EL PRINCIPIO DE REVERENCIA Y TEMOR A DIOS ESTÁ EN LA ORDEN DIVINA DE-NO USAR SU SANTO NOMBRE EN VANO-TERCER MANDAMIENTO.
No usarás el nombre del SEÑOR en vano
No usarás el nombre de YHWH tu Dios en vano; porque
no dará por inocente el SEÑOR al que lleve mal su nombre, Éxodo 20:7, Levítico
19:12 y Deuteronomio 5:11.
Honrar al SEÑOR es una firme esperanza que da seguridad a los hijos; el Honrar a Dios es fuente de vida que libra de los lazos de la muerte. Proverbios 14:26-27.
Que sepan todos que Tú eres el SEÑOR, que ese es tu
nombre; que sepan que sólo Tú eres el Altísimo sobre toda la tierra, Salmos
83:18. Tu nombre es enaltecido, Isaías 12:4. Y santificado sea tu nombre, Mateo
6:9c.
Seguimos en el estudio de los principios que
encierra cada uno de los diez mandamientos de la ley de Dios, completando lo
que se escribió y se estudió profundamente en el año 2016, a cerca de cada uno de los Diez Mandamientos en este Blog, conpasosfirmesendios.blogspot.com.
Es una enseñanza que poco se predica, por eso es un mandamiento muy descuidado por ser raramente tratado, pero que requiere reverencia y atención a su advertencia pues con el paso del tiempo podemos
ratificar, que hay muchos profanos que violan un mandato tan importante, deshonrando a Dios, haciendo daño a su prójimo y falseando la verdad al usar el nombre del Creador vanamente, peor aún, ponen sus manos sobre la Biblia y juran falsamente, profanando asi el nombre más santo y respetable, cuando debieran respetarlo en sumo grado...Ciertamente, el que blafeme el nombre del SEÑOR ha de morir; toda la congregación lo ha de apedrear, sea forastero o nativo, cuando blasfeme el nombre más santo, ha de morir. Lévitico 24:16.
Gracias a Dios por Jesucristo, pues muchos podrían morirían por no reverenciar en grado supremo el nombre del SEÑOR, pero somos muchas personas que reverenciamos el nombre santo, que debe ser usado solo para adorarlo, bendecir y
exaltar su majestad porque hay poder intrínseco en su nombre cuando se menciona, pues representa la dignidad de Dios. Tomemos consciencia que debido a su gracia y misericordia el Padre celestial no ha destruido a muchos a causa de Jesucristo,
porque en al deshonrar el santo nombre hay juicio de muerte para el que lo profane y lo use en vano. Jurar en falso es grave iniquidad...Nadie que robe o jure en falso puede quedar sin castigo. El SEÑOR Todopoderoso afirma: YO envío maldición para que entre en la casa del que roba y en casa del que jura en falso por mi nombre. La maldición permanecerá allí hasta que no queden ni vigas ni piedras. Zacarias 5:3-4.
El nombre del SEÑOR es tan santo y tan puro, que el pueblo hebreo hasta el día de hoy NO lo pronuncian, porque es innombrable y hacerlo en vano es hablar mal de Dios, pero el nombre YHWH es glorioso y en el nombre de Jesucristo somos salvos, nombre sobre todo nombre.
El
que blasfeme el nombre del SEÑOR, ciertamente ha de morir; toda la
congregación ciertamente lo apedreará. Tanto el forastero como el nativo,
cuando blasfeme el santo nombre, ha de morir. Levítico 24:16.
Al nombrar al SEÑOR del universo, al Padre y al Hijo debe haber temor y temblor reverente, tomando este mandato con
mucha seriedad, respeto y responsabilidad, porque en su santo nombre están implícitos sus atributos divinos,
su dignidad, santidad, poderío y la esencia de su majestad; a su nombre
le debemos supremo respeto y reverencia porque no es juego. Si no quieres estar bajo juicio, no blasfemes contra Dios y no tomes su nombre ilícitamente, en cosas ocultas y votos antinaturales; no lo uses hipócrita y mentirosamente, para tomar con engaño un asunto o en falsa profecía, tampoco para prometer cosas que no se cumplen, ni congraciarse con la gente, mucho menos diciendo ser creyentes pero actuando como paganos, haciendo blasfemar el nombre de Dios por los impíos; cuando te diriges a Dios mecánica y ritualistamente, solo de labios y no de corazón, o cuando lo usas de manera trivial, con descuido y en estribillo o como muletilla, eso es tomar su nombre en vano y sin reverencia. Sea alabado su nombre, grande y temible; ¡Dios es Santo! Salmos 99:3.
El mismo Dios ama y honra su nombre y dice: Por amor a mi nombre contengo mi ira, y
para mi alabanza la reprimo contigo a fin de no destruirte, Isaías 48:9; El
nombre del Gran YO SOY no tiene comparación, es tan grande y poderoso que Proverbios lo compara
con una torre de fortaleza segura donde acuden los justos para ser resguardados
de todo mal, y dice que es como una torre fuerte, El nombre del SEÑOR es la
fortaleza, a la cual acude el justo para protegerse, Proverbios 18:10.
El nombre y la persona de Dios son como su nombre lo
indica, el Todopoderoso Adonai, y ante el nombre del SEÑOR Jesús los demonios huyen y el
infierno tiembla, la enfermedad se seca, el cautivo es libre y pecador es
salvo, porque en su nombre está completa la obra redentora del triunfante y vencedor resucitado, 1 Juan 5:13. Y temerán desde el occidente el nombre de YHWH, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, pero el Espíritu del SEÑOR alzará bandera. Isaías 59:19; Actúa en consideración a mi
nombre. para que no sea profanado ante los ojos de las naciones en medio de las
cuales ustedes habitan...Ezequiel 20:9.
Reverenciamos su nombre porque porque en su nombre nos acercamos al Padre y accedemos los cristianos para tener salvación, sanidad y liberación porque el nombre de Jesús, es del Dios hecho Hombre y de su nombre proviene nuestra fe, pues es el único que perdona pecados, Romanos 10:13, ante ese nombre se muestra una actitud piadosa y una presentación personal adecuada en el templo de aquellos que dicen amarlo
con corazón limpio, reconociendo la grandeza y la fuerza que encierra su nombre y su presencia; por lo tanto, respetar a Dios y reverenciar su nombre es sujeción y humilde devoción ante el Gigante Varón de guerra y León de la tribú de
Judá, que hace temblar los quiciales de la tierra con su potente voz de trompeta y autoridad que ruge contra el enemigo para defendernos y rodearnos de su Omnipresente favor. Jeremías 20:11.
Reverenciamos y respetamos su nombre porque en el nombre de Jesús hay respuesta y poder en la oración ante el Padre, con demostración de gratitud por su
fidelidad y los hechos extraordinarios que favorecen a los hijos de Dios en Cristo, porque en ese nombre hay autoridad y esperanza, Juan 14:13-14; en el nombre de Jesucristo habita corporalmente toda la plenitud de la deidad, y nuestro respeto y reverencia se
muestran con la pureza de nuestros hechos y pensamientos llevándolos cautivos a
su voluntad y no usando su nombre descuidadamente, como lo hicieron los hijos de un tal Esceva que sufrieron una paliza de los demonios, Hechos 19:11-20. Él es
nuestro Hacedor y merece que dobleguemos todo nuestro ser y nos hinquemos de rodillas ante
su magnificencia para hablarle y adorarlo con sinceridad y sin apariencias. Sea tu hablar: Sí, sí o No, no; porque
lo que es más de esto, procede del mal, Mateo 5:37.
La reverencia al nombre de Dios contempla orar, adorar y alabar con gratitud y
contentamiento, firmes y confiados en que Él está por envima de las dificultades, nos cuida y defiende como León, y en Él estamos seguros de nuestra salvación; respetar el nombre de Dios esta en
atender y obedecer sus instrucciones, advertencias y enseñanzas siendo diligentes y dependendiendo de su gobierno, consejo y dirección. Solo Dios merece ser
exaltado y engrandecido; las personas nos merecemos respeto, pero Dios es
respetable, digno de todo honor y reverencia aún con la postura de nuestro cuerpo
y con la limpieza de nuestra alma, no podemos acercarnos a Dios de cualquier
manera. Con misericordia y verdad se
expía la culpa, y con el temor al nombre del SEÑOR, se aparta el mal. Proverbios 16:6.
A pesar de la advertencia de juicio en Levítico 24:16, la gran
mayoría de la gente lo ignora, aun estando en el NT, como lo dice Hebreos 10:29, y este mandamiento es uno de los más
descuidados, transgredidos y desobedecidos por la humanidad; en salas de justicia y los gobernantes
continuamente lo violentan haciendo mentirosos juramentos con la biblia y
prometiendo al pueblo cosas que no cumplen y a lo largo de su mandato
traicionan a sus patriotas y dañan su propia nación; muchos se expresan tan mal
de Dios al hablar que lo mencionan, temerariamente, soez y descuidadamente
profanando así su nombre santo, en especial los incrédulos; aún aquellos que
dicen tener a Cristo son irrespetuosos e irreverentes con Dios y su nombrar
usándolo a la ligera y sin medir sus palabras, Vindicaré la santidad de mi gran nombre entre las naciones,
el cual ustedes han profanado en medio de ellas. Entonces las naciones sabrán que YO SOY EL SEÑOR,
declara el Todopoderoso, cuando demuestre mi santidad entre ustedes a vista de
las naciones, Ezequiel 36:23.
El Tercer Mandamiento nos convoca no solo a la
reverencia, sino también al temor reverente a Dios y su nombre, con admiración
respetuosa, proclamación sacra y amorosa veneración, sirviendo, considerando y
tratando con bondad a las personas, sin olvidar que todo lo que hacemos a
otros, a Dios lo hacemos, y su nombre es exaltado o profanado según la clase de
vida que llevamos. Moisés respondió: el problema es que si yo voy y les
digo a los israelitas: el Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes,
ellos me van a preguntar: ¿cómo se llama? Y entonces, ¿Qué les voy a decir? Y
Dios le contestó: YO SOY EL QUE SOY. Dirás a los israelitas; YO SOY Me ha
enviado a ustedes, Éxodo 3:13-14.
Además del principio de reverencia y respeto a Dios
y su nombre, este mandamiento contempla
sensibilidad espiritual permanente a la santa presencia de Dios, lo cual nos
hace responsables al mencionar su nombre en todo lugar, con atención y cuidado
para NO ser blasfemos, y que otros no jueguen ni se burlen del nombre de Dios,
y para que todos aprendamos a vivir rectamente en su presencia, conscientes de
que sus ojos nos ven y sus oídos nos oyen continuamente. He aquí he jurado por mi gran nombre, dice el SEÑOR,
que nunca más será invocado mi nombre en toda la tierra de Egipto, por boca de
ningún israelita. Jeremías 44:26.
El nombre de Dios es glorioso y revela su identidad
soberana de SEÑOR y Rey sobre todo lo creado, no para satisfacer la curiosidad
del pueblo, sino que Él reciba continua adoración. Dios es eterno presente, por
eso debemos tenerlo en cuenta para consultarlo, alabarlo y postrarnos ante El;
Dios no se quedó ante Moisés solo en su presentación, Él continuó hablando: Además, Dios dijo a Moisés: Di a los
hijos de Israel: El SEÑOR, Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de
Isaac, y de Jacob, me ha enviado a ustedes. Este es mi nombre eterno; éste es
mi nombre por todos los siglos, Éxodo 3:15. Cuando Dios nombra tres
generaciones, está revelando que solo Él es SEÑOR y Dios de las familias de la
tierra, el Dios que tiene planes maravillosos con los miembros de su familia,
nosotros, su pueblo amado. Aclamen a Dios
con alegría. Canten la gloria de su nombre...Salmos 66:1-2.
Hablar del nombre de Dios no es fácil porque
despierta controversia y polémica entre los sectores judíos y cristianos debido
a las raíces, las traducciones y los idiomas, no podemos pasar por alto que el
mismo Dios Todopoderoso es el Creador de los idiomas y las lenguas desde la
Torre de Babel en Génesis
11:9. El Dios bíblico y de origen hebreo es EL GRAN YO SOY, YO
SOY EL QUE SOY, el eterno presente, nombre con el cual el Padre se reveló a
Moisés y su pueblo en la antigüedad; ese nombre también se menciona como YHWH,
Jehová, Yahveh o Yavé, El Padre Eterno, Elohim, el Creador y muchos más que se
contemplan en el AT según la actividad a que se refiera, Como Agar había hablado con YHWH, lo llamó: El
Viviente que me ve, pues decía: Dios me ha visto y todavía estoy viva, Génesis
16:13.
El nombre del Eterno Dios Creador y Salvador se
menciona de muchas formas que reflejan su grandeza, la dimensión de su acción y
la majestad de su poderío; sea el nombre que utilicemos según el idioma y la
lengua, los creyentes en Jesucristo solo ADORAMOS AL ÚNICO DIOS verdadero, vivo
y real, origen y fuente de todo lo creado, lo bueno, santo, bello, recto y
perfecto, Él pone su sentir en el corazón de cada hijo suyo; únicamente ÉL GRAN
YO SOY CONOCE EL CORAZÓN DE CADA QUIEN, es inútil formar debate, controversia y
polémica por el nombre de AQUEL QUE TODO LO VE, LO SABE Y LO CONOCE, con esa
actitud separatista en vez de sembrar amor y unidad como Elohim lo desea, se
siembra división y sectarismo siguiéndole el juego al enemigo y la corriente
del mundo. Nuestra función es amar, respetar, obedecer y adorar por encima de
todo y de todos, independientemente de cómo se nombre a Dios en cada idioma y
cultura, Deuteronomio 6:5, Mateo 22:37,
Marcos 12:30 y Lucas 10:27.
Yeshúah es el original en la cultura judía, pero al
traducirlo es Jesucristo o Jesús, el Ángel de Jehová en el AT y el Hijo de Dios
en el NT son la misma persona. Jesús es el Hijo Dios, Dios hecho Hombre. En el principio era el Verbo, y el Verbo
era con Dios, y el Verbo era Dios, Juan 1:1. Juan se está
refiriendo al Dios hecho Hombre en la persona de Jesucristo, el principio y el
fin de todo, que lleva implícita la eternidad y deidad del Padre. Hijo y Padre
dignos del mismo honor y reconocimiento por el Espíritu Santo, Elohim, SEÑOR, Rey y Redentor de Israel y Dios de los nacidos de nuevo
en Cristo, el Todopoderoso, dice:
YO SOY EL PRIMERO y EL ULTIMO;
fuera de Mí no hay otro Dios, Isaías 44:6. YO SOY el ALEF y el TAV, el
ALFA y la OMEGA, el primero y el último, el principio y el fin, Apocalipsis
22:13.
Con el respeto reverente que le debemos a Dios y su
nombre, aún hay muchos creyentes que ni siquiera se han dado cuenta que han
violado esta ordenanza de muchas formas:
No usarás el nombre de Jehová tu
Dios en vano; porque no dará por inocente el SEÑOR al que lleve mal su nombre,
Éxodo 20:7, ellos deben arrepentirse y pedir perdón al SEÑOR.
Tristemente estamos en una sociedad que cada día se hace más "casual"
rebelde y hostil, cometiendo toda clase de ofensas, improperios, desatinos,
desprecios, herejías, profanación y blasfemias contra el nombre Santo de Dios
que está por encima de todos los demás nombres, Pero te he dejado con vida para demostrarte mi
poder; y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra, Éxodo 9:16; He
tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por mi pueblo entre las naciones
a donde han ido. Ezequiel 36:21.
Transgredir el Principio de reverencia y respeto al
nombre de Dios es fallar al Gran Mandamiento, si amamos a Dios y al prójimo no
tendríamos por qué jurar en vano ni colocar neciamente a Dios como testigo en
asuntos engañosos de personas que se supone son veraces y honorables, lo cual
se ha de manifestar con intenciones y hechos sanos, hablando la verdad y
actuando con rectitud, entonces ¿por qué falsear y mentir mencionando
temerariamente el nombre glorioso de Dios? Si no pones en práctica todas mis instrucciones escritas en este libro de
la ley, ni respetas este glorioso e imponente nombre del SEÑOR tu Dios, Él
enviará grandes y terribles plagas y enfermedades malignas e incurables, sobre
ti y sobre tus descendientes, Deuteronomio 28: 58-59; Ande cada uno tras de sus
ídolos y sírvanles, si es que a Mi no me obedecen; pero NO profanen más mi
nombre con las ofrendas a sus ídolos, Ezequiel 20:39.
Respeto reverente al nombre y la persona de Dios
reclama una vida integra de oración y estudio permanente de la palabra que nos
aleje de mundo y nos acerque a Dios, en el cumplimiento de los mandamientos,
con una forma de vida ejemplar, vestir con decoro y usar un lenguaje limpio que
dignifique a Dios y edifique al oyente; en definitiva, nuestra reverencia a la
persona de Dios y su santo nombre se evidencia en la calidad de personas que
somos, la clase de lugares y amigos que frecuentamos, los pasatiempos y
entretenimientos que escogemos, la forma de expresarnos y el trato con las
personas, así como la forma en que nos presentamos en el templo, especialmente
si ministramos, y la manera cómo nos comportamos en los servicios, Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es
inconmovible, demostremos gratitud mediante la cual ofrezcamos a Dios un
servicio aceptable con temor y reverencia, Hebreos 12:28.
El principio de reverencia a Dios incluye invocarlo,
llamarlo y mencionarlo audiblemente y con infinito afecto, mostrando con
nuestra actitud devoción y mansedumbre, porque, aunque Dios ve el corazón, la
gente ve nuestro testimonio de fe. Reverenciar a Dios es servir de buena voluntad,
con afecto y desprendimiento, tratando a todos con amabilidad, bondad, cordura
y consideración sin esperar recompensas, deseando glorificar el nombre santo de
Dios como solía hacerlo la Iglesia original del Primer siglo, Entre tanto la Iglesia gozaba de paz por toda Judea,
Galilea y Samaria, y era edificada; y andaban en el temor del SEÑOR y en la
fortaleza del Espíritu Santo y seguían creciendo, Hechos 9:31.
Guardar reverencia al nombre y la presencia del Dios
Omnipresente es un principio y un mandato para toda la creación, nombrar con
deferencia al Creador nos permite tener una vida que impacta y transforma
porque nos conducirnos con temor y temblor ante sus ojos llenos de su Espíritu
Santo; todo eso hace que se mueve la mano poderosa de Dios para derramar sus
bendiciones, abundantes, liberarnos del mal, y que Dios responda nuestras
oraciones con mayor gracia de lo que le pedimos, Solemnemente
teman al SEÑOR y sírvanle con verdad de todo su corazón; pues ustedes han visto
cuán grandes cosas ha hecho por ustedes, 1 Samuel 12:24.
Llevar a cabo el Principio de reverencia al nombre
de Dios, surge de cultivar nuestra comunión con Él, no tendremos porqué usar su
nombre en vano, ni pronunciarlo inútilmente, tampoco juraremos falsamente
poniendo Su nombre de por medio. Dios es muy temido en el consejo de los santos, Él
es asombroso sobre todos los que están alrededor, Salmos 89:7. Y que no se nos diga como Pablo a la iglesia que
estaba en Roma: Porque como
está escrito, el nombre de Dios es blasfemado entre los paganos por causa de
ustedes, Romanos 2:24.
La palabra vano,
en la raíz hebreo traduce engaño, malicia, falsedad y vaciedad, todo lo cual es
totalmente opuesto a los principios establecidos por Dios en los mandamientos;
por lo tanto, usar el nombre de Dios para justificar mentiras o respaldar
hechos torcidos es pecado que acarreará castigo si no hay verdadero
arrepentimiento, porque la verdad y la justicia honran el nombre de Dios; no
nos hagamos más daño unos de otros, poniendo el nombre de Dios para respaldar
la deshonestidad, lo cual es falta de ética y moral que amancilla no solo la
buena reputación de las personas sino que ofende a Dios. Si ustedes temen al SEÑOR y le sirven, escuchan su
voz y no sean rebeldes contra el mandamiento de Dios, entonces ustedes, como el
rey (gobernante de turno) que reine sobre ustedes, estarán siguiendo al SEÑOR,
su Dios; pero si no le obedecen, sino que rechazan sus mandamientos, Él los
castigará a ustedes y a su rey, 1 Samuel 12:14-15.
Guardar el principio de reverencia a la persona y
nombre de Dios nos hace santos, sabios y prudentes, la preocupación y la
confusión huirán de nosotros y nuestra casa, recibiremos revelación para
resolver problemas y vencer al enemigo; invocar a Dios con reverencia nos hace
estar más cerca de Él, impidiendo al enemigo que nos toque, pero la gente
irreverente será fácil presa del adversario y atenderá las tendencias del mundo
y no el camino de la vida, Tengan temor a Dios, pues Él no solo puede quitar la
vida, sino que tiene todo el poder para enviar al infierno. A Él sí que deben
tenerle temor reverente, Lucas 12:5. Aún
al adversario le fue dicho: al
SEÑOR tu Dios adorarás y solo a Él servirás, Mateo 4:10. Jesús
declaró la palabra de
Deuteronomio 6;13 para hacer huir al enemigo y la tentación por el
poder del nombre que Él sustenta.
Profundizando el Tercer Mandamiento tenemos que su
observancia nos lleva a tomar conciencia de la presencia real y eterna de Dios
en nuestras actividades diarias; Él quiere evitar que caigamos en la iniquidad
de la blasfemia, el pecado del engaño y la apostasía de una falsa piedad e
hipócrita adoración, pues usar el nombre de Dios en vano es como adorar a un
dios extraño lo cual es idolatría al yo con el peligro de perder la salvación, Porque desde donde sale el sol hasta donde se
esconde, es grande mi nombre entre las naciones, y en todo lugar se traen
ofrendas limpias, porque grande es mi nombre entre las naciones, Malaquías 1:11.
La falta reverente a Dios y su nombre conduce a la
gente a emociones engañosas, a ser desagradecidos, de doble ánimo y con falta
de dignidad propia. Nos conviene obedecer y guardar este mandamiento si
queremos ser bendecidos y guardados por Dios de todo el mal que afronta el mundo,
El principio de la sabiduría es
el temor al SEÑOR; de buen entendimiento son todos los que practican sus
mandamientos; su alabanza permanece para siempre, Salmos 111, 10; Asi que si no
oyen, y no deciden de corazón dar gloria a mi nombre, ha dicho YHWH de los
ejércitos, enviaré maldición sobre ustedes, maldeciré sus bendiciones, y aún
las he maldecido, porque no se han decidido de corazón, Malaquías 2:2.
Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su
reino eterno.