DIOS, CREADOR DE LA CIENCIA Y LOS MISTERIOS MARAVILLOSOS DEL UNIVERSO
En el principio era el Verbo, y el
Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas,
y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho…Juan 1:1-5.
El Señor Dios hizo que del suelo
creciera toda clase de árboles hermosos de frutos comestibles y deliciosos. El
árbol de la vida se encontraba en medio del jardín y allí también estaba el
árbol del conocimiento del bien y del mal…pero del árbol de la ciencia del bien
y del mal, no comerás, porque el día que lo hagas, morirás, Génesis 2:9 y 17.
Cuando
afirmaba los cielos arriba, cuando afirmaba las fuentes del abismo; cuando
ponía al mar su estatuto, para que las aguas no traspasaran su mandamiento;
cuando establecía los fundamentos de la tierra, con Él estaba YO ordenándolo
todo, y era su delicia de día y de noche, Proverbios 8:27.
Ciencia es conocimiento, por lo tanto Dios no está contra la ciencia, tampoco
la ciencia debiera estar contra lo que viene de Dios, Él es el dador, fundador
y creador de la ciencia para que el ser humano lo reconozca a Él y conozca toda
su creación con sabiduría y humildad, Porque el Señor es quien
da la sabiduría; la ciencia y el conocimiento brotan de sus labios, Proverbios
2:6.
Bajo
el manto de una falsa ciencia y una falsa piedad, se llevaron a cabo en la
antigüedad las más terribles torturas y castigos sobre aquellos que defendían
ciencia y conocimiento de la verdad de Dios. La ciencia y la fe no están
puestas para enfrentarse, sino para unirse para aclarar y conocer mejor la vida
humana sobre este hermoso planeta azul a la luz de la palabra de Dios. La existencia de Dios y origen del
universo debieran ser temas de cordial competencia entre ciencia y creyentes.
Bien lo dijo el científico Carl Sagan: Los científicos y los teólogos debieran
sentarse a dialogar porque la ciencia no solo es compatible con la
espiritualidad, sino que es una profunda fuente de espiritualidad.
El
divorcio entre la ciencia y la fe se ha suscitado debido al ateismo proveniente
de la ilustración que ha tratado la espiritualidad y la fe como superstición
frente al conocimiento, el avance científico y tecnológico que niega la
existencia del Dios Creador. La ciencia alude que el monoteísmo ha construido
barreras que rompen la armonía ente ciencia y fe; la negación a Dios y su
creación han hecho que el hombre haya dejado de elevar su mirada para bajarla a
las teorías del hombre.
Pero la realidad de esta disputa entre ciencia y Dios, radica entre la fe
y la incredulidad; son dos actitudes extremas, dos formas de vida opuestas, dos
rumbos con diferente destino, dos maneras que determinarán el rumbo eterno en
las personas que militan en estas dos posiciones. La incredulidad causó gran
asombró en nuestro Salvador, una para bien y otra para mal. Cuando él estuvo en
Nazaret, narra la escritura que No pudo hacer allí ningún milagro,
salvo que sano a unos pocos enfermos…Y estaba asombrado de la incredulidad de
ellos…Marcos 6: 5-6.
¿En cuál de los extremos está usted? Para Dios no existen las
posiciones intermedias, para Dios o eres de Él o no lo eres, o le crees o lo
rechazas o caminas con Él o vas por tu propio camino. Él es todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder, y en
juicio…Lo temerán por tanto los hombres; Él no estima a ninguno que cree en su
propio corazón ser sabio, Job 37:23-24.
Dios es el Creador de la ciencia, desde el principio Él lo hizo todo de
la nada, con el poder de su palabra, con la majestad de su conocimiento y con
la soberanía de su autoridad y dominio. Génesis 1.
El eterno Rey no solo creó esta tierra, Él formó el vasto universo que
no alcanzamos a vislumbrar en el espacio en su totalidad hasta el día de hoy,
por eso guardamos muchas incógnitas. Cuando estaba en el Seminario Bíblico, conocí
una pareja de esposos que me causaban risa y curiosidad; tenían un cuaderno
lleno de preguntas, que según ellos, le harían a Dios cuando fueran a su
presencia; al ser humano, seguramente no le alcanzará la vida, para descubrir
toda la inmensurable obra creadora, ni tampoco a su Creador.
Ahora cíñete como varón los lomos; YO te preguntaré y tú me responderás.
¿Dónde estabas tú cuando YO fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes
inteligencia. ¿Quién ordenó las medidas de la tierra si lo sabes? ¿O quién
extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso
su piedra angular, cuando alababan todas las estrellas del alba…¿Quién encerró
con puertas el mar? Cuando se derramaba saliéndose de su seno. Cuando puse YO
nubes por vestidura suya, y por su faja oscuridad. Y establecí sobre él mi
decreto. Le puse puertas y cerrojo, y dije: hasta aquí llegarás, y no pasarás
adelante, Job 38:3-11.
Esa es la razón por la cual Dios puso la base científica en el corazón y
la mente de la raza humana para que pudiéramos conocer, indagar y estudiar toda
su colosal obra. Nadie podrá en definitiva refutar la existencia de Dios, tampoco,
jamás podrán asegurar que el ser humano y la naturaleza son un accidente al azar, Dios
hizo todo hermoso en su momento, y puso en la mente humana el sentido del
tiempo, aun cuando el hombre no alcanzará a comprender la obra que Dios desde
el principio hasta el fin, Eclesiastés 3.11.
La ciencia con todas sus ramas de conocimiento, ha estado por miles de
años observando el espacio, la tierra y los fenómenos naturales; ha inventado
maquinaria e instrumentos para tal fin, sin embargo, los grandes científicos
hasta el día de hoy entre más estudian e investigan, más dudas y más
interrogantes se plantean. Los libros de Job, Isaías y Jeremías son los más
antiguos, Job data del siglo II antes de Cristo y allí ya se menciona acerca del
ser humano, la tierra y el universo, Dios extendió el cielo sobre el vacío
y colgó la tierra sobre la nada, Job 26:7.
El
sustento bíblico debería ser la brújula que guíe el corazón del hombre, sean científicos
o no; si los hombres de ciencia se volvieran a su Creador, el conocimiento y sabiduría
fluirían con plenitud, la humanidad aprendería más, cada uno se daría cuenta
del propósito de su vida con mayor claridad y les quedaría más fácil reconocer con
certeza absoluta que Dios es real, que es la persona más maravillosa que
alguien pueda tener a lo largo de su vida personal, Reciban mi enseñanza y
no la plata; la ciencia, antes que el oro escogido. Porque mejor es la
sabiduría que las piedras preciosas. Y todo lo que se pueda desear no se
compara con la sabiduría. YO la sabiduría, habito con la cordura, y hallo la
ciencia de los consejos, Proverbios 8:10-13.
A
Dios lo conocemos a través de su palabra y nuestra relación personal diaria con
Él; sus enseñanzas nos permiten ser mejores seres humanos, nos perfecciona día
a día y nos permite vivir con mayor tranquilidad y confianza; Dios y su palabra
nos mantienen con la mirada en las cosas de arriba donde está Él lleno de
gracia y de verdad, por lo 5anto, si la ciencia investiga con las Escrituras no resultara mejor comprender muchas cosas; no solo en las cosas del cosmos y de la tierra sino tambien en la parte espiritual; Dios es la ciencia y sabiduria que
necesitamos, Mateo 6:19-21 y Colosenses
2:3-4.
Aunque
muchos científicos han tratado de refutar las Escrituras, todo eso ha servido para
comprobar lo incorrecto de sus teorías apartadas de la verdad divina, a pesar
del tiempo transcurrido en la historia, el marco bíblico se mantiene intacto, su contenido es vigente, actual, verídico y
transformador. Que la humanidad sepa que la tierra es redonda y no plana como
lo sostenía el descubridor, es algo ya escrito en la Biblia que revela la
ciencia del Dueño del universo, Él está sentado sobre el círculo de la
tierra, cuyos moradores son como langostas; Él extiende los cielos como una
cortina, los despliega como una tienda para morar, Isaías 40:22.
Los
hombres ya no caen por la orilla de la tierra si se aventuran a ir lejos más
allá del mar como lo decía el descubridor, la voz de Dios escrita en la Biblia
sigue retumbando claramente desde antes de la creación; podemos asegurar que
primero fue la gallina y después el huevo, Y de todo lo que vive,
de toda carne, dos de cada especie meterás en el arca para que tengan vida
contigo; macho y hembra serán, Génesis
6:19.
Job
expresa con sencillez la grandeza de la ciencia de Dios velada aun para el ser humano,
las
sombras tiemblan en lo profundo, los mares y cuanto en ellos hay. El seól está
descubierto delante de Él, y el abadon no tiene cobertura. Dios extiende el
norte sobre el vacío y cuelga la tierra sobre nada. Ata las aguas en sus nubes,
y las nubes no se rompen debajo de ellas. Él encuentra la faz de su trono, y sobre
él extiende su nube. Puso límite a la superficie de las aguas, hasta el fin de
la luz y las tinieblas. Las columnas del cielo tiemblan, y se espantan a su
reprensión. Él agita el mar con su poder, y con su entendimiento hiere la
arrogancia suya. Su Espíritu adornó los cielos; su mano creó la serpiente
tortuosa. He aquí estas cosas son solo el borde de sus caminos; ¡y cuán leve es
el susurro que hemos oído de Él! Pero el trueno de su poder, ¿quién lo puede
comprender? Job 26: 5_14.
Las
profundidades de la sabiduría de Dios, frente a la ciencia humana nos plantean
muchos interrogantes; conocemos muy poco, no solo del universo, sino del mismo
Creador; Él está rodeado de misterios que hasta hoy ignoramos, ni la ciencia ni
el hombre tienen idea real de la vastedad de la creación hecha por el Todopoderoso.
La ciencia plantea teorías e hipótesis, pero Dios declara certezas y verdades
irrefutables que nos deben importar más que nada. Él declara esto acerca de los
misterios y las cosas secretas, Hay cosas que no sabemos; éstas
pertenecen al Señor nuestro Dios; pero hay otras cosas que nos han sido
reveladas a nosotros y a nuestros hijos para que las cumplamos siempre; son
todos los mandamientos de la ley de Dios, Deuteronomio 29:29.
La
ciencia ha inventado campos de estudio, pero nuestro Dios ya tenía en avanzada
la ciencia; Él existió antes que todo; fue Dios quien formó todo lo bueno que
existe. Los libros de Job y de Isaías contienen palabras definitivas que han
desconectado a los hombres de ciencia, ellos descubren lo que ya está hecho, lo
menos que pueden producir son teorías matemáticas y medir las fuerzas del
universo; en realidad Newton descubrió por casualidad la fuerza de la gravedad,
pero sabemos muy poco de ella a profundidad, y la maravilla es que la gravedad
sostiene los planetas y nuestros sistema solar a millones de kilómetros unos de
otros, Jesucristo es el resplandor de la gloria del Padre, y la
misma imagen de su sustancia, Él sustenta todas las cosas con la palabra de su
potencia, Hebreos 1:3
Qué
majestad la de nuestro Creador que se hizo hombre para venir a darnos amor,
salvarnos y enseñarnos a vivir, Pues la escritura dice: ¿quién puede
entender o conocer la mente de Dios? Quién podrá instruirle? Sin embargo,
nosotros tenemos la mente de Cristo, 1 Corintios 2:16.
El
hombre sabe determinar el nivel de calor o de frío, pero ¿quién puede
establecer el origen y el fin de viento? Porque el viento tira hacia el
sur, y rodea el norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento
de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde
los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. Todas las cosas producen
fatiga más de lo que el hombre pueda expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni
el oído de oír. ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido
hecho? Lo mismos que se hará; y no hay nada nuevo debajo del sol, Eclesiastés
1:6-9.
El viento sopla y oímos su sonido, pero no sabemos de dónde viene ni a dónde van, allí están los sustentos de la ciencia, Juan
3:8.
La
atmósfera vive, se mueve y mantiene la vida de los seres vivos, y aunque la ciencia
sostenga razones, es el Dueño de la ciencia y del universo quien da razón de su
grandeza ante la pequeñez del ser humano, He aquí Dios es
grande y nosotros no lo conocemos, ni se
puede seguir la huella de sus años. Él atrae las gotas del agua, al
transformando el vapor en lluvia, la cual destilan las nubes, goteando en
abundancia sobre los hombres. ¿Quién podrá comprender la extensión de las
nubes, y el sonido estrepitoso de su morada? Job 36:27-29. Dios es el Padre no
solo de la meteorología sino de toda la ciencia.
Si
de misterios e interrogantes podemos hablar, el ser humano es el mayor milagro
de la ciencia divina creadora, solo Él tiene una comprensión completa de
nuestra naturaleza; Él nos diseñó, es el que mejor nos cuida, pues sabe cómo
hacerlo pues sabe a perfección cómo funciona todo nuestro ser. La Biología ya era evidente desde la antigüedad, Dios dejó plasmado en
el Manual de instrucciones una comprensión profunda, misteriosa y grandiosa
acerca de nuestra humanidad: Tus manos me hicieron y me formaron;
¿y luego te vuelves y me deshaces? Acuérdate que como a barro me diste forma;
¿y en polvo me has de volver? ¿No me
vaciaste como leche, y como queso me cuajaste? Me vestiste de piel y carne. Y
me tejiste con huesos y nervios. Vida y misericordia me concediste. Y tu
cuidado guardó mi espíritu, Job 10:8-13 y Salmos 139:13-16.
La
ciencia es importante, sin lugar a dudas, pero lo más valioso es lo que el
Creador significa en nuestra vida, claramente hay razones innumerables para adorar y
alabar a Dios, por lo tanto, doctos como no doctos debemos humillarnos, asombrarnos y someternos a la majestad y señorío del Creador. Ahora
podemos comprender mejor por qué la sangre es importante para Dios, porque
la vida de la carne está en la sangre, y YO se las he dado para hacer expiación
sobre el altar por sus almas; y será la sangre la que hará expiación de la
persona, Levítico 17:11. Esa es la importancia suprema del sacrificio de Cristo,
su sangre preciosa nos ha dado vida y salvación, eso también es un misterio
para el ser humano que la ciencia no alcanza a asimilar.
Mg.
MEHC, hija del Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino