POSTRADOS ANTE DIOS,
PARA PERMANECER EN CRISTO.
...Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros, y la gloria del SEÑOR apareció sobre ellos. Y habló el SEÑOR...Números 20:6.
Sirve con toda tu alma al SEÑOR tu Dios y
teme solamente a Él. Obedece sus mandatos, escucha su voz y aférrate a Él.
Deuteronomio 13:4.
Y María tomó una botella de perfume muy caro y ungió los pies del SEÑOR. Después los secó con sus cabellos, y toda la casa se llenó con el olor del perfume. Juan 12:3.
Muchas veces las situaciones de la vida nos obligan con angustia y dolor a postrarnos en humildad para reverenciar y reconocer a Dios, pero nunca corramos a buscar ayuda en las personas, porque con nadie podemos, abrir el corazón, ni expresar lo que sentimos y vivimos como lo hacemos cuando nos humillamos postrados a los pies del SEÑOR Jesucristo; allí desbordamos el alma en amor y adoración, muchas veces con gemimos y llanto porque anhelamos ver la gloria de Dios, recibir consuelo, ser liberados de las cargas, y tener esperanza de un nuevo amanecer y solución de vida. Moisés y Aarón se postraron ante Dios, vieron su gloria y escucharon su voz para recibir instrucciones y dirección, y esto es muy real, lo digo porque lo he vivido en varias ocasiones, cuando creí que el mundo se me había venido encima y que no había solución, entonces el SEÑOR vino en mi socorro y lo sigue haciendo; Jesús Amado es real, está vivo y siempre atento a nuestra oración y necesidad. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que el SEÑOR Jesús estaba en la casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de Él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas los pies del SEÑOR, y los ungió con perfume...y a ella le dijo: tus pecados te son perdonados. Lucas 7:36-50.
María se postró a los pies de Jesús y los ungió con perfume y lagrimas en demostración de honor y reverencia a Él, entonces la casa se lleno del rico aroma del perfume, eso es exactamente lo que sucede en la atmósfera espiritual cuando nos humillamos ante Dios, nuestra humildad y rendicion a Dios es aroma que llena su gloria y alegra su corazón para derramar bendición de perdón, aceptación y acogida amorosa. Porque la verdadera ofrenda a Dios es el espíritu quebrantado. Al corazón humilde y dolido, Dios no desprecia. Salmos 51:17.
Siempre hay una razón por la cual pasamos duros momentos y pruebas: en primer momento, puede ser que el SEÑOR vio algo en nuestro corazón y necesitamos ser probados para corrección, y para fortalecer nuestra fe y confianza en Él, en segundo lugar podría ser consecuencia de nuestras malas decisiones lo cual produce sufrimiento y en tercer lugar podría ser un ataque del enemigo porque quizá le hayamos abierto una puerta a causa del pecado; sea cual fuere la razón, siempre debemos correr arrepentidos para postrarnos a los pies de Cristo sea para pediir perdón, suplicar su ayuda o sencillamente adorarlo, porque al postrarnos ante Dios, reconocemos sus atributos divinos, su majestad, grandeza y poderío, pues postrarse delante de Dios, más que un acto exterior físico, es una actitud reverente de adoración y humillación que brota desde nuestro corazón reconociendo su eterno amor y su incomparable bondad, fidelidad y misericordia. Nos postramos con fe y confianza en Dios y recibimos no solo revelación, sino consuelo, descanso y respuesta a nuestra necesidad, pues al postrarnos nos despojamos de nosotros, somos rendimidos y Cristo nos saca de las tinieblas del dolor, el auto engaño y la enfermedad. Entonces uno de los diez leprosos, viendo que había sido sanado por el SEÑOR, volvió, glorificando a Dios con gran voz, y se postró rostro en tierra a los pies de Jesús dándole gracias...Lucas 17:16-19.
Todo lo que somos y hacemos de aqui para allá descansa en nuestros pies, los cuales al estar en contacto con la tierra, recogen abundante e importante información para el espíritu; es por eso que en la cultura oriental se quitan los zapatos al llegar a casa para no entrar el polvo del mundo, los pies cargan lo que vivimos fuera del hogar, pues los pies son los responsables de llevarnos a donde decidimos ir, con todo el peso de nuestro ser. En la cultura hebrea era un acto de humildad y de servicio lavar los pies de los visitantes para mostrar amabilidad, aceptación y consideración por el arduo trabajo y los largos caminos que debían recorrer los trabajadores y mercaderes para llevar sustento a sus hogares; el SEÑOR sabía y conocía muy bien los duros y largos caminos que habrían de recorrer sus seguidores llevando el Evangelio, por eso, en un acto de humildad, amor, servicio y unción divina, lavó los pies de sus discípulos, anticipándoles descanso y fuerza para cumplir la misión. Se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discipulos, y a enjuagarlos con la toalla conque estaba ceñido. Juan 13:4-5.
Este acto de humildad del SEÑOR, nos enseña dependencia a Dios, en reconocimiento a nuestra pequeñez y limitación humana, sabiendo que sin Él nada bueno podemos hacer, nuestra naturaleza nos hace errar y cometer faltas muy a menudo, y nos extralimitamos sin sabiduría de lo alto, es por eso que tenemos que humillarnos a los pies del Maestro examinándonos diariamente para suplicar su favor, al contaminarnos con el polvo de la levadura de pecado que pulula en el mundo, por lo tanto, requerimos diariamente volver a Dios para estar a paz y salvo caminando de su mano, y que siempre nos recibe con sus abrazos abiertos, así nos postraremos con libertad, sin mancha y sin arruga para adorar y ser aceptos sin que nuestras oraciones hallen estorbo; postrados ante Dios nos hacemos humildes, sencillos y enseñables, nos hacemos más fuertes y grandes para Él y Dios va delante de nosotros como poderoso gigante abriendo camino; Él no nos abandonará, echemos fuera el miedo, parémonos firmes en nuestros pies, y seamos fuertes en la fe que confia con certeza en el Todopoderoso. 1 Crónicas 29:10-13, Salmos 95:6-7, 103:19, 145:18-19; Mateo 6:13, y 1 Pedro 5:6-7.
Debemos permanecer postrados a los pies de Cristo en oración, en acciones de gracias y con reverencia por toda bendición recibida a diario, aún por las dificultates, porque si estamos en Cristo, todo tiene un propósito superior, sea bueno o no tan bueno lo que vivamos, es en la presencia de Cristo que no nos dejaremos vencer para evitar caer y caer y levantarnos ene veces; necesitamos ser firmes en Dios para vivir de gloria
en gloria contemplando la hermosura de su santidad, en unción, bendición, socorro y misericordia. Tu vida y la mía será un
verdadero deleite, si continuamente nos postramos ante Dios, allí nos hacemos gigantes de la fe, nuestro corazón se mantiene humilde y nuestro ser se somete a Él, escuchándolo hablar y percibiendo la gloria de su presencia. Necesitamos postrarnos rostro a tierra, arrodillados o sentados ante la persona más grande y maravillosa del universo, nuestro SEÑOR Jesús, que nos enamora y nos hace estar atentos, dispuestos y rendidos, esa es la forma de vivir en victoria y con la frente en alto, Sirve con toda tu alma al SEÑOR tu Dios y
teme solamente a Él. Obedece sus mandatos, escucha su voz y aférrate a Él. Deuteronomio
13:4.
Es apremiante vivir sumergidos en Cristo adorando a sus pies contemplando su rostro con los ojos del espíritu, para sacar del corazón la soberbia de la independencia y auto suficiencia carnal y diabolica, corramos a Dios para vencer toda tibieza, pues todo esto nos independiza de Dios y nos convierte en nuestro propio dios, enemigos de Él y de nosotros mismos, por eso la gran mayoría es zarandeada por el malo, muchas respuestas
no llegan, milagros no se ven pero sí abundan los problemas, el dolor, la enfermedad y la muerte; nuestro amoroso y
sabio Dios quiere que permanezcamos en su regazo y nos mantengamos adheridos a su corazón. SEÑOR, SEÑOR, si tuvieras en cuenta nuestra maldad,
¿quién podría permanecer de pie delante de Ti? Salmos 130:3.
Rechacemos esos viejos y gastados hábitos de imaginar que para
levantarnos, salir y entrar no necesitamos a Dios, al contrario, es cuando más debemos postrarnos a sus pies y encomendar nuestro camino a Él, no sigamos equivocados,
Jesús lo dijo claramente, Si guardan mis mandamientos,
permanecerán en mi amor; así como YO he guardado los mandamientos de mi Padre,
y permanezco en su amor, Juan 15:10. Que Dios te escuche cuando estés en angustia...Que Él envie su auxilio y su ayuda...Que desde el cielo te envie su apoyo. Salmos 20:1-2
Salir de la presencia de Dios es como estar muertos y sin fruto,
Él SEÑOR es quien nos da su resguardo protector. La vida espiritual está en la
presencia de Dios cuando oramos, actuamos, hablamos y damos
testimonio de Cristo humillados desde adentro del corazón a los pies del Alto y Sublime. Y les daré bendición a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré
descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. Ezequiel 34:26.
Como la mujer hizo llenar la casa con el olor del perfume sobre los pies del SEÑOR Jesús, asi cada uno debemos emanar olor fragante de santidad e integridad ante la presencia del Dios vivo, somos templo de su Espíritu, necesitamos postrarnos a sus pies para todo y en todo momento, aun para ir a bañarnos, ¿cuántos han resbalado en
el baño y han muerto? Dios es indispensable para respirar y para todo lo bueno, Dios vive en nuestro corazón y su presencia nos rodea de amor y poder protector cuando actuamos bien y hablamos con Él mientras hacemos cada labor; es increíble,
pero incluso para saludar y entablar una conversación con alguien necesitamos a
Dios para hallar gracia e impactar a alguien con su palabra, un mensaje
propicio, perfecto y apropiado para el momento, que toque los corazones, porque nuestro Rey quiere que estemos siempre a sus pies, rendidos de amor, confianza y fe obediente. Abre tu
boca y YO la llenaré, Salmos 81:10.
Necesitamos a Dios, atentos y mirando de un lado a otro para huir
del mal y no hacer movimientos en falso que nos causen algún dolor o
daño. NO pasemos por alto a Dios, no nos atrevamos a decir que servimos a
Dios si no lo reconocemos a cada instante. No tener en cuenta a Dios es cederle
terreno a satanás para que nos azote, creo que a esto se refiere el apóstol
cuando escribe: Sométanse a Dios, resistan al diablo, y el diablo huirá de
ustedes, Santiago 4:7. Estar a los pies de Jesucristo es un sencillo acto de amor de un adorador que se humilla ante su SEÑOR y Dios, sea para sanidad, Mateo 8:1-3; liberación, Mateo 15:21-28; agradecimiento, Lucas 17:15-16, conteplación, Lucas 10:38-42, o para recibir consolación y fuerza. Juan 11:28-33, por todo, postrémonos ante el único Dios, vivo, real y verdadero.
En
repetidas ocasiones planeamos muchas cosas sin invocar a Dios, pensamos, hablamos
y actuamos sin damos cuenta que necesitamos a Dios; lo necesitamos de la misma
forma que respiramos desde que nace la intención hasta que culmina la acción,
porque satanás vez tras vez nos estorba, nos impide orar, alabar, adorar y hablar con Dios. El SEÑOR permitirá muchas cosas hasta que entendamos,
cuánto lo necesitamos. Despierten y escapen de las trampas
en que el diablo los tiene presos para hacer de ustedes lo que él quiere, 2
Timoteo 2:26.
Es tiempo
de acabar con la vida de religiosidad idolatría y egolatría para empezar a
vivir por fe como verdaderos hijos que dependen del Padre 24/7 como el aire
para vivir, Él ve todo lo que rodea nuestra vida. Muchas cosas malas y no tan buenas suceden todo el tiempo, pero grandes bendiciones suceden ocasional y paulatinamente dependiendo de nuestra humillación ante Dios; evitemos grandes crisis ligando nuestro corazón al de Cristo. Si nos renovamos a este nivel de espiritualidad, la fe se
manifestará ante nuestros ojos; veremos respuestas, milagros y maravillas como lo afirmó el SEÑOR Jesús: Mayores cosas que las que YO hice, harán en mi nombre. Juan 14:12-14. Sigan por el camino que el SEÑOR su Dios les ha trazado, para que vivan,
prosperen y disfruten de larga vida en la tierra…Deuteronomio 5:33.
Aún al despertar y cuando nos sentamos en la cama, debemos mirar a Dios, cuando tumbemos la cabeza en la almohada postremonos de corazón ante Dios, y meditemos en Jesús hasta que quedemos
dormidos. Porque he aquí, no se adormecerá ni se dormirá el que guarda
a su pueblo, Salmos 1212. Dios vela por nosotros 24/7 y nos habla todo el
tiempo, ¿por qué nosotros lo ignoramos? Porque Tú guardarás
en completa paz, a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera, porque en Ti ha
confiado. Isaías 26:3.
Cuando estemos ligados a Dios al 100%, empezaremos a vivir los
momentos más maravillosos, aún en días grises y lluviosos, tendremos una vida llena de
contentamiento, de bendiciones y vida abundante riqueza en el Espíritu; en ese momento descubriremos
que podemos hacer lo que Dios dice que podemos y seremos lo que Dios dice que
somos, pero cuando nos salimos de la presencia de Dios no nos damos cuenta de muchas cosas, aún que otros
necesitan oír hablar de Jesús, por eso Él dijo que
somos ciegos guías de ciegos y cayendo todos en el mismo hoyo, Mateo 15:14.
¡Oh Dios mío, abre mis ojos para ver lo que Tú quieres que yo vea
y a quién quieres bendecir! Mucho de lo que hacemos es solo nuestra elección,
pero Dios debe ser el centro de nuestra acción.
Padre yo quiero ser como Cristo, ayúdame a NO ignorar jamás, sino a tenerte en cuenta en todo momento de mi vida, así como respiro, vivo y me muevo en ti, arráigame en Ti y agárrame fuerte de tu mano, enséñame a postrarme desde el corazón a Tí SEÑOR, a caminar pegada a tu corazón, mi Rey Jesús, Amén.
Mg. MEHC, hija del
Dios vivo, real y verdadero y servidora de su reino.