DINAMITA ESPIRITUAL IMPACTANDO VIDAS DESDE EL CORAZÓN DE DIOS CON EL PODER DE SU PALABRA. BLOG LEÍDO EN 132 PAÍSES. Dios está obrando de manera poderosa por este medio. DEJA TU COMENTARIO si te edificó la enseñanza, Inscríbete y comparte este Blog. Serás parte de la Gran Comisión
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29 sept 2015
EL ESPÍRITU SANTO NUESTRO MEJOR AMIGO, BÚSCALO.
LO QUE DICES DETERMINA TU VIDA
Sean gratos
los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón, delante de Ti, oh SEÑOR,
Roca mía y Redentor mío. Salmos 19:14.
Yo mismo me
dije: atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua. Guardaré mi boca con
freno, en tanto que el impío esté delante de mi. Salmos 39:1.
YHWH, Dios
mío, pon guarda a mi boca, y guarda las puertas de mis labios. Salmos 141:3.
La palabra de Dios está llena de palabras que debemos leer, reeler, recordar y meditar, para proteger nuestra mente y nuestro corazón en la manera de hablar y estar atentos a lo que dicen nuestros labios, esas palabras de vida que el Eterno ha dejado en la Biblia son un fuerte muro para guardar nuestra vida y nuestro destino si nosotros las confesemos para vencer la maldición y desatar bendición, conscientes de que el rostro de Dios está sobre nosotros para respaldarnos. Porque los labios del justo saben hablar lo que agrada a Dios; pero la boca de los impíos habla perversidades. Proverbios 10:32.
Siendo seres sensibles y emotivos en la carne, en muchos de nuestros
momentos no prestamos atención de los que decimos y expresamos, las palabras,
que no solo se dicen en un momento, sino que se repiten a manera de queja cuando
nos enojamos, nos disgustamos o algo nos contradice, se conviertan en un techo
y una atmósfera que se mueve en los aires de nuestra casa; nuestra forma de
hablar tiene un gran efecto positivo o negativo en la capacidad para lograr el
éxito y disfrutar de una vida alegre y serena; las palabras son un asunto en el
que la gran mayoría no es consciente de lo que expresa, y ni siquiera se
detienen a pensar que palabras van de decir, porque ya están habituados a
lanzarlas en sus momentos de apasionamiento febril. Pero el que guarda
su boca y su lengua, su alma guardará de la angustia. Proverbios21:23.
Con relación a las palabras los expertos han hecho estudios donde descubrieron
que el uso repetitivo de las palabras negativas, terminan alterando los niveles
hormonales y neuronales del cerebro; las palabras mal dichas, las negativas, de
reproche y maldición liberan cortisol que es la hormona del estrés. Estos
cambios negativos en la química del cerebro afectan inmediatamente nuestra
lógica y razonamiento, y nos resulta imposible comunicarnos o procesar
información adecuadamente; por esta razón, si nos encontramos alterados
emocional y psicológicamente, no debiéramos decir nada, mejor guardar silencio,
salir y tomar un poco de aire fresco para sosegarnos; Jesús dijo: Lo que sale
de la boca, del corazón sale, y esto contamina al hombre. Porque es del corazón
que salen los malos pensamientos. Los homicidios, los adulterios, las
fornicaciones y los hurtos; los falsos testimonios y las blasfemias. Estas cosas
son las que contaminan al hombre. Mateo 15:18-20.
Habituarse a soltar palabras negativas y guardar el enojo a largo plazo
podrían llegar a afectar seriamente las estructuras esenciales del cerebro,
vinculadas con la memoria y el control emocional; el problema de hablar
palabras negativas, que son necias según la Biblia, activan inmediatamente la amígdala,
la cual es el centro de nuestras emociones, asociando las palabras negativas a
experiencia traumáticas del pasado, y trasmitiendo así un mensaje de alerta al
cerebro; por eso se requiere que hagamos un cambio importante en la
transformación de nuestra manera de hablar y decir las cosas, para que también
nuestra vida alcance refrigerio y paz en Dios. Ninguna palabra
corrompida salga de su boca, sino la que sea buena y necesario para la
edificación del que habla y los oyentes. Si hablan mal, entristecerán al
Espíritu Santo de Dios. Efesios 4:29-30.
Dios siempre ha hablado palabras de poder creativo y bendición, lo vemos en
toda la Escritura, allí encontramos multitud no solo de palabras, sino de
frases y textos completos repletos de fe y esperanza para que hablemos
positivamente, y este lenguaje del reino es el que debemos escoger para dejar atrás
las palabras negativas de crítica, queja, reclamo y toda esa serie de vocablos que
roban bendición, y lo único que provocan son enfermedad, disensiones, odios y
venganzas que Dios aborrece, pues toda mala palabra es una forma de pecado que provoca
muerte espiritual y nos impide ser bendecidos y prósperos como Dios lo ha
planeado. Pero ahora, dejen también ustedes estas cosas: ira,
enojo, malicia, blasfemia, para que no salgan palabras deshonestas de su boca.
Colosenses 3:8.
Somos un pueblo valiente y esforzado, disciplinémonos para ampliar nuestro vocabulario
según el lenguaje del reino y no del mundo, el cual posee una multitud de
palabras de fe, poder y esperanza, en la construcción correcta de la vida al hablar y expresarnos para darle gloria a Dios
y al mismo tiempo provocar nuestra buena salud en activación neural en cadena
que nos provoca el actuar correctamente y conforme a la voluntad y propósito del
Creador; hemos sido creados con poder volitivo para decidir lo mejor en
beneficios de todos, eligiendo las mejores palabras y verbos precisos de
alabanza que reactiven el correcto funcionamiento y den fuerza natural a
nuestro organismo desde el cerebro hasta la planta de los pies, sanidad que Cristo
ya hizo en la cruz del Calvario, pero que nosotros no desarrollamos por necia,
y malas posturas al hablar y expresarnos. Sean siempre sus
palabras con gracia, sazonas con sal, para que sepa cada uno cómo responder en
cada caso. Colosenses 4:6.
Debemos conocer y comprender el gran alcance de nuestras palabras que excitan
o inhiben el funcionamiento sináptico del cerebro cuando nos alteramos y lanzamos
palabras negativas que disparan las neuronas motoras de la corteza cerebral,
provocando una caída de efecto dominó en nuestra salud y estado de ánimo; las
palabras apropiadas y dichas con los vocablos inadecuados, y con emociones alteradas,
harán excitar, saltar, activar y atacar
varias zonas del cerebro; si es un grito, inhibirán e intimidan, pero si es un “bravo,
eres genial,” la neurona gaba o neurona de la calma, se activará adecuadamente poniendo
un freno de calma y relajación en nuestra actividad cerebral y nerviosa,
contrarrestando los transmisores excitatorios e inhibidores, ayudándonos a mantener
el equilibrio nervioso, sensitivo y emocional. Así que ofrezcamos
siempre a Dios, por medio de SEÑOR Jesucristo, sacrificios de alabanza, es
decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Hebreos 13:15.
Por lo anterior, es apremiante que prestemos atención a nuestro estado de
ánimo, y las palabras que usamos a cada instante con las personas que nos
relacionamos a diario, especialmente, con las que tenemos mayor contenido
emocional, con ellas, debemos usar palabras de alabanza, reconocimiento y
bendición para que repercutan saludablemente en nuestro cerebro, y dejemos
huellas de amor, comprensión y misericordia en todas las personas; examinémonos
a la luz de la palabra, y asegurémonos de hablar como Jesús lo haría en nuestro
lugar, y así romper obstáculos de enemistad, distanciamiento y división,
empezando por nuestra familia; también fijémonos cómo hablamos y nos expresas
de nosotros mismos, que podríamos ser nuestro propio enemigo y obstáculo al progreso,
porque muchas palabras dichas se hacen profecías negativas en nuestra contra. Porque el
que ama la vida, y desea ver días buenos, refrena su lengua del mal, y sus
labios no hablan engaño. 1 Pedro 3:10.
Dejemos de decirnos a nosotros mismos que no podemos hacer algo, si dice la
palabra de Dios que todo lo podemos en Cristo, así es; las personas con sobre
peso que se dicen, no puedo lograrlo y se dicen palabras desmotivadoras y sin
fe, deben parar de decirse para dejar de ser infelices; alegrémonos de la vida diciendo
palabras de proyección y demos pasos de fe y confianza en Dios y en sí mismos; si
nos proponemos a cambiar nuestra jerga por vocabulario bueno y seleccionado, de
seguro veremos el cambio en la atmósfera y en nosotros mismos, oremos y Dios
vendrá en nuestro auxilio. Crean que ya han recibido todo lo que están pidiendo en
oración, y lo obtendrán. Marcos 11:24.
Somos hijos de Dios, somos gente que avanza, lo lograremos contando con la
ayuda de Dios y nuestro esfuerzo en el trabajo de equipo, nosotros hacemos lo
humanamente posible, Dios hará lo imposible mientras los adoramos y oramos a Él
poniendo nuestras peticiones delante de Él. YHWH, has examinado
mi corazón y todo lo conoces de mí. Tú sabes cuándo me acuesto y cuándo me
levanto, Tú conoces cada uno de mis pensamientos; Tú SEÑOR trazas la senda
delante de mí y me dices dónde debo descansar. Cada momento sabes dónde estoy;
me ves cuando viajo y cuando descanso en casa; aún antes de que pronuncie las
palabras con mi boca, he aquí, oh YHWH, Tú ya la sabes toda. Samos 139:2-4.
Las palabras que decimos también deben generar expectativas de vida y
planeación con proyectos realistas que se puedan concluir, sin echarnos la
culpa a nosotros mismos ni a otros si no se dan como queremos, porque todo es
como Dios quiere y en el tiempo del SEÑOR para nuestro bien; dispongámonos para
echarnos en el regazo de Dios y todos nuestros asuntos en sus manos; vivimos el
hoy, pero proyectémonos para el mañana. Además como pueblo snto de Dios estamos llamados a bendecir, hablar lo que no es como si ya fuera y andar por fe, sin que nuestros estados de ánimo, persnas o circunstancia nos desubiuen de nuestro lugar de conquistadores en Cristo. Porque por fe andamos, no or vista. Y el Dios de eperanza nos llen de todo gozo y paz en el creer, para que abunde en nosotros la esperanza por el poder del Espíritu Santo.; 2 Corintios 5:7 y Romanos 15:13. Amén.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y sevidora de su reino.
SABIDURIA PARA VIVIR
El principio de la sabiduría es el temor a Dios; buen juicio demuestra los
que cumplen sus preceptos. ¡Su alabanza permanece para siempre! Salmos 111:10.
Porque el
SEÑOR nuestro Dios da la sabiduría; el conocimiento y la ciencia brotan de sus
labios. Proverbios 2:6.
Dichoso el
que halla la sabiduría, el que adquiere inteligencia. Porque son de más
provecho que la plata, y rinden más que las ganancias en oro. La sabiduría es
más valiosa que las piedras preciosas; ni lo más deseable se puede comparar con
ella. Proverbios 3:1-15.
Los errores y equivocaciones que cometemos en la vida, y aun si nos desviarnos
de los propósitos de Dios, no significa que Él cambie o deje de lado lo que ya
planificó para cada uno de nosotros desde la eternidad; Dios quiere que de cada experiencia aprendamos a vivir con sabiduría, para que su plan y propósito con el cual nos
dio vida y nos trajo a ezta tierra, se hagan realidad, patente y tangible, para ello debemos tener en
cuenta algunos aspectos y detalles significativos para que evitarnos algunas
tristezas, y no haya depresión ni frustración en nosotros, sino que disfrutemos
el regalo de la vida al máximo, andando por el camino mejor. Los sabios
son dignos de honra, pero los necios merecen deshonra. Proverbios 3:35.
No podemos pasar por esta tierra como si nuestra vida fuera un experimento,
ni tampoco debiéramos partir de este mundo vacíos, hastiados y decepcionados de
todo los que hemos pasado, viendo como si toda nuestra existencia hubiera sido
inútil; algunos parten así porque no conocieron a Dios y por lo tanto, ignoraron el amor y los propósitos de Dios para la vida de ellos, por eso muchos se ven imposibilitados de hacer
lo que debieran, como no lo saben, fracasan; otros viven la vida de manera
equivocada, a su manera, porque aunque conocen a Dios, no se consideran merecedores
de sus bendiciones. No abandones nunca la sabiduría, y ella te protegerá;
ámala y ella te cuidará. Proverbios 4:6.
Para saber vivir la vida y afrontar toda circunstancia, todos sin excepción, como personas que razonan, requerimos de conocimiento en la información, sabiduría y entendimiento que son comprensión de la información que recibimos, y sin estos aspectos básicos, la gran mayoría de la gente se pierde de grandes beneficios y privilegios que Dios pone en el camino, porque no solo ignoran a Dios sino que tampoco les interesa informarse para entender y comprender su entorno, por lo tanto, no entienden mucho de lo que les pasa, pues sin estos ingredientes, no hay la facultad de razonar sabiamente ante los múltiples conflictos que el mundo plantea; es necesario comprender desde el conocimiento, todo lo que vemos, oímos y vivimos, para entender y actuar. SEÑOR, enséñanos de tal manera a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría, Salmos 90:12.
La sabiduría es la aplicación de la información y el conocimiento bien comprendido; la sabiduría es una virtud y un don dado por Dios para el camina con Dios, algo muy importante y necesario para que crezcamos y aprendamos a manejarnos madura y seriamente en los sucesos diarios, así como también saber administrar bien lo que tenemos y lo que somos; necesitamos ser sabios para estar en este mundo y permanecer firmes en los planes e intereses de Dios durante nuestro paso por esta tierra. ¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con humildad que le da su sabiduría. Santiago 3:13.
Ser sabios requiere ser disciplinados, personas de mente abierta, y despierta, hijos de Dios humildes y dispuestos a dejarse guiar y enseñar por el Espíritu, en todo lo que Él pone delante de nosotros; disciplina y obediencia nos permite no solo comprender aspectos vitales e importantes para la vida, sino que nos trae bendición, especialmente, en lo que se refiere a la vida espiritual, para reflejarlo en lo natural, y para que así haya un disfrute pleno de la vida con Cristo. No seas sabio en tu propio parecer; mejor teme a Dios y huye del mal. Esto producirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser. Proverbios 3:7-8.
Necesitamos conocer a Dios para saber Él cómo piensa, y leyendo su palabra es que entenderemos lo que debemos hacer en un momento determinado; porque lo quieran
o no reconocer muchos ignorantes de Dios y su palabra, nuestra forma de responder ante las circunstancias de la vida es el resulta de conocer y entender la palabra, lo cual tiene efectos positivos; el
hombre natural ante las circunstancias adversas de la vida y la crueldad del
mundo reacciona con temor, no razona, crítica, se queja o se paraliza y se
encierra, pero la persona sabia, hace un alto, reflexiona, busca consejo, ora y
actúa inteligentemente, con base en la palabra, para no dejarse desequilibrar por los sucesos del
mundo; la sabiduría es la base fundamental
para mantenernos sanos y fuertes en este mundo; el sabio echa mano a las herramientas,
recursos y habilidades dados por Dios, para afrontar cualquier situación por difícil que sea, él sabe que cuenta con la ayuda
de Dios y permanece inamovible a su fe. El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se
junta, saldrá mal parado. Proverbios 13:20
La sabiduría es columna vertebral de nuestra vida, es el cerebro de nuestro correcto andar y la fuente inagotable del comportamiento coherente a la fe; la sabiduría jamás despierta envidia, por eso el sabio se detiene y reflexiona, pero el ignorante se afirma en su error; necesitamos ser sabios en estos tiempos, porque tener sabiduría es luchar contra la injusticia, el miedo y la ignorancia; una persona sabia es consciente que nunca terminamos de aprender a resolver conflictos, por eso el sabio enseña con acciones, no con palabrerías; una persona sabía puede cambiar de opinión, el necio no, porque el sabio obra en pro de mantener el balance emocional y psicológico desde la espiritualidad en Dios. Las palabras del sabio son placenteras, pero los labios del necio son su ruina. Proverbios 17:28.
La clase de vida que tenemos ahora, es el resultado de la sabiduría que hemos tenido, o que nos ha faltado, lo que hablamos y la manera en que afrontamos los problemas y las dificultades marca el horizonte; para no vivir derrotados, frustrados, ni sentirnos incompletos, experimentando la sensación de seres miserables, tenemos que ser diligentes, en la adquisición de la sabiduría que emana de Dios; porque en lo que decimos y obramos revelamos lo que tenemos dentro, el cómo está nuestra alma en la calidad de nuestros carácter: con necedad de palabras y actitudes no sólo nos afectamos a nosotros mismos, sino que también se afecta a otros y el entorno. Los labios de los sabios esparcen conocimiento; pero el corazón de los necios, ni piensa en ello. Proverbios 15:7.
Hay personas que han perdido cosas valiosas, y aun han destruido su vida
por falta de sabiduría e inteligencia, han arruinado su salud, han dañado seres
queridos y perdido amigos por falta de sabiduría y entendimiento; y aunque algunos
vivan más años, no significa que tengan sabiduría, pues la sabiduría no depende
de la edad ni de la experiencia, es la misericordia de Dios que se vale de las
circunstancias para encaminarnos por el buen camino, a fín de que seamos sabiós y salvos hasta el final. Ser sabios es hablar sobre la base de la verdad y los hechos reales y concretos, no hablando mal de nadie ni reaccionando equivocadamente, sino razonables y correctos; sabiduría es orar para que disminuya la maldad, la pobreza económica y espiritual que
afecta a las familias y naciones. Pido que el Dios de nuestro SEÑOR
Jesucristo, el Padre glorioso, nos dé el Espíritu de la sabiduría y de
revelación, para que conozcamos lo mejor. Efesios 1:17.
La sabiduría que viene de Dios no opera en la mente, sino en el corazón, el conocimiento lo almacenamos en el cerebro, pero en el intelecto, está el entendimiento que se almacena en el alma; con estos tres aspectos aprendemos a conducirnos
prudente y sabiamente, también es sabio aprovechar bien el tiempo, armonizando felizmente con lo que se hace, se piensa, se dice, se es y se sabe, para alcanzar las bendiciones y el favor de Dios en Cristo. La sabiduría nos librará del camino de
los malvados y de los que profieren palabras perversas. Proverbios 2:12.
A la sabiduría se le une el discernimiento que logra distinguir
entre lo conveniente y lo inconveniente, por eso, por sobre todas las cosas
debemos adquirir sabiduría que no nos llega de manera natural ni espontánea,
hay que buscarla en nuestra comunión Dios y el estudio de su palabra, cada uno considerando la importancia y valor
de su vida, por eso el reino de Dios requiere de gente consagrada y sabia; nuestra responsabilidad es adquirir
sabiduría diariamente a través del Espíritu Santo, Él es el dador del don y del
fruto de la sabiduría que nos hace sabios según Dios, empapándonos de las aguas vivas de la palabra, llenándonos así de conocimiento y entendimiento por el Espíritu. Si a alguno de ustedes les falta
sabiduría, pídasela a Dios, y Él se la dará, pues Dios da a todos generosamente
sin menospreciar a nadie. Santiago 1:5.
Adquirir sabiduría es un mandato divino, por lo tanto, es nuestra obligación buscarla, la cual se adquiere en la medida que pones en práctica el conocimiento; pero hay
que tener claridad en que hay sabiduría terrenal, animal, humana y divina; y
para sabir vivir en esta tierra, debemos usar tanto la sabiduría divina como la
sabiduría humana, con ellas vencemos inteligentemente las circunstancia contrarias,
entendiendo lo pertinente y cumpliendo la palabra de Dios, atentos a lo que somos, cómo respondemos al mundo y qué expresamos a cada instante. ¿Qué es lo que
decimos constantemente de nuestra patria, del gobierno, la situación del mundo,
la familia, el cónyuge, los hijos, la empresa, el empleo, los negocios, la
profesión o el oficio que realizamos? La ley del SEÑOR es perfecta; infunde aliento. El mandamiento
del SEÑOR es digno de confianza, porque da sabiduría al sencillo. Salmos 19:7.
Los dos elementos fundamentales para tener una buena vida humana, son la inteligencia y la
sabiduría, y aunque cada uno nace con un índice de CI, o coeficiente de inteligencia, tenemos que esforzarnos por usar el cerebro, razonando y analizando las circunstancias, en búsqueda de opciones y salidas;
es decir, en la medida que usamos la mente, así creceremos en
inteligencia; cuando la Biblia nos exhorta a adquirir sabiduría, está
diciendo que seamos personas sensatas y prudentes, para que la inteligencia no
se vuelva astucia mal sana; razón por la cual la Biblia llama a unos sabios y a
otros necios, astutos con malas intenciones, que con el tiempo se destruirán a sí mismos, por su manera de actuar y hablar, acercándo o alejando la bendición. Así que tengan
cuidado en su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios,
aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos.
Efesios 5:15-16.
Ser sabios hace referencia a que el conocimiento que tenemos, lo
alineamos a lo que Dios enseña establece y ordena en su palabra, porque lo ponemos por obra, pues no somos autómatas para reaccionar por impulsos, o por causa y efecto; somos
responsables de crear vida, somos respinsables de loque pensamos y lo que vivimos en carne y hueso, recordando que somos espirituales y no carnales, pertenecemos al reino de Dios, y así como nuestro Dios es Padre de
vida abundante y de Él emana toda la inteligencia y el poder para bien, también
de sus hijos debe salir sabiduría para bendición, y no necedad para maldición. Puedes ponerte a la sombra de la
sabiduría o a a sombra de dinero, pero la sabiduría tiene la ventaja de dar
vida a quien la posee. Eclesiastés 7:12.
La sabiduría que viene de arriba, nos lleva a obrar con rectitud y
justicia, dentro de un balance y un equilibrio conductual en los propósitos de la voluntad y los
intereses de Dios; con disciplina aprendemos a ser sabios en este mundo que tanto necesita a Dios; no es de sabios maldecir la nación donde
Dios nos ha colocado, ni renegar por la familia que nos ha tocado, cambiemos de mentalidad, seamos agradecidos en todo, oremos para Dios cambie lo que no
está bien, eso es sabiduría; entreguemos todo en manos de Dios y démosle gloria siempre a Él,
eso ser sabios. Compórtense sabiamente con los que no conocen a Cristo; aprovechen cada
oportunidad, para que su conversación sea amena y de buen gusto. Con sabiduría
sabrán cómo responder a cada uno. Colosenses 4:5-6.
La sabiduría es tan valiosa que supera al oro, y la inteligencia a la
plata, pero mucha gente falta de entendimiento, vive en función del dinero, y
aunque el dinero ni las riquezas son malos, el problema está cuando el dinero
se codicia desmedidamente y se convierte en la más alta prioridad, y la
Biblia nos presenta dos opciones: adquirir dinero, o adquirir sabiduría, y la
respuesta es obvia, hay que adquirir sabiduría porque con ella obtendremos el
oro, y la sabiduría nos capacita para que no tengamos falta de ningún bien. Y aunque haya malos tiempos y
fracasos si somos sabios, estaremos cinfiados y no tomaremos malas decisiones; las situaciones que se
salen de nuestras manos las ponemos en manos de Dios y Él nos ayudará a solucionarlas. Que nadie se engañe.
Si alguno de ustedes se cree sabio, según las normas del mundo, hágase ignorante
para así llegar ser sabio. 1 Corintios 3:18.
No seamos necios porque la sabiduría no conviene a lo necios, pues los
echará a perder y se apartarán del bien con astucia, así que seamos
sabios con todo lo que tiene que ver con nuestra vida en Cristo y respecto al destino final;
la sabiduría nos da la oportunidad de ser diferentes al común
del mundo, pero si alguien carece de sabiduría, conocimiento e inteligencia, tendrá
limitaciones y vivirá en desventaja a
causa de las ataduras que hay en el corazón de un necio, y la ignorancia
esclaviza, pero la sabiduría produce libertad; no se trata de vivir por vivir,
se trata de ser sabios para vivir mucho mejor. La sabiduría es árbol de vida para quienes la
abrazan; ¡dichosos los que la retienen! Porque con sabiduría afirmó el SEÑOR la
tierra, y con inteligencia estableció los cielos. Proverbios 3:18-19.
Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.