# 7 EN 50 DÍAS DE AYUNO Y ORACIÓN
BENDICIONES
Y BENEFICIOS DE MORIR AL YO Y CONOCER A JESÚS
Perseverar en la presencia de Dios es la mayor ganancia.
Luego Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere ser mi discípulo, olvídese de sí mismo, cargue con su cruz y sígame, Mateo 16:24.
A Todos los que tienen sed, vengan a las aguas; y los que no tienen dinero, vengan, compren y coman. Vengan y compren sin dinero vino y leche, Isaías 55:1.
El último día de la fiesta era el más importante. Aquel día Jesús, puesto en pie, dijo con voz fuerte: Si alguno tiene sed, venga a Mí, y el que cree en Mí, que beba. Como dice la Escritura, del interior de aquel, correrán ríos de agua viva, Juan 7:38.
Cuando nuestro SEÑOR habló de negarnos a nosotros mismos y tomar nuestra cruz, no quiso decir mórbidamente que tenemos que estar sufriendo todo el tiempo, ni privarnos de lo bueno que nos gusta hacer, en su enseñanza Él dejó plasmados grandes beneficios y bendiciones de un glorioso llamado a guarda y proteger la salvación para obtener ganancia muriendo a la carne de pecado en intimidad con Cristo, con el fin de ser santos, consagrados y comprometidos con Él como sus verdaderos discípulos; porque somos perfeccionados en Él, para vencer con su sangre y con el testimonio todo lo que nos separa de Dios y contamina nuestra alma, dejando de centrarnos en sí mismos, y a cambio, empezar a vivir agradando al Padre y al Hijo que nos amó hasta la cruz. Porque Nos hemos acercado a Jesús, el Mediador del nuevo pacto, para ser rociados con su sangre que habla mejor que la sangre de Abel. Hebreos. 12:24.
Cuando real y sinceramente nos rendimos a Cristo, adquirimos la ventaja inigualable de la unción del Espíritu Santo que rompe todo yugo de esclavitud, deseando estar siempre cerca de Jesús, porque su presencia nos llena de amor para,amar a Dios, al prójimo y nosotros mismos, liberándomos de los dolores de este mundo; en Cristo tenemos la llave de entrada al lugar santísimo del cielo por su resurrección, tal como Él lo narró en la historia de Lázaro resucitado en el cielo, en contraste con el rico muerto en el Hades, separado de Dios eternamente y sufriendo el fuego eterno, porque en vida, el rico vivió para sí mismo y sus deleites, no pensó en Dios ni lo tuvo en cuenta: pero cuando morimos aquí en la tierra al yo, amamos a Cristo y vivimos para Él, pensamos en Él y caminamos de su mano, somos obedientes y dependientes de Él, porque Él es parte de nosotros, entonces nuestra alma permanece en su reposo con la paz profunda que Cristo nos impregna en el Espíritu...Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que nos mantengamos firmes hasta el final con la confianza que teníamos al principio...Hebreos 3:14-19; Cristo mantiene su mirada protectora en nosotros y se une a la nuestra por la fe en Él, produciendo en nuestro espíritu una serenidad sobrenatural, una calma que nos impide correr tras los afanes del mundo porque nos sentimos a plenitud con Él. Hebreos 12:1-4.
Lo maravilloso de morir a nosotros mismos, es sepultar al yo ego de la vieja naturaleza caída que divaga por las calles de pecado del mundo y a cambio entramos al hogar de Dios porque somos unidos a su familia, experimentamos una gloriosa sensación de aceptación, calor de hogar, seguridad y protección, conscientes de que estamos a donde pertenecemos, el reino de Dios y su justicia, estrechamos una relación de amistad con Cristo que nos hace hijos y templos de su Espíritu Santo, un alto costo para todos que no podiamos pagar, pero ahora lo tenemos por gracia. Si permanecemos en esta vida de fe, al final estaremos con Cristo eternamente. Todo el que se desvía y no permanece en las enseñanzas de Cristo, no tiene a Dios, pero el que permanece en Él y en sus enseñanzas, tiene tanto al Padre como al Hijo. 2 Juan 1:9.
El punto para todos, es no olvidar que pertenecemos a Cristo, entender, comprender y mantener por fe, que ya
no vivimos para nosotros mismos, sino para Cristo por el Espíritu de Dios, porque si alguno no
tiene a Cristo, tampoco tiene su Espíritu, pero si Cristo reina 100% en nuestra
vida, aunque el cuerpo natural esté muerto a causa del pecado que combatimos cada día, no obstante, nuestro
espíritu y alma están vivos a causa de la justicia de Dios de Cristo que mora
por la fe en nuestro corazón y dirige todo nuestro ser integral. Y
si lo que ustedes han oído desde el principio permanece en sus corazones,
ustedes también permanecerán en el Hijo y en el Padre. 1 Juan 2:24.
Jesucristo es la persona más maravillosa, el ser más valioso y hermoso tesoro que podamos tener sobre la faz de la tierra; el es la fuente de la sabiduría y del amor, Él es amable y tierno, con Él disfrutamos los más bellos momentos, sentémonos cada instante a sus pies, es un bajo precio que podemos pagar, frente a las valiosas e increíbles delicias que podemos recibir y experimentar cuando estamos en la presencia del Alto y Sublime que nos ofrece salvación en ríos de agua viva por su Espíritu. Adquirimos por gracia y sin dinero, el vino de su gozo y la leche espiritual de su palabra viva cargada de promesas y bendiciones. No hay condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu. Romanos 8:1.
El evangelio llegó a un pueblo por los profetas, pero ahora en Cristo, se extiende a todo el mundo, esa fue la razón por la cual Pablo escribió: Doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos ustedes, de que nuestra fe se divulga por todo el mundo, Romanos 1:8. En Cristo, Israel y el pueblo gentil vino a ser un solo pueblo, la congregación de YHWH y la novia del Cordero. Esta poderosa oferta de salvación en tierna intimidad hace posible que los redimidos, comuniquemos las buenas nuevas al mundo entero.
Literalmente, no ser nosotros mismos, sino Cristo en nosotros y a través de nosotros, es el mayor milagro y la mayor bendición para esta tierra, mi cuerpo muerto no puede responder a la seducción del pecado, ni doblegarse a la debilidad de la carne, ni abrirle puertas al enemigo para que ataque, él no tiene injerencia en un redimido lavado en la sangre del Cordero, ha sido vencido, y nuestro viejo hombre está colgado en la cruz, para que la vieja naturaleza carnal se somete a la vida en Cristo; si alguno sigue pensando en vivir disfrutando en el mundo, en realidad lo que hace es existir muerto en vida, sin disfrutar la vida que Cristo ofrece, porque literalmente la muerte al yo es la separación de nuestra vida a este mundo para vivir para Cristo, menguando y negándonos a nosotros mismos para vivir rendidos a su señorio, gobierno y majestad, dejando de lado lo natural y lo pasajero del mundo, tomando lo eterno en Cristo, con el deseo constante de buscar más a Jesús para grandes cambios:
a) Ya no consumo alimentos desmedidamente, sino que ayuno, Isaías 58:6-12; b) ya no duermo largas horas, sino que me despierto a buscar el rostro de Dios en oración, Salmos 5:3-8; c) ya no me entretengo ni me distraigo con las cosas del mundo, alabo a Dios y me gozo en su presencia, 2 Corintios 10:3-6; d) las reuniones e invitaciones del mundo ya no me hacen perder el tiempo en vanalidades, Salmos 24:3-6; e) los momentos en familia son más frecuentes y cargados de amor, juntos en espíritu en el altar familiar, Salmos 133. f) Si estamos solteros ya no nos preocupamos ni nos centramos en tener una unión marital, porque Cristo es nuestro Esposo que nos santifica y esperamos en Él el día de las Bodas, 1 Corintios 7:32. g) Vivir una espiritualidad junto a Cristo nos ayuda a administrar bien el dinero, y a ser mayordomos sabios en todas las áreas de nuestra vida. Hebreos 13:5-6. ¡Toda una escuela de vida en el día a día y nuestro caminar con Cristo para ser efectivos en su reino!
Todas las actividades del mundo son normales para el ser humano común, pero nuestro acercamiento en íntima y comunión a Cristo, nos ha apartado del mundo contaminado y nos ha transformado para ser total bendición a muchos en Cristo, reinando entre su pueblo, por lo tanto, su ejemplo y su palabra se vuelven prácticas de vida para el creyente, y muchas cosas buenas vienen a ser la añadidura para disfrute de vida en plenitud de Dios; porque Cristo lo llena todo, satisface, completa y complace todo nuestro ser. Pongámonos a prueba para ver si estamos en la fe genuina; examinémonos a nosotros mismos. ¿No se dan cuenta que Cristo Jesús está en ustedes? ¿A menos de que fracasen en la prueba? 2 Corintios 13:5.
El problema está en los excesos, la codicia y la avaricia que violan los mandamientos, la gente muchas veces ama más el dinero que a Dios y le da la espalda al dueño del oro y la plata, porque no se conforman con lo que tienen ni agradecen a Dios, y es precisamente a eso que debemos morir y negarnos, para permanecer en Cristo, amar a Dios, hacer su obra, y ansiando cada día conocer más a Jesús, conquistando el reino al hacer tesoros en el cielo. Mateo 6: 19-34; tenemos que anhelar la llenura y derramamiento del Espíritu Santo en esta generación para salvación de muchos, en el avance del reino de Dios, con valentía, entrega y determinación. Porque desde que vino Juan el Bautista, hasta ahora, El reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él. Mateo 11:12; pero negarnos a nosotros mismos nos ayuda a permanecer en la fe del Hijo con:
1. Nueva visión. Vivimos por fe, no por vista. 2 Corintios 5:7. Él abrió mis ojos a las palabras del SEÑOR. Porque Dios no mira lo que ve el hombre, pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el SEÑOR mira el corazón,.1 Samuel 16:7. ¡Qué bueno es que el Espíritu Santo amplia nuestra visión! Cuánto más estamos unidos a Cristo, más se despejan nuestros ojos y caen las escamas para ver el mundo natural en contravía a lo espiritual, nos hacemos sensibles a la salvación de las almas, vemos con claridad la basura del sistema, donde no tenemos nada que ver con él ni nada que amar en él, como le sucedió al hijo pródigo en Lucas 15: 11-32. Ya no comemos las sobras ni la basura que caen del mundo. Encontramos un bien poderoso re-direccionados por el Espíritu Santo que nos ayuda Con Pasos Firmes En Dios, en las realidades del reino de Dios, Lucas 4:18 y Romanos 8:6-17.
2. Renovación personal. Hemos sido revestidos del nuevo hombre, el cual se va renovando en el conocimiento de Cristo, a imagen de nuestro Creador. Colosenses 3:10. En nuestro negarnos a nosotros mismos, la gracia divina se libera en nuestro hombre interior para discernir la infección que hay en el mundo, deseando un cambio personal, y Jesús comienza a honrarnos cuando le damos la espalda al pecado y el mundo; Dios bendice nuestra apasionada y humilde determinación voluntaria para abrazar la vida en Cristo y nuestra propia negación, Dios nos recompensa con su gracia ganando madurez personal y verdadera santidad.
El vino nuevo que compramos con esta negación, empieza a derramarse sobre odres nuevos, Mateo 2:22; es por eso que el ayuno juega un papel importante en la preparación de los nuevos odres. Negarnos a nosotros mismos tiene un impacto de formación y crecimiento espiritual, preparándonos para el Nuevo Vino del renovado mover de Dios en estos tiempos, hacia la Segunda Venida del Esposo cuando vendrá a celebrar las bodas. Y no se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente, para que verifiquen que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Romanos 12:2.
3. Renovación de la mayordomía, Porque todo el que ha nacido de Dios vence al mundo. Esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe. 1 Juan 5:4. En los excesos no hay moderación alguna, pero con Cristo en el centro de nuestra vida, todas nuestras expresiones, manejo de vida y comportamiento frente a las manifestaciones de este mundo con sano equilibrio en la práctica. Jesús usaba vestiduras muy sencillas, Él se sentó entre el pueblo y con el pueblo, pero se santificó a sí mismo haciendo lo bueno y lo normal en equilibrio, balance, armonía y sin excesos. ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante las obras que se hacen con la humildad que da la sabiduría. Santiago 3:13.
Todos los ministerios, especialmente el ministerio profético, requiere negación a sí mismo de manera diaria, para ser veraces, sinceros y genuinos mayordomos que administran bien la palabra del reino para Presentarnos como obreros aprobados, que no tienen de que avergonzarse porque usan bien la palabra de verdad, 1 Timoteo 2:15.
4. Renovando nuestros sentidos para atender a Dios, ¡Porque el que mira atento en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace! Santiago 1:25. El mayor beneficio de morir a nosotros mismos, nos otorga poner los cinco sentidos en Cristo, con interés por oír hablar a Dios para mostrar nuesstro amor y nuestra fe en obediencia. La negación al yo nos abre las puertas para tener repuestas, guía, dirección, entendimiento y sabiduría en todas las áreas de la vida; vemos que todo fluye libremente, al negarnos voluntaria y alegremente, tocando el corazón del Padre. Los pastores volvieron alabando y glorificando a Dios por todas las cosas que había oído y visto, como se les había dicho. Lucas 2:20.
Al negarnos a nosotros mismos se agota el recipiente humano para reducir el mal, es la razón por la cual el apóstol escribió: Bástate mi gracia porque mi poder se perfecciona en la debilidad, por eso Pablo se gloriaba en sus flaquezas para que habitara en él el poder de Dios, 2 Corintios 12:9. Morir a nosotros mismos es una ardua labor de fortaleza espiritual sobre la natural, en la cual la gracia de Dios se apresura a socorrernos para que no desmayemos oyendo su voz con claridad para comprender y obedecer su voluntad. Porque Dios abre el oído de los hombres, y sella su instrucción. Job 33:16.
Negarnos a nosotros mismos es cultivar nuestra íntima amistad con el Eterno en el lugar santísimo, para ponernos bajo su mirada y que fluya el Aliento de vida. Desde el lugar secreto hacia afuera, porque en su presencia renovamos y recuperamos todo. Allí derramos el alma y renovamos el espíritu para que el odre de nuestras vidas cada vez esté más apto para llenarse de vino nuevo continuamente. El SEÑOR Dios, me ha abierto el oído, y no fui desobediente, ni me volví atrás. Isaías 50:5. Amén.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.