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9 jul 2016

TRABAJANDO CON DIOS


TRABAJANDO CON DIOS Y SIRVIENDO EN AMOR

Todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, donde te diriges, no hay trabajo, ni planes ni conocimiento alguno de sabiduría. Eclesiastés 9:10.

Mis queridos hermanos, mantengámonos firmes e inconmovibles, progresando siempre en la obra del SEÑOR, seguros de que nuestro trabajo no será en vano. 1 Corintios 15:58.

Sirvamos siempre de buena gana, como quien sirve al SEÑOR y no a los hombres, sabiendo que en el SEÑOR hay recompensa para cada uno por el bien que haya hecho…Efesios 6:7-8.

Trabajar con Dios significa servirle con amor, oración y gratitud dando lo mejor en obras hechas con excelencia, lo cual implica responder al llamado de Dios ayudando a los demás, esa es una forma de adoración que vence el egocentrismo para ser como Jesús respondiendo a las necesidades de los demás con lo que tenemos a mano, siendo creativos dando todo lo mejor de nuestro corazón, como para el SEÑOR, imitando al Padre y siguiendo las pisadas de Jesús. Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para Dios y no como para nadie en este mundo, conscientes de que el SEÑOR nos recompensará con su herencia. Pues nosotros servimos a Cristo el SEÑOR. Colosenses 3:23-24.

 

El trabajo fue dado por Dios antes del pecado, por eso trabajar y servir es bendición al creyente, lo cual nos produce gozo y un gran sentido de satisfacción al ayudar a otros, extender una mano aniga y colabor para el bien de la sociedad en la que vivimos, con el fin de construir un mundo mejor; cada momento en que podemos servir a Dios ayudando al prójimo, es una oportunidad para adorar y alabar a Dios por todo lo bueno y hermoso con que nos rodea; esta es la perspectiva bíblica acerca del trabajo y el servicio que glorifica a nuestro Creador, y Él nos acompaña en cada recodo del camino porque sus pensamientos siempre son lo mejor para nuestra vida, y como Él camina a nuestro lado nos dice: Sean santos, porque YO SOY santo, 1 Pedro 1:16.

 

Nuestro desafío en la crisis que afronta el mundo es santidad y servicio en amor, donde nuestro Padre pone a prueba lo máximo de nuestras fuerzas y nuestra fe en Cristo el Maestro, ya que humanamente es fácil rendirnos, quedarnos sin hacer nada productivo y aislarnos de la gente si nos quedamos viendo tanto egoísmo y envidia que reina en el mundo, pero nosotros, los redimidos, tenemos los ojos puestos en Jesús. Lo que ganes trabajando con tus manos, eso comerás; gozarás de dicha y prosperidad. Salmos 128:2.

 

Lo hermoso de todo es que a pesar de lo que se mueva a nuestro alrededor, en Cristo podemos renovarnos, afirmarnos, levantarnos, unirnos, perseverar en pureza y en amor siguiendo su divino ejemplo. Lo que debemos tener muy claro, es que para mantenernos en santidad es imperativo vivir los principios y los mandamientos de su palabra declararando con nuestro comportamiento, manera de actuar y de hablar, que nuestro asidero, nuestra confianza y certeza de fe descansan en Jesucristo, el Grandioso Dios de bondad que nos da poder en su presencia para poder avanzar en nuestro propósito de vida, edificando el reino de Dios en la tierra, para que su voluntad sea hecha aquí, como en el cielo. Con mi ejemplo les he mostrado que es preciso trabajar duro para ayudar a los necesitados, recordando las palabras del SEÑOR Jesús: hay más dicha en dar que en recibir. Hechos 20:35.


Nuestro trabajo en el SEÑOR  es una bendición y un privilegio que nos permite dar testimonio a todos los que nos conocen, nos ven y nos rodean; el trabajo y el servicio en amor requiere oración y dirección en el Espíritu, algo esencial para el progreso de todos, lo cual nos permite afinar y desarrollar nuestro carácter haciéndonos crecer espiritualmente y en calidad humana con base en las sanas relaciones personales, pues conocer las personas y la palabra, llega a ser nuestra mayor satisfacción personal, porque Dios ve nuestro trabajo, las intenciones y actitud de corazón, así Él nos dará el justo premio y recompensa, puesto que Dios nos encargó el cuidado de su creación desde el principio, y su deseo es que trabajemos junto a Él en el cuidado de la tierra y el buen manejo de los recursos. Aquel que trabaja duro como el labrador, recibirá la primera parte de la cosecha. 2 Timoteo 2:6.

 

Cada trabajador merece su recompensa y cada obrero recibirá su justo pago, por eso necesitamos apasionarnos por el SEÑOR, su reino en la tierra, las almas y su creación, para ello se requiere renovar nuestro entendimiento en oración, dependencia  amistad con Cristo y estudio, para que todo lo que somos y hacemos, agrade al Padre, haiéndolo sonreír al complacer su corazón. ¿Cómo puedo lograr todo esto? Primeramente, venciendo el pecado, muriendo a sí mismos, siendo dignos hijos de Dios, viviendo en el Espíritu y profundizando en las Escrituras donde podemos encontrar a Dios, oír su voz, y descubrir recursos y parámetros que nos hacen fuertes vencedores del pecado, el mundo y la muerte del yo, porque sólo Nuestro Rey, nuestro Padre YHVH, el varón de guerra merece la gloria de nuestro esfuerzo y perseverancia, con la ayuda de su Espíritu Santo mediante el servicio, que adora y ama, venciendo así las tinieblas de la ociosidad, la pereza y el desamor que multiplican la maldad. Esfuérzate por presentarte aprobado ante Dios, como el buen obrero que no tiene de que avergonzarse, interpretando rectamente la palabra de Dios. 2 Timoteo 2:15.

 

Tenemos que vivir como verdaderos obreros del Padre, necesitamos desligarnos de llevar el control, dedicando tiempo para Él, puestos de arrodillas por unos minutos cada día para hablar con Jesús y recibir sus instrucciones, así seremos oportunos a su llamado ayudando a alguien en un momento preciso, será una forma de luchar contra el aislamiento y la indiferencia del desamor, pues si seguimos a Jesús no trabajamos por nuestra propia cuenta, el Espíritu Santo, nuestro Ayudador nos ayuda a reconocer esas oportunidades. El que es negligente en su trabajo, es amigo del destructor. Proverbios 18:9.


Debemos movernos durante el día, como Enoc, este hombre que caminó con Dios y sostuvo una íntima comunión con su Creador, Génesis 5:25, confió en Dios, Hebreos 11:5, fue obediente, y profetizó lo que el SEÑOR le mostraba en sus diálogos juntos, Judas 1: 14 ese estilo de vida agradó a Dios y no lo dejó morir, se lo llevó en cuerpo y alma junto al Rey. Si tú y yo hacemos real esta forma de vida, El Eterno todo lo cambiaría. Pon en manos de Dios todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán. Proverbios 16:3.

 

Debemos motivarnos unos a otros haciendo buenas obras, es una forma de estimularnos a la piedad, el amor y la unión, con el arma de la oración en koinonía, orar juntos es unir nuestros corazones al Espíritu Santo para que Él nos inunde con su presencia, tome el control, nos guie y nos enseñe a hacer todo de manera perfecta, oportuna y apropiada, alineados a la palabra de Dios y el sentir único que emana del corazón de Dios en nuestros corazones para despertar la pasión y la entrega desde el alma, bajando el cielo a la tierra para ver muchas respuestas. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios, Hechos 4:31; Ustedes mismos saben cómo deben seguir nuestro ejemplo. No vivimos como ociosos, y no comimos el pan d nadie sin pagarlo. Día y noche trabajamos arduamente y sin descanso para no ser carga a ninguno. 2 Tesalonicenses 3:7-8.

 

Fomentemos el agradecimiento y la alabanza a Dios con buenas obras, que no nos ganan la salvación, pero sí tienen un efecto de reciprocidad y recompensa eterna, pues un día seremos evaluados en la mansión celestial, y lo que hicimos sin la dirección de Dios serán obras quemadas, mientras que lo que hicimos en dirección y obediencia a Dios por el Espíritu y la palabra, será recordadas y reconocidas, y habremos un legado en la historia y una huella en los corazones. Trabajen, no por la comida que perece, sino para lo que por vida eterna permanece, lo cual nos d el Hijo del Hombre. Sobre Él ha puesto Dios el Padre, su sello de aprobación. Juan 6:17.

 

Añadido a todo esto, Dios a través del apóstol Pablo nos entrega la preparación y el vestido de guerra espiritual en Efesios 6:10-20 para vencer toda piedra de tropieza en el camino; porque lo que Dios está deseando intensamente es la unión de las partes del cuerpo de Cristo que es su Iglesia, y la oración de su pueblo que se entrega al Espíritu Santo y se rinde a Cristo para ligarse a su corazón y mover los cimientos de la tierra con la presencia de su gloria a través de cada miembro del cuerpo. Busquen, pues, hermanos, de entre ustedes, servidores de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, para encargarlos del trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración y en la ministración de la palabra, Hechos 6:3-4.

 

Urge a la iglesia enseñar, preparar, entrenar, capacitar en la palabra y enviar embajadores servidores del reino a todos los lugares que El Señor indique por su Espíritu Santo con todo el cuerpo creciendo en la verdad de Aquel que es la cabeza, y a quien le pertenece todo el cuerpo, con miembros bien concertados y unidos entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, que recibe alimento para crecer e ir edificándose en amor. Efesios 4:15-16


Solamente asidos a la cabeza cada miembro del cuerpo podrá nutrirse por los ligamentos, mediante los cuales, Dios da el crecimiento, Colosenses 2:19. Que crezca la palabra del SEÑOR, y el número de los discípulos se multiplique grandemente…también muchos de los sacerdotes obedezcan a la fe, Hechos 6:7Que en la Iglesia profetas y maestros, ministren estos al SEÑOR, y ayunen, el Espíritu Santo hablará y asignará a las personas para la obra a la cual hemos sido llamados, Hechos 13:1-3.

 

Dios nos manda a congregarnos para trabajar juntos por su teino, Hebreos 10:24, y a confesar nuestras ofensas unos a otros, no dejar que se ponga el sol sobre nuestro enojo para no darle lugar al enemigo, Santiago 5:16, El Eterno Creador, gigante en bondad y misericordia es inescrutable e indescriptible en su soberanía y majestad, por eso nos permite situaciones poniendo personas a nuestro lado, no para darnos dolores ni lastimarnos, sino para hacernos crecer y madurar en su amorosa y correctiva formación, pues hierro con hierro se aguza. Proverbios 27:17


Esto dignifica que así como un metal se afila con el roce de otro metal, así nosotros somos formados en carácter, madurez y trabajo cooperado con el trato personal cercano entre personas que El Eterno Sabio nos coloca para limar nuestras asperezas. Vivan con tranquilidad, ocúpense de sus asuntos con esmero, trabajen con sus propias manos; condúzcanse con honestidad con todos…1 Tesalonicenses 4:11-12.

 

Si podemos entender y asimilar esta enseñanza que entrega el Espíritu Santo a la Iglesia del SEÑOR, así daremos su fruto en casa, en el vecindario, en la ciudad, en el país y hasta lo último de la tierra, porque Más valen dos que uno solo pues sacan más provecho de lo que hacen. Y si uno de ellos tropieza, el otro puede ayudar a levantarlo. Pero pobrecito si alguno está solo, caerá y no tendrá quien lo ayude a levantarse…Una sola persona puede ser vencida, pero dos ya pueden defenderse, y si tres unen sus fuerzas, ya no será fácil derrotarlos, Eclesiastés, 4:9-12.

 

Esta es la unidad del Cuerpo que el Dios del cielo está deseando intensamente tener en medio de su Iglesia, para que su esposa esté lista cuando su SEÑOR venga. El de manos diligentes gobernará; pero el perezoso será subyugado. Proverbios 12:24.

 

Esta enseñanza es parte de la descripción que el Señor me dio el martes 5 de julio de 2016 y en la imagen y que Él Espíritu Santo me reveló y me envío a presentar a su Iglesia. Amén.

 

Porque nuestro mismo Rey nos dio ejemplo, El Padre ungió con el poder del Espíritu Santo a Jesús de Nazaret, por eso Él anduvo haciendo el bien y sanaba a todos los oprimidos por el diablo, porque el Padre estaba con Él, Hechos 10:38. Por eso debemos andar en santa y piadosa manera de vivir, 2 Pedro 3:11. 


Trabajemos como es digno de los hijos de Dios, 1 Tesalonicenses 2:12. Practicando el amor y la unidad en armonía con oraciones que salen del corazón, sin hipocresías ni contiendas, Efesios 5:2, todo irá bien o todo irá mal, eso depende de nosotros. Gloria y honra al Todopoderoso Dios de amor. Cuídense de no echar a perder el fruto de nuestro trabajo; procuremos recibir la recompensa completa. 2 Juan 1:8.


Lic. MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.



¡Jesucristo es nuestro Sustentador!