprende de santificar  y purificar algo que es para uso divino unicamente y no profano, en el AT se usa del hebreo gadosh que da la idea de estar limpio, moralmente consagrado y dedicado para Dios: en el NT en el griego es hagios que se traduce como algo consagrado para uso santo. Aplicándolo a la vida del cristiano, Dios nos llama a vivir, convivir y movernos con pureza e integridad porque Cristo nos limpió del pecado y la culpa, por lo tanto somos responsables de mostrar un estilo de vida moralmente irreprensible, físicamente limpios y espiritualmente consagrados para ser instrumentos de uso santo en las manos de Cristo, 2 Corintios 7:9.

La santidad es un mandato de Dios para todos sus hijos porque sin santidad será imposible verlo; ser santos es vivir en esta vida apartados del mundo, libres de pecado y pegados a Dios, muriendo cada día a los deseos pecaminosos del cuerpo y con sanas intenciones en el corazón y la mente, porque dichos y felices son los de limpio corazón, porque ellos podrán ver a Dios, Mateo 5:8. No hemos sido quitados del mundo, seguimos en medio del mundo apartados para el reino de Dios aunque las tinieblas nos rodeen, Juan 17:15.

Ser santos es vivir en Cristo, practicar su palabra y hacer todo como para el SEÑOR; la compañía del Espíritu Santo nos recuerda la palabra y nos da fuerzas para ser libres de prácticas inmorales y corruptas que predominan en el sistema mundial gobernado por satanás, Juan 14:30.

Cuando andábamos sin Cristo seguíamos la corriente del mundo, esclavos del príncipe de la potestad del aire, que se manifiesta en los hijos desobedientes. Entre ellos viviamos antes presos de los deseos carnales, hacíamos nuestra propia voluntad y seguíamos nuestros propios pensamientos, por eso éramos llenos de ira igual que todo el mundo. Pero Dios que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó en su Hijo Jesús, nos resucitó de la muerte espiritual y nos ha dado vida juntamente con Cristo, somos salvos por la gracia de Dios, Efesios 2:2-5.

La santidad es un proceso progresivo que avanza mientras permanezcamos alineados a Dios buscando alcanzar cada día la estatura y plenitud de Cristo, hemos sido apartados por el mismo Dios para ser su morada gloriosa de pureza e integridad, somos responsables de cuidar nuestra pureza hasta que Cristo regrese o nos llame a su presencia al morir, 1 Corintios 6:19-20.

Dios nos ha dejado principios y mandatos absolutos para que vivamos un estilo de vida que a Él le resulte agradable y aceptable, pero los hombres viven en valores relativos reclamando derechos que contravienen la santidad y voluntad de Dios. Los principios y mandatos de Dios son estables, perfectos y eternos, nunca cambian. Si esto se acata y respeta, habrá orden, paz y justicia y esta sociedad resplandecería con la luz de Cristo, disipando las tinieblas de maldad que hoy cubren la tierra, Mareo 5:14-16.

Así como Dios es santo y su palabra es pura, clara, limpia y buena, nosotros debemos reflejar tanto la palabra como a su Autor, pero los seres humanos le han dado la espalda a Dios, se han vuelto necios y perversos acomodados a sus debilidades morbosas y oscuras y han llenado el mundo de maldad, desorden, injusticia y perversión, Romanos 1:22-32.

Los hijos del santo Dios no necesariamente somos perfectos mientras estemos en este mundo, pero debemos cuidar la pureza del alma en una lucha continua y sin ciartel por ser santos, venciendo el pecado y practicando las enseñanzas de evangelio de vida, Así que amados, puesto que tenemos promesa grandiosas en Dios, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor reverente a Dios, 2 Corintios 7:1.  

El carácter del cristiana debe sobresalir por encima del mundo para resaltar vidas limpias y consagradas al santo y maravilloso que no escatimó ni a su propio Hijo para salvarnos y presentsrnos como novia limpia y sin manchas, Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así YO los he enviado al mundo. Y por ellos YO me santifico a Mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad,  Juan 17:17.

1. NOS SANTIFICAMOS POR LA PALABRA. No hay métodos humanos para poder ser santo, lo único que nos puede santificar es vivir en la Palabra y permanecer en amistosa comunión con Dios, porque por la palabra de Dios y por la oración somos santificados, 1 Timoteo 4:5.

2. NOS SANTIFICAMOS POR IMITAR A CRISTO. Jesús dijo: Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mí yugo es fácil y ligera mi carga, Mateo 11:28-30. Imitar a Cristo es tomar su yugo aceptando que Él nos gobierne, siendo sometidos a su voluntad y sus mandatos que no son pesados ni gravosos, 1 Juan 5:3.

3. NOS SANTIFICAMOS MURIENDO A NOSOTROS MISMOS. Pórtense como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de afecto entrañable, sean, buenos, humildes, mansos, pacientes; sopórtense y perdónense unos a otros, si alguno tiene queja contra otro, de la misma manera que Cristo lo hizo con ustedes, Colosenses 3:12. Ser santos nos exige abandonarnos totalmente en las manos de Dios, negándonos a vivir complaciéndo nuestros sentidos, y muriendo al yo como el grano de trigo, menguando a nosotros mismos mientras que Cristo crece en nuestro corazón, Colosenses 2:11.

La base de nuestra santificación es nuestra dependencia a Dios, por lo tanto es nuestra obligación sujetarnos para alcanzar limpieza sin humilde sumisión a Cristo. La santidad es una vida práctica de la verdad que desecha toda mentira y engaño.

Una vida santa evita toda vana manera de vivir, Efesios 2:3; desecha todos los viejos hábitos dominados y viciados por los pensamientos materialistas del cuerpo. Ser santos es dejar de apoyarnos en nosotros para vivir y construir con sabiduria sobre la Roca, Proverbios 3:5-7.

4. NOS SANTIFICAMOS VIVIENDO EN EL ESPÍRITU, Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu, Romanos 8:1.

La santidad provee vida abundante y seguridad de salvación, y si vivimos en el Espíritu y por el Espíritu de Dios, podremos mostrar su fruto, pues solo Él provee las características divinas que nos hacen semejantes a Cristo, caminando Con pasos firmes y dejando de hacer hechos vergonzosos y malignos para vivir piadosamente y sin entristestecer al Espíritu que es Santo, Efesios 4:30 .

Continuamente somos santificados por la Palabra y la obra del Espíritu Santo que nos recuerda quienes somos y para dónde vamos, lo cual nos ayuda a resistir el pecado para vivir limpios de culpa.

La santidad es un don divino, no la podemos obtener por nuestros propios esfuerzos ni buenos deseos, se expresa al ser salvos y convertimos en templos vivos del Espíritu Santo. Ser santos no es un atributo moral inherente al ser humanos, es la esencia de la naturaleza de Dios viviendo en el creyente, Gálatas 2:20.

La santidad es el atributo único y verdadero que nos hace distintos al común del mundo y se desarrolla en nuestro ser interior con el encuentro diario cara a cara con Dios y con su palabra, Juan 15:3-5.