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27 feb 2024

HOMBRE CABEZA, MUJER EDIFICADORA


EL HOMBRE LA CABEZA Y LA MUJER LA EDIFICADORA

Pero hay algo que quiero que sepan: la cabeza de todo hombre es Cristo, la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es YHWH.1 Corintios 11:3. La mujer sabia edifica su casa, pero la necia la destruye con sus propias manos. Proverbios 14:1.

 

Entre el pueblo de YHWH, el hombre y la mujer se necesitan mutuamente; así que ni el hombre ni la mujer son independientes el uno del otro, si en verdad somos de Cristo. 1 Corintios 11:11.

 

En Cristo Jesús ya no hay judío ni gentil, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos somos uno en Él. Gálatas 3:28.

 

En vista de que avanzamos a pasos acelerados hacia el final de los tiempos, es deseo del corazon del Padre que aclararemos temas que deben ser comprendidos correctamente por su pueblo, especialmente por sus ministros, para que sean enseñados al pueblo tal como salieron del corazón y la boca de Dios, porque somos conscientes que tenemos una distancia cultural de miles de años para entender bien el sentido real de las palabras originales de un idioma como el paleo hebreo, el arameo y hebreo más moderno, un idioma que no hablamos y no conocemos a plenitud, pero que gracias al Todopoderoso, su palabra conserva la esencia del mensaje y contamos con las herramientas necesarias que nos ayudan a aclarar y entender mejor el trasfondo bíblico con la ayuda del Espíritu Santo que nos provee sabiduría, entendimiento, revelación, discernimiento y convicción para ajustarnos al diseño y verdad de Dios. Toda la Escritura es inspirada por Dios, útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, capacitado para toda obra buena. 2 Timoteo 3:16-17.

 

El meollo de todo mal entendido, obvio que no es Dios ni la Escritura, sino el ser humano que mal interpreta, tuerce y menoscaba lo que el Eterno Dios ha dejado establecido desde el principio, pero que muchos acomodan los textos bíblicos para su provecho y ganancia. Cuando el apóstol Felipe se acercó al eunuco que leía el texto de Isaías 53 le preguntó: ¿Pero entiendes lo que lees? El eunuco respondió: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseña?  Y claro, necesitamos de alguien superior como Dios mismo, a través de su Espíritu y de ungídos más adelantados para comprender lo que Dios enseña en su palabra, la Biblia, que es de su inspiración, 2 Timoteo 3:16-17; es su verdad, Juan 17:17; es la autoridad maxima, Tito 2:15; es clara, Salmos 119:30; es suficiente, Hebreos 4:12; tiene poder, Salmos 19:1-6; y se centra en Jesucristo desde Génesis hasta Apocalípsis, Lucas 24:25-27; la palabra bendita del Eterno es muy preciosa y valiosa, Proverbios 3:15.


Toda la Escritura es un escrito coherente, sencillo y explicativo con contextos que aclaran los textos, por lo tanto, no se requiere de interpretaciones externas para comprenderla, lo que SÍ necesitamos, es disposición de corazón en la presencia de Dios con la llenura del Espíritu, y una contininua lectura biblica de años de estudio, investigación y conocimiento con la ayuda de otros más adelantados que nosotros, para entender las figuras literarias y metáforas que se mencionan en la parte profética; por otra parte, debemos conocer el trasfondo de cada narrativa bíblica en el estilo de vida hebrea y su cultura tan antigua; pero seamos realistas, la Biblia es clara cuando Dios nos enseña principios, mandamientos y fundamentes que Él espera que cada uno de sus hijos vivamos con fe obediente, por eso hemos sido transformados y tenemos el estilo de vida del reino eterno, que es a la manera del diseñador y Creador, y toda la palabra ratificada en el SEÑOR y Rey Jesucristo que dijo: ¡Ay de ustedes, intérpretes de la ley! Porque han quitado la llave de la ciencia (conocimiento); ustedes mismos no entran, y a los que quieren entrar, se lo impiden. Lucas 11:52.

 

Veamos este tema controversial del hombre como cabeza de la mujer, pero también veamos que la mujer es edificadora; cabeza en hebreo es Rosh, y kephalé en griego, la cual, anatómica y biológicamente es la parte superior que soporta al cuerpo humano y hace funcionar muchas partes del mismo, en especial el cerebro que es responsable del buen funcionamiento de muchos órganos como los sentidos y el sistema nervioso; en la cabeza están la cara, los ojos, la nariz, la boca y los oídos, por lo tanto, la cabeza es sinónimo de representación, capacidad, buen juicio, talento, sostén, principio de vida, cohesión, unión, dirección y crecimiento, como dice el dicho: usa la cabeza porque en la sociedad se usa mucho el cerebro, el cual es una maravilla insondable y la estructura más compleja no solo del cuerpo, sino del universo. Maridos, amen a su esposa y no sean ásperos con ella. Colosenses 3:19. Porque El servidor de Dios es irreprensible, fiel a su mujer, con hijos creyentes, que nadie los acusa por mala conducta ni por ser rebeldes. Tito 1:6.


Cabeza nos da la idea de importancia en la dirección de muchos miembros, y con relación a Cristo, Él es la cabeza de su Cuerpo, la Iglesia, que es la congregación de YHWH, Cristo como Cabeza representa y exalta la soberanía de Dios en la manifestación suprema de toda autoridad y gobierno, Jesucristo es el poder maximo, la representación del amor puro e incondicional de Dios, el principio y origen de todo lo creado por Dios; como cabeza, nuestro SEÑOR Jesús es el jefe máximo y director de toda la creación porque tiene en sí mismo señorío y potencia creadora, algo que no es resultado del ingenio humano, sino de la sabiduría y la grandeza del Todopoderoso Dios del universo que está por encima de todo, gobernando su creación y el organismo viviente de su pueblo;. Él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia. Él es el principio y el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la preeminencia. Colosenses 1:16.

 

Todo lo anterior es aplicable a Cristo, cabeza del universo y del pueblo de Dios, no al hombre natural, pero Rosh, en hebreo, también hace referencia a la cabeza del esposo como el buen y correcto dirigente del hogar en el sentido de ser el sacerdote y jefe de su familia, el que sostiene no solo con alimentos, sino también con oración a su esposa y sus hijos delante del Padre celestial, para que todo lo que haga sea dentro de una atmósfera espiritual; el esposo tiene autoridad delegada por Dios al igual que la esposa, el hombre no es la autoridad, sino que se gana el respeto y la obediencia con su buen ejemplo en amor y espiritualidad genuina, lo cual hace que su hogar se distinga de otros en orden y armonía con relación al resto del mundo, tal como lo hizo Abraham y Sara le decía mi señor, 1 Pedro 3:5-6. Porque YO lo he escogido para que mande a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del SEÑOR su Dios, haciendo justicia y juicio, para que Dios cumpla todo lo que ha dicho... Génesis 18:19.


Este varón como cabeza de su casa, tiene la obligación de estar al frente de las necesidades integrales de todos los miembros de su familia, sea para defenderla, proveerle, valorar y amar a su esposa, enseñar, educar y corregir a sus hijos y respaldar a la esposa cuando ella obra en el temor de Dios; es un hombre que vive la palabra, reverencia a Dios, da testimonio de su fe, y, muestra en todo tiempo y lugar afecto por su esposa. Job se levantaba de mañana y santificaba a sus hijos, ofreciendo holocaustos al SEÑOR su Dios, conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía Job todos los días. Job 1:5.


Una función de la cabeza es mantener el equilibrio del cuerpo, asi el esposo da equilibra y balance de justicia en su familia con sana disciplina como instructor de su hogar, sabiendo que ha sido puesto por Dios, para representarlo en la familia como sacerdote intercesor, porque cabeza es sinónimo de soporte, capacidad, buen juicio y talento que promueve unidad, en función de sus roles y bajo el gobierno de Dios en su corazón masculino, y bajo un techo santo; la cabeza representa a un hombre irreprochable, esposo de una sola mujer, sobrio, sereno, ecúanime, coherente, prudente, maduro, de buena conducta, hospedador y apto para enseñar a su familia con el buen ejemplo; como cabeza no es borracho ni pendenciero, no es pleitero, ni avaro, ni contencioso, sino amable, es el mismo ser cálido y educado en su casa, como fuera de ella. 1 Timoteo 3:1-7Porque si un hombre no sabe gobernar su propia casa, tampoco puede gobernar en la iglesia. 1 Timoteo 3:5.

 

Ser cabeza implica tener inteligencia de lo alto para discernir lo malo de lo bueno, y representar bien a los suyos en todo lugar, siendo efectivo como mayordomo y administrador de los recursos; es aquel hombre que cada mes tiene la lista de sus obligaciones y deudas y tan pronto recibe su salario, las cubre a cabalidad y con esfuerzo demostrando honorabilidad, buen juicio, responsabilidad e integridad en su servicio a Dios; no es un capataz, ni tirano, ni tacaño, sino generoso y sabio con lo que hace y dice para poder ganarse el respeto de todos y asi exigir; los siguientes textos bíblicos nos ayudan a entender lo que se entiende por ser cabeza: príncipes y capitanes de las tribus, Números 1:16, los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel, Josué 14:1, convocó Salomón a los jefes de familias y de centenas, a jueces y príncipes, 2 Crónicas 1:2, y algunos de los jefes de las casas paternas, Esdras 2:68a, porque la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezin…la cabeza de Efraín es Samaria, y la cabeza de Samaria es Remalias. Isaías 7:8-9.

 

Todo lo anterior nos enseña que para que haya organización, orden, justicia y estabilidad en un hogar y en la sociedad, se requiere que todo empiece desde la familia, y para ello se requiere de cabezas que sean fuente y origen de vida digna, aterrizada pero también espiritual, pues de la cabeza se derivan la identidad y el sentido de pertenencia de una persona, ya sea por relación con Dios, pertenecer a un lugar, a un grupo, o a una familia: te pondrá Yavéh por cabeza y no por cola, Deuteronomio 28:13, Mío es Galaady mío es Manasés; y Efraín es la fortaleza de mi cabeza; Judá es mi legislador, Salmos 60:7; la piedra que desecharon los edificadores, ha venido a ser la cabeza del ángulo, Salmos 118:22, Y será confirmado en aquel tiempo, el monte de YHWH como cabeza de los montes…Isaías 2:2, tú eres aquella cabeza de oro, rey Nabucodonosor, Daniel 2:38, Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas de la Iglesia. Efesios1:22.

 

¡Que grandeza hay en la cabeza! No es algo para tomarlo a la ligera ni de manera sesgada, porque ser cabeza es poner la cara por alguien, es ser el sostén, dando lo necesario, es decir, que el hombre como cabeza, es el progenitor que alimenta, ama, ayuda y acompaña, como guía y maestro que enseña a su familia; es la cabeza quien produce cohesión, fuerza y unión en sana convivencia dentro del hogar para que todos puedan vivir juntos y en armonía; en la cabeza está la suma y la totalidad del todo del hogar que funciona y produce resultados, es decir, él es el jefe del hogar que cuenta con la ayuda y respaldo de su esposa, y ambos, de la mano, se ponen por encima de las circunstancias y los problemas como hijos de Dios, responsables de su casa; así el hombre como cabeza y la mujer como edificadora, están en obligación moral en la conservación, prolongación, bendición y buen funcionamiento de los miembros de su familia, evitando el derrumbe del matrimonio y la sociedad, porque actúan a la manera de Dios, sin dejarse dominar por las malas pasiones; un esposo así evita maldiciones y hace que sus oraciones no tengan estorbo. Y ustedes maridos, sean comprensivos y amables con su esposa; denle el honor que a ella le corresponde, tengan en cuenta que ellas son delicadas, pero han sido llamadas a compartir la herencia de la nueva vida que Dios les da. Háganlo así y no tendrán estorbo a sus oraciones. 1 Pedro 3:7.


El hombre como cabeza es conductor, director y comisionado de la tribu, el principal encargado de una familia, de un grupo y una nación; la bendición de tu padre y de tu madre, estarán sobre la cabeza de José, Génesis 49:26, y Moisés escogió jefes sobre el pueblo, Éxodo 18:25; así que se llegar a ser cabeza por nombramiento divino, para hacer las veces de sacerdote, gobernante y profeta, como lo es el SEÑOR Jesucristo para su pueblo, asi lo debe ser el esposo para su hogar, él pone a su familia en la presencia de Dios y proclama las bendiciones biblicas sobre su casa en oración y adoración…Que no los prive del premio eterno, esos que están hinchados por la soberbia y su mente carnal, los cuales no están unidos a la cabeza, la cual hace crecer todo el cuerpo al alimentarlo y unir cada una de sus partes conforme al plan de Dios. Colosenses 2:19.        

 

Este maravilloso estudio, otorgado por el Espíritu Santo, nos ayuda a comprender y determinar adecuadamente la bondad de Dios al crear al hombre y la mujer para relacionarse el uno con el otro para llegar a vivir juntos como pareja y dirigentes de su casa, asignándole a cada uno sus roles y funciones específicas, dentro de una familia, en el cuerpo de Cristo y la sociedad en general, para que todo lo que los dos sean y hagan, esté dentro de los términos de la voluntad y el diseño de Dios; el hombre y la mujer son igualmente valiosos porque ambos proceden de Dios, y juntos son necesarios para el equilibrio del hogar y la sociedad; ambos tienen un lugar social importante, igualitario, justo, equilibrado y fundamental, para construir familia y tejido social desde el hogar, que es la base de toda sociedad sana donde Cristo es visible, cuando todos se mueven en el temor de Dios. Y no creó Dios al hombre por causa de la mujer, sino a la mujer por causa del hombre. 1 Corintios 11:9.


La familia compuesta por un hombre y una mujer y bajo los lineamientos divinos, hacen que las organizaciones prosperen, que los grupos y la humanidad en general vivamos bajo los principios de Dios cumpliendo sus mandamientos, para que todos conservemos el diseño original, vivamos, actuemos y nos comportemos de acuerdo a lo que Diis ha estipulado para el hombre y la mujer, en la multiplicación y ayuda mutua unos a otros. No vivimos ni estamos en este mundo para competir ni envidiar, sino para compartir, crecer, complementarnos, completarnos y tener el buen desarrollo integral que cada persona requiere, asi como lo hace la cabeza en el cuerpo humano, para que todo el organismo y sus miembros alcancen el funcionamiento, el desarrollo y la imagen de Jesucristo…El Padre sometió todas las cosas bajo los pies del Hijo y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia que es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena. Efesios 1:22-23.

 

En la historia sagrada Bíblica se narra mucho acerca de la familia y las generaciones, con realidades de amor, crisis familiares y procesos, en la fundación de la nación de Dios originada en una familia, desde Génesis con Adán y Eva, hasta Apocalipsis con las bodas del Cordero y su esposa, la Iglesia;  cuando el SEÑOR Jesús enseña a cerca de construir la casa sobre la Roca, Él hace referencia al hombre, la mujer y los hijos en el hogar, un todo, una totalidad integral de personas que accionan en medio de acontecimientos propios de la vida en familia, el eje constructor de sociedades y naciones que deben edificarse con la sabiduría y dependencia a Dios, para que todos seamos luz y sal en la tierra, con Jesucristo como fundamento del hogar y SEÑOR de la pareja que son uno en Él, y esposos que se aman, se respetan y se respaldan proyectando vida y desarrollo para todos. Porque desde el principio, el Creador formó, hombre y mujer. Mateo 19:4.

 

Cuando Pablo le habla a los corintios de cubrirse la cabeza, lo hace tanto para el hombre como para la mujer, por cuestiones culturales de la época, al apóstol le preocupaba que tanto hombres como mujeres, estaban entrando al templo como si fuera un culto pagano, y era importante el testimonio de fe de los creyentes, en el temor y reverencia a Dios en el templo, frente a los no creyentes, y de igual modo debe ser hoy en día; los que decimos ser hijos de Dios, tenemos que dar ejemplo de santidad, reverencia y comportamiento recto frente a los incrédulos; independientemente de cubrirse o no la cabeza, lo importante son los principios bíblicos y el respeto a Dios y hoy se requiere imperativamente el temor respetuoso a Dios en el templo, en todo lugar y momento, mayormente en la ministración de la palabra y la adoración a Dios. 1 Corintios 5:11-16. Porque en Cristo Jesús, ni la mujer es independiente del hombre, ni el hombre es independiente de la mujer; porque, así como la mujer fue hecha del hombre, también el hombre es nacido por medio de una mujer, y ambos tienen su origen en Dios. 1 Corintios 11:11-12.

 

Tanto el hombre como la mujer son valiosos e importantes para Dios en la misma medida, pues ambos han sido lavados en la sangre de Cristo Jesús, y así como es un solo Dios, una sola fe y una sola salvación, los esposos son uno solo en igualdad de valor, dignidad, autoridad, gobierno y derechos para edificar su casa y proclamar a Jesucristo como SEÑOR y Dios en la congregación, ambos: hombre y mujer están al mismo nivel y tienen la autoridad delegada de Dios, porque Dios no pone a nadie por encima de otro, tampoco pone mayor carga ni dominio de subordinación de uno sobre el otro; sencillamente, al ser diferentes tienen tareas y roles propios del género para extender el reino de Dios y su justicia.  Y si no les parece bien servir a YHWH, escojan hoy a quien van a servir; si a los dioses del otro lado del río, dioses de los amorreos en cuya tierra habitan; pero yo y mi casa, serviremos al SEÑOR nuestro Dios. Josué 24:15.


Cada uno, hombre y mujer tiene sus propias responsabilidades y obligaciones para lidiar con el hogar, sea esposo-padre o esposa-madre; fisiológicamente con diferencias que los distingue uno del otro, pero a ambos se nos exige testimonio, responsabilidad, rectitud y conduta madura porque tenemos al Espíritu Santo viviendo dentro de nosotros, asi nos complementamos como conviene, y nos alineamos uno con el otro; también tenemos diferencias en la presentación y la vestimenta personal, pero en Cristo somos UNO, llamados a ser moralmente iguales en pureza como personas de Dios y de fe; así, que, el hombre como la mujer son igualmente importantes y necesarios en la familia, la congregación y la sociedad; tienen la misma valía, dignidad, poder y autoridad para corregir, exhortar, enseñar, construir y gobernar en su hogar y dentro del pueblo de Dios. Así que ya no hay distinción, si eres judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque si estamos unidos a Cristo, todos somos iguales. Pertenecemos a Él, somos de la familia de Abraham, y con el mismo derecho a recibir las promesas que Dios nos hizo. Gálatas 3:28-29.

 

Ni el texto bíblico ni el corazón de Dios pretenden la subordinación de la mujer bajo el yugo opresor del hombre, porque esto sería como si Cristo no fuera suficiente para ambos; lo que Dios y su palabra hacen, es establecer la organización del reino en la tierra, el orden divino, la sabia autoridad, el buen juicio, el balance y el testimonio del pueblo de Dios desde la familia en la forma de cooperación, trabajo en equipo y manejo de la msyordomía desde la familia sean creyentes o no; también Pablo buscaba que se viera la diferencia en el templo entre hombres y mujeres, queriendo reforzar el respeto hacia la mujer, no la subyugación ni el detrimento de la mujer. Que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contiendas; que las mujeres se vistan con ropa decorosa, con pudor y modestia...con buenas obras como corresponde a mujeres que profesan piedad. 1 Timoteo 2:7-9.


Pablo nos ofrece una visión nueva de igualdad, libertad, dignidad y respeto mutuo entre hombres y mujeres que profesan la fe en Cristo, porque la mujer venía siendo avasallada y deseñada desde siglos atrás, eran vistas como débiles y de menor valor, por eso eran usadas como objetos útiles, menoscabadas y menospreciadas por los hombres que abusaban de su fuerza bruta, pero en Dios no hay niveles jerárquicos entre hombres ni mujeres, y menos entre su propio pueblo donde todos somos servidores mayordomos y no hay ninguna clase de dominio de unos sobre otros, todos estamos al mismo nivel de servicio en humildad, mansedumbre y santidad, pero a nuchos les cuesta sujetarse a causa del ego, el pecado y la maldad. Entre ustedes no debe ser como en el mundo; al contrario, el que quiera ser grande entre ustedes, deberá ser el servidor de los demás. Mateo 20:26 


En Cristo todos estamos bajo la autoridad de Dios, hechos para gobernar, atalayar y juzgar pero también para obedecer y servir porque todos tenemos capacidad e inteligencia para trabajar con excelencia, pues quien nos creó es el mayor inteligente, digno y excelso del universo; eso de que el hombre está por encima de la mujer abusando de que es la cabeza, son inventos de la religión, la tradición y la cultura del mundo, la sumisión bíblica no trata de esclavitud ni tiranía, trata del respeto obediente, amor en servicio y valoración personal entre hombres y mujeres que conocen y reverencian a Dios, esto es equitativo y justo, pues ambos, hombre y mujer, tienen que ver por igual con Dios, pues fuimos creados a su imagen y semejanza como miembros del Cuerpo de Cristo y ocupamos un lugar en reino de Dios. Sométanse unos a otros, y estén sujetos unos a otros, por reverencia a Cristo. Las mujeres respeten a sus esposos como si se tratara del SEÑOR. Efesios 5:21-22.

 

Dios enfatiza la estima y valoración de la mujer por parte del hombre porque el hombre es dado al desamor, y la mujer es dada al irrespeto, así que, sin amor y sin respeto, no hay nada que hacer en un hogar; la relación de los dos sexos, hombre-mujer se problematiza mayormente en estos dos aspectos en lo cual se requiere reciprocidad, conciencia, corazón, madurez, sensibilidad, responsabilidad y espiritualidad de hijos de Dios, hacedores de su palabra; ambos, hombre-mujer, tienen la misma prioridad y urgencia de mantener firme su matrimonio, y en orden su casa, porque Cristo es el centro de la familia, el todo de cada uno, Él es el origen y el fundamento de la institución familiar, es el modelo a seguir por todos los miembros de la familia y del cuerpo de Cristo. Efesios 5:25.


Así que, la cooperación, sujeción y sumisión en la pareja es algo recíproco y equitativo, ninguno está por encima o por debajo del otro; el hombre debe ser fuente de amor, afecto y protección para su mujer y sus hijos, y la mujer debe ser para el hombre y sus hijos, un canal de respeto, el bastón de apoyo y respaldo del esposo, por eso Eva fue sacada de Adán, cerca de su corazón: primero para cubrirla de amor, cuidado, protección y valor como parte del cuerpo del varón, segundo, para que ella este a su lado como la parte que encaja perfectamente, lo completa y lo ayuda adecuadamente, son uno, igualmente seres humanos que aman, piensan, razonan, sienten y actúan. Ámense unos a otros como YO los he amado; así también ámense ustedes unos a otros. Que su mutuo amor sea el distintivo, por el que todo el mundo los reconozca como mis discípulos. Juan 13:34-35.

 

Así como la cabeza en el cuerpo humano, tiene un cerebro que irriga sangre a todo el organismo, así el hombre como cabeza y la mujer que edifica son manantial que irrigan la sabia divina de la cohesión y las aguas vivas del Espiritu para la funcionalidad de la familia de generación en generación, sobre la base de una genuina fidelidad, y un sólido respeto, en coherencia a su fe, humanidad, vulnerabilidad y necesidad de Dios en el uno y en el otro; ambos son unidad matrimonial, ambos colocan la parte que les corresponde en la procreación, el cuidado, desarrollo, alimentación y nutrición de su prole. Cuando Dios habla, no lo hace solo para los hombres, lo hace para todos, hombres, mujeres, jovenes y niños. Deuteronomio 6:6-7. Cree en el SEÑOR Jesucristo y serás salvo tú y tu casa. Hechos 16:31.


Ninguno de los dos géneros tiene prioridad delante de YHWH nuestro Dios, somos igualmente tratados y procesados por el Arquitecto celestial, en nuestras diferencias y particularidades de identidad, pero iguales en origen, dignidad, amor y autoridad, por lo cual, el machismo, el feminismo, el patriarcado y el matriarcado, están fuera del orden divino, y del diseño de Dios; hombre y mujer llevan vidas en subordinación mutua, respeto recíproco y amor bilateral y abnegado, siguiendo el ejemplo de Cristo que se dió así mismo por todos, como el Hijo del Hombre. Porque en un cuerpo hay muchos miembros, pero cada uno tiene una función específica; así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y estamos unidos unos a otros. Romanos 12:4-5.

 

Si el hombre es la cabeza de la mujer, ella es la que edifica su casa, es su parte en semejanza con el hombre, y puesta por Dios dentro de la casa, porque la mujer está llamada a permanecer más tiempo en el hogar con sus hijos cuando el esposo sale a trabajar, es el orden de Dios y no ha cambiado; ella en casa es el respaldo, apoyo y socorro del marido frente a los hijos, allí ella es la ayuda que se ajusta, apropiadamente al varón así como Dios lo hace con el ser humano; Ezer, en hebreo es ayuda y ayudador con fuerza y poder, Génesis 2:18-23, unido a Négued, que se entiende como la contraparte, parte opuesta, que va adelante y es el cónyuge, lo cual se ha traducido como ayuda idónea, es decir, la otra parte que ayuda al hombre a llevar el yugo que ambos comparten, y donde, ella edifica porque fue edificada de la costilla del varón para llevar así el yugo divinamente ordenado, del gobierno de la familia, la tierra y sus criaturas; y quienes tanto hombre como mujer fueron redimidos y dignificados por Cristo al entregar su vida por todos. Y por todos murió Cristo, para que los que viven, ya no vivan para sí mismos, sino para Aquel que murió y resucitó por ellos.  2 Corintios 5:15. 


Dios nos sanó y salvó igualmente a hombres y mujeres, pasando por encima de las reglas y los convencionalismos humanos; la mujer tiene obligaciones, cualidades y derechos como el hombre, y como no era bueno que el ser humano fuera solamente uno. Génesis 2:15-18, Dios creó hombre y mujer para que el uno sea el complemento del otro; la mujer es tan pensante y racional como el hombre, ambos fueron creados con sabiduría e inteligencia para razonar, ser prudentes, y creativos viviendo juntos, y que cada uno ponga la parte que le falta al otro y así completarse, para ser uno y ser equipo de trabajo hombro a hombro con sus diferencias en distintas tareas, roles y obligaciones. Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo. 1 Timoteo 5:8.


Ezer-Négued, se ha traducido como ayuda idónea, o cónyuge, una persona parecida y con similitudes al otro, pero opuestos físicamente, y con quién se puede compartir la vida, los pensamientos, deseos, ideas, risas y sueños, es decir, que la mujer es la contra parte del varón, es la varona, esposa y cónyuge del hombre, la que va junto al hombre, pero ambos direccionados por Dios en su casa; la correcta traducción de ayuda idónea sería, la ayuda conyugal que encaja apropiadamente y ha sido puesta por Dios para completar al hombre en el yugo del hogar; ella es la que alivia, socorre y comparte las cargas de la familia; es la idea de los dos bueyes en el terreno del arado, donde se mueven al mismo tiempo y en la misma dirección dentro del mismo terreno, en una constante cooperación de ayuda y trabajo mutuo, es la esencia y visión del matrimonio. Y YHWH Dios los bendijo diciendo: sean fructíferos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla. Tengan dominio sobre los peces en el mar, y las criaturas que vuelan en el aire, sobre todo ganado en la tierra, y sobre toda criatura viviente que se arrastra. Génesis 1:28.

 

La mujer fue reconocida por el primer varón como varona, esto la hace semejante a él, pero con ciertas particularidades, ella es el mejor regalo provisto por Dios para la vida del hombre, por eso la mujer no es una subordinada ni una esclava controlada por los caprichos del hombre, si la mujer fue tomada de la costilla del varón, ella es la parte que le falta al hombre para completarlo, entonces el hombre debe hacerla sentir segura, amada, protegida e importante permaneciendo junto a ella, unidos en el amor mutuo y el de Dios, para así juntos gobernar y construir su casa, ambos en igualdad de condiciones formando parte del cuerpo de Cristo, uno para el otro. Y Adán dijo: este es hueso de mis huesos y carne de mi carne, ella será llamada varona, (Ishah), porque ella fue sacada de su hombre, (Ish). Por eso el hombre dejará el hogar de su padre y de su madre, y permanecerá con su esposa, porque ahora son una carne. Génesis 2:23-24.


Proverbios 31 no es una lista de requisitos y cargas para una mujer, es una inspiración divina para que cada hija de Dios llegue a ser la mujer virtuosa que agrada y teme a su Creador, respetando y respaldando al esposo, y así juntos sean mejores padres y mejores seres humanos; la mujer que conoce y teme a Dios, goza de principios, carácter noble, fortaleza, capacidad y confiabilidad para su esposo y su familia; dos seres humano con defectos, pero redimidos y unidos para honrar a su Salvador dando lo mejor de sí mismos; a causa de su fe, ambos buscan ayuda en Dios y se esfuerzan por ser gente íntegra, honestos, fieles y valientes en la formación y educación de sus hijos. El que halla una buena esposa, halla el bien, porque ha alcanzado el favor de Dios. Proverbios 28:22.

 

La mujer también viene a ser como una hermana para el esposo, y ¿Cómo trata un buen hermano a su hermana? Tal como lo describe Cantares; y si al hombre se le llama señor, a la mujer se le denomina señora, es un ejercicio de señorío mutuo en familia, por lo tanto, ninguno de los dos se enseñoreará del otro, pues se pertenecen uno al otro y caminan juntos; así que en términos justos de igualdad y justicia, hombre y mujer son semejantes y humanos, con diferencias propias del género: nosotras delicadas, femeninas, bellas y con mucho corazón, ellos: fuertes, masculinos, fornidos y más mentales.  Baja conmigo del Líbano, esposa mía; desciende de las alturas, esposa mía…Me robaste el corazón, hermana mía, amada mía, me cautivaste con una sola mirada de tus ojos, con un solo hilo de tu collar.  Cantares 4:8-9.

 

Tanto Cantares en el AT, como Pablo en el NT, comparan el matrimonio con Cristo y su esposa, la iglesia, su nación santa y pueblo de real sacerdocio donde a los esposos los une el amor eterno y el respeto recíproco; así como la nación de YHWH es importante para Cristo, la esposa lo debe ser para el esposo, ella edifica su casa gozosa porque se siente amada y protegida, permaneciendo la mayor parte del tiempo en su hogar, educando, enseñando y corrigiendo a los hijos con más frecuencia que el padre; ella es la que está al tanto de lo que sucede en casa, luchando por conservar el bienestar de su familia con cálida entrega, devoción y siendo hacendosa, porque ella es la que emotiva y estimula a su familia con su bondadosa entrega y espiritualidad por naturaleza. ¿Quién puede encontrar una mujer preciosa? Porque tal mujer es más valiosa que las piedras preciosas. Su esposo confía en ella desde lo profundo de su corazón, y ella prueba ser una gran ganancia para él. Proverbios 31:10-11.

 

Si Dios, y su palabra, hubieran querido menospreciar a la mujer, entonces no estaría Proverbios 31, ni se mencionarían tantas mujeres valientes en la historia sagrada, las cuales fueron notables en la Biblia que nos menciona un poco más de treinta y tres mujeres que hicieron parte de la genealogía del Hijo de Dios, y que te invito a conocer en sus características de honor y valentía de este Blog y en este link,  https://conpasosfirmesendios.blogspot.com/2017/04/mujer-sigue-el-ejemplo.html?m=1 el punto y la raiaz de hacer ver a Dios y la Biblia erróneamente como si fueran machistas que discriminan a la mujer,  es a causa del enemigo y el pecado en el huerto del Edén, asunto que se aclaró y se dejó arreglado y establecido con la Primera Venida a la tierra de nuestro SEÑOR y salvador Jesucristo, en Él la mujer ha sido redimida, dignificada y tenida en cuenta por Dios hecho Hombre, Él le devolvió el lugar que le corresponde a la mujer desde el principio de la creación, en igualdad con el varón; por tanto, al hombre y la mujer Dios les dijo después de haber caido en pecado: Con dolor darás a luz en tu preñez, tu deseo será para tu marido y él se enseñoreará de ti; al hombre dijo: Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado, pues polvo eres. Génesis 3:19

 

Pero para Dios, tanto el hombre como la mujer son un tesoro y su obra maestra, la mujer goza de derechos y deberes como el hombre, lo vemos en la repartición equitativa de herencia en igualdad de condiciones para poseer un terreno como los hombres: Cuando alguno muere sin hijos, traspasará su herencia a su hija, si no tiene hija…Números 27:8-11; para Dios la mujer es valiosa y delicada como una flor o una fina porcelana, lo vemos con nuestro Salvador Jesucristo rodeado de mujeres buscándolo, honrándolo y sirviéndole y a Él oyéndolas, atendiéndolas, perdonándolas, liberándolas, sanándolas y salvándolas,  Miriam de Magdala, Juana, Susana, muchas mujeres colaboradoras y aún ellas contribuían en el ministerio de Jesús, Lucas 2:36-38;7:36-50; 8:1-38:40-5010:38-4218:1-821:1-4; 23:55-5624:1-10;  Marcos 12:41-44.


SÍ, la mujer es valiosa porque ella también salió de Dios y fue su voluntad crearla, es ella quien recibe la semilla y trae a luz los hijos que alegran al varón y su casa, ella es multiplicadora sobre la tierra en cooperacion con el varón; la mujer sabia y virtuosa trabaja en y desde su hogar, es la última que se acuesta y la primera que se levanta, da de comer a sus familia y alista las tareas del día siguiente; ella busca a Dios en oración, ama tener a Cristo en el centro de su hogar y lee la Escritura para enseñar el temor de Dios a su familia, ella conoce a su Creador y sabe qué le agrada y qué le desagrada, ella busca sabiduría para mantener firme su matrimonio, mientras el hombre es llamado y encargado por Dios para trabajar y traer el sustento a su familia. El marido debe amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su mujer, así mismo se ama. Porque nadie aborrece jamás su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la Iglesia. Efesios 5:28-29.

 

La mujer sabia es la que edifica su casa, edificar en hebreo es Banah, significa construir poniendo cimientos sólidos, es labrar, levantar, ser maestro que enseña y da ejemplo; es la que edifica porque hace prosperar y ensanchar su casa; ella se ocupa de reparar y restablecer el corazón de sus hijos y de su esposo cuando han sido heridos; asi lo hicieron las esposas de los patriarcas, y las mujeres de la historia biblica; de la mujer brota la vida, ella construye con sus propias manos, y lo hace con pasión, vocación, sagacidad, habilidad entrega y sensatez, porque es una persona aterrizada, madura, de buen juicio y alegre en su espiritualidad con Dios para orientar y conducir no solamente su hogar, sino la familia y la sociedad; por lo tanto, es la mujer con su fe o con su incredulidad que construye o derriba la casa, y como dice el dicho popular: al lado de un gran hombre, hay una gran mujer. La casa y las riquezas son herencia de los padres; pero la mujer prudente es un regalo de YHWH. Proverbios 19:14.

 

Lastimosamente la mujer de hoy, ha abandonado sus roles de hogar, para salir a trabajar como los hombres, pero con salarios inferiores, razón por la cual, la familia, el eje de toda sana sociedad se está viendo amenazada, porque las obligaciones de los padres se han delegado a los familiares, y extraños que nada tienen que ver con su casa, pero ambos, hombre y mujer, son los encargados de llevar a cabo la conservación de las familias, la crianza y educación de los hijos para lo cual fueron llamados y asignados por Dios a favor de sociedades sólidas y sanas que impacten el mundo con lo mejor de Dios y las virtudes de cada cónyuge. Hijo mío bebe el agua de tu propia cisterna, y los raudales de tu propio pozo…Sea bendito tu manantial y alégrate con la mujer de tu juventud. Como cierva y graciosa gacela, sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre. Proverbios 5:15-19.

 

Edificar un hogar requiere la acción conjunta, entre el hombre y la mujer, cada uno colocando lo suyo, ejerciendo sus roles y obligaciones de la mano del Arquitecto divino y con Él a la cabeza; la mujer sabia que edifica su casa no permite el maltrato ni la violencia en su hogar, ella sabe que la paz en el hogar es de vital importancia moral, sicológica y espiritual para todos; el espíritu que ella conserve, será el espíritu que transmita a su esposo y a sus hijos, ahí está el secreto de edificar un hogar y educar a los hijos; ella edifica porque mantiene el orden y el aseo en su casa, y organiza las labores del hogar para que todos trabajen y colaboren, si hay problemas corre a Dios y ora para que Él transforme la atmósfera de su casa, el corazón del esposo y sus hijos y se esfuerza en dar buen ejemplo a su prole; esta mujer sabia no permite la soberbia ni la rebeldía en su hogar porque tiene autoridad, sabe poner límites y tiene autonomía para planear y programar la vida diaria de su familia; por lo tanto, la esposa es una bendición de Dios para el hombre. Los encantos son una mentira, la belleza no es más que una ilusión, pero la mujer que honra a Dios es digna de alabanza. Proverbios 31:30.

 

La mujer edifica su casa con la seguridad de su entrega como señora de la casa, y la Escritura misna llama señora a mujer en la vida de los patriarcas, porque desde el principio el Eterno estableció estatutos y mandamientos para que el pueblo se condujera en orden, obediencia, cooperación y disciplina de la práctica cotidiana en la vida familiar, esa es la forma de hacer Dios diferente a su pueblo de otros pueblos; cuando la Escritura nos da referencias de la mujer, vemos que aún el SEÑOR respaldó a Sara frente a Abraham con respecto a Agar, es por eso que la mujer también es consejera para el hombre. Y YHWH dijo a Abraham: no te preocupes por el muchacho ni por tu esclava; presta atención y haz todo lo que te diga Sara tu mujer, porque en Isaac será tu descendencia. Génesis 21:12.

 

Nunca ha sido Dios el autor del menosprecio y menoscabo de la mujer, toda mala interpretación ha sido cuestión de hombres, culturas y reglas religiosas, no de la fe ni la verdad biblica, la cuestión de que la mujer edifica la casa, aunque se remonte a tiempos muy antiguos, continua vigente hasta hoy, la vida de las tribus era nómada, los hombres iban a la guerra mientras la mujer permanecía en el hogar, hoy debe ser igual, el hombre sale a trabajar y la mujer se hace cargo de su casa y labora desde su casa porque tanto el hombre como la mujer tienen habilidades, inteligencia, dones y son fructiferos en las manos de Dios, es por eso que se resaltan muchas mujeres bíblicas con características propias de cada una; las mujeres resultaron importantes y necesarias para los hombres en momentos cruciales, y eso no ha cambiado para Dios ni en la Escritura; así que tanto hombres como mujeres tenemos responsabilidades y bendiciones iguales. Creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios creó el hombre y la mujer. Génesis 1:26 y 28-30.

 

La mujer sabia que edifica su casa no permite los abusos, los gritos del marido ni el irrespeto ni desobediencia de los hijos, por eso los lleva primero en oración a Dios y da tiempo al cambio, pero si no lo hay, lleva al hombre ante las autoridades y a los hijos les aplica los correctivos necesarios, por su bien y el de su familia, ella es consciente que su hogar es de Cristo, y por lo tanto su casa no es un ring de boxeo, sino centro de amor, unión y respaldo mutuo; esta mujer sabia que edifica su casa saca la raíz del pecado y el maltrato en su higar para conservar la armonía de la paz y la convivencia, proporcionando tranquilidad a su alma, pues es ella la que gobierna el campo doméstico de su familia. Así que hombres, escuchen lo que les dice el SEÑOR: Goza de la vida con la mujer amada cada instante de esta vida sin sentido que hay en el mundo; La esposa que Dios te da es tu recompensa por todo tu esfuerzo terrenal. Eclesiastés 9:9.

 

Dichoso todo aquel que teme a YHWH y anda en sus caminos; cuando coma pan como fruto de su trabajo, le irá bien; su mujer será como una vid que lleva fruto a los lados de su casa, sus hijos como plantas de olivo alrededor de su mesa. Salmos 128:1-3.

 

Mejor son dos que uno, porque tienen mejor paga de su trabajo. Si cae uno, el otro levanta a su compañero¸ pero ¡Ay del que está solo¡ que cuando caiga, no habrá segundo que lo levante. También si dos duermen juntos, se calentarán mutuamente; pero ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno viene a atacar al otro, los dos resistirán mejor; pues cordón de tres dobleces no se rompe tan fácil. Eclesiastés 4:9-12.

 

Mg. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.



¡Hombre y Mujer están para cuidarse uno al otro!