LECCIÓN #20-ALCANZANDO LA ESTATURA DE CRISTO
El Carácter del cristiano
Si reparto todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entrego
mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve, 1 Corintios
13:3.
Un aspecto bien importante para los cristianos es saber que El Eterno Dios permite variadas y constantes circunstancias para transformar, santificar y perfeccionar nuestro carácter; las pruebas, las dificultades y todo lo que nos sucede día a día son herramientas que Dios usa para educarnos, para romper moldes, derribar estructuras, cambiar modos de pensar, formas de expresarnos y maneras de vivir que afectan nuestro caminar cristiano, porque somos nosotros los hijos de Dios los que damos a conocer a Cristo a todos a nuestro alrededor, aconsejándoles y enseñándoles con toda sabiduría que Dios nos da, pues habremos de presentarlos espiritualmente maduros en Cristo, Colosenses 1:28.PDT
Madurar y crecer espiritualmente son parte fundamental
del carácter de un discípulo que sigue y sirve a Cristo en espíritu y en
verdad, no podemos conformarnos con menos, es imperativo ser perfeccionados y
parecernos cada vez más a nuestro Salvador, porque, De este modo, todos
debemos llegar a estar unidos
por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, para
alcanzar una edad adulta perfecta como corresponde a la plena madurez de Cristo, Efesios 4:13.DHH.
Una vez nacidos de nuevo, no podemos ser perfectos
en un abrir y cerrar de ojos. El
nuevo nacimiento es solo el inicio de un maravilloso proceso de crecimiento
integral, Hasta que todos lleguemos a la medida de la estatura de
la plenitud de Cristo, efesios 4:13. Cuando recibimos a Cristo en nuestro
corazón, resucitamos a la dimensión de la vida espiritual, y nuestro carácter
es como el de un bebé. Es por eso que Jesús le dijo a Nicodemo que le era necesario “nacer de nuevo”, de
empezar de cero para empezar a caminar la dimensión de lo divino, de
manera progresiva; porque tanto el carácter como el temperamento humano deben
ser transformados, moldeados y tratados para llegar a ser a la imagen de Cristo
y semejanza del Padre, puesto que cada cristiano está llamado a reflejar a
Cristo mientras esté sobre la tierra.
.
.
Podemos renacer en un momento, pero la
madurez cristiana se adquiere paso a paso dentro de una regeneración que Dios hace
sobre el alma humana, es algo que se logra sólo con la intervención del
Espíritu Santo obrando en nuestro corazón para hacernos verdaderos
conquistadores de nuestra propia vida cuando nosotros ponemos voluntad y conservamos
la comunión con Cristo. Ustedes deben procurar los mejores dones, pero YO les enseñaré el camino
más excelente, 1 Corintios 12:31.
La conversión se experimenta al adquirir la mente de
Cristo, lo que Pablo llama morir al viejo hombre o vieja naturaleza, para
empezar una nueva forma de comportamiento. La persona nueva se dedica y se
consagra al estilo de vida que Jesucristo mostró y enseñó en sí mismo. Esto se
logra mediante la obediencia a lo establecido y ordenado por Dios y que Jesús
lo resumió en la expresión del amor dentro de los nexos humanos. No es una simple
motivación lo que Jesús expuso para mantener la armonía relacional, es una
forma de vida, por eso Él condenó la hipocresía de los fariseos, y el orgullo y
arrogancia espiritual de los sumos sacerdotes, que pretendían ser justos a sus
propios ojos, pues no centraban sus actos para agradar a Dios, sino para
jactarse de sus obras delante de los hombres.
El proceso transformador del carácter cristiano es
el fin último de la instrucción cristiana y no podemos quedarnos estancados, logramos
el cambio cuando lo tomamos con responsabilidad y seriedad como la tarea
más importante de nuestra vida, puesto que será lo único que presentemos ante
Dios en la eternidad, nuestra alma; Jesús lo aclaró en el Sermón del Monte al
decir que la recompensa en el cielo estará basada en el carácter que
desarrollemos y mostremos aquí en la tierra. Y será algo que durará hasta la Segunda Venida del Señor. Estando persuadidos de esto, que El que comenzó
en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo,
Filipenses 1:6
Es probable que muchos reconozcan a Jesucristo como Salvador,
que obedezcan a los mandamientos, ofrenden, tengan fe, comprendan el plan de
Dios, oren día y noche, y ayunen regularmente, y aun así, no lleguen a ser
cristianos genuinos. El evangelio vivo es llevar la cruz de la santidad, es
renunciar y negarse a asociaciones que no convienen, es muerte al yo ego, es
estar dispuestos a cualquier cosa por el nombre y la obra de Jesucristo,
nuestro Rey, hoy más que nunca requerimos ser santos, para ser luz en medio de tantas tinieblas.
Si un cristiano quiere ser uno con Cristo no puede
caer hoy en la misma trampa de los fariseos de ayer. No somos ni superiores ni
inferiores a nadie y no debemos compararnos con otro ser humamo, sino con Cristo para ser cada día semejantes a Él, “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada
cual que está entre vosotros, que no tengan más alto concepto de sí mismos que
el que se debe tener, sino que piense de si con cordura, conforme a la medida
de fe que Dios repartió a cada uno.” Romanos 12:3. La naturaleza
humana hace que nos engañemos en activismos sin el amor que Dios manda tener
entre nosotros; solo ligados a Cristo podremos vivir una verdadera vida
cristiana noble, limpia y sincera. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si
tuviereis amor los unos por los otros.” Juan 13:35. Muchas
veces Dios reconstruye nuestro carácter en medio del dolor según sea el caso; Dios nos enseña principios y fundamentos para guardarnos en la calidad de vida que Él anhela para cada uno de nosotros. La formación
del carácter siempre implica una elección correcta, y si la decisión está de
acuerdo con su palabra, nuestro carácter se transforma y nuestro temperamento
se perfecciona, asemejándonos más a Jesús. Este parecido a Él lo encontramos en Gálatas
5:22-23,
con el fruto del Espíritu Santo obrando en nuestro interior produciendo amor,
gozo, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio.
Cuando vivimos en el fruto del Espíritu hacemos
justicia y obramos misericordia, no vivimos por apariencia sino en la integridad y realidad que Dios ha establecido de antemano para que expresemos amor de manera espintánea, concreta, real y activa. El cristiano
auténtico vive afectiva y alegremente en cada cosa que hace, en cada palabra
que dice, en cada actitud que demuestra y en cada obra que realiza; el
amor cristiano debe ser la energía vital
que mueve nuestro andar diario con pasos firmes de genuina fe y
entrega a Cristo para ser moldeados en el carácter. ¡Oh hombre! El Señor te ha declarado lo que es bueno. ¿Y qué es lo que
Dios te manda? Que practiques la justicia, que ames tener misericordia y que
andes humildemente ante tu Dios, Miqueas 6:8 y Oseas 12:6. LBLA
La persona gobernada por el Espíritu hace del amor un eztandarte que identifica y caracteríza maravillosamente su vida, no es algo esporádico, momentáneo, ni
casual, es algo permanente y conductual de alguien que tiene el corazón y la mente de Cristo, porque cada día deseamos más de Dios, menos de nosotros mismos; una persona con carácter cristiano verdadero se esfuerza por actuar con ternura, humildad,
servicio y buena voluntad. No juzga, no condena y no señala, sino que es alguien que
ve en todos el rostro de Cristo dentro de una ética de alteridad y bondad. “Nosotros sabemos
que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos, el que no ama
a su hermano, permanece en muerte.” 1 Juan 3:13.
Los aspectos que
caracterizan la calidad de vida humana en una persona que ha experimentado el nuevo
nacimiento en Cristo son visibles y palpables, porque Vive altruistamente, es decir, con la preocupación y complacencia
por el bien ajeno, aún a costa del propio. El carácter altruista de un cristiano verdader muestra empatía poniéndose en el
lugar del otro para comprenderlo y solidarizarse con él o ella, porque la ética
cristiana ve en el rostro del otro la imagen del Creador y por lo tanto
respeta, habla con verdad y hace lo mejor como si se lo hiciera al mismo Dios. “Y todo lo que
hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.”
Colosenses 3:23.
En otras palabras, el DEBER SER cristiano y la bondad
del hombre y la mujer de Dios es hacer el bien continua e incondicionalmente, lo que el Señir señaló en el gesto de amor del buen samaritano y denominado en la traducción griega, amor ágape o amor genuino. En esto se fundamenta la
relación cristiana que imparte el bien dentro de todas las actividades sociales,
con el fin de ir en socorro del necesitado, agotando los recursos y posibilidades al
alcance. Esta forma de actuar da sentido y valor a la vida humana honrando al Creador. ”Trata a los
demás como quieras que te traten a ti”. Lucas 6:31.
Ninguno podemos asimilar perfección en nuestro carácter de la noche a la
mañana, necesitamos comprometernos con la causa redentora y la misión encargada con esfuerzo, responsabilidad, tiempo y
practicidad. Aunque el Señor Jesucristo nos llame, perdone y limpie de todo pecado, nos
toma toda la vida transformar y el moldear nuestro carácter desde el alma para llegar a la
estatura de Cristo, mejorando cada día para decir: no
estoy donde debiera estar, pero tampoco estoy donde estaba. “La senda de los
justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es
perfecto.” Proverbios 4:18.
Con el nuevo nacimiento Cristo hace todo nuevo en
nuestra vida por el Espíritu Santo que viene a vivir dentro de nuestros corazones dandonos ese toque de renovación diaria para completar un día la total naturaleza nueva. Es una constante lucha a menguar y crecer en Cristo porque el alma sigue dentro del estuche
del cuerpo que retiene la naturaleza de los deseos, los sentidos, hábitos y las pasiones que deben ser vencidas. Nuestra obligación es nutrirnos con la palabra, aferrarnos a Cristo, desarrollar fecen la palabra, y morir diariamente a nuestro yo mientras alegramos el corazón del Padre Dios, “Haced morir, lo terrenal en vosotros…” Colosenses 3:5.
El cristiano debe caracterizarse por reflejar la gloria de
Dios andando en comunión con Cristo y en la dimensión del Espíritu, algo
bellamente descrito en Romanos 8, nos enseña que debemos depender totalmente de
Cristo, colocándo al máximo toda nuestra buena voluntad y atención para no salirnos del gobierno de Dios. “Así que les digo: Vivan por el Espíritu, así no
seguirán los deseos de la naturaleza pecaminosa.” Gálatas 5:16. NVI.
Una vida regida por la Palabra de Dios y controlada
por el poder del Espíritu Santo vive al máximo sin salirse de los límites. “No se emborrachen, pues
perderán el control de sus actos. Más bien, permitan que sea el Espíritu Santo
quien los llene y dirija.” Efesios 5: 18-19. BPT. Un cristiano genuino conserva las siguientes
características.
1. Reconoce
que es pecador, se arrepiente y cambia de rumbo cuando falla para empezar de
nuevo a vivir como un verdadero hijo que agrada a su Padre. “Olvidando
ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo
a la meta del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” Filipenses 3:
13-14.
2. Marca
la diferencia y reflejar el cambio en la manera de tratar a los demás, da fruto
y testimonio de su caminar con Cristo en amor y buena educación. “Por sus frutos los
conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?”
Mateo 7:16.
3.
Conserva una vida de oración en el lugar secreto, porque ama la comunicación,
la vida personal e íntima con Dios. “Cuando tu ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu
Padre que está en lo secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará
en público.” Mateo 6:6.
4. Anhela alimentar su espíritu con la
lectura diaria de la Palabra de Dios y el estudio de ella a través del
devocional y la práctica. “Toda la Escritura es inspirada por Dios, útil para enseñar, para
redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de
Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” 2 Timoteo 3:16.
5.
Retiene y declara la Palabra porque es consciente que está continuamente
expuesto a la tentación como lo estuvo el Señor Jesucristo. “Para que Satanás no
gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” 2
Corintios 2:11.
6. Depende
del consejo de Dios para tomar decisiones, resistir la carne, vencer el mundo y
derrotar las tinieblas para vivir en santidad y libertad. “Dejen todas sus preocupaciones a
Dios, porque Él se interesa por ustedes.” 1 Pedro 5:7.
7.
Tiene temple y evidencia el fruto del Espíritu Santo dando testimonio de vida
hasta la segunda venida del Señor Jesús. “Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora, en
que el Hijo del Hombre ha de volver”. Mateo 25:13.
8. Aprende
a moverse por fe, no por impresiones, no sentimientos, ní probabilidades de
apariencia del esfuerzo humano. Está seguro del cumplimiento de la Palabra, y
que Dios obrará de acuerdo a sus santos designios.[1]
“Porque todas las promesas de Dios son en Él sí, y en Él amén, por
medio de nosotros para la gloria de Dios.” 2 Corintios 1:20. Todo
lo que nos sucede en la vida es el medio que Dios utiliza para transformarnos,
madurarnos, hacernos nuevos, desarrollar fe y perfeccionar nuestro carácter. El
cristiano genuino ama a Dios a pesar de la adversidad, allí está la oportunidad
de verlo obrar aún más allá de lo imposible. Romanos 12.
Finalmente, la madurez de carácter en un hijo de
Dios muestra a Cristo con acciones reales de amor en buenas obras, con
humildad, integridad, control de la lengua y dominio de los apetitos de la
carne por el poder de la Palabra; así cultiva pureza, rectitud y disciplina. El
nuevo creyente aprovecha bien el tiempo, paga el precio del sufrimiento y se
esfuerza para descubrir la voluntad de Dios y permitir que sus bendiciones lo
alcancen.
“Cuídate de no añorar lo que alguna vez fuiste, porque
Dios quiere que seas algo que nunca has sido” — Oswald
Chambers.
REFUERZO 21- ALCANZANDO
LA ESTATURA
DE CRISTO
1. Además de ser llamados discípulos, ¿con cuál otro nombre fueron
reconocidos los
seguidores de Jesucristo?
Hechos 9:1-2. _________________y Hechos 24:14.
__________________________
2. Cómo se llamó a los discípulos del Señor en Hechos 11: 26?
3. Al frente de cada cita, anote para cuáles propósitos
nos ha llamado Dios a su reino.
- Efesios
1:14.
- Romanos
8:29.
- 1 de Pedro
2:9.
4. Teniendo en cuenta 1 Juan 2:6, anote lo que deben hacer los creyentes
según el
ejemplo de Cristo.
5. Anote al frente de cada numeral la forma como debe andar un hijo de
Dios nacido de
nuevo en Cristo.
a. Efesios 4:1.
a. Efesios 5:1-2.
b. Efesios 5:8.
c. Gálatas 5:16.
6. ¿A qué debe prestar atención el cristiano? Colosenses 3:2. y 2
Corintios 4:18.
7. ¿Qué hace Dios trabajando en sus hijos? Filipenses
2:13.
8. ¿Quién
entrará en los cielos, según Mateo 7:21?
9.
¿Cuál es el requisito para agradar a Dios? Hebreos 11:6.
10. No se puede aparentar ser cristiano, aunque hay muchos que
hablan en el nombre de
Dios
y de Jesucristo. Lea Mateo
7:21-23 y responda lo siguiente:
¿Eran todos ellos de Dios? _______¿Por qué
sí, o no? _____________________
11.
Por haber clamado “Señor, Señor”, ¿esas personas se consideraban a sí mismas
Cristianas? _______ ¿Cree usted que ellos eran verdaderos
Cristianos? ________
¿Por qué? Explíquelo de acuerdo con la
Palabra. _________________________
12.
Escriba tres cosas que esas personas habían hecho en el nombre de Jesucristo.
a.
___________________________________________________
b. ______________________________________________________
c.
_______________________________________________________
13. Analice 2 Corintios 3:18 y
escriba la respuesta correcta en cada pregunta.
a. Somos cambiados a imagen de:
b. ¿Quién produce ese cambio en nosotros?
c. ¿Qué nos corresponde hacer?
d. ¿Cómo contemplamos la gloria de Dios?
14. Con base en Romanos 12:2, escriba lo que se debe evitar y la manera
cómo transforma
las vidas permanentemente.
15. En Hechos 8:5-25, Simón el mago había creído y fue bautizado. ¿Era
Simón un cristiano
verdadero? ____________ ¿Se
había convertido genuinamente? __________
¿La vida de Simón mostraba el
fruto del Espíritu Santo? Explíquelo con sus palabras.
16.
¿A qué es semejante la nueva naturaleza y qué corresponde hacer con la vieja
natura?
Efesios 4:22-24.
17.
Escriba algunas normas para no pecar que se dan en Romanos 13:13-14.
18.
¿Cómo debe el cristiano considerarse a sí mismo? Romanos 6:11-13.
19.
¿Qué no se debe permitir en el cuerpo de los hijos de Dios? Romanos 6:12.
20.
Escriba cómo vivir la nueva vida en Cristo. 2 Corintios 5:7.
21.
¿Cómo se inicia la vida cristiana? Efesios 2: 8-9.
22.
Escriba y memorice Colosenses 2: 6-7.
23.
Enumere las características del amor genuino. 1 Corintios 13: 4-17.
24.
Escriba al frente de cada verso los mandatos divinos acerca del amor.
a. Romanos 2:9.
b. 1 Corintios 16:14.
c. 1 Juan 4: 7-21.
25.
¿Cómo muestra Dios su amor? 1 Juan 4: 10-19.
26.
¿Qué hace el amor? Romanos 13:10.
27.
¿Cuál es la evidencia que certifica que
se es un hijo de Dios? Juan 13:34-35.
28.
Con base en 1 Juan 3:18 ¿cómo se demuestra el verdadero amor?
29.
Escriba Efesios 4:2-3.
30.
¿A quiénes se les ordena hacer buenas obras? Tito 3:8.
31.
¿Qué manda hacer Dios a los cristianos? 1 Corintios 10:24.
32.
¿Qué aconseja Pablo a Timoteo y a los cristianos? 1 Timoteo 6:18.
33.
Según la cita, anote al frente a las personas que debe amar un cristiano
verdadero.
a. Marcos 12:30.
b. Lucas 6: 27-28.
c. Efesios 5: 25-28.
d. 1 Tesalonicenses 3:12.
e. Tito 2: 3-4.
34.
¿Cuáles son los resultados de una conversión verdadera? 2 Corintios 5:17.
35. ¿Qué dice la Biblia acerca de la vida de las
siguientes personas?
a. Jesús.
Hechos 10:38.
b. Dorcas.
Hechos 9:36.
c. Febe.
Romanos 16: 1-2.
d. Job.
Job 1:1.