Seguidores. Indica que te gusta

14 sept 2015

HUMILDAD QUE TRAJO SALVACIÓN Y VIDA.

LA HUMILDAD ESTÁ REPRESENTADA EN EL SEÑOR JESUCRISTO PARA NUESTRO EJEMPLO.

 

Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable, de bondad, humildad, amabilidad y paciencia. Colosenses 3:12.

 

Por el encargo que Dios en su bondad nos ha dado, digo a todos ustedes que ninguno piense de sí mismo como si fuera más que los demás, más. Sino que cada uno piense de sí mismo con moderación, según los dones y la fe que Dios ha dado a cada uno. Romanos 12:3.

 

No se interesen tanto por la belleza externa, sino por la interna, la del Espíritu, la belleza de un corazón incorruptible con un espíritu suave, humilde y amable; esa belleza vale mucho más delante de Dios. 1 Pedro 3:3-4.

 

Bíblicamente, si observamos el texto bíblico desde Génesis hasta Apocalipsis, nos damos cuenta que la humildad son más que obras y presencia humana, bíblicamente humildad es tener un carácter santo e íntegro como el de nuestro SEÑOR Jesucristo; es decir, y según lo que he podido aprender directamente del SEÑOR y de la Escritura, la humildad nace del corazón y se vive espiritualmente como resultado de nuestra comunión con el Espíritu Santo, la amistad con Jesucristo y el navegar en las aguas de la palabra, para llegar a ser esa clase de personas que Dios aprueba por la sencillez del corazón, una cálida calidad humana que ama a todos sin hacer acepción de personas.

 

Un verdadero hijo de Dios redimido en Jesucristo imita a su Maestro, que sirve al necesitado que tiene cerca, a pesar de que tengamos limitaciones, debilidades y defectos; porque si somos humildes habrá disposición de corazón y pobreza de espíritu para servir con generosidad sin esperar que los demás nos devuelvan lo servido, pues consideramos a nuestro prójimo personas valiosas por haber sido creados a imagen de Dios, todos con capacidades, dones, virtudes y talentos, y que por dicha razón todos somos dignos de respeto y de tratarnos bien. Siempre humildes, pacientes, amables, afectuosos y tolerantes con todos. Efesios 4:2.

 

Solo podemos ser humildes cuando hemos nacido de nuevo porque Jesús nos da de su Espíritu y uno de los gajos del fruto del Espíritu es la humildad, así es que llegamos a vernos a nosotros mismos como dijo Jesús, pequeños así mismos, pero superiores a los demás para ser sus servidores, atendiendo sus necesidades, ayudarlos, y así ser instrumentos de adoración a Dios.  No hacemos nada por rivalidad ni competencia, ni orgullo, sino con humildad, porque consideramos a los demás mejores que nosotros mismos. Filipenses 2:3.

 

Humildad es callar nuestras virtudes y dones, esperando que otros los descubran; somos enseñables, acatamos las normas, las reglas y parámetros de vida para viir sabia y pacíficamente en comunidad; con humildad todos tenemos la oportunidad de enseñar y todos aprendemos unos de otros sin críticas ni contiendas que dividan el cuerpo de Cristo, por quienes Él dio su vida y derramo su sangre, orando y anhelando la unidad y el amor de que habla Juan 17, así que,  Humillémonos en la presencia del SEÑOR, Y Él nos exaltará a su debido tiempo. Santiago 4:10.

 

Si somos humildes, reconoceremos alegremente los logros de los demás sin envidias ni sentimientos malsanos dentro; con humildad nos gozamos con el que celebra y lloramos con el que sufre, con verdadera sinceridad y sentir del corazón, porque vemos realmente en el rostro del otro, el rostro de Dios; una persona humilde reconoce a Dios en todos sus caminos, es sabia para reconocer que no siempre tenemos la razón, porque en muchas ocasiones otros pueden tener mejores ideas, pensamientos y creatividad que nosotros. Al ser humildes continuamente nos analizamos y cuestionamos para ver si estamos actuando correctamente, oramos y pedimos a Dios que nos ayude a doblegar nuestro propio ego orgulloso para no pecar. Dios ya nos ha declarado lo que es bueno. Ya sabemos lo que Dios espera de nosotros, que practiquemos la justicia, que amemos con misericordia, y que nos humillemos ante Dios. Miqueas 6:8.

 

En pocas palabras, humildad bíblica y según el corazón de Dios es modestia en sí mismos, docilidad para aprender y ser corregidos, suavidad para tratarnos mutuamente, sencillez para presentarnos y vivir como gente inteligente. Cordura y sinceridad en el respeto mutuo, obediencia y sujeción a Dios; ser prudentes al hablar de otros o dirigirnos a los demás, permitiendo la libertad y estimulando a otros a hacer el bien, superar los baches, y estimularnos para que todos seamos pacificadores; esto he aprendido en mi caminar con Cristo y en mi lectura y estudio diario de la palabra, y Jesús dijo: Cuando des algo al necesitado, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas, en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido su recompensa. Mateo 6:8.

 

La humildad que Dios nos pide es espiritual, desde el corazón, la mente y la voluntad, propio de un alma regenerada, así que no es una conducta externa, por eso necesitamos discernir las acciones y palabras de la gente que hace obras de misericordia y se llaman así mismos filántropos, que son gente hipócrita como los fariseos, hacen obras sociales, pero su corazón está lleno de arrogancia y orgullo, razón por la cual nuestro Rey Jesús dijo que los pobres de espíritu tendrán un lugar en su reino, pero los malvados serán echados fuera, por lo tanto, todo cristiano debe ser humildes delante de Dios. Bueno y justo es el SEÑOR; por eso Él muestra a los pecadores el camino. Él dirige en justicia a los humildes, y les enseña su camino. Salmos 25:8-9.

 

El mayor ejemplo de humildad a seguir está en nuestro Salvador Jesucristo, alejado del pecado y del bullicio del mundo; aunque era Dios rico, poderoso y Dueño del universo, se bajó a nuestra estatura para encarnarse en una sencilla y santa mujer y nacer en un suka en la fiesta de los tabernáculos, entre el pueblo sencillo, pobre, necesitado y humildad, para crecer como todo ser humano, dentro de una familia y llegar a entregarse por nuestros pecados, ocupando nuestro lugar en el madero. Él siendo Dios, no escatimó ser Dios ni se aferró a su lugar de gloria, sino que se despojó así mismo y tomó la forma de siervo, para ser semejante a los hombres; así se humilló a sí mismo, y fue obediente al Padre, hasta la muerte en la cruz…Filipenses 2:6-11.

 

Humildad es reconocer que nuestros méritos vienen de Dios, porque somos totalmente incapaces para salvarnos, pero Jesús con la humildad de su vida, nos ofrece su gracia y misericordia, y a ello debemos responder con gratitud, compromiso y servicio, mostrando así la verdadera humildad, porque Él hizo un intercambio entre nuestra ineptitud y su infinito mérito salvador; Él cambio nuestro pecado por su justicia y la vida que nos ha dado, por eso vivimos en la fe del Hijo de Dios, el cual nos amó y se entregó por nosotros; ahora podemos ser humildes en Él, Porque ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí, y la vida que ahora tengo en el cuerpo, la vivo por fe en Jesucristo…Gálatas 2:20.

 

Necesitamos ser humildes para entrar al reino de Dios y ser grandes ante los ojos del Eterno, y Jesucristo es nuestro modelo a seguir; humildad es lo opuesto a ambición, vanidad, orgullo, egoísmo, auto justificación, defensa propia; rebeldía, autosuficiencia, tiranía, falsedad, etc, etc., y todo cristiano debe estar dispuesto a morir a todo esto y mucho más por amor a Cristo, obediencia al Padre y su palabra, y dependencia al Espíritu Santo; porque la verdadera humildad produce piedad, contentamiento y seguridad. Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; pero con los humildes está la sabiduría. Proverbios 11:2.

 

Todo aquel que haga lo contrario a la humildad, se estará rebelando contra Dios y despreciando su gracia, por lo cual los orgullosos y altivos serán resistidos por el SEÑOR; pero si nos humillamos a Él y servimos en todo con humildad, Él nos exaltará, recordemos también a Pablo, él es un ejemplo de humildad, servicio y sacrificio a Dios y a la gente; así que gloriémonos de llevar la cruz de Cristo para vivir en este mundo a la manera de Dios. Yo soy el más insignificante de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la iglesia del SEÑOR; pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no resultó vana; antes bien, he trabajado mucho más que todos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí. 1 Corintios 15:9.


¿Crees que eres verdaderamente humilde ante Dios y la gente? SI NO, ¿Qué harás para cambiarlo?

 

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.





ÙNICO REY QUE ENTREGÓ SU VIDA.


ÚNICO REY QUE DIO SU VIDA PARA RESCATAR UN PUEBLO PARA SÍ.

Sobre su cabeza pusieron una corona tejida de espinas. En la mano derecha le pusieron una caña; entonces se arrodillaron delante de Él y burlándose le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! Mateo 27:29.

Tomaron ramas de palmera y salieron a recibirlo y clamaban: !Hosanna! !Bendito el que viene en el nombre del SEÑOR, el Rey de Israel. Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito: No temas, hija de Sión; he aquí tu Rey viene, montado sobre un pollino de asna. Juan 12:13-15. 

Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria, por los siglos de los siglos. Amén. 1 Timoteo 1:17.

Ningún monarca, ni presidente, ni gobernante terrenal, ha entregado jamás su vida para salvar a su pueblo como lo hizo el SEÑOR Jesucristo, nuestro Rey soberano y eterno que entregó su vida por viles pecadores; el Hijo de Dios dejó su trono de gloria, Él debería ser el único Rey y gobernante sobre nuestra vida personal, familiar y naciónal. El Unigénito del Padre celestial siendo SEÑOR y Rey soberano del universo, renunció a sus privilegios divinos, descendiendo con humildad en un hogar sencillo pero santo para nacer y ser envuelto en mantas sacerdotales y acostado en un sucá, sucot o enramada, en la fiesta de las Cabañas o los tabernáculos. Nacido en la ciudad de David, Bet léjem, Casa del pan, nuestro Salvador, Adón Mashiaj. Lucas 2:11-12.  

Él tomó forma de hombre, porque su realeza y su reinado no consistían en riquezas terrenales, ni dominar ejércitos para hacer la guerra, Él no vino a poseer tronos ni coronas de este mundo para avasallar a otros con su reinado, Jesucristo es Dios de linaje celestial, con naturaleza divina y sobrenatural a favor de nuestro rescate, dejándonos ejemplo para alcanzar con Él, su reino eterno de justicia. EL SEÑOR es nuestro guía; el SEÑOR es nuestro gobernante, el SEÑOR es nuestro único Rey: solo Él nos salvará. Isaías 33:22.

Toda la Escritura se centra en Jesucristo y su plan redentor de amor como el Rey de reyes, SEÑOR de señores, único y genuino Rey Soberano con autoridad propia y poder supremo sobre todo lo creado de extremo a extremo de la tierra, en la altura y profundidad del universo, solo Jesucristo gobierna sobre toda tribu y nación; su título de majestad todo poderoso es solemne eterno y para siempre, es el único Rey que se bajó de su dignidad de realeza para dar su vida voluntariamente, con su amor Ahavá, sacrificial, eterno, incondicional, firme, indescriptible e inquebrantable, para rescatar las criaturas que Él creó en el principio, a su imagen y semejanza, pero que le fueron robadas por el mentiroso y homicida adversario. Entonces oí una gran voz en el cielo que decía: Ya llegó la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios, en la autoridad del Mesías; porque ha sido expulsado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los acusaba delante de nuestro Dios. Apocalipsis 12:10.

Su grandioso nombre se escribe con grandes mayúsculas YHWH, debido a su suprema estirpe real de excelencia y dominio en justicia; Jesucristo es Dios hecho Hombre, Él es quien sustenta y encumbra todo lo creado, el SEÑOR es el Rey de poder que nos hace poderosos en Él, al habitar en los creyentes y reinar en el corazón de los santos miembros de su cuerpo, donde Él es la Cabeza que lo ordena todo. Este Rey de gloria es Dios Creador y Salvador, el único camino y la única verdad para vida que necesita todo ser humano para ser salvos y reinar con Él eternamente, si es que perseveramos en la presencia de su santidad. 2 Timoteo 2:12. SEÑOR y Dios de nuestros antepasados, ¡Tú eres el Dios del cielo, Tú gobiernas todas las naciones!  En tus manos están la fuerza y el poder: nadie puede oponerse ni resistirse a Ti. 2 Crónicas 20:6. 

1. Él es Rey antes de venir a la tierra. Nadie le quitará el poder a Judá ni el cetro que tiene en sus manos, hasta que venga el Dueño del cetro, a quienes los pueblos le obedecerán. Génesis 49:10. Jesucristo, el Hijo de Dios es único Rey Dios, dueño del único reino eterno que da vida en entrega amorosa, porque Él es la raíz de la tribú de Judá con poder y autoridad. Isaías 11:10, su existencia y esencia son nobleza pura, Jesucristo es la máxima Alteza digno de ser adorado por todo el universo. Veo algo en el futuro, diviso algo allá muy lejos: es la estrella que sale de Jacob, el Rey que se levanta en Israel, Él le aplastará la cabeza a Moab, y someterá a todos los descendientes de Set. Números 24:17. ¡Aleluya!

Nuestro Salvador es linaje real desde antes de venir a la tierra, por eso cuando nació los sabios del oriente cruzaron miles de kilometros para venir a adorarlo y ofrecerle presentes dignos del Rey: incienso, para reconocer su divinidad, mirra para reconocer al Dios hecho Hombre para el sacrificio y oro para honrar al único Rey; Él ya venía como Rey desde la eternidad del cielo, desde el principio de los siglos Jesucristo reina sentado en su trono de gloria; nació de mujer en un sencillo pesebre, pero fue engendrado por el Espíritu de Dios como Rey de Justicia y salvación para la raza humana. Unos magos preguntaron: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle. Mateo 2:2.  

Él Rey de los siglos es el único digno de adoración desde la eternidad y por la eternidad; Él no está limitado para gobernar, como sí lo están los hombres mortales, su gobierno es para siempre porque Él entraña la vida y la justicia, la vida y la libertad en la libertad de su amor por la humanidad, Él es adorado por la corte celestial, aun los demonios se someten con solo pronunciar su poderoso nombre. Los setenta regresaron con gozo, diciendo: SEÑORA, hasta los demonios se nos sujetan en tu nombre. Lucas 10:17 Por tanto, al Rey de los siglos, al inmortal, invisible y único Dios, sean la honra y la gloria por los siglos de los siglos. 1 Timoteo 1:17.

2. No es Rey con corona física, es su suprema realeza emanada de YHWHSiendo profeta, sabía que el Padre había jurado sentar en su trono a Uno de sus descendientes. Hechos 2:30. Cristo recibió del Padre su autoridad y poder de Rey, desde el principio de los tiempos Abba le otorgó el honor de Rey soberano sentado a su diestra, concediéndolo todo dominio y potestad. Mateo 11:27, Juan 3:5, Filipenses 2:9. Su realeza se ve claramente en su sabiduría e inteligencia extraordinarias al enseñar en el Sermón del Monte y el poder para resucitar de entre los muertos, Cristo es la sustancia misma del Padre; como Hombre contaba con toda propiedad divina que gobierna con dominio, justicia y rectitud sobre todas las criaturas. Habiendo subido al cielo, está sentado a la diestra del Padre, después de haber sometido ángeles, autoridades y potestades. 1 Pedro 3:22. Porque YHWH juró con verdad a David, y no se retractará: Del fruto de tus entrañas haré sentar a Uno sobre tu trono. Salmos 132:11.

En toda la enseñanza del Sermón del monte se concluye la potente afirmación de que el divino Maestro es el Rey de reyes y SEÑOR de señores con suprema autoridad de gobierno sobre todo, una verdad afirmada por sus propios enemigos los escribas y fariseos, pues su comisión era sustentada por el Padre que lo había enviado para dar el mensaje redentor y luego sus discursos a la multitud, diciendo: En verdad, en verdad les digo: en los días de los reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será su reino dejado a otro pueblo, su reino desmenuzará y consumirá a todos los demás reinos, pero Él permanecerá para siempre…Daniel 2:44-45.

Como Rey, Jesucristo posee la raíz de toda autoridad y el poder inherentes a su dignidad, con dones superiores a la fuerza de la naturaleza, Él es superior a los hombres y los ángeles, domina sobre la creación y la enfermedad, hace temblar a los demonios y levanta a los muertos, porque venció el sepulcro; sobre todos y todo, Cristo dirige y domina con la voz tronante de su palabra. Seguí mirando en las visiones nocturnas, y he aquí con las nubes del cielo venía Uno como Hijo de Hombre, y llegó hasta el anciano de días, y lo hicieron acercar hasta Él Y le fue dado señorío, dominio eterno, gloria sobre todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvan y nunca pasará, porque su reino jamás será destruido. Daniel 7:13-14.

3. Linaje real de santidad y valentía para ofrendar su vida por los pecadores. El Padre me ama porque YO doy mi vida para volverla a tomar. Juan 10:17. Es un rasgo propio de la gloria del Rey soberano que adorna con abundante generosidad y gracia para revivir y despertar a los que estaban bajo sentencia de muerte, sacándolos de la esclavitud del pecado y del dominio del homicida engañador de este mundo. Jesucristo con su misión redentora y su victoria sobre la muerte y las potestades lo constituyen Rey de vida que gobierna para siempre desde el monte de Sión, con su trono en la Nueva Jerusalén para que sus redimidos recibamos la herencia junto a Él y tengamos posesión en Él sobre los confines de la tierra y la eternidad como su nación santa. YO el SEÑOR, digo: nunca faltará un descendiente de David que ocupe el trono de Israel. Jeremías 33:17.

Su sacrificio y su muerte vicaria fueron testimonio de su realeza y divinidad eternas a favor de los pecadores y aún de aquellos que lo consideron enemigo; Cristo vivió aquí orando y actuando para bendición de todos, algo propio de un verdadero Rey fiel al servicio de su pueblo, así nos otorgó el supremo premio de la vida y la libertad a los salvados, pero haciendo justicia, garantiza sentencias y penas reservadas para los malvados; premios y sentencias eternas que serán dictadas ante su Gran Tribunal y Trono blanco para personas, gobernantes y naciones; sabios como el anciano Natanael confirmaron que Cristo era Rey. Respondió Natanael y le dijo: Rabí, Tú eres el Hijo de Dios; Tú eres el Rey de Israel. Juan 1:49.

4. Rey fiel a su misión hasta el último momento. Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen…Lucas 23:34; Por cuanto el Padre le dió autoridad sobre todo ser humano para dar vida eterna a todos los que el Padre le ha entregado. Juan 17:2. El Rey majestuoso que conservó obediencia y dependencia del Padre y se sostuvo en su posición de digna y santa realeza, cumpliendo la palabra sin importar que la vida se le fuera en la misión; siendo azotado, vituperado y crucificado en el madero, perdonó a sus verdugos, porque estaba en su pleno poder soberano para confirmar lo que había estado enseñando durante su vida terrenal. Para que ante el nombre de Jesucristo, se doble toda rodilla, de los que están en el cielo y en la tierra, y debajo de la tierra. Filipenses 2:10.

El Rey de gloria, es el Sol de justicia, que nos sacó de las tinieblas a su luz admirable para hacernos ciudadanos de su reino y su cultura real como nación santa y eterna para que nosotros sus redimidos nos sujetemos a su autoridad y señorío, lo respetemos, lo amemos, lo honremos con nuestra vida y le sirvamos en la expansión de su reino sobre la tierra; Jesucristo tiene todo derecho para gobernar, juzgar y decir la última palabra sobre los creyentes y la humanidad, lo cual nos obliga a permanecer en su presencia, sujetos a su voluntad; el reino de Cristo es gobierno, poder y autoridad del Dios Padre, lo cual implica sumisión y entrega total a Él desde nuestras entrañas y corazón; Jesucristo y su reino son espiritualidad de vida humana de vida en el Espíritu, para romper ataduras, temores y complejos. He aquí vienen días, declara el SEÑOR, en que levantaré a David un Renuevo Justo, Él reinará como Rey, actuará sabiamente y practicará el derecho y la justicia en la tierra. Jeremías 23:5.

El Rey de reyes jamás desobedeció al Padre, jamás desafió su autoridad, sino que siendo obediente a la voluntad del Padre, hizo que el reino de Dios se estableciera de forma absoluta para ser la Cabeza de la congregación de YHWH, linaje escogido, nación santa de reyes y sacerdotes, adquiridos en Cristo para heredar el reino celestial, 1 Pedro 2:9, fundados y edificados sobre la Roca de los siglos. Mateo 6:9-13. Le dijo entonces Pilato: ¿de manera que Tú eres rey? Jesús le respondió: tu dices que YO SOY Rey. YO para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio de la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Juan 18:37.

5. La corona de Espinas certifica su realeza. Sobre su cabeza le pusieron una corona tejida de espinas, y en la mano derecha le pusieron una caña; entonces se arrodillaron delante de Él y burlándose le decían: ¡Salve, Rey de los judíos! Mateo 27:29. Nuestro Rey Salvador fue coronado con espinas en el cumplimiento profético de su sacrificio y tortura redentora que padeció antes de ser resucitado, glorificado y ascendido de nuevo a su trono. Los romanos que lo coronaron con espinas, se burlaron, pero se confirmó espiritualmente que Él es el Rey Vencedor sobre toda tiniebla, pecado y muerte; el SEÑOR nunca negó ser el Rey de los judíos. Mateo 27:11 y Juan 18:27.

Al ascender a su trono certificó su Reino, sentándose al lado del Padre, donde reina eternamente sustentando el título de Rey de reyes y SEÑOR de señores. Claramente la biblia declara y establece que nuestro Salvador es Rey. En sus vestiduras y en su muslo tiene escrito este nombre Rey de reyes y SEÑOR de señores. Apocalipsis 19:16. 

Al entrar Jesús a Jerusalén sentado en un pollino certificaba la grandeza de su reino eterno de humildad, mansedumbre y justicia del Rey que ama a su pueblo y se coloca a su altura para salvarlos y darles vida. Marcos 21:19; porque Él es el Rey de su pueblo, un linaje que hace referencia a la realeza del Dueño. Juan 1:49, Marcos 5:35; Cristo confirmó el reino de David que lo profetizó como su descendiente. Lucas 1:32-33, Hechos 2:29-33; Él reina a la derecha del Padre sobre todo principado, autoridad, potestad, señorío y sobre todo nombre que se nombra. Efesios 1:20-23, Hebreos 1:3-8; Él reina por la eternidad sobre sus enemigos, Él reinará hasta que ponga a sus enemigos debajo de sus pies, el último enemigo que será reducido a nada es la muerte; Él sujetó todas las cosas bajo sus pies1 Corintios 15:25-27; sentado en su trono, el Rey juzgará al final de los tiempos, Mateo 25:31-34.

Jesucristo, el Hijo de Dios, no solo es Rey y Dios, es también el Príncipe de los príncipes, SEÑOR de los señores y Gobernador de gobernantes, habiendo entregado vida, existencia y esencia misma de su ADN de nobleza, estirpe y realeza celestial, Él es la máxima Alteza, delante del cual se doblará toda rodilla. Filipenses 2:10-11.

En el reino del Rey eterno está nuestra vida, libertad, espiritualidad, sanidad física y salvación eterna, con su Espíritu direccionando y dirigiendo la existencia de sus herederos, para ser adorado y reverenciado en pureza, con amor, reverencia, autenticidad y respeto. Los victoriosos cantarán el canto de Moisés, siervo de Dios, y el cántico del Cordero diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, SEÑOR Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos. Rey de los santos. Apocalipsis 15:3.

Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.